martes, 14 de abril de 2020

I Domingo de Pascua. 12 de abril de 2020.


Primera lectura.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles  10, 34a.37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo:
-Vosotros conocéis lo que sucedió en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicó Juan. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios por la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en la tierra de los judíos y en Jerusalén. A este lo mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió la gracia de manifestarse, no a todo el pueblo, sino a los testigos designados por Dios: a nosotros, que hemos comido y bebido con él después de su resurrección de entre los muertos. Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. De él dan testimonio todos los profetas: que todos los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[1].
Vosotros sabéis lo que sucedió en toda Judea.
Rm 10, 12: En efecto, no hay distinción entre judío y griego, porque uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan.
Comenzando por Galilea.
Lc 4, 44: Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder.
Is 61,1: El Espíritu del Señor, Dios, está sobre mí, / porque el Señor me ha ungido. / Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, / para curar los corazones desgarrados, / proclamar la amnistía a los cautivos, / y a los prisioneros la libertad.
Mt 3, 16: Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba en él.
Hch 1, 8: En cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y hasta el confín de la tierra.
Como pasó haciendo el bien.
Hch 4, 27: Pues en verdad se aliaron en esta ciudad Herodes y Poncio Pilato con los gentiles y el pueblo de Israel contra su santo siervo Jesús, a quien ungiste.
Hch 2, 22: Israelitas, escuchad estas palabras: a Jesús, el Nazareno, varón acreditado por Dios ante vosotros con los milagros, prodigios y signos que Dios realizó por medio de él, como vosotros mismos sabéis.
Mt 4, 1: Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo.

Nosotros somos testigos.
Mt 8, 29: Y le dijeron a gritos: “¿Qué tenemos que ver nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes de tiempo?”.
Cuanto hizo en la región de los judíos.
Hch 1, 22: Comenzando en el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue quitado y llevado al cielo, se asocie a nosotros como testigo de su resurrección.
Dios lo resucitó.
Hch 2, 23: A este, entregado conforme al plan que Dios tenía establecido y previsto, lo matasteis, clavándolo a una cruz por manos de hombres inicuos.
Sino a los testigos que Dios había escogido de antemano.
Hch 1, 3-4: Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios. Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino “aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar”.
Hch 13, 31: Durante muchos días, se pareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Jn 14, 22: Le dijo Judas, no el Iscariote: “Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?”.
Bebimos con él después que resucitó.
Lc 24, 41-43: Pero como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónicos, les dijo: “¿Tenéis ahí algo de comer?”. Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos.  
Constituido por Dios juez de vivos y muertos.
Hch 2, 36: Por tanto, con toda seguridad conozca toda la casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías.
Todos los profetas dan testimonio.
Hch 2, 38: Pedro les contestó: “Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Alcanzará, por su nombre, el perdón de los pecados.
Hch 3, 16: Por la fe en su nombre, este, que veis aquí y que conocéis, ha recobrado el vigor por medio de su nombre; la fe que viene por medio de él le ha restituido completamente la salud, a la vista de todos vosotros.





Notas exegéticas[2].
10 37 (a) Los vv. 37-42 forman un resumen de la historia evangélica que subraya los puntos que el mismo Lucas pone de relieve en su evangelio.
10 37 (b) Variante: “el comienzo”.
10 38 Ver Lc 4, 18-21 (citando a Is 61, 1), que sugiere que la bajada del Espíritu sobre Jesús con ocasión del bautismo fue una unción. Este mismo Espíritu va a descender sobre los incircuncisos creyentes que escuchan a Pedro.
10 40 “Lo resucitó al tercer día”: la fórmula clásica de la predicación y de la fe cristianas. Aparece ya en el Credo embrionario de 1 Co 15, 4, con esta precisión: “según las Escrituras”. La fórmula es eco de Jon 2, 1.
10 41 (a) Separado así del grupo de testigos privilegiados, al pueblo judíos solo le queda, en cierto sentido, una prerrogativa: ser el primer destinatario de un mensaje que Pedro anuncia también en este momento a las naciones paganas.
10 41 (b) Adicción texto occidental: “y vivimos familiarmente en su compañía cuarenta días después de su resurrección de entre los muertos”.
10 42 (a) El “Pueblo” por excelencia es el pueblo de Israel.
10 42 (b) Los “vivos”: los que en el momento de la parusía [segunda venida de Cristo] estarán vivos; los “muertos”: los que muertos ya resucitarán entonces para el juicio. Dios, resucitando a Jesús, le ha constituido en la dignidad de Juez soberano; así pues, la proclamación de la Resurrección es a la vez para los hombres una invitación al arrepentimiento.
10 43 (a) Único recurso explícito, en este discurso, a un aspecto fundamental de la predicación apostólica: el cumplimento de las profecías. El autor piensa en textos proféticos relativos a la fe y el perdón de los pecados.
10 43 (b) Esta afirmación completa la que abría el discurso y anuncia la que dará fin a todo el “ciclo” de Cornelio. En Jesús muerto y resucitado, Señor de todos, la salvación será ofrecida a cualquiera que crea, judío o pagano. Solo la fe purifica verdaderamente los corazones.


