miércoles, 15 de diciembre de 2021

Domingo 4º de Adviento. 19 de diciembre de 2021.

 


Primera lectura.

Lectura de la profecía de Miqueas 5, 1-4a.

Esto dice el Señor:

-I tú, Belén Éfrata, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemoriales. Por eso, los entregará hasta que dé a luz la que debe dar a luz, el resto de sus hermanos volverá junto con los hijos de Israel. Se mantendrá firme, pastoreará con la fuerza del Señor, con el dominio del nombre del Señor, su Dios; se instalarán, ya que el Señor se hará grande hasta el confín de la tierra. Él mismo será la paz.

 

Textos paralelos.

En cuanto a ti, Belén de Efratá.

Mt 2, 5-6: Le contestaron: “En Belén de Judá, como está escrito por el profeta: Tú, Belén, en territorio de Judá, en nada eres la menor de las poblaciones de Judá, pues de ti saldrá un jefe, el pastor de mi pueblo, Israel”.

Jn 7, 42: ¿No dice la Escritura que el Mesías viene del linaje de David y de Belén, la patria de David?

Por eso, él los abandonará hasta el momento en que la parturienta de a luz.

Is 7, 14: Pues el Señor, por su cuenta, os dará una señal: Mirad: la joven está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel.

 

Notas exegéticas.

5 1 (a) “la menor” griego; “pequeña” hebreo; hebreo y griego añaden “para ser”, repetición de 1c (“el que ha de ser”).

5 1 (b) Efratá (a la que Miqueas parece dar el sentido etimológico de “fecunda”, en relación con el nacimiento del Mesías) designaba primero un clan aliado de Caleb y establecido en la región de Belén; luego, el nombre pasó a la ciudad, y de ahí la glosa del texto, - Miqueas está pensando en los antiguos orígenes de la dinastía de David; los evangelistas reconocerán en “Belén de Efratá” la designación del lugar de nacimiento del Mesías.

5 2 (a) Es decir, Yahvé.

5 2 (b) Se trata de la madre del Mesías. Miquea piensa tal vez en el célebre oráculo de la ‘almâ Is 7, 14, pronunciado por Isaías unos treinta años antes.

5 4 (a) Este fragmento anuncia una victoria futura sobre Asiria, atribuyéndola al hijo de David y a los jefes de Judá.

 

Comentario.

-Miqueas:

Reino de Judá, segunda mitad del s. VIII a.C.

Contemporáneo de Oseas, profeta del norte, e Isaías, profeta de Jerusalén.

-Esperanza mesiánica:

Rey que restaurará la dinastía davídica en la época exílica o postexílica.

Juicio y castigo:

Tono negativo / optimista.

En medio de las tinieblas brilla la luz de un nuevo comienzo para Israel.

 

Salmo responsorial

Salmo 80 (79), 2ac.3b-4.15-16.18-19.

 

Oh Dios, restáuranos,

que brille tu rostro y nos salve. R/.

Pastor de Israel, escucha;

tú que te sientas sobre querubines, resplandece

despierta tu poder y ven a salvarnos. R/.

 

Dios del universo, vuélvete:

mira desde el cielo, fíjate,

ven a visitar tu viña.

Cuida la cepa que tu diestra plantó

y al hijo del hombre que tú has fortalecido.   R/.

 

Que tu mano proteja a tu escogido,

al hombre que tú fortaleciste.

No nos alejaremos de ti;

danos vida,

para que invoquemos tu nombre. R/.

 

Textos paralelos.

Oh Dios, haz que nos recuperemos.

Jr 31, 18: Estoy escuchando lamentarse a Efraín: Me ha corregido y he escarmentado, como novillo indómito; vuélveme y me volveré, que tú eres mi Señor, mi Dios.

Sal 4, 7: Muchos dicen: ¿Quién nos hará gozar de la dicha si la luz de tu rostro, Señor, se ha alejado de nosotros?

Escucha, Pastor de Israel.

