miércoles, 4 de marzo de 2020

8 de marzo de 2020. II Tiempo de Cuaresma.



Primera lectura.
Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a.
En aquellos días, el Señor dijo a Abrán:
-Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti una gran nación, te bendeciré, haré famoso tu nombre y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que maldigan, y en ti serán benditas todas las familias del mundo.
Abrán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[1].
Sb 10, 5: Cuando la confusión de los pueblos malvados, / ella se fijó en el justo Abrahán, lo conservó intachable ante Dios / y lo mantuvo firme a pesar del amor a su hijo.
Hch 7, 2-3: [Esteban] respondió: “Hermanos y hermanas, escuchad. El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abrahán cuando estaba en Mesopotamia; antes de establecerse en Jarán, y le dijo: “Sal de tu tierra y de tu parentela y vete a la tierra que te mostraré”.
Hb 11, 8s: Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por la fe obedeció Abrahán a la llamada y salió hacia la tierra que iba a recibir en heredad. Salió sin saber adónde iba. Por la fe vivió como extranjero en la tierra prometida, habitando en tiendas.
Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra.
Jr 4, 2: Si jurases “¡Por vida del Señor!” / con verdad, justicia y derecho, / todas las naciones se bendecirían, / se darían parabienes entre sí / utilizando el nombre del Señor.
Si 44, 21: [Abrahán] Por eso Dios le prometió con juramento / bedecir a las naciones por su descendencia, / multiplicaré como el polvo de la tierra, / exaltar su estirpe como las estrellas, / y darle una herencia de mar a mar, / desde el Río hasta los confines de la tierra.
Hch 3, 25: Vosotros sois los hijos de los profetas; los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: ·En tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra”.
Ga 3, 8: En efecto, la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, le adelantó a Abrahán la buena noticia de que por ti serán benditas todas las naciones.




Notas exegéticas[2].
12 (a) Titulo que debe estenderse de forma neutra: relatos en torno a los patriarcas.
12 (b) Los relatos sobre Abrahán tal como se presentan en el Génesis, son una “teología de la promesa”, la doble promesa divina de descendencia y del don de la tierra son los ejes centrales en torno a los cuales de un modo u otro se organiza todo lo que los escritores sagrados tienen que decir sobre el patriarca.
12 (c) Los capítulos 12-13 pertenece a lo esencia de las tradiciones yahvistas, pero no todo se sitúa en el mismo nivel de la tradición o de su fijación escrita. Muy probablemente una breve noticia de salida de Jarán y de llegada a Canaán, especie de itinerario, con la orden divina de abandonar Jarán, 12, 1-4, y un primer punto de asentamiento alrededor de Betel, 12, 8; 13, , son el núcleo central de la tradición. El itinerario continua con el relato de la separación de Abrahán y Lot, 13 3 s. Promesas de descendencia y de bendición 12, 2-3, y luego del don de la tierra, 12, 7, han podido ser añadidas en un estadio relativamente antiguo de la tradición, lo mismo que el relato de la bajada a Egipto, 12, 10-20, relato que no habla de Lot, con 13, 1-4. Un desarrollo más reciente puede ser la promesa solemne de 13, 14-17. A los autores sacerdotales se deben algunos complementos en los que se insiste en la riqueza de Abrahán y de Lot, motivo de su separación. 12, 4-5; 13, 2.4-5. Si tal ha podido ser el desarrollo de los dos capítulos, la doble promesa de descendencia y del don de la tierra vienen a ocupar un lugar cada vez más preponderante. Rompiendo todos sus vínculos terrenos. Abrahán sale para un país desconocido, con su mujer estéril, 11 30, porque Dios le ha llamado y le ha prometido una posteridad. Primer acto de fe de Abrahán que volverá a expresarse cuando le sea renovada la promesa, 15 5-6+, y que Dios pondrá a prueba reclamándole a Isaac, fruto de esta promesa, 22 +. La existencia y el porvenir del pueblo elegido dependen de este acto absoluto de fe. Hb 11, 8-19. No se trata solamente de su descendencia carnal, sino de todos aquellos a quienes la misma fe hará hijos de Abrahán, como enseña san Pablo, Rm 4; Ga 3, 7
12 3 La fórmula se repite (con la palabra “nación” o “linaje” en 18 18; 22 18; 26 45; 28 14. En sentido estricto, significa (ver v. 2 y 48 20; Jr 29 22): “las gentes dirán: ‘Bendito seas como Abrahán’”. Pero Si 44 21, la tradición de los LXX y el NT han entendido: “En ti serán benditas todas las naciones”.

