jueves, 17 de noviembre de 2022

Domingo 34. Cristo Rey. 20 de noviembre de 2022.

 


Primera lectura.

Lectura del segundo libro de Samuel 5, 1-3.

En aquellos días, todas las tribus de Israel se presentaron ante David en Hebrón y le dijeron:

-Hueso tuyo y carne tuya somos. Desde hace tiempo, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú el que dirigía las salinas y entradas de Israel. Por su parte, el Señor te ha dicho: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”.

Los ancianos de Israel vinieron a ver al rey en Hebrón. El rey hizo una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos le ungieron como rey de Israel.

 

Lectura del llibre de Samuel 5, 1-3.

En aquells dies les tribus d’Israel anaren a trobar David a Hebron i li digueren:

-Som família teua, som os del teu os i carn de la teua carn. Ja abans, mentre Saül era el nostre rei, tu conduïes les tropes d’Israel quan anàvem a la guerra i quan en tornaven, i el Senyor et digué: “Tu pastaràs Israel, el meu poble, seràs el seu sobirà”.

Així, quan els ancians d’Israel anaren a trobar el rei a Hebron, el rei David va fer amb ells un pacte davant el Senyor i l’ungiren rei d’Israel.

Paraula de Déu.

 

Comentario.

-Tribus del centro y norte de Israel:

Piden a David que reine sobre ellas y las del sur.

-3 unciones reales recibidas por David:

1 Sam 16, 13: en Belén por Samuel cuando es escogido entre sus hermanos.

2 Sam 2, 4: en Hebrón por la tribu de Judá, tras la muerte de Saúl.

2 Sam 5, 3: en Hebrón por las otras tribus, tras la muerte del hijo de Saúl Isboset.

-A continuación conquista Jerusalén (2 Sam 5, 6-12) y la convierte en la capital de su reino.

-Figura de David y su reino:

Uno de los puntos centrales de la teología de Israel.

Mesianismo de David:

Punto de partida: profecía de Natán (2 Sam 7).

Fundamento: fidelidad de Dios a la promesa hecha a David.

Dimensiones: histórica, profética, sacerdotal, escatológica y cristológica.

 

Salmo responsorial

Sal 122 (121).

 

Vamos alegres a la casa del Señor. R/.

¡Qué alegría cuando me dijeron:

“Vamos a la casa del Señor”!

Ya están pisando nuestros pies

tus umbrales, Jerusalén. R/.

 

Allá suben las tribus,

las tribus del Señor,

según la costumbre de Israel,

a celebrar el nombre del Señor;

en ella están los tribunales de justicia,

en el palacio de David.  R/.

 

 

Sal 122 (121).

 

Quina alegria quan em van dir:

“Anem a la casa del Senyor”. R/.

Quina alegria quan em van dir:

“Anem a la casa del Senyor”.

Ja han arribat els nostres peus

al teu llindar, Jerusalem. R/.

 

Jerusalem, ciutat ben construïda,

conjunt harmoniós;

és allà que pugen les tribus,

les tribus del Senyor.  R/.

 

A complir l’aliança d’Israel,

a lloar el nom del Senyor.

Allí hi ha els tribunals de justícia,

els tribunals del palau de David. R/.

 

Notas exegéticas.

122 Deteniéndose a las puertas de la ciudad santa, los peregrinos le dirigen un saludo: Shalóm (“paz”) jugando con la etimología popular de Jerusalén: “ciudad de paz”. La paz deseada formaba parte de las esperanzas mesiánicas. El amor a la santa Sión es un rasgo de la piedad judía.

122 3 Jerusalén sólidamente restaurada. Ne 2, 17, es el símbolo de la unidad del pueblo elegido (versiones: “donde la comunidad es una”) y figura de la unidad d ela Iglesia. – Otra interpretación podría ser: “sólidamente unificada”, aludiendo a la sólida muralla, construida por Ezequías y halla en las excavaciones de Jerusalén, mediante la cual se unían a la ciudad los antiguos barrios extramuros.

 

Segunda lectura.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1, 12-20.

Hermanos:

Demos gracias a Dios Padre, que os ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino del Hijo de su amor, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. Él es imagen del Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque en él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles. Tronos y dominaciones, principados y potestades; todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él y para él quiso reconciliar todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Palabra de Dios.

 

Lectura de la carta de sant Pau als cristians de Colosses 1, 12-20.

Germans:

Donem gràcies al Pare, que vos ha fet dignes de tenir part en l’heretat del poble sant, en el Regne de la llum. Ell ens alliberà del poder de les tenebres i ens traspassà al Regne del seu Fill estimat, en qui tenim el nostre rescat, el perdó dels nostres pecats.

Ell és imatge del Déu invisible, engendrat abans de tota la creació, ja que Déu ha creat totes les coses per ell, tant les del cel, com les de la terra, tant les visibles com les invisibles, trons, sobirans, governs i potestats.

Déu ha creat tot l’univers per ell i l’ha destinat a ell. Ell existeix abans que tot, i tot es manté unit gràcies a ell. Ell és també el cap del cos, que és l’Església. Ell n’és l’origen, és la primícia dels qui retornen d’entre els morts, perquè ell ha de ser en tot el primer.

Déu volgué que residís en ell la plenitud de tot el que existeix; per ell Déu volgué reconciliar-se tot l’univers, posant la pau en tot el que hi ha tant a la terra com al cel, per la sang de la creu de Jesucrist.

