jueves, 10 de noviembre de 2022

Domingo 33. 13 de noviembre de 2022.

 


Primera lectura (español y valenciano del Llibre del poble de Déu)

Lectura del segundo libro de Malaquías 3, 19-20a.

He aquí que llega el día, ardiente como un horno, en el que todos los orgullosos y malhechores serán como un horno de paja; los consumirá el día que está llegando, dice el Señor del universo, y no les dejará ni copa ni raíz. Pero a vosotros, los que teméis mi nombre, os iluminará un sol de justicia y hallaréis salud a su sombra.

 

Lectura del llibre del profeta Malaquies 3, 19-20a.

Vindrà aquell dia abrasidor com una fornal. Tots els orgullosos i els injusts seran igual que rostoll[1], i aquell dia quan arribe, els incendiarà, no ens deixarà ni l’arrel ni la tija[2], diu el Senyor de l’univers.

Però  per a vosaltres, que venereu el meu nom, eixirà el sol de la felicitat, i els seus raigs seran saludables.

 

Comentario.

-Profeta anónimo de la primera mitad del s. V a.C.:

Malaquías significa “el mensajero”.

Destinatarios: pueblo desanimado ante un presente gris y un futuro ausente donde los injustos prosperan.

-Anuncio de Día del Señor y restauración de la Alianza y el culto.

-Día del Señor:

Meta hacia el que se encaminan el mundo y la historia de la humanidad.

Victoria sobre los enemigos de Israel.

Origen: recuerdo de los días de victoria del pasado (Is 9, 3; Os 10, 12-13; Os 2, 2).

Dimensión cósmica: Sofonías 1, 14-18 (s. VII a. C.).

-Temática del texto:

Justicia divina, Día del Señor, temor a Dios, justicia / maldad, misericordia hacia los justos, consuelo de Israel.

 

Salmo responsorial

Sal 17 (97).

 

El Señor llega para regir los pueblos con rectitud. R/.

Tañed la cítara para el Señor,

suenen los instrumentos:

con clarines y al son de trompetas,

aclamad al Rey y Señor. R/.

 

Retumbe el mar y cuanto contiene,

la tierra y cuantos la habitan;

aplaudan los ríos,

aclamen los montes.  R/.

 

Al Señor, que llega

para regir la tierra. R/.

 

Regirá el orbe con justicia

y los pueblos con rectitud. R/.

 

Sal 98 (97).

 

Ve el Senyor a judicar

amb raó tots els pobles. R/.

Canteu al Senyor les vostres melodies,

canteu-li al so de les cítares;

aclameu el rei, que és el Senyor,

amb trompetes i tocs de corn. R/.

 

Bramula el mar amb tot el que s’hi mou,

el món i tots els qui l’habiten;

tots els rius aplaudeixen,

i aclamen les muntanyes,

en veure que ve el Senyor

a judicar la terra.  R/.

 

Judicarà tot el món amb justicia,

tots els pobles amb raó. R/.

 

Notas exegéticas.

98 Himno escatológico inspirado en la última parte del libro de Isaías (caps. 56-66) y muy afín al salmo 96.

 

Segunda lectura.

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3, 7-12.

Hermanos:

Ya sabéis vosotros cómo tenéis que imitar nuestro ejemplo: no vivimos entre vosotros sin trabajar, no comimos de balde el pan de nadie, sino que con cansancio y fatiga, día y noche, trabajamos a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros. No porque no tuviéramos derecho, sino para daros en nosotros un modelo que imitar. Además, cuando estábamos entre vosotros, os mandábamos que si algu9no no quiere trabajar, que no coma. Porque nos hemos enterado de que algunos viven desordenadamente, sin trabajar, antes bien metiéndose en todo. A esos les mandamos y exhortamos, por el Señor Jesucristo, que trabajen con sosiego para comer su propio pan.

Palabra de Dios.

 

Lectura de la segona carta de sant Pau als cristians de Tessalònica 3, 7-12.

Germans:

Ja sabeu que heu de fer si voleu imitar-nos. Entre nosaltres no vivíem mai sense fer res, i a ningú no demanàvem de franc el pa que menjàvem, sinó que ens afanyàvem treballant nit i dia, per no ser carregosos a ningú dels vostres.

No és que no tinguem dret a la nostra manutenció, però volíem donar-vos un exemple amb la nostra vida, perquè vosaltres l’imitàsseu.

Recordeu que quan érem entre vosaltres vos repetíem aquesta regla: “Qui no vulga treballar, que no menge”.

Vos escrivim això perquè sentim dir que alguns de vosaltres viuen sense fer res i, a més de no treballar, es posen on no els demanen. A tots aquests, els ordenem i els recomanem en nom de Jesucrist, el Senyor que treballen en pau per guanyar-se el pa que mengen.

 

Comentario.

-Comunidad de Tesalónica:

Perversión de la fe:

Algunos no trabajan en espera de la venida de Cristo.

Justificación de comportamientos antisociales como es negarse a trabajar.

Espiritualidad cristiana:

Implica un compromiso con la creación y la transformación del mundo.

Espera activa.

Cristiano responsable / parásito.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según Lucas 21, 5-19.

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedras de calidad y exvotos, Jesús les dijo:

-Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida”.

Ellos le preguntaron:

-Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?

Él dijo:

-Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida.

Entonces les decía:

-Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndonos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

 

X Lectura de l’Evangeli segons sant Lluc 21, 5-19

En aquell temps alguns parlaven del temple, fent notar les seues pedres magnífiques i les ofrenes que el decoraven. Jesús digué:

-Això que veieu, vindran dies que tot serà destruït: no quedarà pedra sobre pedra.

Llavors li preguntaren:

-Mestre, Quan serà tot això i quin senyar anunciarà que està a punt de succeir?

Jesús respongué:

-Estigueu alerta, no vos deixeu enganyar, perquè vindran molts que s’apropiaran el meu nom. Diran: “Soc jo”, i també: “Ja arriba el moment”. Deixeu-los estar; no hi aneu, amb ells. I quan sentireu parlar de guerres i de revoltes, no vos alarmeu. Això ha de succeir primer, però la fi no vindrà de seguida.

