Lectura del libro del Deuteronomio 8,
2-3.14b-16a
Moisés habló al pueblo diciendo:
-Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho
recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para probarte y conocer
lo que hay en tu corazón: si observas tus preceptos o no. Él te afligió,
haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná, que tú no conocías
ni conocieron tus padres, para hacerte reconocer que no solo de pan vive el
hombre, sino que vive de todo cuanto sale de la boca de Dios. No olvides al Señor,
tu dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud, que te
hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y
alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca
de pedernal, que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus
padres.
Palabra de Dios.
Textos paralelos[1].
Para conocer las intenciones que llevabas.
Dt 29, 4-5: Yo os he
conducido cuarenta años por el desierto; no se os gastaron los vestidos que
llevabais ni se os estropearon las sandalias de los pies; no comisteis pan ni
bebisteis vino ni licor; para que reconozcáis que yo soy el Señor, vuestro
Dios.
Te alimentó con el
maná.
Ex 16, 14: Cuando se
evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino,
como escamas, parecido a la escarcha sobre la tierra.
Yahvé tu Dios que te
sacó de Egipto.
Si 10, 12: Principio
de la soberbia es alejarse del Señor / y apartar el corazón del Creador.
Jr 2, 6: No fueron
capaces de preguntarse: / “¿Dónde está el Señor, / que nos trajo de Egipto, /
que nos guió por el desierto, / por estepas y barrancos, / por tierra sedienta
y oscura, / tierra que nadie atraviesa, / en donde nadie se asienta.
Nm 21, 6: El Señor
envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos
de Israel.
Hizo brotar para ti
agua de la roca más dura.
Ex 17, 5-6: Respondió
el Señor a Moisés: “Pasa al frente del pueblo y toma contigo algunos de los
ancianos de Israel; empuja el bastón con el que golpeaste el Nilo y marcha. Yo
estaré allí ante ti, junto a la roca de Horeb. Golpea la roca, y saldrá agua
para que beba el pueblo”.
Nm 20, 11: Moisés
alzó la mano y golpeó la roca con la vara dos veces, y brotó agua tan abundante
que bebió toda la comunidad y las bestias.
Notas exegéticas[2].
8 en contraste con los profetas,
qyue consideraban la permanencia en el desierto como una época ideal el Dt
presenta aquí los cuarenta años como una prueba. El redactor sacerdotal de Nm
26-35 lo verá como un castigo.
8 3 Yahvé, que puede crear todo con
su palabra, da vida a los israelitas, con los mandamientos (miswâ) que salen
(môsa) de su boca. Sobre este texto, citado por Mt 4,4 (las tentaciones
del desierto), véase Am 8, 11.
Salmo
responsorial
Sal 147, 12-15.19-20
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Glorifica
al Señor, Jerusalén;
alaba
a tu Dios, Sión.
Que
ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y
ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
Ha
puesto paz en tus fronteras,
te
sacia con flor de harina.
Él
envía su mensaje a la tierra,
y
su palabra corre veloz. R/.
Anuncia
su palabra a Jacob,
sus
decretos y mandatos a Israel;
con
ninguna nación obró así,
ni
les dio a conocer sus mandatos. R/.
Textos paralelos[3].
Sal 147, 12-15.19-20
Que
refuerza los cerrojos de tus puertas.
Jr 33, 10: Esto
dice el Señor: En este lugar del que decís que es una ruina, sin hombres ni
ganados, en todos los poblados de Judá y en las calles desoladas de Jerusalén,
sin hombres, sin habitantes, y sin ganados, volverá a escucharse la voz de la
alegría y de la fiesta.
Is 65, 18:
Regocijaos, alegraos por siempre / por lo que voy a crear: / yo creo a
Jerusalén “alegría”, / y a su pueblo, “júbilo”.
Sal 48, 14: Fijaos
en sus baluartes, / observad sus palacios, / para poder decirle a la próxima
generación.
Lv 26, 6: Yo traeré
la paz al país y dormiréis sin que nadie perturbe vuestro sueño; haré
desaparecer del país las fieras, y la espada no traspasará vuestras fronteras.
Sal 81, 17: Los
alimentaría con flor de harina; / los saciaría con miel silvestre.
Que
envía a la tierra su mensaje.
Sal 29, 3: La voz
del Señor sobre las aguas, / el Dios de la gloria ha tronado, / el Señor sobre
las aguas torrenciales.
Sal 33, 9: Porque
él lo dijo, y existió; / él lo mandó y todo fue creado.
