jueves, 5 de noviembre de 2009

Domingo XXXIII. 8 de Noviembre de 2009


PRIMERA LECTURA

Lectura del primer libro de los Reyes 17, 10-16En aquellos días, el profeta Elías se puso en camino hacia Sarepta, y, al llegar a la puerta de la ciudad, encontró allí una viuda que recogía leña. La llamó y le dijo:— «Por favor, tráeme un poco de agua en un jarro para que beba.»Mientras iba a buscarla, le gritó:— «Por favor, tráeme también en la mano un trozo de pan.»Respondió ella:— «Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan; me queda sólo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza. Ya ves que estaba recogiendo un poco de leña. Voy a hacer un pan para mí y para mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos.»Respondió Elías:— «No temas. Anda, prepáralo como has dicho, pero primero hazme a mí un panecillo y tráemelo; para ti y para tu hijo lo harás después.Porque así dice el Señor, Dios de Israel: "La orza de harina no se vaciará,la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra."»Ella se fue, hizo lo que le habla dicho Elías, y comieron él, ella y su hijo.Ni la orza de harina se yació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor por medio de Elías.
Palabra de Dios


MEDITACIÓN
El texto pertenece al Ciclo de Elías (1 Reyes 17-2 Reyes 1) en el cual presenta el conflicto entre Elías, el único “Profeta del Señor” que ha quedado y los profetas de Baal, protegidos por Jezabel, esposa de Ajab, rey de Israel. Baal era venerado como “dios de la lluvia y de la fertiidad”, ante el pecado de idolatría por parte de los israelitas Dios envía a Elías quien anuncia el castigo divino: “en estos años no caerá rocío ni lluvia”. El profeta por otra parte abandona su tierra para marchar a Sarepta, territorio donde se adora al dios Baal y por tanto castigado también con esta sequía. Sin embargo allí encuentra lo que no encontró en Israel, una mujer de fe, fiel al mandato de Dios, a su Palabra, que ofrece al hombre de Dios el alimento de un día. La fe de la viuda se hace caridad generosa y se vuelve para ella verdadera riqueza, experimentando la protección divina para con el huérfano y la viuda (Salmo 146). Quien es fiel a la Palabra de Dios y confía en ella no queda defraudado.
También este domingo Dios envía su Palabra a nosotros en la eucaristía. En una tierra donde se adora a los nuevos baales, que ofrecen a esta sociedad de raíces cristianas, la falsa fecundidad de una felicidad “intensa” y breve, Dios nos dirige a nosotros su Palabra y nos invita a que le ofrezcamos lo que tenemos.
Cada uno de nosotros sabe lo que le puede ofrecer a Dios. Todos llevamos en nuestras manos un puñado de harina y un poco de aceite, pero ¿qué estamos dispuestos a hacer con ellos? Disfrutar adorando a los dioses de nuestro tiempo (el placer, el éxito, el dinero,…) o queremos ofrecer nuestra pobre vida a Dios, a través del movimiento junior, fiados en su Palabra.
Este domingo quiere transformar el puñado de fe y el poco amor en una orza y una alcuza que jamás se vaciará, nuestra vida será para los demás, la felicidad llenará el cántaro de nuestra existencia si le entregamos a Dios nuestra persona.

SALMO



Sal 145, 7. 8-9a. 9bc-10
R/. Alaba, alma mía, al Señor.Que mantiene su fidelidad perpetuamente,que hace justicia a los oprimidos,que da pan a los hambrientos.El Señor liberta a los cautivos. R/.El Señor abre los ojos al ciego,el Señor endereza a los que ya se doblan,el Señor ama a los justos,el Señor guarda a los peregrinos. R/.Sustenta al huérfano y a la viuday trastorna el camino de los malvados.El Señor reina eternamente,tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.



MEDITACIÓN
4 lecturas.
Con Israel: es un himno del reino de Dios. A partir del salmo 145, hasta el último, el 150, tenemos una serie que se llama el “último Hallel” porque cada uno de estos seis salmos comienza y termina con la expresión Aleluya, es decir, “alabad a Dios”. El salmista canta el amor de Dios en una especie de carillón festivo, más sensible en hebreo por la repetición, nueve veces en todo el salmo, que en las Biblias se encuentra en el salmo 146 (145), de una misma construcción gramatical.
Con Jesús: meditar este salmo es como escuchar el Evangelio. Jesús, lejos de contar en los poderes de este mundo (la política, la economía, los medios de comunicación, los ejércitos,…), deliberadamente se pone al lado de los pobres, desde el pesebre hasta la cruz, apoyándose únicamente en Dios Padre. Muchos de sus milagros fueron el cumplimiento de esta palabra: la multiplicación de los panes, la devolución de la vista,… Y él tuvo especial preferencia por los mismos a los que Dios beneficia en este salmo, cumpliendo así las profecías mesiánicas, del Dios liberador.
Con nuestro tiempo: “alaba alma mía al Señor”, pero, ¿sabemos alabar y dar gracias por todas las maravillas del amor de Dios? En nuestro tiempo desgraciadamente nos hemos acostumbrado a pedir y exigir. Los padres exigen a los profesores, los enfermos a los médicos, los ciudadanos a los políticos,… Queremos que se reconozcan nuestros derechos y ello implica que los demás cumplan con sus deberes. Así todo gesto es sencillamente “su obligación” y nos olvidamos dar gracias por la entrega del médico o el esfuerzo que realiza la maestra en el aula. Cada vez cuesta más dar gracias a los otros y lo mismo nos ocurre con Dios. Así el salmo constituye un aire oxigenante que nos hace respirar profundamente y agradecer al Padre su amor, el cual sigue actuando en el ser humano, liberándole, aderezándole, amándole, sustentándole.
Con los juniors: los salmos son la mejor escuela de oración, pues en ellos Dios coloca en nuestros labios, mente y corazón las palabras más adecuadas para dirigirnos a Él, nos enseña a rezar desde la petición y la alabanza. Al meditar este salmo miramos a nuestra realidad y descubrimos la presencia de Dios que cuida de los débiles, de cada uno de nosotros. Por eso debemos leerlo y descubrir las veces en que su presencia nos ha liberado de lo que nos oprimía, enderezado los problemas que nos hacían doblarnos,… las veces en que hemos sentido su amor. Quien confía en el Padre descubre día a día su presencia protectora. Meditémoslo e interioricémoslo, haciendo nuestros estos sentimientos, alabando a Dios con todo nuestro corazón, porque él mantiene su fidelidad hacia nuestro centro junior, ama a quienes cada día le siguen.
CARLOS VALLÉS. BUSCO TU ROSTRO.
. «No confiéis en los príncipes».
Aviso oportuno que adapto a mi vida y circunstancias: No dependas de los demás. No me refiero a la sana dependencia por la que el hombre ayuda al hombre, ya que todos nos necesitamos unos a otros en la común tarea del vivir. Me refiero a la dependencia interna, a la necesidad de la aprobación de los demás, a la influencia de la opinión pública, al peligro de convertirse en juguete de los gustos de quienes nos rodean, al recurso servil a «príncipes». Nada de príncipes en mi vida. Nada de depender del capricho de los demás. Mi vida es mía.
Sólo rindo juicio ante ti, Señor. Acato tu sentencia, pero no acepto la de ningún otro. No concedo a ningún hombre el derecho a juzgarme. Sólo yo me juzgo a mí mismo al reflejar en la honestidad de mi conciencia el veredicto de tu tribunal supremo. No soy mejor porque me alaben los hombres, ni peor porque me critiquen. Me niego a entristecerme cuando oigo a otros hablar mal de mí, y me niego a regocijarme cuando les oigo colmarme de alabanzas. Sé lo que valgo y lo que dejo de valer. No rindo mi conciencia ante juez humano.
En eso está mi libertad, mi derecho a ser yo mismo, mi felicidad como persona. Mi vida está en mi conciencia, y mi conciencia está en tus manos. Tú solo eres mi Rey, Señor.
«Dichoso aquel a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor su Dios».
CARLOS G. VALLÉSBUSCO TU ROSTROOrar los salmos
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/32B/marco_32b.htm




SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 9, 24-28Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres -imagen del auténtico-, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces -como el sumo sacerdote, que entraba en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber padecido muchas veces, desde el principio del mundo-. De hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez. Y después de la muerte, el juicio.De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos.La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan, para salvarlos.