Ez 34, 1: Me dirigió la palabra el Señor: Hijo de Adán, profetiza contra los pastores de Israel, profetiza diciéndoles: ¡Pastores!, esto dice el señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No son las ovejas los que tienen que apacentar los pastores?

 

Notas exegéticas.

 

80 Este salmo se aplica tanto al reino del Norte, devastado por los asirios (mencionados en el título griego) como a Judá después del saqueo de Jerusalén el año 586. El salmista, quizá un levita refugiado en Mispá de Benjamín en tiempos de Gololías espera la restauración del reino unificado en sus límites ideales.

80, 16 El hebreo añade: “y sobre el hijo que fortaleciste”, anticipación de 18b.

80 18 Alusión probable a Zorobabel.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta a los Hebreos 10, 5-10.

Hermanos:

Al entrar Cristo en el mundo dice: “Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo; no aceptaste holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije: He aquí que vengo – pues así está escrito en el comienzo del libro acerca de mí – para hacer, ¡oh Dios!, tu voluntad”. Primero dice: “Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos, ni víctimas expiatorias”, que se ofrecen según la ley. Después añade: “He aquí que vengo para hacer tu voluntad”. Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

 

Textos paralelos.

 Por eso, al entrar en este mundo, dice.

Sal 40, 7-9: Sacrificios y ofrendas no los quieres; me has cavado oídos; no pides holocaustos ni víctimas expiatorias. En el texto del rollo se escribe de mí que he de cumplir tu voluntad: y yo lo quiero, Dios mío, llevo tu instrucción en las entrañas.

Dice primero sacrificios y oblaciones.

1 S 15, 22: Samuel contestó: ¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros.

Añadir después: Entonces aquí estoy.

Jn 6, 38: Porque no bajé del cielo para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Jn 10, 17s: Por eso me ama el Padre, porque doy la vida, para recobrarla después.

Mt 26, 39: Se adelantó un poco y, postrado rostro en tierra, oró así: Padre, si es posible, que se aparte de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Mt 26, 42: Por segunda vez se alejó a orar: Padre, si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, que se cumpla tu voluntad.

Jn 17, 19: Por ellos me consagro, para que queden consagrados con la verdad.

Hb 9, 14: Cuanto más la sangre de Cristo, que por el Espíritu eterno se ofreció sin mancha a Dios, purificará nuestras conciencias de obras muertas, para que demos culto al Dios vivo.

Hb 9, 28: Así Cristo se ofreció una vez para quitar los pecados de todos y aparecerá una segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan.

Hb 10, 12: Este, en cambio, después de ofrecer un único sacrificio, se sentó para siempre a la diestra de Dios.

Hb 10, 14: Pues con un solo sacrificio llevó a perfección definitiva a los consagrados.

Ef 5, 2: Proceded con amor, como Cristo os amó para entregarse por vosotros a Dios como ofrendas y sacrificios de aroma agradable.

Hb 7, 27: Él no necesita, como los otros sumos sacerdotes, ofrecer cada día sacrificios, primero por sus pecados y después por los del pueblo; pues eso lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

 

Notas exegéticas.

10 5 El texto masorético ofrece otra traducción: “Pero el oído me has abierto”. Aquí, como en 5, 1-10, el sacrificio de Cristo se realiza en este mundo, en su cuerpo, en cambio en los cap. 8 y 9 el sacrificio se realiza en su sangre, en el cielo, según el ritual del sacrificio de Kippur o “expiación”.

 

Comentario.

-Dos alianzas:

1ª: pueblo de Israel, ley y sangre de animales.

2ª: Cristo, personal y sangre del crucificado.

Continuidad y ruptura:

1ª: relación con Dios basada en la observancia de la Ley y cumplimiento escrupuloso y ritual de los sacrificios de animales.

2ª: muerte de Cristo.

Cumplimiento de la salvación anunciada por los profetas:

Amasías e Isaías: incapacidad de un culto hueco al margen de la justicia, en cuanto no es agradable a Dios.

Jesús asume el anuncio profético:

Su sacrificio es existencial.