Després els deia:

-Una nació prendrà les armes contra una altra, i un regne contra un altre regne. Hi haurà grans terratrémols, fams i pestes per tot arreu, passaran fets espantosos i apareixeran al cel grans senyals d’amenaça.-

Però abans de tot això se vos enduran detinguts, vos perseguiran, vos conduiran a les sinagogues o als governadors, acusats de portar el meu nom. Serà una ocasió de donar testimoni. Feu el propòsit des d’ara de no preparar-vos la defensa: jo mateix vos donaré una eloqüència i una saviesa, i cap dels vostres acusadors no serà capaç de resistir-la o de contradir-la.

Sereu traïts fins i tot pels pares, pels germans, parents i amics, en mataran alguns de vosaltres, i sereu odiats de tothom pel fet de portar el meu nom. Però no es perdrà ni un dels vostres cabells. Sofrint amb constància vos guanyareu per sempre la vostra vida.

 

Textos paralelos.

 

Mc 13, 1-13

Mt 24, 1-14

Lc 21, 5-19

Y cuando salía del templo le dijo uno de los discípulos:

-Maestro, mira qué piedras y qué edificaciones.

 

 

Jesús le respondió:

-¿Ves esos grandes edificios?; pues serán destruidos, sin que quede piedra sobre piedra.

 

 

Y sentado en el monte de los olivos enfrente del templo, le preguntaron Pedro, Santiago, Juan y Andrés en privado:

 

-Dinos, ¿cuándo sucederán estas cosas), ¿y cuál será el signo de que todo esto está para cumplirse?

 

Jesús empezó a decirles:

-Estad atentos para que nadie os engañe. Vendrán muchos en mi nombre, diciendo: “Yo soy”, y engañarán a muchos. Cuando oigáis hablar de guerras y noticias de guerra, no os alarméis. Todo esto ha de suceder, pero no es todavía el final;

 

  

 

se levantarán pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambres. Todo esto será el comienzo de los dolores.

 

 

Mirad por vosotros mismos.

 

Os entregarán a los tribunales, seréis azotados en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es necesario que se anuncie antes el Evangelio a todos los pueblos. Pero cuando os conduzcan para entregaros, no os preocupéis por lo que habréis de decir; decid lo que se os inspire en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que habléis sino el Espíritu Santo.

 

Y entregará a la muerte el hermano al hermano y el padre al hijo, y se levantarán hijos contra padres y se darán muerte; y seréis odiados por todos a causa de mi nombre, pero

 

 

quien persevere hasta el final se salvará.

Cuando salió Jesús del templo y caminaba, se le acercaron sus discípulos, que le señalaron las edificaciones del templo,

 


y él les dijo:

-¿Veis todo esto? En verdad os digo que será destruido sin que quede allí piedra sobre piedra.

 


Estaba sentado en el monte de los olivos y se le acercaron sus discípulos en privado y le dijeron:

 

-¿Cuándo sucederán estas cosas y cuál será el signo de la venida y del fin de los tiempos?

 

Jesús les respondió y dijo:

Estad atentos a que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre diciendo: “Yo soy el Mesías”, y engañarán a muchos. Vais a oír hablar de guerras y noticias de guerra. Cuidado, no os alarméis, porque todo esto ha de suceder, pero todavía no es el final.

 

 

 

Se levantará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá hambre, epidemias y terremotos en diversos lugares; todo esto será el comienzo de los dolores.

 

 

 

 

Os entregarán al suplicio y os matarán, y por mi causa os odiarán todos los pueblos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Entonces muchos se escandalizarán y se traicionarán mutuamente, y se odiarán unos a otros. Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente, y, al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría; pero el que persevere hasta el final se salvará. Y se anunciará el evangelio del reino a todo el mundo como testimonio por todas las gentes, y entonces vendrá el fin.

Y como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedras de calidad y exvotos,

 

 

Jesús les dijo:

-Esto que contempláis, llegarán días en que no quedarán piedra sobre piedra que no sea destruida.

 


Ellos le preguntaron:

 

 

 

-Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?

 

Él dijo:

-Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Esta llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida.

Entonces les decía:

 

Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo.

 

 

 

Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndoos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre.

 

Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a la que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá;

 

con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

 

 Es necesario que primero sucedan estas cosas.

Dn 2, 28: Pero hay un Dios en el cielo que revela los secretos y que ha anunciado al rey Nabucodonosor lo que sucederá al final de los tiempos. Este sueño y las visiones de tu mente estando acostado.

Se levantará nación contra nación y reino contra reino.

Is 19, 2.21: Incitaré a egipcios contra egipcios, lucharán unos contra otros, hermanos contra hermanos, ciudad contra ciudad, reino contra reino. [...] El Señor se manifestará a Egipto, y Egipto reconocerá al Señor aquel día. Le ofrecerán sacrificios y ofrendas, harán votos al Señor y los cumplirán.

2 Cro 15, 3-7: Durante mucho tiempo Israel estuvo sin Dios verdadero, sin sacerdote que enseñase y sin ley. Pero en su angustia se volvieron al Señor, Dios de Israel; lo buscaron, y se dejó encontrar. En aquellos tiempos no había paz, para nadie, sino grandes terrores para todos los habitantes del país. Se enfrentaban pueblo contra pueblo y ciudad contra ciudad, porque Dios los aturdía con toda clase de aflicciones. Pero vosotros; que no desfallezcan vuestras manos, pues vuestras obras tendrán recompensa.

Pero antes de todo esto os echarán mano.

Mt 10,17-22: Pero ¡cuidado con la gente”, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando os entreguen, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en aquel momento se os sugerirá lo que tenéis que decir, porque no seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. El hermano entregará al hermano a la muerte, el padre al hijo; se rebelarán los hijos contra sus padres y los matarán.

Os entregarán a las autoridades de las sinagogas.

Jn 15, 20: Recordad lo que os dije: “No es el siervo más que su amo”. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

Jn 16, 1-2: Os he hablado de esto, para que no os escandalicéis. Os excomulgarán de la sinagoga; mas aún llegará incluso una hora cuando el que os dé muerte pensará que da culto a Dios.

Sucederá para que deis testimonio. Pero no os propongáis preparar vuestra defensa.

Jn 12, 11: Cuando os conduzcan a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué razones os defenderéis o de lo que vais a decir, porque el Espíritu Santo os enseñará en todo momento lo que tenéis que decir.

Una sabiduría a la que no podrán resistir.

Hch 6, 10: Pero no lograban  hacer frente a la sabiduría y al espíritu con que hablaba [Esteban].

Todos os odiarán por mi nombre.

Lc 12, 7: Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis miedo: valéis más que muchos pájaros.