MEDITACIÓN
La sección central de la parte central de la carta a los Hebreos (8, 1-9,28) presenta la figura de Jesucristo convertido en perfecto y consagrado Sumo Sacerdote mediante el culto nuevo de su sacrificio único.
Habiendo señalado la imperfección radical y la inevitable provisiionalidad de la Primera Alianza (8, 7-13), así como la total ineficacia del culto antiguo (9, 1-10) dedica el resto del capítulo 9 a la eficacia definitiva del sacrificio de Cristo, verdadero sacrificio perfecto.
Así el sacrificio de Cristo realizado una sola vez y por el que se ofrece a sí mismo para tomar sobre sí los pecados de la multitud, es tan sobreabundante que el pecado no sólo queda perdonado, sino destruido: por eso el hombre queda libre y está salvado.
Así el texto nos sitúa frente a Cristo crucificado, quien ha destruido el pecado, no sólo a nivel general, sino mi propio pecado, Él es quien quita en mí por la cruz todos los pecados que forman parte de mi existencia. Él es quien paga la pena que merecen mis infidelidades, egoísmos, faltas de amor hacia los demás,… todo lo que tiene un precio de reparación ha sido reparado por Él con su muerte en la cruz. Así el sacerdocio de Jesús, a diferencia, de los sacerdotes del Antiguo Testamento, no consiste en cumplir un rito, sino en entregarse.


EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo:
— «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Estos recibirán una sentencia más rigurosa.»
Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo:
—«Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir. »



MEDITACIÓN
El evangelio según san Marcos, a partir del versículo 28 del capítulo 12, ha presentado a Jesús enseñando que no hay primer mandamiento sin segundo. El amor a Dios y el amor al prójimo son inseparables. Seguidamente nos ofrece dos relatos que complementan la doble crítica contra la costumbre de ocupar los asientos de honor y contra la práctica de devorar los bienes de las viudas y la alabanza de la acción de la viuda pobre.
De forma magistral el evangelista nos ofrece dos actitudes diferentes, la de quienes llevan una doble vida, adorando formalmente a Dios pero sin amarle de corazón, pues confían en sus riquezas, el poder y e prestigio y la de la viuda pobre que se da a sí misma, dándolo todo.


REVISIÓN DE HECHOS DE VIDA
VER:
Hay personas que no sirven a la Iglesia, sino que se sirven de ella. Desgraciadamente escribas y fariseos siguen arrodillándose en los reclinatorios de las Iglesias y formando parte de los movimientos y grupos eclesiales. Son los que van a la procesión “para que les vean” o “lucir el traje”, los que presumen de dar su tiempo y ayudar a la Iglesia, pero en el fondo no buscan a Dios sino que se buscan a sí mismos.
Pero los escribas y fariseos también conviven en nosotros, cuando exageramos lo que hacemos, alardeamos del tiempo que entregamos al centro junior, de lo bien que preparamos los juegos, de ser los mejores monitores y por tanto nos gusta ocupar los primeros puestos en el ranking de aprecio por parte del equipo de educadores.
JUZGAR:
El Evangelio de este domingo vuelve a tomar opción por uno de los personajes. Sería absurdo considerar que nosotros no nos parecemos a los escribas y fariseos. Por eso es importante colocarse en cada uno de ellos y ver que hay en nosotros de sus actitudes: el afán de protagonismo, de ser el centro del grupo, del centro, de la parroquia o las actitudes que tenemos como centro junior. Podemos ser el centro junior con un gran número de monitores, instalaciones magníficas, monitores y educadores muy preparados,… pero ¿y el corazón?
También nos situamos en el lugar de la viuda. A Jesús no le importa que tengamos pocos recursos en la animación del centro, sino si realmente nos damos totalmente. Nuestro centro puede ser pobre en número de niños y educadores y en recursos, pero rico en disponibilidad y en fe. Si es así, sentir como nos mira Jesús. Para él lo importante no es la cantidad de actividades que realizamos sino el amor y la fe con que organizamos los juegos, oraciones, dinámicas, temas,...
ACTUAR.
Ante Jesús, después de imaginar la escena, colocándome en los tres personajes me pregunto: ¿cuándo he actuado como ellos? ¿cómo me he sentido? ¿cómo siento que Jesús me miraba en esos momentos? ¿qué puedo hacer para vivir mi ser junior como la viuda?


ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN

AMBIENTACIÓN:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia, cartel y vela encendida.

Signo de esta semana: unas manos como las del power de las monjas benedictinas http://www.benedictinescat.com/Montserrat/eucarcast.html, un plato con unas monedas y un tablón de corcho con chinchetas.

Preparación: después de unas breves palabras del consiliario o animador, en el que nos invita a situar nuestra persona en un clima de oración, repartimos unos rotuladores y fotografías del centro junior, en e que se muestren actividades (campamento, juego inicio curso, acampada o convivencia, reunión de monitores, hora santa, oraciones,…) Cada uno ha de escribir allí con una palabra cuál fue su actitud (p.ej.: trabajé, pasé,…) o un sentimiento que le evoca (p.ej.: impresionante, lo mejor, aburrido, sólo ante el peligro,…).

Proclamación del Evangelio: leemos el Evangelio del domingo. Podemos proyectar el powerpoint de este domingo, de nuevo recurrimos a la web de las benedictinas de Cataluña donde ofrecen materiales audiovisuales muy interesantes.

Interiorización: Jesús dirige su palabra a mí aquí y ahora. Lee tres veces el texto. ¿Cómo me siento ante los personajes: fariseos y viuda? ¿cuándo he sido yo como el fariseo y como la viuda? ¿cómo imagino se sintió Jesús al verme actuar así?

Puesta en común: comentamos el evangelio.

Gesto: colgamos en el corcho las fotografías. Después sobre ellas clavamos esta fotografía o la que creamos mejor.


Oración final: Terminamos rezando el Padrenuestro, fijándonos en la frase “hágase tu voluntad”.




GUIÓN CELEBRACIÓN
Monición de entrada.
Queridos amigos:
Jesús de nuevo nos reúne de la misma manera que los abuelos y las abuelas reúnen a su familia los domingos a comer. Allí lo más importante es que estamos todos juntos y somos felices por eso. También en la misa lo más importante es que Dios nuestro Padre y Jesús están con nosotros. En ella nos pide lo mismo que nuestros abuelos, sencillamente nuestro amor. Para Dios lo importante no es que hagamos muchas cosas, que recemos mucho y demos mucho dinero, sino que lo que damos sea con mucho amor.