El tiempo de las promesas ha caducado.

Tiempo definitivo de la salvación.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45.

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:

-¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

 

Textos paralelos.

Llena del Espíritu Santo.

Lc 1, 15: Será grande a juicio del señor; no beberá vino ni licor. Estará lleno de Espíritu Santo desde el vientre materno.

Bendita tú entre las mujeres.

Jc 5, 24: ¡Bendita tú entre las mujeres Yael, mujer de Jeber, el quenita, bendita entre las que habitan en tiendas!

Jdt 13, 18: Y Ozías dijo a Judit: Que el Altísimo te bendiga, hija, más que a todas las mujeres de la tierra. Bendito el Señor, creador de cielo y tierra, que enderezó tu golpe contra la cabeza del general enemigo.

Feliz la que ha creído.

Jn 20, 29: Le dice Jesús: Porque me has visto, has creído; dichosos los que creerán sin haber visto.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

1 39 Hoy en día preferentemente identificada con Ain Karim, 6 km al oeste de Jerusalén.

1 43 Título divino de Jesús resucitado que Lucas le concede desde su vida terrena, con más frecuencia que Mt y Mc.

1 45 O: “Y feliz tú que has creído, porque tendrá cumplimiento lo que te ha sido prometido de parte del Señor”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

39 EN AQUELLOS DÍAS (lit. en los días estos): “por aquel entonces”. // SE PUSO EN CAMINO: lit. se levantó y… marchó (semitismo, igual que en el versículo siguiente: “cuando entró… saludó”). // POR LA (ZONA)…: la preposición griega eis, entendida como intercambiable con epí. La traducción cuenta, además, con un trasfondo arameo: en concreto, el arameo-hebreo medinah puede significar ciudad o distrito (zona, provincia).

41 La “letra” del relato puede ocultar que los verdaderos protagonistas del encuentro no son María e Isabel, sino Jesús y Juan, que actúan a través de sus madres; Juan recibe el Espíritu que, por boca de Isabel, alaba a María como Madre del Señor y primera creyente; Jesús, por medio de María, formula lo que, años más tarde, dirá con otras palabras (cf. Lc 10, 21), la alabanza al Padre, que lleva a cabo su plan salvador sirviéndose de los humildes.

42 EXCLAMÓ DANDO UN GRITO (lit. voceó con grito grande y dijo): el verbo griego es un ´termino vinculado en la LXX a la liturgia de los levitas ante el Arca de la Alianza. BENDITA… ENTRE 8LAS) MUJERES (fórmula de superlativo hebreo): la mujer más bendecida por Dios. // Una homilía, atribuida a Orígenes, amplifica las palabras de Isabel: “Soy yo quien debería haber ido a ti, puesto que eres bendita más que todas las mujeres, tú, la Madre de mi Señor, mi Señora”. Así el niño Juan empezaba a aprender.

45 ASÍ QUE, ¡FELIZ..: lit. y feliz la creyente (vocativo semítico), cf., por contraste, el v. 20: “por no haber creído”. “El Autor de la fe no podía ser concebido en una (madre) incrédula, predicaba Inocencio III (s. XII-XIII). // SE CUMPLIRÁN LAS PROMESAS QUE TE HAN SIDO HECHAS: lit. que (o porque) habrá cumplimiento para las cosas habladas (en hebreo no hay un vocablo específico para “prometer”) a ella.

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

1, 39-45 El destacado encuentro de María e Isabel nos enseña sobre la persona de Cristo y el papel profético de san Juan Bautista, que saltó en el vientre de Isabel. Isabel se dirige a María como “la madre de mi Señor” y afirma que el niño Jesús era el cumplimiento de lo que Dios había prometido a través de los profetas. Al estar Cristo niño dentro de ella, el encuentro de María con su prima Isabel representa la última visita de Dios a su pueblo. Este saludo mutuo de las dos mujeres, denominado la Visitación, es el segundo misterio gozoso del Rosario. Cat. 148, 422, 523.