Paraula de Déu.

 

Comentario.

-Himno cristológico:

Vv. 15-20.

Podría remontarse a una liturgia bautismal previa a Pablo:

Teología y cristología no es propia del apóstol.

-Él:

Pronombre que más se repite.

Primer pronombre se refiere Dios Padre: “Él nos ha sacado”.

El resto a Jesucristo: “imagen, cabeza, principio”, etc.

-Estructura:

Acción de gracias (vv. 12-14).

Himno cristológico (vv. 15-20):

Cosmológica (vv. 15-17)

Eclesial (vv. 18-20).

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según Lucas 23, 35-43.

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:

-A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.

Se burlaban de él también los soldados que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

-Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

Había también por encima de él un letrero: “Este es el rey de los judíos”. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:

-¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.

Pero el otro respondiéndole e increpándolo, le decía:

-¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo.

Y decía:

-Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.

Jesús le dijo:

-En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.

 

X Lectura de l’Evangeli segons sant Lluc 23, 35-43.

En aquell temps les autoritats i la gent que s’ho estava mirant es reien de Jesús clavat en creu i deien:

-Ell, que en salvava d’altres, que se salve ell mateix, si és el Messies de Déu, l’Elegit.

Els soldats també se’n burlaven: tot oferint-li vinagre, li deien:

-Si ets el rei dels jueus, salva’t a tu mateix.

Sobre ell hi havia un rètol que deia:

-El rei dels jueus.

Un dels criminals penjats a la creu, també li deia insultant-lo:

-No ets el Messies? Salva’t a tu mateix i a nosaltres.

Però l’altre, reptant-lo, li respongué:

-Tu que estàs sofrint la mateixa pena tampoc no tens temor de Déu? I nosaltres ens ho mereixíem, perquè estem sofrint el castic que ens correspon pel que hem fet, però aquest no ha fet res de mal.

I deia:

-Jesús, recordeu-vos de mi, quan arribeu al vostre Regne.

Jesús li respongué:

-T’ho dic amb tota veritat: Avui seràs amb mi al paradís.

Paraula del Senyor.

 

Textos paralelos.

 

Mc 15, 29-32a

Mt 27, 39-43

Lc 23, 35-38

Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

 

-Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.

 

De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:

 

 

-A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos.

Los que pasaban, lo injuriaban, y meneando la cabeza, decían:

 

-Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo; si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz.

 

Igualmente los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también diciendo:

 

-A otros ha salvado y él no se puede salvar. ¡Es el Rey de Israel!, que baje ahora de la cruz y le creeremos. Confió en Dios, que lo libre si es que lo ama, pues dijo: “Soy Hijo de Dios”.

El pueblo estaba mirando,

 

 

 

 

 

 

 

 

pero los magistrados le hacían muecas diciendo:

 

 

 

-A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.

 

 

 

 

 

 

Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

-Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.

Se burlaban de él también los soldados, que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

-Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

Había también por encima de él un letrero: “Este es el rey de los judíos”.

 

Si es el Cristo de Dios, el Elegido.

Lc 2, 26: Le había sido revelado [a Simeón] por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor.

Lc 9, 35: [Transfiguración] Y una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo”.

Is 49, 7: Así dice el Señor, redentor y Santo de Israel, al despreciado, al aborrecido de las naciones, al esclavo de los tiranos: “Te verán los reyes, y se alzarán; los príncipes, y se postrarán; porque el Señor es fiel, porque el Santo de Israel te ha elegido”.

Uno de los malhechores.

Mt 27, 44: De esta manera los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

Mc 15, 32b: También los otros crucificados lo insultaban.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

23 35 Este título, al que aluden las palabras del Padre en 9, 35, evocan Is 49, 7, donde designa al Siervo elegido por Dios para llevar a cabo su obra de salvación y despreciado por los hombres. Es también uno de los nombres del Mesías en el libro de las Parábolas de Henoc.

23, 38 Numerosos testigos añaden: “en caracteres griegos, latinos y hebreos” (ver Jn 19, 20).

23, 39 El mal ladrón interpela a Jesús como “Cristo”, v. 39, el buen ladrón le reconoce como “Rey”, v. 42: son los dos títulos, religioso y político, entorno a los cuales ha girado todo el proceso de Jesús, ante los Judíos primeramente, y ante Pilato después.

23 40 El episodio de los vv. 40-43 es propio de Lc, que se interesa por las escenas de conversión (7, 36-50; 19, 1-10; Hch 9, 1-25; 10; 16, 14-15.29.34).

23 42 “con” (es decir en posesión de) tu Reino”. – Var.: “cuando vengas en tu Reino”, es decir, para inaugurarlo.

23 43 Para algunos judíos de aquel tiempo, el paraíso era el lugar donde los justos difuntos esperaban la resurrección. Se encuentra la idea, aunque no la palabra, en Lc 16, 22-31 (Lázaro y el rico).