Acto penitencial.
Por que nos cuesta darte nuestro tiempo en la oración. Señor, ten piedad.
Porque cuando damos esperamos una recompensa. Cristo, ten piedad.
Porque no sabemos valorar los pequeños detalles. Señor, ten piedad.

Monición al Evangelio.
En las lecturas de este domingo vamos a ver como unas mujeres dieron al profeta Elías y al templo muy poco, pero para Dios era mucho, porque lo daban con todo el corazón y era lo único que tenían. Vamos a escucharlas.

Homilía : en el tablón donde se ha colocado papel blanco han de escribir pequeñas cosas que ellos hacen. Seguidamente pegarán unas monedas de céntimo, formando un corazón. Relacionamos el evangelio con este gesto, los pequeños detalles son como las moneditas de la viuda, juntos forman un corazón porque los hacemos con mucho amor.


Preces:
Por la Iglesia, para que siempre valore las pequeñas cosas. Roguemos al Señor.
Por las personas que ayudan a los demás. Roguemos al Señor.
Por nuestros maestros y catequistas. Roguemos al Señor.
Por nuestros padres y madres. Roguemos al Señor.
Por nosotros que cada día nos esforzamos en ayudar a los demás. Roguemos al Señor.


ORACION
¡Oh Jesús!
Te ruego por los consiliarios del movimiento junior,
por mi consiliario N.,
por los que trabajan en grandes centros, con muchos educadores,
y los que trabajan en pequeños
centros, con un puñado de ellos,
por los consiliarios
que sufren cansancio,
y los que sufren soledad.
Por los consiliarios jóvenes
por los consiliarios ancianos,
por los consiliarios enfermos,
por los que lo fueron durante unos años,
por los que se sienten juniors
y por los que un día llevaron la pañoleta y ahora están agonizando.
Pero sobre todo, te encomiendo
a los consiliarios
que me son más queridos,
el que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
en la parroquia o el campamento,
a los consiliarios que en las acampadas y convivencias,
han celebrado con nosotros
la eucaristía,
bajo la bóveda celestial,

por los consiliarios que me enseñaron a ser buen junior,
siguiendo el camino que Jesús me marca,
viviendo las principios de vida
y amando como nos enseña nuestro lema,
por los consiliarios que estuvieron siempre ahí,
en los momentos de
armonía y vitalidad,
compartiendo
el gozo de un centro vivo,
en los momentos de
crisis y tensiones,
ofreciendo palabras y consejos.
Te pido por el consiliario que
bendijo mi crismón y mi pañoleta.
Y por todos ellos,
a quienes me liga
una deuda de gratitud,
especialmente por los consiliarios: ……………….. que han marcado
mi vida como monitor y educador,
de una forma positiva,
haciendo de mí un buen junior.
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón
y concédeles abundantes
bendiciones en el tiempo
y en la eternidad.
Inspirada en la oración de Sta. Teresita del Niño Jesús. www.seminariomenorvalencia.com



COMENTARIOS AL EVANGELIO
La viuda siempre ha sido una mujer desvalida. Así era en tiempos de Jesús. Y las lecturas de hoy nos proponen dos pasajes en los que la protagonista es una viuda.
En la primera lectura se nos cuenta la historia de una viuda que puso su confianza en Dios. En tiempos de carestía y sequía, cuando el alimento escaseaba, el profeta Elías pidió a aquella pobre mujer viuda que compartiera con él lo único que le quedaba: un poco de harina y una botella de aceite. La pobre de solemnidad puso su confianza en el Señor y compartió. Y no quedó defraudada, porque desde entonces: “ni la orza de harina se vació, ni la alcuza de aceite se agotó, como lo había dicho el Señor”.
Este estilo de vida, abandonándose a Dios y poniendo en Él la confianza, lo alaba Jesús cuando contempla a otra pobre viuda dejándose los pocos céntimos que tiene en el cepillo del templo. Y Jesús compara aquellos céntimos de la viuda con los euros del rico soberbio. Para el Maestro, tienen más valor los pocos céntimos de la viuda que los billetes del rico: la viuda sobre todo echó en el cepillo la abundancia de su confianza en el Señor. El rico quería confirmar, con su generoso donativo, la garantía de la seguridad de su riqueza.
¿Por qué será que hoy están en boga las “artes” de adivinar, los videntes, horóscopos, amuletos, piedras de la suerte...? La pregunta con la que nos topamos es seria, y la podríamos formular así: ¿Dios es verdaderamente para nosotros el “Dios” en el que confiamos? ¿Dónde tenemos puesta nuestra esperanza? Nos hemos acostumbrado a asegurarlo todo. Y hay cosas que no dependen de un seguro de vida, sino de la generosidad de entregar la vida. La salvación no viene de nuestro poder, sino que es el regalo de la gracia a aquel que la busca con sincero corazón.
No se compra lo que no tiene precio. Y el amor de Dios es impagable y sólo admite la paga del propio amor: “Amor con amor se paga”. Y las dos viudas de las lecturas de hoy eran pobres con un corazón de oro: ganaron su salvación con “los céntimos de su amor”.
Alfonso Crespo, sacerdote. http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=evangelio



SIEMPRE EN EL CORAZÓN DE CRISTO
La Shoah –el Holocausto- del siglo XX no fue sólo un intento despiadado de aniquilar a la población judía de Europa; fue también un escarnio a la fe de las víctimas y un desafío al poder de Dios. En realidad, el impío como el necio, siempre han tratado de justificar su impiedad con el silencio de Dios ante la muerte de sus pobres, y con la soledad de los pobres ante el silencio de Dios.
El libro de la Sabiduría lo expresó así:
“Dijeron los impíos: Acechemos al justo que nos resulta incómodo… declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor… declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios… Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura… lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él”.
Y a esa prueba sometimos unos y otros a Jesús de Nazaret:
“Los que pasaban lo injuriaban, y decían, meneando la cabeza: _ ¡Tú que destruías el santuario y lo reconstruías en tres días! Si eres Hijo de Dios, sálvate y baja de la cruz.
Así también los sumos sacerdotes, en compañía de los letrados y los senadores, bromeaban: _Ha salvado a otros y él no se puede salvar. ¡Rey de Israel! Que baje ahora de la cruz y le creeremos. ¡Había puesto en Dios su confianza! Si de verdad lo quiere Dios, que lo libre ahora; ¿no decía que era Hijo de Dios?”.
La Shoah del siglo XX puso sobre la mesa seis millones de razones para probar que los pequeños de Dios no tienen salvación y ¡que Dios no existe!
Ahora a todos nos resulta fácil juzgar y condenar a aquellos examinadores de Dios, pero no nos atrevemos con nosotros mismos, que, cómplices en la muerte e indiferentes a la suerte de millones de seres humanos, continuamos demostrándonos y demostrando a los demás que el pequeño no cuenta, y de paso, interiorizamos ¡que Dios no existe!
Hasta que un día, último, definitivo y justo, descubramos que ese Dios negado, había estado siempre a nuestro lado, Dios pequeño, insignificante y prescindible, Dios hambriento, sediento, enfermo y encarcelado, Dios borracho, drogado y prostituido, Dios sin papeles y sin derechos, Dios carne de patera, carne de naufragio, niño de la guerra, niño sin infancia, niño no nacido. Entonces unos descubrirán con terror que en los calvarios de los pobres han crucificado a Dios; y otros sabrán bendecidos que, en los pobres de los calvarios, se han ocupado de Dios y lo han acudido.
“Dichosos los pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos”.
+Fr. Santiago Agrelo Martínez. Arzobispo de Tanger.