Sal 107, 20: Envió
su palabra para curarlos, / para salvarlos de la perdición.
Is 55, 10-11: Como
bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, / y no vuelven allá sino después de
empapar la tierra, / de fecundarla y hacerla germinar, / para que dé semilla al
sembrador / y pan al que come.
Revela
a Jacob sus palabras.
Dt 4, 7-9: Porque
¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos
como toda esta ley que yo os propongo hoy? Pero, ten cuidado y guárdate bien de
olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu conversión
mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos.
Hch 14, 16: En las
generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera por su camino.
Notas exegéticas[4].
147 (a) Aunque este salmo forma una
unidad, algunas versiones (entre ellas la Vulgata) lo cortan en dos por el v.
12. El poeta enlaza a Yahvé como libertador de Israel, Creador, amigo de los “pobres”.
147 (b) “Aleluya” griego: unido por
el hebreo al salmo anterior.
147 12 Los Padres han aplicado esta
segunda parte del salmo a la nueva Jerusalén, militante o triunfante.
147 15 Aquí es presentada la palabra
divina como mensajera, casi como hipóstasis.
147 20 El hebreo añade aquí “Aleluya”;
omitido por el griego. Igualmente en lod dos salmos siguientes.
Segunda lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 16-17
Hermanos: El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión
de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de
Cristo? Porque el pan es uno, nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo,
pues todos comemos del mismo pan.
Palabra de Dios.
Textos paralelos[5].
El que se gloríe, gloríese
en el Señor.
Jr 9, 22-23: Esto dice el
Señor: / “Que el sabio no presuma de su saber, / ni el fuerte de su fuerza, /
ni el rico de su riqueza. / Quien presuma, presuma de esto: / de tener
entendimiento y conocerme, / de saber que yo soy el Señor, / que pone en
práctica la lealtad, / la justicia y el derecho en el país. / Estas son las
cosas que me gustan / - oráculo del Señor –“.
1 Co 1, 31: Y así – como está escrito –; el
que se gloríe que se gloríe en el Señor.
Notas
exegéticas[6]:
10 16 La norma que Pablo se impone
es: no construir sobre los fundamentos puestos por otros, Rm 15, 20 ss.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Juan 6, 51-58
En aquel tiempo, dijo Jesús a
los judíos:
-Yo soy el pan vivo que ha
bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo
daré es mi carne por la vida del mundo.
Disputaban los judíos entre sí:
-¿Cómo puede este darnos a
comer su carne?
Entonces Jesús les dijo:
-En verdad, en verdad os digo:
si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida
en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo
resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera
bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Como el
Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre, así, del mismo modo, el que
me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo: no como el de
vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para
siempre.
Textos paralelos[7].
El pan que yo le voy a dar.
Lc 22, 19: Y tomando pan,
después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio diciendo: “Esto
es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía”.
1 Co 11, 24: Y pronunciando la
Acción de Gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por
vosotros. Haced esto en memoria mía”.
Permanece en mí y yo en
él.
Jn 15, 4-5: Permaneced en mí, y
yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, sino permanece en
la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros
los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante,
porque sin mí no podéis hacer nada.
El que me coma vivirá por
mí.
Jn 5, 26: Porque, igual que el
Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también el Hijo tener vida en sí
mismo.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén[8].
6 51 (a) Referencias a Gn 3, 22: “y
comiendo de él viva para siempre”. Con su enseñanza, Cristo-Sabiduría nos da
acceso de nuevo al árbol de la vida del que Adán había sido privado. Ya nunca
más seremos arrojados del paraíso.
6 51 (b) La última sección del discurso
está dedicada explícitamente al sacramento de la eucaristía. Aunque se
reconozca generalmente el colorido joánico del pasaje, no es imposible, que
estos versículos sean un añadido posterior a la redacción del resto de este
capítulo o, al contrario, que Jn se haya valido aquí de una tradición más
antigua.
6 51 (c) Se sobreentiende: “dada” o “entregada”
(como precisan muchos manuscritos). Este giro conciso recuerda a 1 Co 14, 24: “Este
es mi cuerpo que se da por vosotros”, ver Lc 22 19. Alusión a la Pasión. Pero
Juan sustituye el término “cuerpo” por “carne”, que designaba al hombre en su
condición débil y de mortalidad. En el judaísmo, la expresión más compleja “la
carne y la sangre” significaba lo mismo.