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

35 EL ELEGIDO: apelativo del Mesías, muy frecuente en la segunda parte de Henoc, en el llamado Libro de las Parábolas.

39 CRUCIFICADOS: lit. colgados, traducción que sería valida si esa palabra en nuestra lengua no significase “ahorcados”.

40-43 El llamado “Buen Ladrón” fue también buen evangelizador: por la luz de la gracia se confesó pecador, conoció al Dios perdonador que es Jesús, lo aceptó, y lo anunció a su manera, no con palabras de sabiduría humana (cf. 1 Cor 2, 1-5). En él tenemos condensado el itinerario de salvación descrito en Rm 10, 8-10. Su carrera fue rápida: “Poco antes homicida, poco después acusado, convicto, condenado, crucificado, liberado” (san Agustín).

40 DIJO: lit. decía. // Y ESO QUE...: o “ (tú) que...”, con matiz adversativo: “a pesar de que...”. // SUFRES: lit. estás en.

41 EL PAGO DE: lit. cosas dignas de. // La palabra griega traducida por MALO es, lit., fuera-de-sitio, algo parecido a nuestro “desordenado”, “desencaminado”.

42 CUANDO VUELVAS (matiz de retorno, frecuentemente implícito en el verbo griego érkhomai) COMO REY: lit. en la realeza (o en el reino) de ti. La partícula griega en es, en este caso, instrumental y asociativa: “volver con el reino” propio de uno es “volver como rey”. Si con algunos manuscritos leemos eis en vez de en, habría que traducir: cuando vayas (o llegues) a tu reino. De hecho, Jesús ahora no aparece visiblemente COMO REY, pero el título de la cruz, que ha podido leer el malhechor, será efectivo un día; para ese día de Cristo Rey, su compañero de suplicio solo le pide una cosa: que se acuerde de él. La petición quedará superada por la concesión.

43 HOY: más bien que indicación cronológica exacta (“en estas veinticuatro horas”), aunque no se excluya ese significado, es el tiempo de la salvación inaugurado por Jesús: “no tendrás que esperar; ya, a partir de ahora...”). // EL PARAÍSO: la respuesta de Jesús amplía el significado del término: el ladrón arrepentido no va a estar simplemente en “el regazo de Abrahán”, sino que estará en la intimidad de Dios (=CONMIGO). EL PARAÍSO era, como en el judaísmo tardío, la morada de los justos antes de la resurrección corporal al fin del mundo; es, como lo llama Henoc 61, 12, “el jardín de la vida” donde “habitan los elegidos”.

 

Notas exegéticas de la Biblia Didajé.

23, 39-43 Este episodio ilustra cómo la aceptación voluntaria por los delitos de uno puede tener un valor expiatorio, y por tanto redentor. También implica un juicio inmediato después de la muerte y el destino final del alma a la salvación o a la condenación eterna. Cat. 440, 1021, 2266 y 2615.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

440 Jesús acogió la confesión de fe de Pedro que le reconocía como el Mesías anunciándole la próxima pasión del Hijo del Hombre. Reveló el auténtico contenido de su realeza mesiánica en la identidad trascendente del Hijo del hombre “que ha bajado del cielo” (Jn 3, 13), a la vez que en su misión redentora como Siervo sufriente: “el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mt 20, 28). Por esta razón, el verdadero sentido de su realeza no se ha manifestado más que desde lo alto de la Cruz (cf. Lc 23, 39-43). Solamente después de su resurrección su realeza mesiánica podrá ser proclamada por Pedro ante el pueblo de Dios: “Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado” (Hch 2, 36).

 

Concilio Vaticano II

Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia, abrazó voluntariamente, y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar la cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia.

Declaración Nostre aetate, 4.

 

San Agustín

Él anunció, anunciemos nosotros también; sufrió él, suframos nosotros con él; él fue glorificado, también nosotros lo seremos con él.

Con el corazón se cree para la justicia y con la boca se hace la profesión que aporta la salvación (Rm 10, 10). Tal fue hallado aquel ladrón que pendía en la cruz con el ladrón y reconoció que era el Señor, precisamente en su cruz. Algunos no lo reconocieron cuando hacía milagros, y él lo reconoció cuando estaba en la cruz. Tenía clavados todos sus miembros taladrados, todo el cuerpo estaba adherido al madero; no quedaba libre: solo la lengua y el corazón: en su corazón creyó, con la lengua hizo la profesión de fe. Le dijo: Acuérdate de mí, Señor, cuando estés en tu reino. Esperaba su salvación para el futuro y estaba contento de recibirla tras un largo plazo de tiempo. La esperaba para largo, pero el día no se hizo esperar. Él dijo: Acuérdate de mí, cuando llegues a tu reino, a lo que el Señor respondió: En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. Hoy – dijo – estarás conmigo en el paraíso (Lc 23, 42-43). El paraíso tiene árboles de felicidad: hoy estás conmigo en el madero de la cruz, hoy estarás conmigo en el árbol de la salvación.

Comentario al salmo 39, 15. II, pgs. 179-180.

 

Los Santos Padres.

Extiendo tu brazo hacia la cruz, para que el Señor crucificado extienda sus brazos hacia ti; pues el que no extiende la mano hacia la cruz no puede acercarse a la mesa. Privará de su mesa a los invitados que deberían acercarse a Él hambrientos y en cambio van sacios. No te sacies antes de acercarte a la mesa del Hijo, pues te hará levantarte mientras estás hambriento todavía.

Efrén de Siria, Comentario al Diatessaron, 20, 23. III, pg. 480.

Precisamente [el buen ladrón] mereció el paraíso porque pensó que la cruz de Cristo no es escándalo, sino poder.