Comentario revista Homilética[3]
-Promesa de Abrahán:
Nueva fase en la narración del libro del Génesis:
 Abraham, el padre de una nación.
Dominada por el término bendición: 5 veces.
Ser una nación: hijos y tierra.
Alcanzará a todos los pueblos.
Israel: mediador (Eclesiástico 44,21).

-Abrahán:
Confianza en la acción divina.
Fe expresada en una vida errante que, ante los desafíos que encuentre, buscará respuesta en el Dios de la promesa.
Fe acompañada por la duda y la oscuridad.
Padre de la fe.

Salmo responsorial
Salmo 32

R/. Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.

Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros;
como lo esperamos de ti. R/.

Textos paralelos[4].
 Pues recta es la palabra de Yahvé.
Dt 32, 4: Él es la Roca, sus obras son perfectas, / sus caminos son justos, / es un Dios fiel, sin maldad; / es justo y recto.
Sal 89, 15: Justicia y derecho sostienen tu trono, / misericordia y fidelidad te preceden.
Los ojos de Yahvé sobre sus adeptos.
Sal 32, 8: Te instruiré y te enseñaré / el camino que has de seguir, / fijaré en ti mis ojos.
Sal 34, 16: Los ojos del Señor miran a los justos, / sus oídos escuchan sus gritos.
Esperamos anhelantes a Yahvé.
Sal 115, 9: Israel confía en el Señor; / él es su auxilio y escudo.

Notas exegéticas[5].
33 18 Lit. “los que le temen”.

Tres lecturas con Noel Quesson[6]
Con Israel.
La poesía hebrea utiliza constantemente el paralelismo: los versos van siempre de dos  en dos. El segundo retoma la idea del primero. Ejemplos: El Señor frustró los planes de las naciones. / Y aniquiló los proyectos de los  pueblos.
Con Jesús.
Jesús es el Verbo (la palabra) creador, "por quien todo ha sido hecho". (Juan 1,3). El nos revela: "el Padre os ama" (Juan 16,17). La tierra está llena de su amor... Los  proyectos de su corazón subsisten de generación en generación. "¡He aquí este corazón  que tanto ha amado a los hombres!".
Con nuestro tiempo.
Es necesario personalizar este salmo, en nuestra propia vida y en nuestra propio estilo:  alabar... Creer en el poder de Dios... Creer que Dios interviene "hoy y siempre en los  acontecimientos contemporáneos..." "hacerse pobre": la "mirada de Dios" sobre nosotros es  una defensa más segura que todos los medios del poder humano. He aquí un ejemplo de personalización... He aquí como PAUL Claudel "releía" este  salmo a su manera, vigorosa, truculenta, poética: "Escuchad, pájaros cantores, el ímpetu que doy a mi canto: lo que llaman en música la  anacrusa. Mirad mis dedos que sin hacer ruido en los rayos del sol, pulsan el arpa entre mis  rodillas: hay diez cuerdas, ¡Atentos cuando levante la mano! Yo también canto muy suave, y  los ojos bien abiertos, llevo el compás, el oído atento a vuestra vociferación. Dios es  hombre de bien: se escucha la conciencia en todo lo que El ha hecho.

Segunda lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo Timoteo 1, 8b-10.
Querido hermano:
Toma parte en los padecimientos por el evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos, la cual se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del evangelio.
Palabra de Dios.




Textos paralelos[7].
 Nos ha llamado a una vocación santa.
Tt 3, 5: No por las obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros, sino, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo.
Rm 8, 28: Por otra parte, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien, a los cuales les ha llamado conforme a su designio.
Rm 16, 25s: Al que puede consolidaros según mi Evangelio y el mensaje de Jesucristo que proclamo, conforme a la revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora mediante las Escrituras proféticas, dado a conocer según disposición del Dios eterno para que todas las gentes llegaran a la obediencia de la fe a Dios, único Sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Esta gracia se ha hecho patente ahora.
Tt 2, 11: Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres.
3, 4: Más cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre.
Rm 6, 9: Pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él.
Rm 8, 2: Pues la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Hb 2, 14-15: Por tanto, lo mismo que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por medio de la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.

Notas exegéticas[8]:
1 9 La palabra designa en primer lugar la llamada de los cristianos a la salvación, ver Rm 1 6-7; 8, 28; 1 Co 1 2.24; Col 3 15; Ef 1 18; 4 4; Flp 3, 14 etc., y luego, por metonimia, el estado (vocación) al que son llamados los cristianos. Ambos sentidos son igualmente posibles.
1 10 Este término [manifestación] ver 1 Tm 6 14+, designa aquí el ministerio de Jesús.