Mt 10, 30: Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados.

Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

Hb 10, 36: Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa.

Hb 10, 39: Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

21 5 (a) En 17, 22-37, Lucas, siguiendo una de sus fuentes, había tratado el retorno glorioso de Jesús al fin de los tiempos. Aquí, como Mc al que sigue y combina con alguna otra fuente, trata de la ruina de Jerusalén, sin mezclar en ello el fin del mundo como lo hace Mt.

21 5 (b) El templo, cuya construcción había emprendido Herodes el Grande hacia el año 19 antes de nuestra era (ver Jn 2, 20), era prácticamente nuevo en tiempos de Jesús.

21 5 (c) Estas ofrendas de los fieles (ver 2 M 2, 13) podían consistir en elelmentos de la construcción o de la decoración del edificio.

21 6 Algunos profetas ya habían anunciado la ruina del primer templo (Mi 3, 12; Jr 7, 1-15; 26, 1-19; Ez 8-11) como respuesta del Señor a la ruptura de la alianza por parte del pueblo. Este tipo de amenazas provocó alarma y escándalo entre la gente (Jr 26). Jesús anuncia la ruina del templo porque Israel ha rehusado ver en él al enviado de Dios, y suscita un escándalo semejante (ver Mt 26, 61; 27, 40 y par.; Hch 6, 14).

21 7 (a) A diferencia de Mt y Mc, Lc no precisa que la pregunta es formulada por los discípulos. El discurso va entonces dirigido a la muchedumbre congregada en el templo. Será el último discurso público de Jesús, su adiós a Jerusalén, cuya ruina anuncia.

21 7 (b) En Lc la pregunta se refiere a la fecha y la señal de la ruina del templo, lo mismo que en Mc. En Mt alude a la fecha de la ruina del templo y, al mismo tiempo, a la señal de la llegada de Jesús y del fin del mundo. La respuesta de Jesús en Lc (como también en Mt y Mc) se refiere de hecho a los signos del final y a la llegada del Hijo del hombre. Pero Lc subraya claramente la ruina de Jerusalén, de la que ya ha hablado en 19, 27-44.

21 8 (a) Se trata de los falsos mesías que se atribuirán la función y la autoridad de Jesús.

21 8 (b) Para Lc son los maestros del error quienes anuncian la inminencia del fin (ver 17, 23; 19, 11).

21 9 Lc dirá al final del v. que estos acontecimientos no forman parte del final del tiempo, sino de la historia. Podría pensarse en las revueltas militares y políticas que siguieron a la muerte de Nerón el año 68.

21 10 (a) Esta nueva introducción (y la del v. 12) distingue claramente en Lc las señales del fin (vv. 10-11.25-27) y la historia anterior (vv. 12-19.20-24).

21 11 Entre los diferentes testigos textuales, las palabras “del cielo” (lit. “venidas del cielo”) van unidas a “grandes señales” (probablemente por influencia de Mc 8, 11), o bien a “cosas espantosas”. Algunos optan por esta segunda posibilidad: “cosas espantosas del cielo y grandes señales”).

21 12 (a) Jesús advierte a los discípulos que la fase final por la que se interesan v. 7) irá precedida por un periodo histórico: el del testimonio en medio de las persecuciones. Lo mismo que Cristo debe sufrir para entrar en su gloria (24, 26), los discípulos deberán superar también esta prueba.

21 12 (b) Lc puede estar pensando en la escena que narra en Hch 25, 13-26, 32.

21 13 También se puede traducir lit.: “Esto resultará para vosotros en testimonio”. Para Lc el testimonio es la función esencia de los Doce (24, 48; Hch 1, 8-22), de Esteban (Hch 22, 20), de Pablo (Hch 22, 15 y 26, 16); ver 18, 5; 20, 21; 22, 18; 23, 11; 26, 22; 28, 23). Consiste en proclamar la resurrección de Jesús y su señorío. La palabra griega traducida aquí por “testimonio” (martyrion) adquirirá el sentido de “martirio” en las siguientes generaciones.

21 14 Lit. “No pongáis en vuestros corazones”.

21 15 Lc atribuye aquí a Jesús la iniciativa que Mt 10, 20; Mc 13, 11; Lc 12, 12 reservan al Espíritu del Padre (Mt) o al Espíritu Santo (Mc y Lc). Ver Hch 6, 10; Jn 16, 13-15.

21 16 A diferencia de Mt 10, 21 y Mc 13, 12, Lc precisa que no todos morirán (ver 11, 49). Probablemente trata de sugerir que la persecución no haría callar la voz de los testigos de Jesús.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

5 Herodes el Grande empezó la construcción de un nuevo templo en el año 20 o 19 a. C., que se inauguró, todavía incompleta a los diez años, y terminó de construirse poco antes de la rebelión contra Roma (64 a. C.). Las tropas de Tito lo destruyeron en el año 70. // LOS EXVOTOS eran dones ofrecidos por los judíos piadosos; probablemente, elementos decorativos del interior del templo.

6 VENDRÁ UN TIEMPO: lit. vendrán días.

7 LE PREGUNTARON: Lc no menciona a los discípulos como sujeto gramatical de la pregunta; más bien presenta esta instrucción dirigida a “la gente”: Jesús anuncia a todos la ruina de lo que más amaban. Pero el peligro más serio no era la caída de Jerusalén, ni la destrucción del templo, sino la falta de fidelidad por cansancio en la larga espera, llena de persecuciones y dificultades, antes de “entrar en la gloria” (24, 26).

8 EN MI NOMBRE: lit. sobre (basados en, apoyándose en) el nombre de mí (mi título de Mesías).

9 Lc distingue “el fin” de Jerusalén de EL FIN de la historia humana.

10 Los vs. 10-11.25-27 se refieren al final de los tiempos, distinto de las persecuciones (vs. 12-19) y de la caída de Jerusalén (vs. 20-24).

12 POR CAUSA DE MI NOMBRE: Mt 10, 18 y Mc 13, 9 aclaran este semitismo: “por mi causa”, por mí.

14-15 PROPONEOS: lit. poned, pues, en los corazones de vosotros (semitismo). Jesús (cf. Jn 14, 18-21), y su Espíritu (cf. 12, 11s) no abandonarán a sus mártires (=testigos); les darán la capacidad de HABLAR CON... SABIDURÍA: lit. (una) boca (hebraísmo) y (una) sabiduría, endíadis = lengua sabia, sabiduría elocuente.