1, 42 Estas palabras forman parte del Avemaría. Como madre de Cristo, María es madre de todos los redimidos en su Hijo, que son miembros de su Cuerpo Místico, la Iglesia. María es también el Arca de la Nueva Alianza,, puesto que el arca de la Alianza del Antiguo Testamento representaba la morada de Dios en la tierra entre su pueblo, María en sí misma lleva al Hijo de Dios encarnado en su seno. Cat. 523, 717, 2676.

1, 43 Las palabras de Isabel identifican no solo la divinidad de Cristo, sino la maternidad divina de María. Ella es la Madre de Dios y también Madre nuestra. Debido a su estrecha colaboración con su Hijo, se instauró la hermosa tradición del Rosario, compuesto por la contemplación de los misterios de la Encarnación de Cristo, su muerte y resurrección. Algunos de estos misterios se celebran en las fiestas litúrgicas dedicadas a María, que incluyen las Inmaculada Concepción (8 de diciembre), la Madre de Dios (1 de enero) y la Asunción de la Virgen (15 de agosto). Otras oraciones, incluyendo el Memorare y el Regina Coeli, hacen hincapié en diferentes principios de la vida de Cristo relacionados con María. Cat. 448, 495, 967-975, 2677.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

148 La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe, María acogió el anuncio y la promesa que le traía el ángel Gabriel, creyendo que “nada es imposible para Dios” (Lc 1, 37) y dando su asentimiento: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38). Isabel la saludó: “¡Dichosa la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!”. Por esta fe todas las generaciones la proclamarán bienaventurada (cf. Lc 1, 48).

523 San Juan Bautista es el precursor inmediato del Señor, enviado para prepararle el camino. “Profeta del Altísimo” (Lc 1, 76), sobrepasa a todos los profetas de los que es el último e inaugura el Evangelio, desde el seno de su madre saluda la venida de Cristo y encuentra su alegría en ser el amigo del esposo a quien señala como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Precediendo a Jesús con el espíritu y el poder de Elías da testimonio de él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente su martirio.

524 Al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida. Celebrando la natividad y el martirio del Precursor, la Iglesia se une al deseo de este: “Es preciso que él crezca y que yo disminuya”.

717 Hubo un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Juan fue lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre por obra del mismo Cristo que la Virgen María acababa de concebir del Espíritu Santo. La Visitación de María a Isabel se convirtió así en la visita de Dios a su pueblo.

2676 “Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús”. Después del saludo dele ángel, hacemos nuestro el de Isabel. Llena del Espíritu Santo Isabel es la primera en la larga serie de generaciones que llamarán bienaventurada a María. Bienaventurada la que ha creído: María es bendita entre todas las mujeres porque ha creído en el cumplimiento de la palabra del Señor. Abraham, por su fe, se convirtió en bendición para todas las naciones de la tierra. Por su fe, María vino a ser la madre de los creyentes, gracias a la cual todas las naciones de la tierra reciben a Aquél que es la bendición misma de Dios: Jesús, el fruto bendito de tu vientre.

2677 “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros”. Con Isabel, nosotros nos maravillamos y decimos: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?” (Lc 1, 43). Porque nos da a Jesús, su hijo, María es madre de Dios y madre nuestra; podemos confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: ora por nosotros como ella oró por sí misma. “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38). Confiándonos a su oración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios: “Hágase tu voluntad”.

448 Con mucha frecuencia, en los evangelios, hay personas que se dirigen a Jesús llamándole “Señor”. Este título expresa el respeto y la confianza de los que se acercan a Jesús y esperan de Él socorro y curación. Bajo la moción del Espíritu Santo, expresa el reconocimiento del misterio divino de Jesús. En el encuentro con Jesús resucitado, se convierte en adoración: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20, 28). Entonces toma una connotación de amor y de afecto que quedará como propio de la tradición cristiana: “¡Es el Señor!” (Jn 21, 7).