Comentario revista Homilética[9]
-2 Timoteo:
Sabios consejos y recomendaciones pastorales destinados al discípulo.
Pablo en la prisión presiente cercana la muerte y exhorta a los discípulos a mantenerse en la fidelidad.
Argumentos de Pablo:
Sufre por el Evangelio / honores.
La salvación no es consecuencia de nuestras decisiones u obras sino por la gracia de Dios en Cristo.
La gracia de Dios, manifestado en Israel, se ha manifestado y dado en la persona de Cristo.
Esta salvación está vinculada a la experiencia de la muerte y de la vida.
Novedad: destrucción de la muerte e inmortalidad.
-La llamada a la “vocación santa”, la santidad:
Tradición bíblica / griega.
Enraizada en el concepto “Dios es santo” (Levítico) y el ser humano está llamado a vivir y reflejar esta santidad.
-Reflejo de la teología y vida de las comunidad paulinas pertenecientes a la segunda generación cristiana, que viven en un ambiente hostil.


Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según san Mateo 17, 1-9
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y subió con ellos aparte a un monte alto. Se transfiguró delate de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. De repente, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
-Señor, ¿qué bueno es que estemos aquí? Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías..
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
-Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo.
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
-Levantaos, no temáis.
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban del monte, Jesús les mandó:
-No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.

Evangelios paralelos[10]
// Mc 2-8: Seis días más tarde Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. No sabía qué decir, pues estaban asustados. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: “Este es mi Hijo, el amado, escuchadlo”. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban del monte, les ordenó que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
// Lc 9, 28-36: Unos ocho días después de estas palabras, tomó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús: “Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. No sabía lo que decía. Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube. Y una voz desde la nube decía: “Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo”. Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Textos paralelos[11].
Tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan.
2 Pe 1, 16-18: Pues no nos fundábamos en fábulas fantasiosas cuando os dimos a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo, sino en que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Porque él recibió de Dios Padre honor y gloria cuando desde la sublime Gloria se le transmitió aquella voz: “Este es mi Hijo amado, en quien me he complacido”. Y esta misma voz, transmitida desde el cielo, es la que nosotros oímos estando con él en la montaña sagrada.



Se transfiguró.
Ex 24, 13-16: Se levantó Moisés, con Josué, su ayudante, y subieron a la montaña de Dios. A los ancianos les dijo: “Quedaos aquí hasta que volvamos; Aarón y Jur están con vosotros, el que tenga algún asunto que se lo traiga a ellos”. Subió, pues, Moisés a la montaña; la nube cubría la montaña. La gloria del Señor descansaba sobre la montaña del Sinaí y la nube cubrió la montaña durante seis días. Al séptimo día llamó a Moisés desde la nube.
Blancos como la luz.
Mt 28, 3: Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve.
Todavía estaba hablando.
Ex 19, 16: Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre la montaña; se oía un fuerte sonido de trompeta y toda la gente que estaba en el campamento se echó a temblar.
Mt 24, 30: Entonces aparecerá el Hijo del hombre sobre nubes del cielo con gran poder y gloria.
Salió de la nube una voz.
Mt 3, 17: Y vino una voz de los cielos que decía: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”.
Mt 12, 18: “Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, en quien me complazco. Sobre él pondré mi espíritu para que anuncie el derecho de las naciones”.
Gn 22, 2 (LXX): Dijo Dios: “Toma a tu hijo único, al que amas, a Isaac, y vete a la tierra de Moria, y ofrécemelo allí en holocausto en uno de los montes que yo te indicaré”.
Dt 18, 15-19: El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis.
Is 42, 1: Mirad a mi siervo, / a quien sostengo; / mi elegido, / en quien me complazco. / He puesto mi espíritu sobre él, / manifestará la justicia a las naciones.
Dn 10, 9: Entonces oí el sonido de sus palabras y, al oírlo, caí de bruces, en un letargo, con el rostro en tierra.
Ha 3, 2 (LXX): Señor, he oído tu fama. / En medio de los años, realízala; / en medio de los años, manifiéstala; / en el terremoto acuérdate de la misericordia.

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén[12].
1-13 Para los discípulos, que acaban de oír que el Mesías realizaría su misión mediante el sufrimiento, la transfiguración de Jesús tenía una funciónpedagógica: sostener su fe con una experiencia de gloria, breve anticipación de lo que verían cuando el Hijo del Hombre resucitara de entre los muertos (v. 9). Como todos los misterios de la vida terrena de Jesús, también la Transfiguración está relacionada con la Encarnación: en ella asumió nuestrta carne para poder transfigurarla.


Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica[13]:
1 Pedro, Santiago y Juan. cf. referencias bíblicas en Mc 5, 37.
2 Se transfiguró: o fue transfigurado (por Dios; voz pasiva “teológica”).
3 Moisés, junto con Elías, representan la revelación del AT, la alianza antigua.
4 Tomando Pedro la palabra: cf. 3, 15. Lo que lit. dice Pedro es: Señor, hermoso (o bueno) es nosotros aquí estar. Como el verbo “einai” a veces equivale a “permanecer” (p.ej. v. 17; 2,13), y en el griego del NT es corriente la indeterminación de grados de comparación, las palabras de Pedro suenan así: “Lo mejor [que podemos hacer] es quedarnos aquí”. ¿Pensaba Pedro en la fiesta de los Tabernáculos, cuyo rito principal era hacer o poner cabañas de ramaje y habitar en ellas (Ex 23,16; Lv 23,33-36; Dt 16,13)? Probablemente como le ocurrió en otras ocasiones, “no sabía lo que decía” (lo anotan expresamente Mc 9, 6 y Lc 9, 33).
5 Estaba hablando, cuando una nube… (lit. él hablante, mira, nube,…). En las teofanías más importantes del AT la nube indica la presencia de Dios que se manifiesta. Es un elemento de las tradiciones judías sobre la fiesta de los Tabernáculos, junto con la gloria o esplendor de Dios (v. 2). Cabaña y nube. Dios habita entre los suyos y los protege.
Los cubrió (probablemente solo a Jesús y a sus dos interlocutores) con su sombra; o los envolvió.
Este es mi Hijo… (cf. Mc 1,1), en quien me complazco: el tiempo verbal griego es aoristo.
7 No tengáis miedo: dejad de tener miedo, no sigáis teniendo miedo (imperativo griego negativo de presente).
8 Más que… solo: lit. sino a él en persona a Jesús solo.

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé[14]:
17, 1-13 En la Transfiguración aparece la divinidad de Cristo de una manera extraordinaria. Moisés y Elías recuerdan dos montañas sagradas: el monte Sinaí y el Horeb, respectivamente y representan la Ley y los Profetas. Cristo, en el centro, se muestra como el referente de toda la revelación de Dios. Cat. 444 y 554.

San Jerónimo. Comentario al Evangelio de san Mateo. 17[15].
 Los llevó a un aparte. Son llevados aparte porque muchos son los llamados, pocos los elegidos (Mt 22,14).
Y se transfiguró ante ellos. Tal como será en el momento del juicio, así se apareció a los apóstoles.
Su rostro resplandecía como el sol. Ciertamente el Señor se ha transformado en esa gloria en la que vendrá después en su Reino.
Se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Aquí para acrecentar la fe de los apóstoles les da un signo venido del cielo: Elías, descendiendo de donde había subido, y Moisés, surgiendo de los infiernos [el Seno de Abraham]. Así se manifiestan la Ley y los profetas, cuyas voces anunciaron frecuentemente la pasión y resurrección del Señor.
Si quieres, haré tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Te equivocas, Pedro. No vayas a buscar tres tiendas, no hay más que una, la tienda del Evangelio donde se recapitulan la Ley y los Profetas. Pero si buscas tres tiendas, de ningún modo compares a los servidores con el Señor. Hay pues tres tiendas, o más bien, una sola, para el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; única en su divinidad, que sea una también tu tienda en tu corazón.
Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Tres son las causas de que los aterrorice este temor: el reconocimiento de su error, la nube luminosa que los había cubierto y oír la voz de Dios Padre que les hablaba. La fragilidad humana no puede sostener la visión de una gloria tan grande. Cuanto más grandes son las aspiraciones, tanto más profunda es la caída cuando no se ha tenido en cuenta la propia medida.

San Agustín. Comentario al salmo 90, II 6-7[16].
En ella está el Señor, la Ley y los profetas; pero el Señor como Señor; la ley en Moisés; la profecía en Elías, en condición de servidores, de ministros. Ellos, como vasos; él, como fuente. Moisés y los profetas hablaban y escribían, pero cuanto fluía de ellos, de él lo tomaban.
El que me ama será amado por mi Padre y yo también lo amaré. Y como si te preguntase: “Dado que le amas, ¿qué le vas a dar?”. Y me mostraré a él. ¡Gran don y gran promesa! El premio que Dios te reserva no es algo suyo, sino él mismo. ¿Por qué no te basta, ¡oh avaro!, lo que Cristo prometió? Te crees rico, pero si no tienes a Dios, ¿qué tienes? Otro puede ser pobre, pero si tiene a Dios, ¿qué no tiene?
Ahora, no obstante, dice: “Desciende [Pedro] a trabajar a la tierra, a servir a la tierra, a ser despreciado, a ser crucificado en la tierra. Descendió la Vida para encontrar la muerte; bajó el Pan para sentir hambre; bajó el Camino para cansarse en el camino; descendió el manantial para sentir sed, y ¿rehúsas trabajar tú? No busques tus cosas. Ten caridad, predica la verdad; entonces llegarás a la eternidad, donde encontrarás seguridad.