19 CON VUESTRA PERSEVERANCIA: lit. en la perseverancia de vosotros. PERSEVERANCIA es paciencia, constancia, capacidad de resistir (cf. Rm 2, 7). // PONED A SALVA: el imperativo parece críticamente preferible al futuro de indicativo: salvaréis; algunos manuscritos leen conseguid (e.d., “¡Salvaos a base de perseverancia!”. // VUESTRA VIDA es, lit., las almas de vosotros. “Salvar la vida” es “salvarse”.

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

21, 5-38 La admiración de los discípulos por el Templo proporcionó la ocasión a Cristo para anunciar una vez más la caída de Jerusalén y la destrucción del Templo a manos de los romanos. Muchas penurias aguardarían la generación presente, como los falsos profetas y las catástrofes naturales. Aquellas personas que mantengan su fidelidad serán asistidas y fortalecidas por Cristo que les proporcionará la sabiduría necesaria en el momento de ser juzgadas. Las imágenes ofrecen un anticipo de otro acontecimiento, la segunda venida de Cristo, que se verá acompañada de unos signos y culminará en el juicio final. A pesar de los signos, nadie sabe el momento exacto del fin del mundo, por lo que debemos estar dispuestos en todo momento esforzándonos por llevar una vida de oración y la caridad. Cat. 2612.

21, 8 Los historiadores señalan que muchos falsos profetas alrededor del primer siglo reivindicaron ser el Mesías, casi todos ellos revolucionarios que prometían la liberación política de los romanos. Los falsos profetas que, a sabiendas, enseñan el error y guían a otros por mal camino, cometen pecados contra la injusticia y la caridad. Cat. 2485.

21, 12 Cristo recordaba a sus discípulos que la persecución sería su suerte y la prueba final que la Iglesia tendría que sufrir antes de que venga de nuevo. Cat. 675, 852.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

2612 En Jesús “el Reino de Dios está próximo” (Mc 1, 15), llama a la conversión y a la fe pero también a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a aquel que es y que viene, en el recuerdo de su primera venida en la humanidad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria. En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación.

675 Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes. La persecución que acompaña a su peregrinación en la tierra desvelará el “misterio de iniquidad” bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne.

852 Los caminos de la misión. “El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial”. Él es quien conduce la Iglesia por los caminos de la misión. Ella continúa y desarrolla en el curso de la historia la misión del propio Cristo, que fue enviado a evangelizar a los pobres; “impulsada por el Espíritu Santo, debe avanzar por el mismo camino por el q ue avanzó Cristo: esto es, el camino de la pobreza, la obediencia, el servicio y la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que surgió victorioso por su resurrección”. Es así como la “sangre de los mártires es semilla de cristianos” (Tertuliano).

 

Concilio Vaticano II

Urgen al cristiano la necesidad y el deber de luchar, con muchas tribulaciones, contra el demonio, e incluso de padecer la muerte. Pero, asociado al misterio Pascual, configurado con la muerte de Cristo, llegará, corroborado por la esperanza a la resurrección (Flp 3, 10; Rm 8, 17).

Gaudium et spes, 22.

 

San Agustín

Mientras nos hallamos en este mundo, no nos perjudicará el caminar aquí abajo, siempre que procuremos tener el corazón en lo alto. Caminamos abajo, mientras caminamos en esta carne. Al fijar nuestra esperanza en lo alto, hemos como clavado el ancla en lugar sólido, para resistir cualquier clase de olas de este mundo, no por nosotros mismos, sino por aquel en quien está clavada nuestra ancla, nuestra esperanza.

Jesucristo dice en cierto lugar del evangelio: Con vuestra paciencia poseeréis vuestras almas (Lc 21, 19). Y en otro lugar dice igualmente: ¡Ay de aquellos que perdieron la paciencia! (Eclesiástico 2, 14). Sea que se hable de paciencia, aguante o tolerancia, se trata de una única realidad significada en varios términos.

Quien sabe que es un peregrino en este mundo (...), quien tiene la certeza de que aquí se encuentra la región de la vida feliz, que aquí es lícito desear, pero no es posible tener, y arde en deseo tan bueno, tan santo y tan casto, ese vive aquí pacientemente. La paciencia no parece necesaria para las situaciones prósperas, sino para las adversas. Nadie soporta pacientemente lo que le agrade.

Todo el que arde en deseos de vida eterna, por feliz que sea en cualquier tierra, tendrá que vivir necesariamente con paciencia.

El que desea ama también; y quien desea ama hasta llegar a lo amado; y quien ya lo ve, ama para permanecer en ello.

¿Quieres llegar y no quieres caminar? La visión es la posesión; la fe el camino. Quien rehúsa la fatiga del camino, ¿cómo puede reclamar el gozo de la posesión?

La fe no desfallece porque la sostiene la esperanza. Elimina la esperanza y desfallecerá la fe.

Si a la fe y a la esperanza le quitas el amor, ¿de qué aprovecha el creer, de qué sirve el esperar, sin hay amor? Mejor dicho, tampoco puede esperar lo que no ama.

El amor enciende la esperanza y la esperanza brilla gracias al amor.

El amor crece, el amor aumenta y alcanza su perfección mediante la contemplación.

Sermón 359. II, pgs. 1557-1559.

 

Los Santos Padres.

Cristo promete, sin embargo, que ellos serán entregados, pero ni un cabello de sus cabezas perecerá.

Cirilo de Alejandría, Comentario al Ev. de Lucas, 159. III, pg. 428.

¿Cómo vamos a dudar de que ha de dar la vida entera a nuestra carne y a nuestra alma, el que por nosotros recibió alma y carne en qué morar, la entregó al momento de morir y la volvió a recobrar para que desapareciese el temor a morir?

Agustín, Sermón 214. III, pg. 429.