http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2009/10/29/hablemos-de-amor-y-de-caminos


CREER EN EL CIELO

CONTRASTE

El contraste entre las dos escenas es total. En la primera, Jesús pone a la gente en guardia frente a los escribas del templo. Su religión es falsa: la utilizan para buscar su propia gloria y explotar a los más débiles. No hay que admirarlos ni seguir su ejemplo. En la segunda, Jesús observa el gesto de una pobre viuda y llama a sus discípulos. De esta mujer pueden aprender algo que nunca les enseñarán los escribas: una fe total en Dios y una generosidad sin límites.
La crítica de Jesús a los escribas es dura. En vez de orientar al pueblo hacia Dios buscando su gloria, atraen la atención de la gente hacia sí mismos buscando su propio honor. Les gusta «pasearse con amplios ropajes» buscando saludos y reverencias de la gente. En la liturgia de las sinagogas y en los banquetes buscan «los asientos de honor» y «los primeros puestos ».
Pero hay algo que, sin duda, le duele a Jesús más que este comportamiento fatuo y pueril de ser contemplados, saludados y reverenciados. Mientras aparentan una piedad profunda en sus «largos rezos » en público, se aprovechan de su prestigio religioso para vivir a costa de las viudas, los seres más débiles e indefensos de Israel según la tradición bíblica.
Precisamente, una de estas viudas va a poner en evidencia la religión corrupta de estos dirigentes religiosos. Su gesto ha pasado desapercibido a todos, pero no a Jesús. La pobre mujer solo ha echado en el arca de las ofrendas dos pequeñas monedas, pero Jesús llama enseguida a sus discípulos pues difícilmente encontrarán en el ambiente del templo un corazón más religioso y más solidario con los necesitados.
Esta viuda no anda buscando honores ni prestigio alguno; actúa de manera callada y humilde. No piensa en explotar a nadie; al contrario, da todo lo que tiene porque otros lo pueden necesitar. Según Jesús, ha dado más que nadie, pues no da lo que le sobra, sino «todo lo que tiene para vivir».
No nos equivoquemos. Estas personas sencillas, pero de corazón grande y generoso, que saben amar sin reservas, son lo mejor que tenemos en la Iglesia. Ellas son las que hacen el mundo más humano, las que creen de verdad en Dios, las que mantienen vivo el Espíritu de Jesús en medio de otras actitudes religiosas falsas e interesadas. De estas personas hemos de aprender a seguir a Jesús. Son las que más se le parecen.
José Antonio Pagola
http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=1255



SANTOS NIÑOS. BEATOS FRANCISCO Y JACINTA
Impresionante el testimonio de estos mártires. Murieron los cinco por la espada durante la persecución de Diocleciano el año 303.
Así lo cuenta el historiador cristiano Eusebio de Cesarea:
“Después de los azotes, el combate con las fieras devoradoras de hombres, los ataques de leopardos, de osos de diferentes especies, de jabalíes y de toros abrasados con hierro candente: ¿cómo no pasmarse de la admirable paciencia de aquellas nobles personas a cada una de estas fieras? También nosotros nos hallamos presentes a estos acontecimientos. Era para quedar atónito ante la intrépida constancia de aquellos santos en tales circunstancias y ante la firme e inflexible resistencia de sus cuerpos jóvenes.
Allí, pues, verías a un joven, de edad de veinte años no cumplidos, de pie, sin cadenas y con las manos extendidas en forma de cruz, que con ánimo impasible y tranquilo se entregaba en la mayor calma a las oraciones de Dios, sin moverse ni desviarse lo más mínimo del lugar donde se hallaba, mientras osos y leopardos, respirando furor y muerte, casi tocaban ya su carne; pero no sé cómo, por una fuerza inefable y divina, apunto ya de apretar sus fauces, de nuevo salían, corriendo hacia atrás. Tal era este hombre”.
Finalmente les cortaron la cabeza y arrojaron sus cuerpos al mar.