Por eso, sin duda, el Señor también le confiere el paraíso, poruqe sobre el patíbulo de la cruz confiesa a aquel que Judas Iscariote había vendido en el monte de los Olivos. ¡Oh maravilla!, repito: el ladrón confiesa a aquel al que el discípulo había negado. ¡Oh maravilla!, repito: el ladrón alaba, mientras sufre, al que Judas había traicionado mientras le besaba. Uno vende el afecto de la paz; el otro alaba las heridas de la cruz.

Máximo de Turín, Sermón, 74, 3. III, pg. 481.

Puso una espada llameante para guardar el paraíso (cf. Gn 3, 24); pero Cristo abrió el paraíso con su propia autoridad e introdujo al ladrón.

Juan Crisóstomo, Contra anomeos, 9, 2. III, pg. 482.

 

San Juan de Ávila

Cosa triste que un pecador y un rufián tiemblen de una amenaza de Dios oyendo un sermón (cf. Lc 23, 40), y tengan alguna reverencia al templo, y altar y sus cosas; y el sacerdote ha pedido el temor con mucha comunicación. Amor no lo tiene, ni sabe qué es.  ¿Qué falta para hacerse semejable a Judas en vida y muerte?

Tratado sobre el sacerdocio. I, pg. 935.

Y, por escondida que sea la cosa, no se puede esconder a los ojos de la fe; como parece en aquel buen ladrón, que, viendo en Cristo crucificado tanto desprecio y bajeza exterior, entró con la fe en lo escondido, y conociólo por Señor del cielo y por tal lo confesó con grande humildad y firmeza.

Audi, filia (II). I, pg. 628.

Cuando os levantáis de la cama, acordaos cómo le levantaron en la cruz, y pedidle que levante vuestro corazón a las cosas divinas; cuando os vestís, acordaos cómo le vistieron en casa de Herodes y Pilato (cfr. Lc 23, 11), y pedilde que vista vuestra ánima de gracia y virtudes; cuando os calzáis, cómo le enclavaron (cf. Mc 15, 17), y pedilde que vuestro corazón esté enclavado con Él con tres clavos, que son fe, esperanza y caridad; cuando ponéis el bonete, la corona de espinas (cf. Lc 23, 33), y pedilde que no perdáis vos la corona que Él con tanto trabajo ganó; cuando os ceñís, la soga con que fue atado (cf. Jn 19, 5), y pedid que os libre de las prisiones del pecado; cuando os laváis, pedid que lave vuestra alma, etc. cuando andáis por las calles, aquellas estaciones de la pasión, como si le fuésedes acompañando; cuando coméis, pensad la hiel y vinagre del Señor (cf. Lc 23, 36); cuando os desnudáis para acostaros, como le desnudaron para crucificarlo (cf. Lc 23, 34) y cómo Él es descanso de mi alma mucho mejor que la cama de mi cuerpo, etc.

Dialogus inter confessarium et paenitentem. II, ps. 783-784.

Estad muy atentos a lo que pasa en este convite y veréis una clara figura de cómo la ira a cada uno en el día del juicio que está por venir. San Agustín dice que la cruz donde el Señor fue crucificado, “no solo fue tormento de quien padecía, mas también silla de Juez que daba sentencia”. Dos culpados tenía a los lados este Juez; y a aquel que confesó sus pecados y le dijo: ¡Señor, acuérdate de mí cuando estuvieres en el reino! (Lc 23, 42), lo perdonó y aquel mismo día lo llevó a paraíso, y lo hizo convidado de su mesa divina, compañero de los santos y de los ángeles, que comen a Dios y se mantienen de Él para siempre. ¡Dichosa suerte, por cierto, y copiosa paga de su confesión! Y por el contrario desdichado el de la mano izquierda, que, por no hacer lo que el otro hizo, perdió el convite de Dios y fue sentenciado a serle manjar de la muerte que lo pazca, y sin acabarlo, lo esté siempre matando, mientras Dios fuere Dios. Pues aquello que en la cruz pasó, de ser salvo el que estaba a la mano derecha y condenado el que a la izquierda mano, que fue figura del día postrero, cuando el Señor, que fue de los hombres juzgado y condenado, venga en las nubes del cielo con gran majestad (cf. Mt 24, 30) y absuelva a los de la mano derecha y condene a los de la mano izquierda, esto mismo se representa en esta mesa sagrada: mal de unos, bien de otros, si hay ojos que lo saben mirar.

¿Qué piensas, hermano, que es paraíso? Es un juntarse con Dios y decir: Él: Venid, benditos de mi Padre, a poseer el reino que está aparejado desde el principio del mundo (cf. Mt 25, 34).

En la infraoctava del Corpus. III, pg. 744-745.

Llamole el ladrón y respondióle: Hoy serás conmigo en paraíso (Lc 23, 43).

Viernes de la semana 4 de Cuaresma. III, pg. 200.

Conjeturan los santos algunas cosas; a mí más cierto e razonable me parece que paró en el paraíso terrenal, y así entiendo aquello: Hoy en paraíso (cf. Lc 23, 43).

Lunes de Pascua. III, pg. 224.

 

San Oscar Romero.