 

San Juan de Ávila

Haced esto, y viviréis (Lc 10, 28), con que sepáis que si habéis de ser amigo de Dios, que os aparejéis a sufrir trabajos; que si esto no hay, ¿qué es el bien que uno tiene, sino ciudad sin muros, que al primer combate es vencida? La paciencia es el escudo de las otras virtudes, y, ella faltando, en un rato perdemos trabajos de muchos días. Y por eso nos amonesta nuestro Maestro y Redemptor: En vuestra paciencia poseeréis vuestras ánimas (Lc 21, 19); que, esta faltando, no somos nuestros, porque así roba el juicio la ira como el beber vino. Haced corazón fuerte para sufrir trabajos; que sin pelea no podéis gozar victoria, y no se dará la corona sino a quien venciere (cf. St 1, 12; Ap 2, 10). No os parezcan grandes vuestros trabajos, que para lo que merecemos, y para lo que Cristo pasó, y para el galardón que por ellos nos será dado, muy chicos son. Acordaos que presto saldremos de este mundo, y todo lo pasado nos parecerá una breve sombra, y estimaremos por mejor el trabajo que el descanso. Sabed vos aprovecharos de las penas, que gran tesoro traen al ánima. Apúranla de los pecados pasados, porque lo que es fuego para el oro es la tribulación para el justo (cf. Sb 3, 6).

A un su devoto que le pedió cómo sería bueno. IV, pg. 283.

 

San Oscar Romero.

Imaginemos, queridos hermanos, que estamos formando parte de aquel auditorio íntimo de Nuestro Señor Jesucristo cuando pronunció este famoso discurso llamado el discurso escatológico. Ha salido del templo de Jerusalén donde, según los domingos pasados, tuvo aquellas discusiones que ya presagiaban el desenlace trágico: los enemigos lo odian demasiado, le tienen demasiada envidia y eso no se va a quedar así. Qué triste cuando a un profeta le han señalado ya su destino de sangre. Cristo sale del templo y se dirige a la colina occidental del Monte de los Olivos, desde allá todavía ahora se contempla, no ya el templo que estaba viendo Jesucristo, ya que estaba para terminar la reparación que estaba haciendo Herodes, maravillosa, sino que ahora se contempla una explanada, un desierto donde se yerguen unas mezquitas musulmanas, pero en tiempo de Cristo, desde la colina Cristo comienza a decirles: "Ya veis, no quedará piedra sobre piedra", y comienza el largo sermón escatológico en que, como todos los profetas, viendo hacia el futuro, describe como dos planos, como una fotografía en dos planos: uno próximo que es la destrucción de Jerusalén, el año 70 por los romanos, ese templo quedará destruido, no quedará piedra sobre piedra. Y otro plano más remoto, el fin del mundo.

Estas catástrofes de las ciudades, estos terremotos, estas guerras que acaban con las bellezas de nuestros edificios, no son más que signos de la destrucción final, cuando se bambolearán también hasta los soles y las estrellas; y cuando aparecerá el Hijo del Hombre en la majestad de su gloria llamando a los muertos: vengan a juicio. El fin del mundo, la catástrofe final. Léanlo, queridos hermanos, todo ese capítulo 24 [de Mateo], que por razones de tiempo no nos lo ofrece hoy la Iglesia, pero sería muy buena meditación para las comunidades de base en esta semana.

Homilía 32º domingo tiempo ordinario ciclo A. 12 de noviembre de 1978.

 

Papa Francisco.  

En primer lugar, una mirada realista a la historia, marcada por las calamidades y también por la violencia, por los traumas que hieren la creación, nuestro hogar común, y también a la familia humana que en ella habita, y a la propia comunidad cristiana. Pensemos en tantas guerras a día de hoy, en tantas calamidades.

La segunda imagen, envuelta en la seguridad de Jesús, nos muestra la actitud que el cristiano debe adoptar al vivir esta historia, caracterizada por la violencia y la adversidad.

¿Y cuál es la actitud del cristiano? Es la actitud de esperanza en Dios, que nos permite no dejarnos abrumar por acontecimientos trágicos. En efecto, «esto os sucederá para que deis testimonio» (v. 13). Los discípulos de Cristo no pueden permanecer esclavos de los temores y de las angustias, sino que están llamados a vivir la historia, a detener la fuerza destructiva del mal, con la certeza de que la ternura providencial y tranquilizadora del Señor acompaña siempre su acción de bien. Esta es la señal elocuente de que el Reino de Dios viene a nosotros, es decir, que la realización del mundo se acerca como Dios quiere. Es Él, el Señor, quien dirige nuestras vidas y conoce el propósito último de las cosas y los acontecimientos.

 

Papa Francisco. Audiencia general. El libro de la propia vida.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Antes de hablar sobre lo que he preparado, quisiera atraer la atención sobre estos dos niños que han venido aquí. Ellos no han pedido permiso, ellos no han dicho: “Ah, tengo miedo”: han venido directamente. Así debemos ser nosotros con Dios: directamente. Nos han dado ejemplo de cómo debemos comportarnos con Dios, con el Señor: ¡ir adelante! Él nos espera siempre. Me ha hecho bien ver la confianza de estos dos niños: ha sido un ejemplo para todos nosotros. Así debemos acercarnos siempre al Señor: con libertad. Gracias.

Hace tres días volví del viaje al Reino de Baréin, que yo no conocía, de verdad: no sabía bien como era, ese reino. Deseo dar las gracias a todos aquellos que han acompañado esta visita con el apoyo de la oración, y renovar mi reconocimiento a su majestad el rey, a las otras autoridades, a la Iglesia local y a la población por la calurosa acogida. Y también, quiero dar las gracias a los organizadores de los viajes: para hacer este viaje hay un movimiento de gente, la Secretaría de Estado trabaja mucho para preparar los discursos, para preparar la logística, todo, se mueven muchos… después, los traductores... y después, el Cuerpo de la Gendarmería, el Cuerpo de la Guardia Suiza, que son muy buenos. ¡Es un trabajo enorme! Todos, a todos quisiera daros las gracias públicamente por todo lo que hacéis para que un viaje del Papa vaya bien. Gracias.

Resulta espontáneo preguntarse: ¿por qué el Papa quiso visitar este pequeño país de grandísima mayoría islámica? Hay muchos países cristianos: ¿por qué no va antes a uno u otro? Quisiera responder a través de tres palabras: diálogo, encuentro y camino.