Otros comentarios patrísticos[17]:
Orígenes. Comentarios al Ev. de Mateo, 12, 37.
Y cuando se transfiguró su rostro brilló como el sol porque se manifestó a los hijos de la luz que habían abandonado las obras de las tinieblas y fueron revestidos de la armas de la luz (cf. Ef 5, 8); ya no eran hijos de las tinieblas ni de la noche, sino que eran hijos del día, comportándose honradamente como a pleno día. Jesús, una vez manifestado, ya no brillará simplemente como un sol, sino que les demostrará que Él es “el sol de justicia”.
San Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 56, 2.
Los dos [Moisés y Elías] se enfrentaron valientemente a tiranos: Moisés al de Egipto, Elías a Acab, y en favor de hombres ingratos y rebeldes. Porque los dos se vieron en extremo peligro por culpa justamente de los mismos a quienes habían salvado. Los dos trataron de librar al pueblo de la idolatría, y los dos eran hombres privados. El uno era mudo y de escasa voz; el otro de trato rústico. Los dos, seguidores de la suma perfección de la pobreza puesto que ni Moisés poseía nada, ni menos Elías. ¿Qué tenía este fuera de una piel de oveja?
Orígenes. Comentarios al Ev. de Mateo, 12, 42.
Puede que la nube luminosa sea también el Espíritu Santo, que da sombra a los justos y habla proféticamente, pues es Dios quien actúa en esa nube: “Este es mi Hijo, el Amado, en quien me he complacido”. Incluso me atrevería a decir que esta nube es también nuestro salvador.
San León Magno, Sermones, 51, 7.
Escuchad al que han anunciado los misterios de la Ley y han cantado la voz de los profetas. Escuchad al que ha redimido al mundo con su sangre, ha arado al diablo y le ha arrebatado sus armas; ha roto la cédula del pecado y el pacto de la prevaricación. Escuchad al que abre el camino del cielo y por el suplicio de la cruz os prepara la escala para subir al reino.
San Juan Crisóstomo. Homilías sobre el Ev. de Mateo, 56, 2.
Es que la soledad, la altura, el silencio grande, la transfiguración del Señor, llena de tanto estremecimiento; aquella luz purísima, aquella nube que los cubría, todo hubo de contribuir a infundirles un gran terror.

Juan de Ávila. Viernes Santo.[18]:
Este es el Señor, por el cual el Padre nos mira con agraciados ojos, por vernos hechos miembros de Aquel de quien el Padre mismo dio testimonio diciendo: Este es mi Hijo muy amado, en el cual yo me he agradado (Mt 17,5). Y así como la desgracia de Adán se extendió a los que venían de él, así mucho más el amor y agradecimiento que Dios Padre tiene en su Hijo es cosa universal y general para todos, chicos y grandes, que se quisieren juntar y encorporar en el mismo Hijo.


[1] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.  
[2] Ib. 
[3] Homilética. 2020/2. Sal Terrae.  
[4] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[5] Ib. 
[6] Noel Quesson. 50 salmos para todas los días. Tomo I. Paulinas. Bogotá (Colombia). 1988. https://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/07A/marco_domingo_07A.htm
[7] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. 
[8] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. 
[9] Homilética. 2020/1. Sal Terrae. Pgs. 77
[10] Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.  BAC. Madrid. 2016.
[11] Indicaciones Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. Texto Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.  
[12] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[13] Iglesias González, M. Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[14] Biblia Didaje con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de www.vatican.va 
[15] San Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Biblioteca Patrística. Ciudad Nueva. Madrid. 1999.
[16] Pío de Luis, OSA. Comentarios de san Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). Selección de textos e introducción. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
[17] Merino Rodríguez, M. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1ª. Evangelio según san Mateo (1-13) . Ciudad Nueva. Madrid. 2004.
[18] San Juan de Ávila. Obras Completas 3, Sermones. BAC. Madrid. 2015.  

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