 

Notas exegéticas Biblia del Peregrino

1, 39-56 El nuevo episodio se polariza hacia el encuentro misterioso de Jesús y Juan y hacia el himno de María. El anunciado es llamado antes de nacer (Jr 1, 5; Is 49, 1).

1, 42 Bendita: aunque puede recordar a mujeres ilustres: Jael (Jc 5, 24), Judit (Jdt 13, 18), Abigail (1 Sm 25, 33), el contexto próximo nos invita a pensar en la bendición genesíaca de la fecundidad (Gn 1, 28).

 

Comentarios de los Santos Padres.

Los hombres mejores van delante de los menos buenos para prestarles con su presencia algún ánimo. Así el Salvador se acercó hasta juan para santificar su bautismo. Jesús, en el seno de la Virgen, se apresuró a santificar a Juan, todavía en el seno de su madre.

Orígenes, Homilías sobre el Ev. de Lucas, 7, 1. III, pg. 64.

Esa exultación, o diríamos resalutación ofrecida a la madre del Señor, como suele acaecer en los milagros, fue obra divina en el niño, no obra humana del niño.

Agustín, Cartas, 187, 8, 23. III, pg. 64.

Pienso que todo esto tiene relación con lo que dice el profeta: “Antes de que te formara en el seno materno, ya te conocía; antes de que salieras a la luz, ya te había santificado” (Jeremías 1, 5).

Máximo de Turín, Sermón, 5, 4. III, pg. 64.

Bendito el fruto del vientre por cuyo medio hemos recibido la semilla de la incorrupción y el fruto de la herencia celestial que habíamos perdido en Adán.

Beda, Homilías sobre los Evangelios, 1, 4. III, pg. 66.

El mismo Espíritu que le confirió el don de la profecía, le otorgó a la vez el regalo de la humildad. Repleta del espíritu profético, comprendió que había venido a ella la madre del Salvador, pero revestida del espíritu de humildad entendió que era menos digna que la que acudía a ella.

Beda, homilías sobre los Evangelios, 1, 4. III, pg. 66.

 

San Agustín

El evangelista advierte que para decir esto fue llena del Espíritu Santo. Sin duda por su revelación conoció lo que significaba la exultación del niño, esto es: que había venido la madre de aquel cuyo precursor y heraldo había de ser.

Carta 187, 7. I, pg. 114.

 

San Juan de Ávila

Santa Isabel lo recibió, no en sus entrañas como nosotros, mas en su casa, entrando la Virgen en ella; y la paga fue henchir de consolación a la madre y de gracia al niño que estaba en su vientre (cf. Lc 1, 41).

Santísimo sacramento. OC III, pg. 535.

¡Oh dichosa persona a quien, Señora, visitas! ¡Oh cuán de verdad dirá: ¡Vuestra visita guardó mi espíritu! (Jb 10, 12). Pues que de nuevo lo da, no es mucho que lo guarde. ¡Oh dichosa casa donde entras a visitarla! ¿Qué bien habrá que no traigas contigo, pues llevas contigo a Dios? Nunca la Virgen andaba sola; ¡qué de virtudes la acompañaban, que la hermosean mejor que todo el oro! Acompañanla ángeles como a su Reina y Señora; mas mirad bien quien lleva en su vientre, y veréis cuán rica y acompañada va, para sí y para darlo a la casa donde entra. ¿Qué bien no dará la que lleva a Dios en sí? Y para que supiesen los hombres católicos y se confundan los herejes que es cosa provechosa la intercesión de los santos y que por sus ruegos nos hace Dios bienes, quiso Dios que se diese el espíritu de gracia al niño por hablar la virgen y se diese el espíritu de profecía a la madre. Porque, decidme, ¿quién dijo a Santa Elisabet que aquella Señora era bendita, lo mismo que el ángel la dijo? ¿Quién le enseñó que era Mater domini mei? (Lc 1, 45). ¿Quién le dijo: Beata qua credidisti, pues fueron cosas que pasaron entre el ángel y la Virgen? Díjoselas Dios; y pudiera decírselas antes que la Virgen vinera, para que la fuera la vieja a visitar o la saliera a recebir; y no fue servido porque no entendiéramos esta verdad, sino aguarda que la Virgen entrase y saludase a la vieja para que diga: Ut facta ets vox salutationis tuae (Lc 1, 41). Por el habla, por el medio de la Virgen les vino este bien; y así parece cuán provechosa nos es su intercesión y el encomendarnos a ella y con cuanta razón la debemos suplicar que nos visite?