Diálogo: la ocasión del viaje, deseado desde hace tiempo, fue ofrecida por la invitación del rey a un foro sobre el diálogo entre Oriente y Occidente. Diálogo que sirve para descubrir la riqueza de quien pertenece a otras gentes, otras tradiciones, otros credos. Baréin, un archipiélago formado por muchas islas, nos ha ayudado a entender que no se debe vivir aislándose, sino acercándose. En Baréin, que son islas, se han acercado, se tocan. Lo exige la causa de la paz, y el diálogo es “el oxígeno de la paz”. No os olvidéis de esto: el diálogo es el oxígeno de la paz. También en la paz doméstica. Se ha hecho una guerra ahí, entre marido y mujer, después con el diálogo se va adelante con paz. En familia, dialogar también: dialogar, porque con el diálogo se custodia la paz. Hace casi sesenta años el Concilio Vaticano II, hablando de la construcción del edificio de la paz, afirmaba que tal obra «exige de ellos [los hombres] con toda certeza que amplíen su mente más allá de las fronteras de la propia nación, renuncien al egoísmo nacional ya a la ambición de dominar a otras naciones, alimenten un profundo respeto por toda la humanidad, que corre ya, aunque tan laboriosamente, hacia su mayor unidad» (Gaudium et spes, 82). En Baréin sentí esta necesidad y deseé que, en todo el mundo, los responsables religiosos y civiles sepan mirar más allá de los propios confines, de las propias comunidades, para cuidar del conjunto. Solo así se pueden afrontar ciertos temas universales, por ejemplo, el olvido de Dios, la tragedia del hambre, la custodia de la creación, la paz. Juntos, se piensa esto. En este sentido el Foro del diálogo, titulado “Oriente y Occidente por la convivencia humana”, exhortó a elegir el camino del encuentro y a rechazar el del enfrentamiento. ¡Cuánto lo necesitamos! ¡Cuánto necesitamos encontrarnos! Pienso en la disparatada guerra ―¡disparatada!―  de la que es víctima la martirizada Ucrania, y en tantos otros conflictos, que nunca se resolverán a través de la infantil lógica de las armas, sino solo con la fuerza mansa del diálogo. Pero además de Ucrania, que está martirizada, pensemos en las guerras que duran desde hace años, y pensemos en Siria ―¡más de diez años! ― pensemos por ejemplo en Siria, pensemos en los niños de Yemen, pensemos en Myanmar: ¡por todos lados! Ahora, está más cerca Ucrania, ¿qué hacen las guerras? Destruyen, destruyen la humanidad, destruyen todo. Los conflictos no deben ser resueltos a través de la guerra.

Pero no puede haber diálogo sin ―segunda palabra― encuentro. En Baréin nos hemos encontrado, y muchas veces he sentido emerger el deseo de que aumenten los encuentros entre cristianos y musulmanes, que se construyan relaciones más fuertes, que se preocupen más los unos de los otros. En Baréin ―como se hace en oriente― las personas se llevan la mano al corazón cuando saludan a alguien. Yo también lo hice, para dar espacio dentro de mí a quien encontraba. Porque, sin acogida, el diálogo queda vacío, aparente, permanece cuestión de ideas y no de realidad. Entre los muchos encuentros, pienso en el del querido hermano, el gran imán de Al-Azhar ―¡querido hermano!―; y con los jóvenes de la Escuela del Sagrado Corazón, estudiantes que nos han dado una gran enseñanza: estudian juntos, cristianos y musulmanes. Es necesario conocerse desde jóvenes, adolescentes, niños, para que el encuentro fraterno prevalezca sobre las divisiones ideológicas. Y aquí quiero dar las gracias a la Escuela del Sagrado Corazón, dar las gracias a sor Rosalyn que ha llevado adelante esta escuela tan bien, y a los chicos que han participado con los discursos, con las oraciones, el baile, el canto: ¡lo recuerdo bien! Muchas gracias. Pero también los ancianos han ofrecido un testimonio de sabiduría fraterno: pienso en el encuentro con el Consejo Musulmán de Ancianos, una organización internacional nacida hace pocos años, que promueve buenas relaciones entre las comunidades islámicas, en nombre del respeto, de la moderación y de la paz, oponiéndose al integrismo y a la violencia.

Así vamos hacia la tercera palabra: camino. El viaje en Baréin no hay que verlo como un episodio aislado, forma parte de un recorrido, inaugurado por san Juan Pablo II cuando viajó a Marruecos. Así, la primera visita de un Papa a Baréin ha representado un nuevo paso en el camino entre creyentes cristianos y musulmanes: no para confundirnos o aguar la fe, no: el diálogo no desvirtúa; sino para construir alianzas fraternas en el nombre del padre Abraham, que fue peregrino en la tierra bajo la mirada misericordiosa del único Dios del Cielo, Dios de la paz. Por esto el lema del viaje era: “Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. ¿Y por qué digo que el diálogo no desvirtúa? Porque para dialogar es necesario tener identidad propia, se debe partir de la propia identidad. Si tú no tienes identidad, tú no puedes dialogar, porque no entiendes ni siquiera tú qué eres. Para que un diálogo sea bueno, se debe partir siempre de la propia identidad, ser conscientes de la propia identidad, y así se puede dialogar.

Diálogo, encuentro y camino en Baréin se realizaron también entre los cristianos: por ejemplo, el primer encuentro, de hecho, fue ecuménico, de oración por la paz, con el querido patriarca y hermano Bartolomé y con los hermanos y hermanas de varias confesiones y ritos. Tuvo lugar en la Catedral, dedicada a Nuestra Señora de Arabia, cuya estructura evoca una tienda, esa en la que, según la Biblia, Dios encontraba a Moisés en el desierto, a lo largo del camino. Los hermanos y las hermanas en la fe, que he encontrado en Baréin, viven realmente “en camino”: la mayor parte son trabajadores inmigrantes que, lejos de casa, encuentran sus raíces en el Pueblo de Dios y su familia en la gran familia de la Iglesia. Es maravilloso ver estos migrantes, filipinos, indios y de otros lugares, cristianos que se reúnen y se apoyan en la fe. Y van adelante con alegría, en la certeza de que la esperanza de Dios no decepcionada (cf. Rm 5,5). En la reunión con los pastores, los consagrados y las consagradas, los agentes pastorales y, en la festiva y conmovedora misa celebrada en el estadio, con muchos fieles procedentes también de otros países del Golfo, llevé el afecto de toda la Iglesia. Este ha sido el viaje. 