Salmo responsorial
Salmo 117

R/. Este es el día que hizo el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R/.

La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor. R/.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente. R/.

Textos paralelos[3].
 Dad gracias a Yahvé, porque es bueno.
Sal 100, 5: El Señor es bueno, / su misericordia es eterna, / su fidelidad por todas las edades.
Sal 136, : Dad gracias al Señor porque es bueno; / porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterno es su amor.
Sal 115, 9: Israel confía en el Señor: / él es su auxilio y su escudo.
Sal 115, 11: Los que temen al Señor confían en el Señor; / él es su auxilio y su escudo.
Sal 135, 19-20: Casa de Israel, bendice al Señor; / casa de Aarón, bendice al Señor; / casa de Leví, bendice al Señor; / los que teméis al Señor, bendecid al Señor.
No he de morir, viviré.
Sal 115, 17-18: Los muertos ya no alaban al Señor, / ni los que bajan al silencio. / Nosotros, los que vivimos, bendeciremos al Señor, / ahora y por siempre. / ¡Aleluya!
La piedra que desecharon los albañiles.
Is 28, 16: Por eso así dice el Señor, Dios: / “He puesto en Sión como fundamento una piedra, / una piedra probada, / una piedra angular preciosa, / un fundamento sólido. / Quien se apoya en ella no vacila.
Za 3, 9: Mirad la piedra que pongo ante Josué, / es piedra única con siete ojos. / Yo mismo grabaré su inscripción / -oráculo del Señor del universo –, / y apartaré el pecado de este país / en un solo día – oráculo del Señor.
Za 4, 7: ¿Quién eres tú, gran montaña? Conviértete en llano ante Zorobabel. ¡Él es quien saca la piedra de remate entre aclamaciones y vivas!
Mt 21, 42: Y Jesús les dice: ¿No habéis leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular? Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente?”.
Hch 4, 11: Él es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos y que se ha convertido en la piedra angular.
Ef 2, 20: Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular.
1 Co 3, 11: Pues nadie puede poner otro cimiento fuera del ya puesto, que es Jesucristo.

Notas exegéticas[4].

118 Este canto cierra el Hallel. Un invitatorio precede al himno de acción de gracias puesto en labios de la comunidad personificada, completado en la serie de responsorios recitados por diversos grupos cuando la procesión entraba en el Templo. El conjunto se utilizó quizá para la fiesta descrita en Ne 8, 1
118 23 El Templo ha sido reconstruido. La “piedra angular” (o “clave de la bóveda”), ver Jr 51, 26, que puede convertirse en “piedra de escándalo” es un tema mesiánico, Is 8, 14.
Segunda lectura.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 6b-8
Hermanos:
¿No sabéis que un poco de levadura fermenta toda la masa? Barred la levadura vieja para ser una masa nueva, ya que sois panes ácimos. Porque ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua, no con levadura vieja (levadura de la corrupción y de la maldad), sino con los panes ácimos de la sinceridad y la verdad.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[5].
 Si habéis resucitado con Cristo.
Ef 2, 6: Nos ha resucitado con Cristo Jesús, nos ha sentado en el cielo con él.
Flp 3, 20: Nosotros en cambio somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.
Hch 2, 33: Exaltado, pues, por la diestra de Dios y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.
Sal 110, 1: Oráculo del Señor a mi Señor: / “Siéntate a mi derecha, / y haré de tus enemigos / estrado de tus pies”.
Cuando aparezca Cristo.
Col 2, 13: Y a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne; os vivificó con él.
1 Jn 3, 2: Queridos, ahora sois hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Rm 8, 19: Porque la creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios.
Col 1, 27: A quienes Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.

Notas exegéticas[6]:
3 1 Es decir, la nueva vida revelada en Jesucristo, por oposición al mundo antiguo (“las de la tierra”, v. 2). Pero no se trata de un menosprecio a las realidades terrestres”.
3 4 (b) El cristiano, unido a Cristo por el bautismo participa ya realmente de su vida celestial, pero esta vida es espiritual y oculta, y no llegará a ser manifiesta y gloriosa sino en la Parusía.

Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
-Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado `rimero al sepulcro: vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Textos paralelos[7].
 Echó a correr.
Mt 28, 10: Jesús les dijo: “No temáis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verás”.
Jn 18, 15: Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote.
Entró en el sepulcro.
Jn 11, 44: El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: “Desatadlo y dejadlo andar”.
Jn 19, 40: Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en los lienzos con los aromas, según se acostumbra a enterrar entre los judíos.
Lc 24, 12: Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro. Asomándose, ve solo los lienzos. Y se volvió a su casa, admirándose de lo sucedido.
Hasta entonces no había comprendido.
Jn 5, 39: Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas la vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí.
Jn 14, 26: Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
1 Co 15, 4: Y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras.