Visitación de la Virgen. OC III, pgs. 891-892.

Decid, Señor, fructo bendito de Virgen (Lc 1, 42); decir vos qué tal es este vientre en que anduvistéis; ¿a quién os parece, Señor, se debe comparar? Oíd lo que dice en los Cantares: Tu vientre, un montón de trigo, rodeado de azucenas (Ct 7, 2)… Montón, porque en lo bajo ancho y va hasta arriba enasgostado. Como el arca de Noé, que fue figurada a esta excelentísima Arca de Dios, era abajo ancha y arriba angosta de un codo… ¿Qué quiere decir lilio? – Virginidad, pureza.

Domingo 12 después de Pentecostés. OC III, pg. 266.

Creyó la Virgen a Dios, tuvo muy gran fe, y ansí le dijo Santa Elisabet: en ti serán perfeccionadas y cumplidas (Lc 1, 45), etc. La una ajorca es esperanza. Tuvo la  bendicta Virgen esperanza en el Señor, confiaba en el Señor.

Anunciación de Nuestra Señora. OC III, pg. 882.

Esta es la luz, que es la primera cosa que Dios cría en el ánima cuando la justifica. Y así como antes de la distinción de las cosas crió una nube de luz (cf. Gn 1, 3), y después de aquella poca de luz sucedió este sol que tiene tanta abundancia de ella, así en el ánima donde la luz de la fe viviere sucederá la copiosa luz de ver a Dios en el cielo. Esta conviene tener, porque, así como Dios entró en el vientre de María haciéndose hombre, porque ella creyó la palabra que le fue dicha (cf. Lc 1, 45), así venga Dios en el ánima por la palabra de la fe. Abraham fue justificado por la fe (cf. Rm 4, 9), y los que tienen fe son verdaderos hijos de Abraham (Gal 3, 7).

A un hijo de penitencia. OC IV, pg. 521.

 

San Oscar Romero.

En este mismo sentido al dirigirme a los poderosos económicamente, les invito, en el espíritu de la Navidad, a proclamar con Jesús el evangelio: que no hay más que un solo Dios que no puede admitir ídolos, y que no se puede servir a Dios y al dinero y por eso viene a salvar desde los pobres a la austeridad. El bien del país exige sacrificios, ya nos ha exigido, y en gran escala a las mayorías que han tenido que vivir tanto tiempo el hambre y la miseria. Es justo que algún sacrificio tengan que hacer los demás. No se quiera defender con la violencia, privilegios e intereses, o buscar armas y crear ejércitos; sería peor, no conduce a nada bueno porque no puede hacer bienestar y progreso sobre bases tan deleznables. La exigencia evangélica- de la justicia social es dura pero es la única sólida para crear paz y trabajo. Lo demás es hacerse responsable ante la historia de las explosiones de la violencia y de la desesperación y acelerar el imperio de una dictadura que nadie desea.

Queridos hermanos, perdonen lo prolongado y terminemos augurando como lo hacía Puebla, junto a la imagen de María que ha sido central en esta reflexión. Es la hora de María, tiempo de un nuevo Pentecostés que Ella preside con su oración. Cuando bajo el influjo del Espíritu Santo inicia la Iglesia un nuevo tramo en su peregrinar. María está aquí junto a la Navidad y junto a Ella nos sentimos hijos que buscamos, como Ella, la verdadera felicidad que Jesús nos trae.