Y hoy quisiera transmitiros su alegría genuina, sencilla y hermosa. Encontrándonos y rezando juntos, nos hemos sentido un corazón solo y un alma sola. Pensando en su camino, en su experiencia cotidiana de diálogo, sintámonos todos llamados a ampliar los horizontes: por favor, corazones amplios, no corazones cerrados, duros. Abrid los corazones, porque todos somos hermanos y porque esta fraternidad humana vaya más adelante. Ampliar los horizontes, abrir, ampliar los intereses y dedicarnos al conocimiento de los otros. Si tú te dedicas al conocimiento de los otros, nunca te sentirás amenazado. Pero si tienes miedo de los otros, tú mismo serás para ellos una amenaza. El camino de la fraternidad y de la paz necesita de todos y cada uno para continuar. Yo doy la mano, pero si del otro lado no hay otra mano, no sirve. ¡Que la Virgen nos ayude en este camino! ¡Gracias!

 

Comentario.

-Contexto:

El óbolo de la viuda (21, 1-4).

Discurso escatológico o del final del mundo (21, 5-37):

Introducción (vv. 5-7).

Advertencia inicial (vv. 8-9).

Anuncio del final (vv. 10-11).

Hechos previos (vv. 12-28):

Persecución de los cristianos (vv. 12-12).

Destrucción de Jerusalén (vv. 20-24).

Cataclismo universal (vv. 25-26).

Venida del Hijo del hombre (vv. 28).

Parábola de la higuera (vv. 29-33).

Advertencia conclusiva (vv. 24-36).

Sumario final (vv. 37-38).

Día de los ácimos (22, 1-38).

Pasión (22, 39-23,56).

-Temas:

Discernimiento, persecución, testimonio y perseverancia.

 

EXPERIENCIA.

Cierra los ojos. Pausadamente sígnate pidiendo a Cristo que desde la cruz vuelva a entregar su Espíritu, el Espíritu Santo, a ti, quien deseas estar con Él, escucharle, hablarle y dejarte transformar por su Palabra.

Permanece en silencio tomando conciencia de hallarte en su presencia.

En un folio traza una línea horizontal y sobre ella ve recordando tus primeros años, infancia, adolescencia, juventud, ..., mientras con el bolígrafo vas ascendiendo y descendiendo a modo de la línea de gráfica, dibujando un sol cuando todo era luminoso y una cruz en los momentos duros y difíciles, cuesta abajo.

Conecta este vídeo con los ojos cerrados, imaginando al protagonista y cada historia que relata:

https://www.youtube.com/watch?v=QHVHkrBMytg

Míralo sin audio, tratando de recordar las reflexiones sobre su vida.

Por tercera vez escucha y míralo.

Dibuja una tabla con dos columnas.

Anota en la primera columna los pensamientos y sentimientos que ha suscitado en ti y reflexiona sobre ellos.

Y en la segunda las situaciones que has vivido, los sentimientos que anidaban en esos momentos y las actitudes con las que te enfrentaste a ellos. No es necesario que sea con todos, por cuanto cada vida e historia son únicas e irrepetibles.

+REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según Lucas 21, 5-19.

En aquel tiempo, como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado que estaba con piedras de calidad y exvotos, Jesús les dijo:

-Esto que contempláis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida”.

Ellos le preguntaron:

-Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?

Él dijo:

-Mirad que nadie os engañe. Porque muchos vendrán en mi nombre diciendo: “Yo soy”, o bien: “Está llegando el tiempo”; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque es necesario que eso ocurra primero, pero el fin no será enseguida.

Entonces les decía:

-Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países, hambres y pestes. Habrá también fenómenos espantosos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a las cárceles, y haciéndonos comparecer ante reyes y gobernadores, por causa de mi nombre. Esto os servirá de ocasión para dar testimonio. Por ello, meteos bien en la cabeza que no tenéis que preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os entregarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán a causa de mi nombre. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.

 

¿QUÉ DICE? El texto de hoy es el último discurso público de Jesús, en él anuncia el final del mundo marcado por las catástrofes naturales, la violencia entre los hombres y contra los cristianos. Pero no es un mensaje de derrota sino de victoria y esperanza a fin de suscitar en el oyente o lector la perseverancia en medio de las dificultades. Léelo las veces que necesites, buscando la estructura del fragmento evangélico e imaginando las escenas.

¿QUÉ TE DICE?  Escoge una o dos frases, las más significativas para ti. Repítelas las veces que necesites, hasta que se conviertan en llovizna de aspersor en la tierra de tu corazón. Recuerda la historia que has visto en YouTube. Mira la gráfica que has dibujado. En los momentos bajos, de oscuridad y difíciles ¿cuál era el signo? La cruz de Cristo impidió te hundieses más, te dio fuerzas, a modo de escalera, para subir y superar el conflicto. Nunca estuviste sola o solo, Cristo siempre estuvo a tu lado. Recuerda tu historia con los Juniors, los momentos en los que estuviste a punto de no ir de campamento o marcharte de él, particularmente el primer campamento. Tu perseverancia acompañada por las palabras de tus padres y de tus monitores impidió abandonases el campamento.

¿QUÉ LE DICES? Es el tiempo entre ti y Jesús. Cuando dos personas se aman no necesitan un manual para el diálogo de la pareja. De corazón a Corazón, de palabra a Palabra, de silencio a Silencio.

 

COMPROMISO.

En tu entorno, ¿quién está pasando un mal momento?, ¿puedes ayudarle? Si puedes no lo dejes para mañana. Envíale un WhatsApp y pregúntale qué tal se encuentra. Lo peor de pasar una mala racha no es pasarla sino sentir que a nadie le importa la situación por que se atraviesa, la soledad con la que se sufre. Y si lo consideras oportuno invítale a rezar y confiar en Jesús.

 

CELEBRACIÓN.

Escucha la canción Color esperanza de Diego Torres. Con Cristo todo lo podrás.

https://www.youtube.com/watch?v=Nb1VOQRs-Vs

 

GUIÓN MISA NIÑOS.

DOMINGO CRISTO REY DEL UNIVERSO. 20  de noviembre de 2022.

 

Monición de entrada.-

Buenos días.

Este domingo es el último del año en la misa.

Y así con este domingo se termina el año cristiano que empezó el año pasado con el domingo de Adviento.

Por eso es el domingo de Jesús Rey.

Porque Jesús es la persona más importante del mundo.

Él es el Hijo de Dios.

Y Él es el que está en misa y el más importante de la misa.

Él nos llama, nos habla y nos sienta a la mesa.

 

Señor ten piedad.-

Tú nos invitas a la misa. Señor, ten piedad.

Tú nos hablas en misa. Cristo, ten piedad.

Tú nos das la comunión. Señor, ten piedad.