Gracias, hermanos, por escucharme y por reflexionar. Yo les invito a que celebremos esta misa íntimamente unidos, con esa presencia que todavía es invisible. En la hostia y en el cáliz Cristo no se ve, pero está. Y eso basta a un cristiano. Está Cristo aquí en medio de la sociedad cristiana; en medio de esas comunidades de base, donde ahora están reunidos reflexionando, ahí está Cristo. Aquí en Catedral, Cristo es ustedes, hermanos. Este Cristo vive. En El pongamos nuestra esperanza. No desesperemos. Cierto, les decía que hemos vivido una semana que inicia, parece, una nueva fase de terror, de miedo, de violencias quiera Dios que no. Los cristianos, desde luego, no se dejen llevar por el miedo, vivan en su corazón la certeza de que Cristo vive. Vive ofreciéndonos todas las soluciones de los problemas. Únicamente nos pide que no seamos sordos mucho menos perseguidores de su mensaje, sino que lo escuchemos y tratemos, sobre todo, de vivirlo. No señalemos en otros las culpas de los males. Veamos a nosotros mismos, si hemos vivido realmente como verdaderos seguidores del Cristo Profeta, del Cristo sacerdote, del Cristo rey.

Homilía Cristo Rey. 20 de noviembre 1977.

 

Papa Benedicto XVI  

La solemnidad de Cristo Rey fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 y más tarde, después del concilio Vaticano II, se colocó al final del año litúrgico. El Evangelio de san Lucas presenta, como en un gran cuadro, la realeza de Jesús en el momento de la crucifixión. Los jefes del pueblo y los soldados se burlan del «primogénito de toda la creación» (Col 1, 15) y lo ponen a prueba para ver si tiene poder para salvarse de la muerte (cf. Lc 23, 35-37). Sin embargo, precisamente «en la cruz, Jesús se encuentra a la “altura” de Dios, que es Amor. Allí se le puede “reconocer”. (...) Jesús nos da la “vida” porque nos da a Dios. Puede dárnoslo porque él es uno con Dios» (Benedicto XVI, Jesús de Nazaret, Madrid 2007, pp. 403-404. 409). De hecho, mientras que el Señor parece pasar desapercibido entre dos malhechores, uno de ellos, consciente de sus pecados, se abre a la verdad, llega a la fe e implora «al rey de los judíos»: «Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino» (Lc 23, 42). De quien «existe antes de todas las cosas y en él todas subsisten» (Col 1, 17) el llamado «buen ladrón» recibe inmediatamente el perdón y la alegría de entrar en el reino de los cielos. «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso» (Lc 23, 43). Con estas palabras Jesús, desde el trono de la cruz, acoge a todos los hombres con misericordia infinita. San Ambrosio comenta que «es un buen ejemplo de la conversión a la que debemos aspirar: muy pronto al ladrón se le concede el perdón, y la gracia es más abundante que la petición; de hecho, el Señor —dice san Ambrosio— siempre concede más de lo que se le pide (...) La vida consiste en estar con Cristo, porque donde está Cristo allí está el Reino» (Expositio Evangelii secundum Lucam X, 121: ccl 14, 379).

 

Papa Francisco. Audiencia general. ¿Por qué estamos desolados?

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días, bienvenidos!

 

Retomamos hoy las catequesis sobre el tema del discernimiento. Hemos visto lo importante que es leer lo que se mueve dentro de nosotros, para no tomar decisiones apresuradas, en la ola emocional del momento, solo para arrepentirnos cuando ya es demasiado tarde. Es decir, leer qué sucede y después tomar las decisiones.

En este sentido, también el estado espiritual que llamamos desolación, cuando en el corazón todo está oscuro, está triste, este estado de desolación puede ser ocasión de crecimiento. De hecho, si no hay un poco de insatisfacción, un poco de tristeza saludable, una sana capacidad de habitar en la soledad y de estar con nosotros mismos sin huir, corremos el riesgo de permanecer siempre en la superficie de las cosas y no tomar nunca contacto con el centro de nuestra existencia. La desolación provoca una “sacudida del alma”: cuando uno está triste es como si el alma se sacudiera; mantiene despiertos, favorece la vigilancia y la humildad y nos protege del viento del capricho. Son condiciones indispensables para el progreso en la vida, y, por tanto, también en la vida espiritual. Una serenidad perfecta, pero “aséptica”, sin sentimientos, nos hace deshumanos cuando se convierte en el criterio de decisiones y comportamientos. Nosotros no podemos no hacer caso a los sentimientos: somos humanos y el sentimiento es una parte de nuestra humanidad; sin entender los sentimientos seremos deshumanos, sin vivir los sentimientos seremos también indiferentes al sufrimiento de los otros e incapaces de acoger el nuestro. Sin considerar que tal “perfecta serenidad” no se alcanza por este camino de la indiferencia. Esta distancia aséptica: “Yo no me involucro con las cosas, yo tomo distancia”: esto no es vida, esto es como si viviéramos en un laboratorio, cerrados, para no tener microbios, enfermedades. Para muchos santos y santas, la inquietud ha sido un impulso decisivo para dar un giro a la propia vida. Esta serenidad artificial, no va, mientras que la sana inquietud es buena, el corazón inquieto, el corazón que trata de buscar camino. Es el caso, por ejemplo, de Agustín de Hipona o de Edith Stein o de José Benito Cottolengo o de Carlos de Foucauld. Las decisiones importantes tienen un precio que la vida presenta, un precio que está al alcance de todos: es decir, las decisiones importantes no vienen de la lotería, no; tienen un precio y tú debes pagar ese precio. Es un precio que tú debes pagar con tu corazón, es un precio de la decisión, un precio que hay llevar adelante, un poco de esfuerzo. No es gratis, pero es un precio al alcance de todos. Todos nosotros debemos pagar esta decisión para salir del estado de indiferencia, que nos abate, siempre.