Vamos a asistir ahora a este acto de Iglesia de promover estos jóvenes en su heroico deseo de trabajar por la liberación del pueblo pero desde la proyección de la salvación de Jesús. Estos jóvenes junto con los otros que llenan nuestros seminarios, son esperanza de que en El Salvador hay fuerza salvífica de Dios encarnada también en los hombres. Así sea…

 

Comentario Homilética.

-Centro del anuncio del nacimiento de Juan (vv. 5-25) y nacimiento de Juan (vv. 57-58):

Escenas marianas:

Entre el anuncio del nacimiento de Juan y el nacimiento de Juan.

Anunciación (vv. 26-38) – visitación (vv. 39-45) – cántico de María (46-56).

-Primera reacción de María después de la anunciación:

Se levantó (anistemi, resucitar): María es una nueva criatura que actúa como portadora de la salvación de Dios.

-Partes:

vv. 39-40: reacción de María (levantarse).

vv. 41-42a: consecuencias del saludo de María en la criatura y la madre.

vv. 42b-45: exclamación de Isabel

 

MISA DE NIÑOS. SAGRADA FAMILIA. CICLO C.

Monición de entrada.

Buenos días:

Todos los años el primer domingo después de Navidad los cristianos tenemos la fiesta de la Familia de Jesús.

Jesús, María y José son la primera familia cristiana.

Y con ellos nos acordamos de todas las familias.

Porque las personas y sobre todo los niños somos felices cuando tenemos una familia que nos quiere.

Es el mejor regalo que nos hace Dios.

 

 Señor, ten piedad.

Tú que eras obediente al Papá Dios.  Señor, ten piedad.

Tú que te conocían como el hijo de José, el carpintero. Cristo, ten piedad.

Tú que obedecías a María y José.  Señor, ten piedad.

 

Peticiones.

-Por el Papa Francisco, que es el papá de los católicos, para que sea muy querido por todos nosotros. Te lo pedimos Señor.

-Por la Iglesia, para que sea una familia donde todos se sientan queridos. Te lo pedimos Señor.

-Por las mamás y los papás, para que les ayudes a educarnos. Te lo pedimos, Señor.

-Por los novios, para que se preparen muy bien antes de casarse. Te lo pedimos, Señor.

-Por los que mandan en los países, para que hagan que a ninguna familia le falte una casa donde vivir. Te lo pedimos, Señor.

-Por las familias donde no se quieren entre ellos, para que les ayudes. Te lo pedimos, Señor.

-Por nosotros, para que hagamos de la iglesia una familia, tu familia. Te lo pedimos, Señor.

 

 Acción de gracias.

Virgen María. Gracias por nuestras madres, padres, hermanos, abuelos y todas las personas que son de nuestra familia. Gracias por la cena de Nochebuena y la comida de Navidad. Gracias por ayudarnos a querernos y perdonarnos.

 

 

ORACIÓN PARA EL CENTRE JUNIORS MONTAVERNER-SANT JERONI ALFARRASÍ. JUNIORS M.D.  I DE ADVIENTO.

EXPERIENCIA.

Busca una cruz, una luz, un nacimiento o una estampa de la Virgen María con el Niño Jesús o de la Esperanza (embarazada). Obsérvala, mírala durante uno o dos minutos, el tiempo que necesites.

Haz la señal de la cruz, pidiendo al Padre que a través del Hijo te envíe el Espíritu Santo para que puedas conocer que quieren decirte en este encuentro de fe, esperanza y caridad.

Vuelve a hacer la señal de la cruz, pero esta vez pausadamente, deteniéndote en tres momentos: cuando tu mano esté sobre tu frente piensa en tu madre y padre; cuando descienda a tu pecho piensa en tus abuelos; y cuando la traces sobre los hombros en tus hermanos y primos.

Visualiza el vídeo del primer año de Ismael las veces que necesites:

https://www.youtube.com/watch?v=yiFEv0J_OzM

 

¿De qué trata?