6 54 (a) Este verbo (trogo)
significa principalmente “roer”, “rumiar”, “masticar”. Juan utiliza un
vocabulario esencialmente realista para caracterizar la participación en la
Eucaristía. Pone así en guardia a sus lectores ante una interpretación
docetista del ministerio de Jesús. Según la costumbre judía, los alimentos de
la cena pascual debían ser cuidadosamente masticados.
6 54 (b) La Eucaristía es el fermento de
la reconciliación para los creyentes.
6 56 “Estar en”, y más todavía “permanecer
en”, con bastantes variantes en cuanto a los sujetos y complementos, es uno de
los rasgos propios del lenguaje joánico. La relación de presencia interior que
así se expresa está evidentemente determinada por la naturaleza de las
realidades o personas en cuestión: una es siempre mayor que la otra, sobre todo
si se trata de una persona divina. Esto se observa particularmente si la
relación es recíproca, como aquí.
5 57 La Eucaristía comunica a los
fieles la vida que el Hijo recibe del Padre.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica[9].
50-51 De modo que… no muera: Ese pan eucarístico “es medicina
de inmortalidad, antídoto que impide morir y hace vivir” (Ignacio de Antioquía,
Eph 20, 2).
Mi carne: mi naturaleza humana, mi
humanidad.
Por la vida: en favor de la vida, para que
los hombres tengan vida. El anuncio de la Eucaristía es claro y sin
ambigüedades, hasta provocar el escándalo. El texto del v. 51 parece un eco de
la fórmula de los Sinópticos para la institución de la Eucaristía bajo la
especie de pan, acentuando su aspecto redentor, de sacrificio.
53 No podéis tener: lit. no tenéis (tiempo
presente gramatical con valor de futuro).
54-58 “Masticar”: el verbo griego podría considerarse simple sinónimo de “comer”
(así en 13, 18 citando el Sal 41, 10); pero lo más probable es que aquí
conserve su significado específico de mascar, roer, quizá para
rechazar interpretaciones puramente espiritualistas, propias del docetismo, de
estas frases. Recuérdese también la norma tradicional para la cena del cordero
pascual: había que masticarlo bien. El realismo de la carne y la
sangre dice también la totalidad de la persona de Jesús bajo el aspecto de
su corporalidad que se entrega al sacrificio; Jesús está verdaderamente
presente en esta carne y esa sangre. El que come esa carne y bebe
esa sangre no sólo come una materia dotada de determinada fuerza, sino al mismo
Jesús.
57 Creer las palabras de Jesús, en
vez de escandalizarse, produce ganas de vivir, hambre y sed de recibirlo como
alimento y bebida; es la experiencia de san Ignacio de Antioquía: “Quiero
conseguir el pan de Dios, que es la carne de Jesucristo nacido del linaje de David,
y quiero como bebida su sangre, que es caridad incorruptible” (Rom 7,
2). El término comparativo “como” parece afectar más bien a “la fuente
de vida” que a “la misión”; la traducción se ciñe al orden del texto griego.
Jesús ha sido enviado por el Padre a imagen del Padre que da vida.
Gracias a: o, mediante, en virtud
de; como vivimos gracias a los alimentos.
Notas
exegéticas desde la Biblia Didajé[10].
6, 51 Cristo, a través de su pasión,
muerte y resurrección, ofrece la redención de toda la humanidad. Además la
santidad movida por al Eucaristía trae vida al mundo. En el Padrenuestro
rezamos: “Danos hoy nuestro pan de cada día”, una referencia no sólo a nuestras
necesidades temporales, sino más específicamente a la propia eucaristía.
Catecismo de la Iglesia Católica 728, 1355, 1406-1407 y 2837.
6, 53 Muchas personas de la multitud,
al oír a Cristo hablando de comer su carne, tomaron sus palabras como una
invitación al canibalismo. Cristo se refería a comer su carne y beber su sangre
de una manera sacramental. En la Eucaristía, que él instituiría en la Última
Cena, el pan y el vino se convertirían en su cuerpo y sangre para alimento
espiritual de los fieles. Al instituir el sacerdocio, Cristo dio a sus
apóstoles y a sus sucesores el poder de hacer lo mismo. En el discurso, enseñó
sobre su presencia real en la Eucaristía. La palabra que la Iglesia utiliza
para describir el cambio que tiene lugar cuando el sacerdote consagra el pan y
el vino en Misa es transustanciación, en la que la sustancia del pan y
el vino cambia en el cuerpo y sangre de Cristo
pero los accidentes o apariencias no. La vida que confiere la Eucaristía
pertenece a la vida sobrenatural que nos une cada vez más a Cristo y nos
prepara para la eternidad en el cielo. Cat 787, 1382-1384, 1391-1392, 1406 y
1509.