La desolación es también una invitación a la gratuidad, a no actuar siempre y solo en vista de una gratificación emotiva. Estar desolados nos ofrece la posibilidad de crecer, de iniciar una relación más madura, más hermosa, con el Señor y con las personas queridas, una relación que no se reduzca a un mero intercambio de dar y tomar. Pensemos en nuestra infancia, por ejemplo, cuando somos niños, sucede a menudo que buscamos a los padres para obtener algo de ellos, un juguete, dinero para comprar un helado, un permiso... Y así los buscamos no por sí mismos, sino por un interés. Sin embargo, ellos son el don más grande, los padres, y esto lo entendemos a medida que crecemos.

También muchas de nuestras oraciones son un poco de este tipo, son peticiones de favores dirigidos al Señor, sin un verdadero interés por Él. Vamos a pedir, pedir, pedir al Señor. El Evangelio señala que Jesús a menudo estaba rodeado de mucha gente que lo buscaba para obtener algo, curaciones, ayudas materiales, pero no simplemente para estar con Él. Estaba rodeado de multitud y, sin embargo, estaba solo. Algunos santos, y también algunos artistas, han meditado sobre esta condición de Jesús. Podría parecer raro, irreal, preguntar al Señor: “¿Cómo estás?”. Y sin embargo es una manera muy hermosa de entrar en una relación verdadera, sincera, con su humanidad, con su sufrimiento, también con su singular soledad. Con Él, con el Señor, que ha querido compartir hasta el fondo su vida con nosotros.

Nos hace mucho bien aprender a estar con Él, a estar con el Señor sin otro fin, exactamente como nos sucede con las personas a las que queremos: deseamos conocerlos cada vez más, porque es hermoso estar con ellos.

Queridos hermanos y hermanas, la vida espiritual no es una técnica a nuestra disposición, no es un programa de “bienestar” interior que nosotros debemos programar. No. La vida espiritual es la relación con el Viviente, con Dios, el Viviente, irreductible a nuestras categorías. Y la desolación entonces es la respuesta más clara a la objeción que la experiencia de Dios sea una forma de sugestión, una simple proyección de nuestros deseos. La desolación es no sentir nada, todo oscuro: pero tú buscas a Dios en la desolación. En este caso, si pensamos que es una proyección de nuestros deseos, siempre seríamos nosotros quienes la programáramos, siempre estaríamos felices y contentos, como un disco que repite la misma música. En cambio, quien reza se da cuenta de que los resultados son imprevisibles: experiencias y pasajes de la Biblia que a menudo nos han entusiasmado, hoy, extrañamente, no suscitan ningún entusiasmo. E, igualmente de forma inesperada, experiencias, encuentros y lecturas a los que nunca se había hecho caso o que se prefería evitar ―como la experiencia de la cruz― dan una paz inmensa. No tener miedo a la desolación, llevarla adelante con perseverancia, no huir. Y en la desolación tratar de encontrar el corazón de Cristo, encontrar al Señor. Y la respuesta llega, siempre.

Frente a las dificultades, por tanto, nunca desanimarse, por favor, sino afrontar la prueba con decisión, con la ayuda de la gracia de Dios que nunca nos falla. Y si escuchamos dentro de nosotros una voz insistente que quiere distraernos de la oración, aprendamos a desenmascararla como la voz del tentador; y no nos dejemos impresionar: simplemente, ¡hagamos precisamente lo contrario de lo que nos dice! Gracias.

 

Comentario al evangelio del domingo.

-Estructura:

Vv. 35-38: intervención de los personajes de abajo (pueblo, magistrados y soldados).

Vv. 38-43: personajes de arriba (malhechores y Jesús).

-3:

Preguntas sobre la identidad de Jesús: Cristo-rey-Cristo.

Peticiones de salvación.

 

EXPERIENCIA.

Toma una cruz, no importa como sea de grande. Tócala con las manos, apriétala entre tus dedos, mírala durante unos segundos. En tres palabras define lo que has sentido.

¿Qué significan para ti las términos: Jesús, cruz, rey?

Mira este vídeo de la editorial Verbo Divino.

https://www.youtube.com/watch?v=AXInVj3LtOM

Piensa en él, reiniciándolo, deteniéndote en alguna de las frases, relacionándolas con tu experiencia como Juniors.

Redacta el texto en primera persona: “Érase una vez una monitora/monitor...”. Piensa en lo que has escrito.

Responde a las preguntas del vídeo:

¿Crees de verdad en el sueño de Dios?

¿Cuál es tu papel en la construcción del Reino?

¿Como te comprometes con una misión en la que no bastan las palabras?

Ser monitor es una tarea muy exigente que solo injertada en el árbol de la cruz puede permanecer durante tiempo. Por eso requiere fe en Jesucristo, conversión al Evangelio y acción en favor de los demás.

El audiovisual concluye con este pensamiento: El Paraíso no nos espera en otra vida, tenemos que hacerlo en esta.