Recuerda o imagina esos momentos con tu madre. Si tienes en el móvil, Tablet u ordenador alguna foto, búscala, mira sus ojos, entra en su corazón. ¿Cómo se sentiría cuando tú estabas dentro de ella?, ¿y la primera vez que sus manos te acariciaron? ¿cómo te miraría cuando te amamantaba o te daba el biberón? Reza por ella. Si está viva en este mundo dale las gracias a Dios por tener cerca tu primer hogar. Si está viva en el corazón de Dios pídele que siga ayudándote, siéntela en tu corazón, donde anida el corazón de Dios.

Recuerda también a las personas que formaron parte de tus primeros cinco años. Y sobre todo dale gracias a Dios por ellas, porque iban cerca de ti para que no cayeses y te levantaban cuando caías.

 

REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según san Lucas 1, 39-45.

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó:

-¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

 

El día 17 comienza la semana preparatoria de la Navidad. El tono y temática del Adviento cambia. Ya no se centra en la espera de la segunda venida de Cristo, sino en la conmemoración de su primera venida. Por eso durante la semana se leen las genealogías de Jesús y los textos del Evangelio de la Infancia (Mateo y Lucas) previos al nacimiento de Cristo; y el cuarto domingo el anuncio a José (ciclo A), anuncio a María (ciclo B) y la visitación de María a Isabel (ciclo C).

Después de la anunciación al padre de Juan, Zacarías, y antes del nacimiento del Bautista, Lucas nos presenta a María como la primera creyente del nuevo tiempo que ha comenzado con Jesús. Para ello compone el relato con la Anunciación, la visitación a Isabel y el cántico de María, el Magníficat.

Vuelve a leer el evangelio,  

Céntrate en la Lectio Divina: ¿qué dice el texto (cómo imaginas el lugar, las palabras o frases que consideras más importantes, las partes del fragmento)?, ¿qué te dice el texto (después de lo que has pensado y rezado en la sección de experiencia, relaciónalo con tu familia, piensa en tu madre y las semejanzas con María e Isabel, pues las tres fueron mujeres que llevaban dentro de ellas una vida, vida, también en las personas que te hablaron de Dios, ¿a quién consideras feliz porque cree en Dios y te habla o te habló con entusiasmo de Él?, ¿y tú eres feliz por seguir a Jesús?) y ¿qué le dices a Jesús (si eres feliz por tener fe y creer en Él dale las gracias, si estás frio o fría y dudas de su existencia pídele que te ayude, háblale o permanece en silencio).

 

COMPROMISO.

Te propongo dos: visita estas navidades la iglesia de tu parroquia u otra y permanece un rato en silencio hablando con Jesús o simplemente mirando el sagrario, el altar, el belén; y en segundo lugar cuando vayas a los encuentros con tus familiares salúdales mirándoles a los ojos, a los mayores dales un beso o un abrazo y sería bueno que durante la cena, la comida y la tertulia, tuvieses el móvil en silencio y no lo utilizases. Es el mejor regalo que puedes hacer a tu familia: mirarles y escucharles.

 

CELEBRACIÓN.

Mira este vídeo de la teresiana Elia Fleta Mallol, María e Isabel. Recuerda: nada es imposible si estás en sus manos.

https://www.youtube.com/watch?v=aDVtfg7Xcqo&list=RDaDVtfg7Xcqo&start_radio=1&rv=aDVtfg7Xcqo&t=20

 

BIBLIOGRAFÍA.

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Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Biblia del Peregrino. Edición de Luis Alonso Schökel. EGA-Mensajero. Bilbao. 1995.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

Secretariado Nacional de Liturgia. Libro de la Sede. Primera edición: 1983. Coeditores Litúrgicos. Barcelona. 2004.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Merino Rodríguez, Marcelo, dr. ed. en español. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 2. Evangelio según san Marcos. Ciudad Nueva. Madrid. 2009.

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San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

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San Juan de la Cruz. Obras completas. Sígueme. Salamanca. 1992.

Homilética. Sal Terrae. Noel Quesson. 50 salmos para todos los días. Paulinas. Bogota-Colombia. 1988. En: mercaba.org.http://www.quierover.org

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

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