 

Peticiones.-

Jesús,  te pido por el Papa Francisco y los obispos Antonio y Enrique. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por la misión que hemos empezado en la iglesia de Valencia. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por la Iglesia que un espejo de tu corazón. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por las personas que mandan, para que sean servidores del pueblo. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por los niños que son insultados, para que dejen de insultarles. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido los que estamos en misa, para que nuestro corazón sea muy parecido al tuyo. Te lo pedimos, Señor.

 

 Oración a la Virgen María.-

María, madre de Jesús, queremos darte gracias por todas las cosas buenas que nos han pasado esta semana. Y también por ayudarnos a ser buenas niñas y buenos niños.

 

GUIÓ MISSA INFANTS. Diumenge 33. T.O.

 

DIUMENGE DE CRIST REI. 20 de novembre de 2022.

 

Monición d’entrada.-

Bon dia.

Aquest diumenge és l’últim de l’any a la missa.

Així amb aquest diumenge s’acaba l’any cristià que començà el passat diumenge d’Advent.

Per això és el diumenge de Jesús, Rei.

Per què Jesús és la persona més important del món.

Ell és el fill de Déu.

I és el qui és troba a la missa i el més important de la missa.

Ell ens crida, ens parla i s’asseu a la taula.

 

Senyor, tingueu pietat.-

Tu ens convides a la missa. Senyor, tingueu pietat.

Tu ens parles a la missa. Crist, tingueu pietat.

Tu ens dones la comunió. Senyor, tingueu pietat.

 

Peticions.-

Jesús, et demane pel Papa Francesc i els bisbes Antonio i Enrique. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per la missió que hem començat a l’església de València. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per l’església, per que siga un espill del teu cor. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane per les persones que mane, perquè siguen servidors del poble. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane pels xiquets que són insultats, perquè deixen d’insultar-los. T’ho demane, Senyor.

Jesús, et demane pels qui és trobem  a missa, perquè el nostre cor siga molt paregut al teu. T’ho demane, Senyor.

 

 Plegaria a la Mare de Déu.-

Maria, mare de Jesús, volem donar-te les gràcies per totes les coses bones que ens ha passat aquesta setmana. I també per ajudar-nos a ser bones xiquetes i bons xiquets.

 

LECTURES EN VALENCIÀ.

 

Lectura del llibre del profeta Malaquies 3, 19-20a.

Vindrà aquell dia abrasidor com una fornal. Tots els orgullosos i els injusts seran igual que rostoll, i aquell dia quan arribe, els incendiarà, no ens deixarà ni l’arrel ni la tija, diu el Senyor de l’univers.

Però  per a vosaltres, que venereu el meu nom, eixirà el sol de la felicitat, i els seus raigs seran saludables.

Paraula de Déu.

 

Sal 98 (97).

 

Ve el Senyor a judicar

amb raó tots els pobles. R/.

Canteu al Senyor les vostres melodies,

canteu-li al so de les cítares;

aclameu el rei, que és el Senyor,

amb trompetes i tocs de corn. R/.

 

Bramula el mar amb tot el que s’hi mou,

el món i tots els qui l’habiten;

tots els rius aplaudeixen,

i aclamen les muntanyes,

en veure que ve el Senyor

a judicar la terra.  R/.

 

Judicarà tot el món amb justicia,

tots els pobles amb raó. R/.

 

Lectura de la segona carta de sant Pau als cristians de Tessalònica 3, 7-12.

Germans:

Ja sabeu que heu de fer si voleu imitar-nos. Entre nosaltres no vivíem mai sense fer res, i a ningú no demanàvem de franc el pa que menjàvem, sinó que ens afanyàvem treballant nit i dia, per no ser carregosos a ningú dels vostres.

No és que no tinguem dret a la nostra manutenció, però volíem donar-vos un exemple amb la nostra vida, perquè vosaltres l’imitàsseu.

Recordeu que quan érem entre vosaltres vos repetíem aquesta regla: “Qui no vulga treballar, que no menge”.

Vos escrivim això perquè sentim dir que alguns de vosaltres viuen sense fer res i, a més de no treballar, es posen on no els demanen. A tots aquests, els ordenem i els recomanem en nom de Jesucrist, el Senyor que treballen en pau per guanyar-se el pa que mengen.

 

X Lectura de l’Evangeli segons sant Lluc 21, 5-19

En aquell temps alguns parlaven del temple, fent notar les seues pedres magnífiques i les ofrenes que el decoraven. Jesús digué:

-Això que veieu, vindran dies que tot serà destruït: no quedarà pedra sobre pedra.

Llavors li preguntaren:

-Mestre, Quan serà tot això i quin senyar anunciarà que està a punt de succeir?

Jesús respongué:

-Estigueu alerta, no vos deixeu enganyar, perquè vindran molts que s’apropiaran el meu nom. Diran: “Soc jo”, i també: “Ja arriba el moment”. Deixeu-los estar; no hi aneu, amb ells. I quan sentireu parlar de guerres i de revoltes, no vos alarmeu. Això ha de succeir primer, però la fi no vindrà de seguida.

Després els deia:

-Una nació prendrà les armes contra una altra, i un regne contra un altre regne. Hi haurà grans terratrémols, fams i pestes per tot arreu, passaran fets espantosos i apareixeran al cel grans senyals d’amenaça.-

Però abans de tot això se vos enduran detinguts, vos perseguiran, vos conduiran a les sinagogues o als governadors, acusats de portar el meu nom. Serà una ocasió de donar testimoni. Feu el propòsit des d’ara de no preparar-vos la defensa: jo mateix vos donaré una eloqüència i una saviesa, i cap dels vostres acusadors no serà capaç de resistir-la o de contradir-la.

Sereu traïts fins i tot pels pares, pels germans, parents i amics, en mataran alguns de vosaltres, i sereu odiats de tothom pel fet de portar el meu nom. Però no es perdrà ni un dels vostres cabells. Sofrint amb constància vos guanyareu per sempre la vostra vida.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Riutort Mestre, P. Llibre del poble de Déu. Gorg. València. 1975.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Homilética. Sal Terrae.  

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

www.vatican.va



[1] m. AGR. Camp després de la sega, abans de rebre cap altra operació. Diccionari Normatiu Valencià.  www.avl.gva.es

[2] 1. f. BOT. Òrgan de les plantes que es prolonga en sentit contrari al de l'arrel i que sosté les fulles, les flors i els fruits. Ib.

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