CATEQUESIS DEL PAPA
Teología monástica y teología escolástica
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy me detengo en una interesante página de la historia, que atañe al florecimiento de la teología latina en el siglo XII, gracias a una serie providencial de coincidencias.
En los países de Europa occidental reinaba por aquel entonces una paz relativa, que aseguraba a la sociedad el desarrollo económico y la consolidación de las estructuras políticas, y favorecía una intensa actividad cultural, entre otras causas gracias a los contactos con Oriente. En la Iglesia se advertían los beneficios de la vasta acción conocida como "reforma gregoriana", promovida vigorosamente en el siglo anterior, que había aportado una mayor pureza evangélica a la vida de la comunidad eclesial, sobre todo en el clero, y había restituido a la Iglesia y al Papado una auténtica libertad de acción.
Además, se iba difundiendo una amplia renovación espiritual, sostenida por un fuerte crecimiento de la vida consagrada: nacían y se expandían nuevas Órdenes religiosas, mientras que las ya existentes vivían una prometedora recuperación.
La teología también volvió a florecer y adquirió una mayor conciencia de su naturaleza: afinó el método, afrontó problemas nuevos, avanzó en la contemplación de los misterios de Dios, produjo obras fundamentales, inspiró iniciativas importantes en la cultura, desde el arte hasta la literatura, y preparó las obras maestras del siglo sucesivo, el siglo de santo Tomás de Aquino y de san Buenaventura de Bagnoregio. Los ambientes en los que tuvo lugar esta intensa actividad teológica fueron dos: los monasterios y las escuelas de la ciudad, las scholae, algunas de las cuales muy pronto darían vida a las universidades, que constituyen uno de los típicos "inventos" de la Edad Media cristiana.
Precisamente a partir de estos dos ambientes, los monasterios y las scholae, se puede hablar de dos modelos diferentes de teología: la "teología monástica" y la "teología escolástica". Los representantes de la teología monástica eran monjes, por lo general abades, dotados de sabiduría y de fervor evangélico, que se dedicaban esencialmente a suscitar y a alimentar el deseo amoroso de Dios. Los representantes de la teología escolástica eran hombres cultos, apasionados por la investigación; magistri deseosos de mostrar la racionabilidad y la autenticidad de los misterios de Dios y del hombre, en los que ciertamente se cree por la fe, pero que también se comprenden con la razón. La distinta finalidad explica la diferencia de su método y de su manera de hacer teología.
En los monasterios del siglo XII el método teológico estaba vinculado principalmente a la explicación de la Sagrada Escritura, de la página sagrada, como decían los autores de ese periodo; se practicaba especialmente la teología bíblica. Todos los monjes escuchaban y leían devotamente las Sagradas Escrituras, y una de sus principales ocupaciones consistía en la lectio divina, es decir, en la lectura orante de la Biblia. Para ellos la simple lectura del texto sagrado no era suficiente para percibir su sentido profundo, su unidad interior y su mensaje trascendente. Por tanto, era necesario practicar una "lectura espiritual", llevada a cabo en docilidad al Espíritu Santo. En la escuela de los Padres, la Biblia se interpretaba alegóricamente, para descubrir en cada página, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, lo que dice de Cristo y de su obra de salvación.
El Sínodo de los obispos del año pasado sobre la "Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia" recordó la importancia del enfoque espiritual de las Sagradas Escrituras. En este sentido, es útil tomar en consideración la herencia de la teología monástica, una ininterrumpida exégesis bíblica, como también las obras realizadas por sus representantes, valiosos comentarios ascéticos a los libros de la Biblia. A la preparación literaria la teología monástica unía la espiritual; es decir, era consciente de que no bastaba con una lectura puramente teórica y profana: para entrar en el corazón de la Sagrada Escritura, hay que leerla identificándose con el espíritu con el que fue escrita y creada. La preparación literaria era necesaria para conocer el significado exacto de las palabras y facilitar la comprensión del texto, afinando la sensibilidad gramatical y filológica. El estudioso benedictino del siglo pasado Jean Leclercq tituló así el ensayo con el que presenta las características de la teología monástica: L'amour des lettres et le désir de Dieu (El amor por las palabras y el deseo de Dios). Efectivamente, el deseo de conocer y de amar a Dios, que nos sale al encuentro a través de su Palabra que debemos acoger, meditar y practicar, lleva a intentar profundizar los textos bíblicos en todas sus dimensiones.
Hay otra actitud en la que insisten quienes practican la teología monástica: una íntima actitud orante, que debe preceder, acompañar y completar el estudio de la Sagrada Escritura. Puesto que, en resumidas cuentas, la teología monástica es escucha de la Palabra de Dios, no se puede dejar de purificar el corazón para acogerla y, sobre todo, no se puede dejar de encenderlo de fervor para encontrar al Señor. Por consiguiente, la teología se convierte en meditación, oración y canto de alabanza, e incita a una sincera conversión. No pocos representantes de la teología monástica alcanzaron, por este camino, las más altas metas de la experiencia mística, y constituyen una invitación también para nosotros a alimentar nuestra existencia con la Palabra de Dios, por ejemplo, mediante una escucha más atenta de las lecturas y del Evangelio, especialmente en la misa dominical. Es importante también reservar cada día cierto tiempo para la meditación de la Biblia, a fin de que la Palabra de Dios sea lámpara que ilumine nuestro camino cotidiano en la tierra.
La teología escolástica, en cambio —como decía—, se practicaba en las scholae, que surgieron junto a las grandes catedrales de la época, para la preparación del clero, o alrededor de un maestro de teología y de sus discípulos, para formar profesionales de la cultura, en una época en la que el saber era cada vez más apreciado. En el método de los escolásticos era central la quaestio, es decir, el problema que se plantea al lector a la hora de afrontar las palabras de la Escritura y de la Tradición. Ante el problema que estos textos autorizados plantean, surgen preguntas y nace el debate entre el maestro y los alumnos. En ese debate aparecen, por una parte, los temas de la autoridad; y, por otra, los de la razón, y el debate se orienta a encontrar, al final, una síntesis entre autoridad y razón para alcanzar una comprensión más profunda de la Palabra de Dios. San Buenaventura dice al respecto que la teología es "per additionem" (cf. Commentaria in quatuor libros sententiarum, i, proem., q. 1, concl.), es decir, la teología añade la dimensión de la razón a la Palabra de Dios y de este modo crea una fe más profunda, más personal y, por tanto, también más concreta en la vida del hombre. En este sentido, se encontraban distintas soluciones y se formaban conclusiones que comenzaban a construir un sistema de teología. La organización de las quaestiones llevaba a la elaboración de síntesis cada vez más extensas, pues se componían las diversas quaestiones con las respuestas encontradas, creando así una síntesis, las denominadas summae, que eran en realidad amplios tratados teológico-dogmáticos nacidos de la confrontación entre la razón humana y la Palabra de Dios. La teología escolástica tenía como objetivo presentar la unidad y la armonía de la Revelación cristiana con un método, llamado precisamente "escolástico", de la escuela, que confía en la razón humana: la gramática y la filología están al servicio del saber teológico, pero con mayor motivo lo está la lógica, es decir, la disciplina que estudia el "funcionamiento" del razonamiento humano, de manera que resulte evidente la verdad de una proposición. Todavía hoy, leyendo las summae escolásticas sorprende el orden, la claridad, la concatenación lógica de los argumentos, y la profundidad de algunas intuiciones. Con lenguaje técnico se atribuye a cada palabra un significado preciso, y entre el creer y el comprender se establece un movimiento recíproco de clarificación.
Queridos hermanos y hermanas, retomando la invitación de la primera carta de san Pedro, la teología escolástica nos estimula a estar siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que nos pida razón de nuestra esperanza (cf. 1 P 3, 15). Sentir nuestras las preguntas y de ese modo ser capaces de dar también una respuesta. Nos recuerda que entre fe y razón existe una amistad natural, fundada en el orden mismo de la creación. El siervo de Dios Juan Pablo II, al comienzo de la encíclica Fides et ratio escribe: "La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad". La fe está abierta al esfuerzo de comprensión por parte de la razón; la razón, a su vez, reconoce que la fe no la mortifica, sino que la lanza hacia horizontes más amplios y elevados. Aquí se introduce la perenne lección de la teología monástica. Fe y razón, en diálogo recíproco, vibran de alegría cuando ambas están animadas por la búsqueda de la unión íntima con Dios. Cuando el amor vivifica la dimensión orante de la teología, el conocimiento que adquiere la razón se ensancha. La verdad se busca con humildad, se acoge con estupor y gratitud: en una palabra, el conocimiento sólo crece si ama la verdad. El amor se convierte en inteligencia y la teología en auténtica sabiduría del corazón, que orienta y sostiene la fe y la vida de los creyentes. Oremos, pues, para que el camino del conocimiento y de la profundización de los misterios de Dios siempre esté iluminado por el amor divino.