Y para ti, para mí, se concreta en la Iglesia y de modo más específico en el centro Juniors, en el sábado tras sábado con las niñas y niños.

 

+REFLEXIÓN.

Toma la Biblia y lee :

X Lectura del santo evangelio según Lucas 23, 35-43.

En aquel tiempo, los magistrados hacían muecas a Jesús diciendo:

-A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el Elegido.

Se burlaban de él también los soldados que se acercaban y le ofrecían vinagre, diciendo:

-Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.

Había también por encima de él un letrero: “Este es el rey de los judíos”. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo:

-¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.

Pero el otro respondiéndole e increpándolo, le decía:

-¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? Nosotros, en verdad, lo estamos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo.

Y decía:

-Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino.

Jesús le dijo:

-En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso.

 

¿QUÉ DICE? El Camino de Jerusalén iniciado este verano ha alcanzo la meta: el Paraíso por la cruz. Los tres anuncios han llegado a su cumplimiento, queda la Resurrección, inseparable desde la eternidad de la muerte de Cristo. El Hoy de la Salvación cuestiona al ser humano. Puede ser aceptado o rechazado. Lo rechaza quien exige a Dios. Lo acepta quien se humilla ante Dios, reconoce su pecado y acoge su perdón. El Paraíso no es un lugar, es un encuentro con Cristo, que exige renunciar a uno mismo para que creer en Él. Lee el texto varias veces, deteniéndote en las palabras o frases que más toquen tu corazón.

¿QUÉ TE DICE?  San Ignacio de Loyola ofrece estas pautas para la contemplación “de los misterios hechos en la cruz: Primero. Habló site palabras en la cruz. Rogó por los que le crucificaban. Perdonó al ladrón. Encomendó a san Joan a su Madre, y a la Madre a san Joan. Dijo con alta voz: ‘Sitio’, y diéronle hiel y vinagre. Dijo que era des[m]amparado. Dijo: ‘Acabado es’. Dijo: ‘Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu’” (Ejercicios Espirituales, 297). Entra en la escena, empatiza con los magistrados, los soldados, el ladrón respondón y el ladrón conformado. ¿Qué hay en tu corazón de cada uno de ellos cuando te enfrentas con una situación de sufrimiento?

¿QUÉ LE DICES? Repite la oración de san Dimás, el buen ladrón.

 

COMPROMISO.

En tu entorno, ¿quién está pasando un mal momento?, ¿puedes ayudarle? Si puedes no lo dejes para mañana. Envíale un WhatsApp y pregúntale qué tal se encuentra. Lo peor de pasar una mala racha no es pasarla sino sentir que a nadie le importa la situación por que se atraviesa, la soledad con la que se sufre. Y si lo consideras oportuno invítale a rezar y confiar en Jesús.

 

CELEBRACIÓN.



Mira y escucha la canción El buen ladrón del cantante cristiano Francisco Javier Ruiz Méndez.
https://www.youtube.com/watch?v=qSOL4xrSiF4

 


GUIÓN MISA NIÑOS.

DOMINGO 1º DE ADVIENTO. 27 de noviembre de 2022.

Monición de entrada.-
En esta misa empezamos el Adviento.
Adviento es esperar a Dios.
Adviento es esperar a Jesús que un día volverá y quienes estén vivos le verán.
Adviento es preparar la Navidad.
Así durante cuatro semanas iremos preparando el nacimiento de Jesús.

La corona de Adviento.
Jesús, la tierra te está esperando.
Y nosotros también, tu familia en nuestro pueblo.
Por eso hemos preparado esta corona, con velas y ramas.
Cada semana encenderemos una vela más hasta que estén las cuatro encendidas.
Hoy nos dices estad en vela.
Y nosotros te decimos que lo estaremos encendiendo la primera vela.

Señor ten piedad.-
Porque a veces no te hacemos caso. Señor, ten piedad.

Porque a veces nos olvidamos de ti. Cristo, ten piedad.

Porque a veces nos hacemos los sordos. Señor, ten piedad.



Peticiones.-

Jesús, te pido por el Papa Francisco y los obispos Antonio y Enrique; para que no te separes de ellos. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por la misión de la iglesia de Valencia; para que nos ayudes a hacerla bien. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por la Iglesia; para que nos ilumine con tus palabras. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por las personas que mandan; para que se preocupen para que no haya guerra. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por los mayores que no tienen ilusión; para que la encuentren contigo. Te lo pedimos, Señor.

Jesús, te pido por nosotros; para que estemos en vela. Te lo pedimos, Señor.



Oración a la Virgen María.-

María, madre de Jesús, queremos darte gracias por decir que sí al ángel. Así Jesús nació en Belén y podemos prepararnos con el Adviento. Ayúdanos a preparar la Navidad como tú la preparaste.


GUIÓ MISSA D’INFANTS.

DIUMENGE 1r. DEL TEMPS D’ADVENT. 27 de novembre de 2022.

Monició d’entrada.-
A aquesta missa hem començat l’Advent.
Advent és esperar a Déu.
Advent és esperar a Jesús, qui un dia tornarà i els qui estiguen vius el voran.
Advent és preparar el Nadal.
Així durant quatre setmanes anirem preparant-nos al naixement de Jesucrist.