San Juan de Ávila[11].
De tras medidas se hizo este pan, de la flor
de lo mejor de la harina, que quiere decir que hay allí tres cosas que son
metro y mesura de todas las otras cosas, y que cuanto las cosas todas del mundo
más se allegan a ellas, más perfectamente se hacen. – ¿Qué hay allí en el Sacramento?
– ¡Oh Señor, y quien nunca de otra cosa se acordase! ¿Qué hay allí? Dios sobre todas las
cosas. – Mirad, también está en todas partes. – Es verdad, pero tan
maravillosamente como allí. - ¿Qué más hay allí? – El anima de
Jesucristo, que es flor de todas las ánimas, más alta que los serafines en
esencia, aunque más baja en naturaleza. – ¿Qué más hay allí? – La carne de
Jesucristo, flor de todas las carnes. – ¿Qué hay allí? – Tres excelencias, tres
sustancias y una persona. - ¿Qué pan es éste? – ¡Y qué pan es este cocido
en el rescoldo!, que quiere decir que parece tan bajo Jesucristo, que no
parece, a lo de fuera, sino un puro hombre, tan trabajado, qué desde que nació
en este mundo hasta el punto que murió nunca tuvo una hora de descanso: ¡qué de
hambre, qué de desnudez, qué de frío, qué de necesidades padeció![12]
Porque, ¿qué quiere decir: Si alguno comiere
de este pan, vivirá para siempre (Jn 6, 52) sino: “por virtud de este pan
la muerte está muerta para siempre”[13].
Aquí el Señor se amansa con nuestros pecados;
aquí da fuerza a nuestra ánima para que de aquí adelante no caiga en ellos;
aquí sana nuestras enfermedades e imperfecciones. Aquí nos junta consigo; aquí
se nos da Él mismo en prendas de que viviremos para siempre en él; porque es la
levadura que se echó en las tres medidas de harina (Mt 13, 33) para que el
pan fuese sazonado y fuese gustoso el Señor; y fuera de este sacratísimo cuerpo
no hay vida ni salud, en las buenas obras; no hay gracia, ni gloria, ni bien
alguno. Porque ansí como la fuente del hambre es el sol y en el mar se juntan
las aguas, así en este poderosísimo Señor están juntos todos los bienes, y
quien lo recibe puede decir Todos los bienes vinieron con Él (cf. Sb 7,
11). Y esté sin miedo de la muerte, pues ha recebido la Vida, y espere de gozar
de la dulce y verdadera promesa de Jesucristo que dicen las palabras del tema: El
que come de este pan vivirá para siempre (Jn 6, 52)[14].
– Padre, abajaos un
poco. – Que me place. Cuando tú piensas que has comulgado, no sea el comulgar
sin que pienses: “¡Señor! ¡Qué tanto me amaste, que derramaste vuestra Sangre
por mí! ¡Que sin buscaros, me llamastes, y sin rogároslo yo, me hicistes, y me
distes tantos bienes y más que me tenéis aparejados!”. Cuanto esto has pensado,
¿no queda tu ánima contenta? ¿Qué es eso que has comido? Páratelo a desmenuzar,
que así lo han de comer; no lo tragues entero, que te hará mal. Que por eso
mandaba Dios en la ley que no le ofreciesen el carnero todo entero, sino que lo
partieran por padres (cf. Lv 9). Quiere decir, que para que te aproveche el
Cordero pascual, que es Cristo, no lo has de tragar a bulo todo junto, sino que
lo partas. Una coyuntura es cómo nació pobre, otra sus trabajos, otra cómo fue
azotado, otra crucificado, otra sepultado No lo tragues entero, piénsalo bien,
rúmialo; que aunque seas de hierro y de piedra, te derretirá
[1] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[2] Ib.
[3] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[4] Ib.
[5] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[6] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[7] Indicaciones Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019. Texto Sagrada Biblia,
versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
[8] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[9] Iglesias González, M. Nuevo
Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[10] Biblia Didaje con comentarios
del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de
www.vatican.va
[11] San Juan de Ávila. Obras
Completas 3, Sermones. BAC. Madrid. 2015.
[12] O.c. En la Infraoctava del Corpus. 49, 3. Pg.
636.
[13] O.c. En la
Infraoctava del Corpus. 43, 2. Pg. 569.
[14] Ibid. 43, 52. Pgs. 585-586.
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