CARTA DE D. CARLOS, ARZ. DE VALENCIA

Me ha pasado por la mente en infinidad de ocasiones una idea, pero no lo había explicitado con la claridad con la que hoy os la digo: para un cristiano, la Verdad tiene una característica fundamental, que es reconocer a Jesús como el Hijo de Dios. Es más, es descubrir que no puede existir verdad en plenitud fuera de Él. Él es la Verdad; en Él está la Verdad. Su Persona es la Verdad. Por tanto, todo aquél que quiera conocer la Verdad tiene que acercarse a Jesucristo. Esta es una oferta, una proposición, que realizamos los cristianos con humildad, pero con todas las consecuencias. Este acercamiento a Jesucristo, debe llevar al seguimiento y a la comunión con Él.
El pasaje en el que se nos narra el camino que hace el Señor con sus discípulos a Cesarea de Filipo es clave para descubrir desde donde se capta la Verdad que es el mismo Jesucristo. En este camino es donde, mirando a los discípulos con un gran amor, les hace una doble pregunta, “¿quién dice la gente que soy yo? Y ¿quién decís vosotros que soy yo?”. La respuesta no se puede dar de cualquier forma, hay que hacerla desde el seguimiento y la comunión. La pueden dar quienes han seguido sus pasos y sus huellas y quienes han entrado en comunión de vida con Él.
La respuesta por parte de Pedro en nombre de los demás fue clara: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. ¡Qué fuerza más rompedora de la existencia tiene esta respuesta! La Verdad es una Persona. No cualquier persona, sino el Hijo de Dios. El mismo que nació de María la Virgen. Esta Verdad solamente puede ser captada desde el interior de una relación con esta Persona. Por eso, os invito a mantener esta relación personal con Jesucristo.
Sé que todos los hombres quieren vivir en la Verdad y desean conocer la Verdad, por eso os invito a entrar en relación con quien es la Verdad, con Jesucristo. Los grandes santos, los grandes hombres de Dios, han sido hombres y mujeres de la Verdad, conquistada por una relación intensa con quien es la Verdad, Jesucristo.¿Cómo encontrarse con la Verdad y vivir en la Verdad? Es algo tan sencillo de lograr como dejarse mirar por Jesucristo. En el dejarse mirar por el Señor alcanzamos la Verdad. Recordemos al Apóstol Pedro cuando, durante la pasión, niega al Señor tres veces. Incluso es capaz de jurar en falso diciendo que no le conoce de nada. En aquel momento dice repetidamente una mentira, quizá por miedo. Pero enseguida llegó el arrepentimiento. Y vino por una mirada que le dirigió el Señor. Con toda precisión visual nos lo muestra el Evangelio: “Jesús volviéndose miró a Pedro”, y fue entonces cuando Pedro “se acordó de las palabras que le había dicho: antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces. Y saliendo afuera, lloró amargamente” (Lc 22, 61-62).
¡Qué fuerza tiene la mirada de Jesús! Tan sólo cuando Jesús le mira, más aún, le busca con la mirada volviéndose hacia él y fijando en él sus ojos, es cuando Pedro recuerda el camino recorrido con el Maestro y las palabras de vida que sólo a Él oyó pronunciar. Entonces es cuando adquiere conocimiento en plenitud de la Verdad y de su propia falsedad, llevándole a derramar lágrimas amargas, pero verdaderas, liberadoras y reconciliadoras. Esta es la clave que debemos recordar al hombre actual: dejarse mirar por la Verdad, para vivir en Verdad.
Podríamos afirmar que las lágrimas de Pedro son oraciones mudas, que merecen el perdón aun sin pedirlo. Quizá es la mejor manera de expresar el arrepentimiento. A veces para responder a ese encuentro con la Verdad que es Jesucristo no hay palabras. Esto le ocurre a Pedro; por eso, sus lágrimas expresan lo que experimenta dentro de él. Las palabras le habían impulsado a traicionar, a pecar, a negar y prefiere hacer una confesión de fe con lágrimas.
Profunda confesión que continuará más tarde, cuando el Señor le pregunta por tres veces: “Simón, ¿me amas?” (Jn 21, 17). Las tres veces Pedro responde: “Señor tú sabes que te amo”. A la tercera vez se entristece. Pero el Señor le entrega una responsabilidad grande, “apacienta mis ovejas”. Antes de derramar las lágrimas era un traidor, ahora después es elegido como pastor y encargado de dirigir a los otros. Sin lágrimas no hay camino hacia la verdad humana y mucho menos hacia la Verdad cristiana. Y es que las lágrimas son necesarias, pues llegan a la existencia de una persona cuando descubrimos nuestras incoherencias y nuestras contradicciones, nuestros temores y villanías, nuestra falta de verdad. La historia nos urge a encontrarnos con la Verdad.
La Verdad, que es Jesucristo mismo, supone un contacto personal de gran intensidad, donde la Verdad y el Amor se unen. En esa intensidad, la Verdad se une con el Amor y con el Amor de una Persona concreta, que no solamente es ternura y calor, sino también luz que ilumina cualquier espacio y descubre cualquier mentira, porque me ama de veras. Hay que tener la experiencia del Amor para vivir la Verdad. Amor de Aquél que me escudriña y me conoce, que sabe cuando estoy sentado y cuando me levanto, que penetra desde lejos mis pensamientos y conoce mi palabra aun antes de que ésta se halle en mi lengua, que pone sobre mí su mano y su mirada (cf. Sal 139, 1-4).
No sería creíble el Amor de quien no me ayudara a descubrir mi verdad y mi mentira. De la misma manera no sería creíble el anuncio del Evangelio que hace un cristiano, mientras no ha llorado ante la mirada penetrante y misericordiosa de Dios, permitiendo que se fijen en él los ojos del Maestro.
Déjate mirar por Jesucristo, por la Verdad. Somos nosotros los que tenemos que ser conquistados por la Verdad de una vez para siempre. Es la Verdad, es Jesucristo, quien nos seduce y conquista. Es la verdad que viene de Dios. Es la Verdad que ilumina dentro de nosotros y nos hace descubrir ángulos oscuros y ocultos de nuestro yo. Es la Verdad la que nos sana y la que nos hace sentir que somos bienaventurados, dichosos, felices.
Únicamente en Jesucristo, el hombre puede descubrirse a sí mismo y descubrir su misterio, aferrándose a Él, reconociéndole como el camino, la Verdad y la Vida. T. Merton decía así: “Mi existencia, mi paz y mi felicidad dependen de un solo problema: el de descubrirme a mí mismo descubriendo a Dios. Si lo encuentro a Él, me encontraré a mí mismo, y si encuentro mi verdadero yo, le encontraré a Él” (T. Merton, Semi di contemplazione, Milán 1955, 18). Déjate mirar por Jesucristo. Prueba esta mirada, auque sea por un instante. Déjate por lo menos mirar por quienes han vivido una amistad íntima con Dios y con los santos para vivir con la fuerza liberadora y reconciliadora de la Verdad.
Con gran afecto, os bendice+ Carlos, Arzobispo de Valencia


RESSÓ DE LA PARAULA.
Quan ens plantegem el problema de la transmissió de la fe, normalment ens preguntem per la manera de fer-ho. Sembla que tot el problema sigui trobar el llenguatge, el sistema, l’estratègia. I, sens dubte, trobar la manera adient és un dels reptes més urgents en l’evangelització.
Però la fixació en trobar la manera no ens pot fer oblidar una qüestió prèvia i, al meu parer, més important: la qüestió de «què és el que hem de transmetre». Considerem que aquesta qüestió és més important, perquè la manera de transmetre la fe, no només depèn del destinatari, de qui escolta, sinó també d’allò que transmetem. Fins i tot podem dir que si tenim clar el que hem de transmetre, segurament trobarem la manera adient de fer-ho.
Mirem d’aprofundir en el que hem de transmetre, quan comuniquem la fe. En principi, la resposta és ben clara: hem de transmetre el conjunt de veritats que creiem i proclamem en el Credo. Però aquesta resposta diu molt poc de la transmissió de la fe. Perquè el que creiem no és talment un conjunt de veritats, com si fos un seguit d’idees, de dades o objectes, que pot ensenyar qualsevol ciència. Les veritats que conté el Credo, no són més que una Veritat, que alhora és un únic Amor: Déu mateix, el Pare de Jesucrist. No podem oblidar que tant el Credo, com tot el conjunt dels dogmes, que defineixen el que creiem els cristians, es redueixen a una sola afirmació: Déu és Amor, i perquè és Amor, és alhora Veritat i Bellesa. D’aquest Déu parlem quan transmetem la fe, sigui quina sigui la veritat particular que estem anunciant: la Creació, l’Encarnació, el Misteri Pasqual, l’Esperit Sant, l’Església, els sagraments, la resurrecció de la carn…
Diu l’encíclica Caritat en la Veritat:
«Només en la veritat resplendeix la caritat i pot ser viscuda autènticament. La veritat és llum que dóna sentit i valor a la caritat… En la veritat, la caritat reflecteix la dimensió personal i al mateix temps pública de la fe en el Déu bíblic, que és alhora agapé i lógos: caritat i veritat, amor i paraula» (n. 3).
Per tant, el que transmetem és la Veritat de Déu. Però la Veritat de Déu és quelcom ben singular: de cap manera es pot transmetre amb indiferència i mai deixarà indiferent a aquell que la rep.
—La Veritat que transmetem quan comuniquem la fe, és també veritat per a aquell que ens escolta, tot i que no la reconegui.
—Li afecta profundament el fet que hi hagi un Déu que és Amor i alhora és Veritat, perquè aquest Déu il·lumina de fet tots els amors i totes les veritats de la seva vida.
—Igualment aquest Déu és la font i el sentit de totes les veritats que creiem els cristians.
Això vol dir que l’anunci de qualsevol veritat del Credo, del catecisme, del dogma, s’ha de poder veure com derivada del Déu que és Amor. Veiem, doncs, més clar per què i com hem de transmetre la fe.
† Agustí Cortés Soriano
Bisbe de Sant Feliu de Llobregat
http://www.bisbatsantfeliu.org/mcs/FullDominical/2009/091101_6_44.pdf