La corona d’Advent.
Jesús, la terra t’està esperant.
I nosaltres també, la teua família al nostre poble.
Per això hem preparat aquesta corona, amb ciris i rames.
Cada setmana encendrem una més, fins que estiguen les quatre enceses.
Hui ens dius: estigueu en vetla.
I nosaltres et diguem que ho estarem, encenent la primera vetla.

Senyor, tingueu pietat.
Perquè de vegades no et fem cas. Senyor, tingueu pietat.
Perquè de vegades ens oblidem de tu. Crit, tingueu pietat.
Perquè de vegades és fem els sords. Senyor, tingueu pietat.



Peticions.-

Jesús, et demane pel Papa Francesc i els bisbes Antonio i Enrique; perquè no et separes d’ells. Vos ho demanem, Senyor.

Jesús, et demane per la missió de l’església de València; perquè ens ajudes a fer-la bé. Vos ho demanem, Senyor.

Jesús, et demane per l’església; perquè ens il.lumine amb les teues paraules. Vos ho demanem, Senyor.

Jesús, et demane per les persones que manen; perquè es preocupen per que no acaven en les guerres. Vos ho demanem, Senyor.

Senyor, et demane pels majors que no tenen il.lusió; perquè la troben amb tú. Vos ho demanem, Senyor.

Jesús, et demane per nosaltres; perquè estiguem en vetla. Vos ho demanem, Senyor.



Plegaria a la Mare de Déu.

Maria, Mare de Jesús. Volem donar-te les gràcies per dir que sí a l’àngel. Així Jesús va naixer en Betlem i poguérem preparar-nos amb l’Advent. Ajuda-nos a preparar el Nadal com tu el preparares.




LECTURES EN VALENCIÀ.

Lectura del llibre de Samuel 5, 1-3.

En aquells dies les tribus d’Israel anaren a trobar David a Hebron i li digueren:

-Som família teua, som os del teu os i carn de la teua carn. Ja abans, mentre Saül era el nostre rei, tu conduïes les tropes d’Israel quan anàvem a la guerra i quan en tornaven, i el Senyor et digué: “Tu pastaràs Israel, el meu poble, seràs el seu sobirà”.

Així, quan els ancians d’Israel anaren a trobar el rei a Hebron, el rei David va fer amb ells un pacte davant el Senyor i l’ungiren rei d’Israel.

Paraula de Déu.



Sal 122 (121).



Quina alegria quan em van dir:

“Anem a la casa del Senyor”. R/.



Quina alegria quan em van dir:

“Anem a la casa del Senyor”.

Ja han arribat els nostres peus

al teu llindar, Jerusalem. R/.



Jerusalem, ciutat ben construïda,

conjunt harmoniós;

és allà que pugen les tribus,

les tribus del Senyor. R/.



A complir l’aliança d’Israel,

a lloar el nom del Senyor.

Allí hi ha els tribunals de justícia,

els tribunals del palau de David. R/.



Lectura de la carta de sant Pau als cristians de Colosses 1, 12-20.

Germans:

Donem gràcies al Pare, que vos ha fet dignes de tenir part en l’heretat del poble sant, en el Regne de la llum. Ell ens alliberà del poder de les tenebres i ens traspassà al Regne del seu Fill estimat, en qui tenim el nostre rescat, el perdó dels nostres pecats.

Ell és imatge del Déu invisible, engendrat abans de tota la creació, ja que Déu ha creat totes les coses per ell, tant les del cel, com les de la terra, tant les visibles com les invisibles, trons, sobirans, governs i potestats.

Déu ha creat tot l’univers per ell i l’ha destinat a ell. Ell existeix abans que tot, i tot es manté unit gràcies a ell. Ell és també el cap del cos, que és l’Església. Ell n’és l’origen, és la primícia dels qui retornen d’entre els morts, perquè ell ha de ser en tot el primer.

Déu volgué que residís en ell la plenitud de tot el que existeix; per ell Déu volgué reconciliar-se tot l’univers, posant la pau en tot el que hi ha tant a la terra com al cel, per la sang de la creu de Jesucrist.

Paraula de Déu.



X Lectura de l’Evangeli segons sant Lluc 23, 35-43.

En aquell temps les autoritats i la gent que s’ho estava mirant es reien de Jesús clavat en creu i deien:

-Ell, que en salvava d’altres, que se salve ell mateix, si és el Messies de Déu, l’Elegit.

Els soldats també se’n burlaven: tot oferint-li vinagre, li deien:

-Si ets el rei dels jueus, salva’t a tu mateix.

Sobre ell hi havia un rètol que deia:

-El rei dels jueus.

Un dels criminals penjats a la creu, també li deia insultant-lo:

-No ets el Messies? Salva’t a tu mateix i a nosaltres.

Però l’altre, reptant-lo, li respongué:

-Tu que estàs sofrint la mateixa pena tampoc no tens temor de Déu? I nosaltres ens ho mereixíem, perquè estem sofrint el castic que ens correspon pel que hem fet, però aquest no ha fet res de mal.

I deia:

-Jesús, recordeu-vos de mi, quan arribeu al vostre Regne.

Jesús li respongué:

-T’ho dic amb tota veritat: Avui seràs amb mi al paradís.

Paraula del Senyor.




BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Riutort Mestre, P. Llibre del poble de Déu. Gorg. València. 1975.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

Homilética. Sal Terrae.

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

www.vatican.va

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