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén[8].
20 1 (a) Convertido en el “Día del Señor”, el domingo cristiano.
20 1 (b) Los sinópticos hablan de una actuación de varias mujeres, entre las que siempre es mencionada María Magdalena, que también estuvo presente en el Calvario.
20 2 Este plural es quizá la huella de un estadio más antiguo de la tradición, que mencionaba la presencia de varias mujeres en la tumba.
20 5 El discípulo reconoce en Pedro cierta preeminencia.
20 8 A diferencia de María, el discípulo percibe en la tumba vacía y en los lienzos cuidadosamente plegados el signo que le lleva a comprender que el cuerpo no ha sido robado ni desplazado, y a reconocer en la fe la resurrección de Jesús.
20 19 El evangelista no cita ningún texto. Quiere subrayar el estado de falta de preparación de los discípulos en cuanto a la revelación pascual, a pesar de la escritura.

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica[9]:
Para Juan la resurrección corona la glorificación del Hijo, realizada ya en la muerte en cruz.
1 El primer (día) de la semana. Lit. el uno de los sábados) para los seguidores de Jesús es, ya, el domingo – “día del Señor” –.
2 Echa a correr y llega: lit. corre, pues, y va.
Al que Jesús … especialmente: lit. al que quería-con-afecto-de-amistad el Jesús.
Llevaron… no sabemos…: el plural gramatical no se refiere necesariamente a varias mujeres; la sustitución de “yo” por “nosotras” era un modismo del arameo hablado en Galilea (G. Dalman).
5 Que yacían allanados suavemente, sin el relieve que habían tenido al envolver el cadáver.
6 Llegó… y observó. En el texto griego todo el pasaje abunda en verbos en presente de indicativo, a la manera de presentes descriptivos que hacen al lector revivir de cerca, casi nerviosamente, lo ocurrido.
7 De modo diverso: la traducción entiende el verbo griego kloris  no en sentido local (=separadamente) , sino en sentido de modo: el pañuelo estaba “independiente” de los lienzos.
8 Vio y creyó: aunque el hecho de encontrar el sepulcro vacío tiene gran importancia, en sí mismo no es prueba de la resurrección de Jesús, sino una especie de contraprueba, un signo según la terminología teológica de Jn; el pañuelo aún enrollado, y la sábana caída suavemente en el suelo, liberada del cuerpo que cubría, indicaba que el cadáver de Jesús había desaparecido, pero que no había sido robado ni había habido violencia. Después la gracia de comprender la Escritura, y las apariciones de Jesús resucitado fueron datos determinantes para la fe de la primera comunidad cristiana.
9 La escritura…: o quizás: aquel texto de la Escritura: “Él tiene que resucitar (lit. levantarse), etc.”. Jn no cita ningún pasaje bíblico concreto.

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé[10]:
20, 1-31 Cuando Cristo se apareció a sus discípulos, mostró su Cuerpo glorificado; se podía reconocer su cuerpo humano pero con aptitudes totalmente nuevas que trascendía los límites del tiempo, espacio y materia. Cat. 640-645, 659.
20, 1-10 El sepulcro vacío no es en ´si mismo evidencia irrefutable de la Resurrección, pero es evidentemente una señal esencia de la Resurrección. Cat. 640.
20, 1 El domingo es el día de la Resurrección de Cristo. Por esa razón, la Iglesia considera el domingo como el Día del Señor y estableció su culto en el mismo día para la celebración de la Eucaristía. En la Iglesia primitiva, antes de que los cristianos se separaran completamente del judaísmo, realizaban el culto en el Templo y en las sinagogas el Sabbat y después se reunían para celebrar la eucaristía en casas privadas al día siguiente, que era domingo. Siendo el primer día, el domingo también nos recuerda el primer día de la creación y, por lo tanto, significa una nueva creación en Cristo. Cat. 2174, 2190-2195.
20, 4 El otro discípulo (juan) llegó a la tumba en primer lugar, pero dejó entrar a Pedro antes que él. Esto fue como deferencia hacia Pedro en su papel de cabeza de los Apóstoles, a quien hoy reconocemos como el primer Papa. Cat 552-553.

Comentarios patrísticos[11]:
San Agustín. Tratados sobre el Ev. de Juan, 120, 6.2
Ese día primero de la semana es el que, en memoria de la resurrección del Señor, los cristianos tienen por costumbre llamar el día del señor.
San Juan Crisóstomo. Homilía sobre el sábado santo. 10, 3.
De igual manera que al nacer no rompió la virginidad de su madre virgen, tampoco al resucitar rompió los sellos del sepulcro. Por eso no puedo expresar con la palabra ni su nacimiento ni tampoco puedo abarcar lo referente a la tumba.


[1] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[2] Ib. 
[3] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[4] Ib. 
[5] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. 
[6] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. 
[7] Indicaciones Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. Texto Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.  
[8] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[9] Iglesias González, M. Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[10] Biblia Didaje con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de www.vatican.va 
[11] Merino Rodríguez, M. La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento 1ª. Evangelio según san Mateo (1-13) . Ciudad Nueva. Madrid. 2004.

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