SANTOS SACERDOTES:
Beato Cardenal Ciriaco MaríaSancha.
El pasado domingo en Toledo fue beatificado el Cardenal Ciriaco María Sancha y Hervás, Arzobispo de Valencia durante los años 1892-1898.
El nuevo beato nació en Quintana de Pidio (Burgos) en 1833. Cursó estudios eclesiásticos en Burgo de Osma y Salamanca, donde se graduó en Teología. Fue ordenado sacerdote en 1858 marchando en 1862 a Santiago de Cuba. Allí se distinguió por su caridad hacia los necesitados, fundando en 1869 la Congregación de las Hermanas de la Caridad.
Al quedar vacante la diócesis el gobierno español, sin consentimiento de la Santa Sede, nombró un nuevo obispo, tanto D. Ciriaco como el vicario capitular se opusieron a ello, siendo encarcelados. Liberado de la cárcel fue nombrado en 1876 obispo auxiliar de Toledo, con residencia en Madrid y en 1885 obispo residencial de Ávila. En 1886 fue nombrado obispo de Madrid, donde organizó las parroquias, levantó el Seminario y celebró el I Congreso Católico Nacional.
El Papa León XIII le nombró en 1892 Arzobispo de Valencia y un año después lo creó Cardenal.
En nuestra diócesis permaneció durante seis años, recorriendo toda la geografía diocesana en visita pastoral, creando obras de carácter social para atender la precaria situación económica de sus diocesanos, apoyando al Padre Vicent en la organización de los círculos obreros, acogiendo la primera encíclica social, la Rerum novarum (1891) de León XXIII y promoviendo la peregrinación nacional a Roma.. También se preocupó de la formación de los sacerdotes, restableciendo las conferencias teológicos morales para el clero y creando las facultades de teología, filosofía y derecho en la Universidad Pontificia de Valencia. En noviembre de 1893 celebró el Congreso Eucarístico Nacional en Valencia. Impulsó la creación de instituciones y asociaciones religiosas, produciendo una gran renovación religiosa del pueblo valenciano.
En 1898 fue promovido al Arzobispado Primado de Toledo y patriarca de las Indias, muriendo el 28 de Febrero de 1909.
El 18 de Octubre de 2009 fue beatificado en Toledo. Desde el pasado domingo nuestra Archidiócesis cuenta con un nuevo arzobispo en los altares, que se une a los dos santos pastores.

APUNTES VOCACIONALES

Dificultades para sembrar la vocación

D. Manuel quiso que todo predispusiera al encuentro de Dios y a reconocer en la vida cuales son las dificultades para ese encuentro, por ello puso en la fachada de la Iglesia del Seminario unos “canes”, salientes en forma de ménsula en la parte inferior de las cornisas, que aguantan y sostienen los tejados y las bocas de desagüe de estos. Normalmente son piezas con cierto humor, y que en este caso simbolizan de forma burlona los enemigos de la siembra que hace el seminario.

Día 9 – La irreligiosidad

El primer can es un hombre casi burro cubierto con birrete de doctor encasquetado entre sus dos prolongadas orejas y con un letrero que dice: Irreligiosidad. Esta tiene como hijos: el ateísmo brutal, la indiferencia glacial, el laicismo y la secularización. El irreligioso no quiere nada con Dios, por más sabio que se llame o más cosas de la tierra que tenga, ¿no es como el animal que lo tiene todo pero, que no mira al cielo ni por curiosidad?

Palabra de Dios Gn 6, 1- 10

Día 10 – La lujuria y la pereza

El segundo es la lujuria y está representado por una cara asimilada de cerdo con bombín y corbata de señorito.

El tercero es una tortuga y su nombre es pereza, hemos de formar en la laboriosidad incesante, siendo como abejas formando siempre el panal con las mieles de su en encuentro con el Señor, del estudio asiduo, de los buenos ejemplos, y de las buenas obras.

Palabra de Dios 2 Sm 11,1-5


Día 11 - La petulancia

El siguiente es una cara de cigüeña con montera de estudiante a la antigua usanza y su rótulo es : La petulancia. ¿No os parece que esa cara de pico alargado es una buena caricatura del petulante métome en todo? ¡Lejos esa ciencia de boquilla, gárrula, parlanchinera, discutidora, que de todo habla y en todo mete su cuarto a espadas y de nada entiende. ¡adórnense con la ciencia que antes enseña a saber callar que a saber hablar, que más que a decir: “aquí hay un sabio” enseñen a conocer y a amar la Verdad, que es Cristo, sin buscarse así mismo.

Palabra de Dios. Mc 14, 27-32
Día 12 – La codicia

El quinto es el antipático y desgreñado cuervo que en sus aceradas garras aprieta una bolsa de monedas que pone 30, y se llama codicia. Codicia de los que utilizan el don de Dios para obtener frutos para ellos y no para los demás, codicia de las familias que buscan el “triunfo” de sus hijos y no el servicio. Codicia que cosecha inquietud, antipatía, odios, maldiciones y desesperaciones.

Palabra de Dios Gn 4, 2-7


Día 13- La desobediencia.

En el suelo de la gran galería en la que desembocan todas las salas para de esta ir a cualquier lado, está el gráfico de la obediencia, ya que es esta la que nos resitúa en la vida.

En el centro de este gráfico esta el “yo”, ya que la desobediencia nace del egoísmo de ponerme a mí por encima de todos y no dejarme acompañar: mi capricho, mi gusto, mi idea, lo mío…”

Palabra de Dios Gn 3, 1-13




Día 14- Formas de desobediencia.

La desobediencia se puede concretar en una forma más radical y rotunda: “no”, pero también tiene una manera más sutil de vivirse desde el sí, pero… es la fórmula de los que ponen pretextos para no obedecer; yo lo haría… pero…

Palabra de Dios 1 Sm 15, 18-28


Día 15- La manera sutil de desobedecer.

Otra manera sutil de desobediencia es “como un pájaro cuco”, obedecer por motivos meramente humanos, no por amor y confianza sino por miedo al castigo, a la riña, a la mala fama… estos obedecen externamente pero su corazón se queda bloqueado en sí mismos. Por último están los que obedecen “mañana”, sin prontitud, tardíamente, cuando les apetece, o cuando lo que se les ha pedido no choque con sus intereses inmediatos.

Palabra de Dios Lc 19, 13- 21





http://www.seminariomenorvalencia.com/
CENTENARIO DE TERESA DE CALCUTA
NOVIEMBRE: DONDE HAYA ODIO, PUEDA YO LLEVAR ARMONÍA.
"Mientras marchábamos en silencio hemos reflexionado sobre el camino por el que transita la familia humana: ya sea éste de hostilidad si rehusamos aceptarnos los unos a los otros en el amor; o ya sea como viaje común hacia nuestro alto destino si comprendemos que las otras personas son hermanos y hermanas nuestros... . O aprendemos a caminar juntos en paz y armonía, o iremos a la deriva destruyéndonos a nosotros mismos y a los demás." (Discurso de Juan pablo II a los representantes de las iglesias cristianas y de las religiones de todo el mundo Basílica of San Francisco de Asís. 27 de octubre de 1986)







1 ª Semana (1 – 7 Novembre)
Escrituras.
Tened un mismo sentir entre vosotros, no gustando lo que es ostentoso, sino sintiendo con los humildes. No seáis cautelosos a vuestros ojos. (Romanos 12:16)
Hermanos míos, no penséis tener la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas. Suponed que entra en vuestra reunión un hombre con anillo de oro, y un vestido espléndido, y también entra un pobre con un vestido sucio, Y dirigís vuestra mirada al que lleva el vestido espléndido y le decís “Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estate tú allí en pie; ó siéntate aquí debajo de mis pies ¿Acaso no hacéis justicia ante vosotros mismos, y os convertís en jueces de pensamientos injustos? Escuchad, hermanos míos amados: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que ha prometido á los que le aman? Vosotros, en cambio, deshonráis al pobre. (Santiago 2:1–6)
Reflexiones de la madre.
“Un día mi hermano en Palermo me dijo que estuvo en un hospital gestionado por monjas, y mientras esperaba sentado llegó un hombre rico. Una de las hermanas se le acercó y conversó con el muy educadamente y con dulzura, le dio lo quería y él se marchó. Al rato llegó un hombre pobre y la misma monja le recibió pero muy bruscamente y le hizo sentarse en una esquina. El se sentó y esperó. Mi hermano se acercó a la monja y le preguntó, ‘Hermana, ¿por qué miente a Jesús?’. Ella le comprendió.”

“Ten cuidado y no permitas que los favoritismos — atendiendo a lo que te gusta y lo que te disgusta, tratando de manera distinta a personas de diferente casta o credo - arruinen el maravilloso trabajo de amor que Dios nos ha confiado. Esto puede suceder con facilidad si no ofrecemos nuestro trabajo a Dios, si no lo hacemos con Jesús, hacia Jesús y por Jesús; cuando el objetivo de nuestro apostolado sea “revelar o comunicar la vida de Dios a todos los hombres” sin importar su raza, casta o credo. Si permites que una actitud imparcial afecte tus relaciones con los pobres, también afectará a las relaciones con tus Hermanas y causará desunión”.
“Hazlo por mí, y respétales, porque lo que hagas por los pobres —no se trata de privarles del alimento sino privarles de la dignidad que tienen como hijos de Dios, de su dignidad como hermano o hermana que son míos, y son estas privaciones las que hacen sufrid más s los pobres -. Recemos para que el buen Dios nos otorgue la gracia de conocer a los pobres para poderles amar y hacer algo por ellos”.
2 ª Semana (Noviembre 8 - 14)
Escrituras.
Por último, manteneos todos unidos: compasivos, fraternales, misericordiosos, humildes, no devolviendo mal por mal, ni insulto por insulto, antes bien, bendiciendo siempre, porque para esto fuisteis llamados: para recibir en herencia la bendición. (1 San Pedro 3:8-9)

Reflexiones de la Madre:
“Cada vez que alguien se relacione con nosotras, deben sentirse diferentes y mejores por el hecho de haber estado con nosotras. Debemos irradiar el amor de Dios. Proclamamos la unidad de la Iglesia al vivir y trabajar juntos como la familia de Dios, y también trabajando y sirviendo a los demás, sin importar la religión, el color, la casta o la raza”.
“Sed Un Solo Corazón lleno de Amor en el Sagrado Corazón de Jesús a través del corazón inmaculado de María. Amaros los unos a los otros como Jesús y María aman. Amar a Jesús en los pobres con amor tierno y compasivo. – Para ello necesitas la humildad de María y con frecuencia decir “María, Madre de otorgarme la gracia de ser tan humilde como tú para llegar a ser santo como Jesús’.”
¡Qué chocante también, cuando aquel hombre abofeteo a Jesús. Y por ello, Jesús dice, “Pon la otra mejilla” en lugar de decir “cuando alguien te golpee, golpéalo tu a él”. Aquella fue la única ocasión en que Él preguntó “¿Por qué me has abofeteado?” ¡Cómo nos molesta cuando alguien nos daña – como la bofetada –“. Pero no preguntamos qué hacer, directamente devolvemos la bofetada. En esos momentos tenemos que ver a Jesús. El amor empieza [o] el amor termina. Hay solo dos formas: Bien amamos – y el amor en acción es servicio – o ponemos odio en acción y destruimos.


NOTICIAS
El pasado 26 de Octubre comenzó el Curso de Doctrina Social de la Iglesia que se imparte en la Sede Diocesana. Monseñor Don Esteban Escudero inauguró el curso junto a Óscar Benavent, el Delegado de la Comisión de Infancia y Juventud.
La campaña de este año pretende dar a conocer mejor entre nosotros los jóvenes qué dice la iglesia sobre la sociedad mediante la Doctrina Social de la Iglesia y como nos pide que participemos. Por esta razón Juniors en colaboración con el Instituto de Ciencias Religiosas ha organizado este curso sobre los temas de la Doctrina Social de la iglesia que se trabajan en la campaña.
El curso está compuesto por 5 monográficos en los que se tratan los siguientes temas: la persona humana, el orden social, la pobreza y la caridad y el medio ambiente. Las clases tienen una duración aproximada de una hora y media y se imparten los lunes por la tarde en la Sede Diocesana. Treinta educadores de diferentes centros del movimiento participan en este curso.
Fuente: www.juniorsmd.org

El pasado domingo 25 de Octubre la Comisión Diocesana se reunió en la Sede. En este Pleno Diocesano se trabajaron varios temas, los más destacados fueron la evaluación de la Asamblea General, la aprobación de la creación del Premio San Mauro que se entregará anualmente el día de dicha celebración y la elaboración del formato de las Nits Juniors de Vicaría que se celebrarán este curso.
Por la tarde, se celebró la Jornada de Formación para los nuevos delegados, que estuvo impartida por el Vicepresidente Diocesano Nacho Grande.
Fuente: www.juniorsmd.org

El lunes 2 la Secretaría de Formación se reunió en Sol Sortit (Cocentaina) para perfilar el Encuentro de Monitores de esta semana.
El martes 3 los consiliarios de zona Ramón, José Andrés y Juan Ramón y el consiliario diocesano, Fran, comenzaron a preparar Compromesos.

Encontre de monitors
La maiansa d’Ontinyent
7 i 8 de Novembre.
Organitza: sria. de formació zona montcabrer

contem amb tú

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