sábado, 20 de junio de 2020

Domingo XII. 21 de junio de 2020.


Lectura del libro de Jeremías 20, 10-13  
Dijo Jeremías:
-Oía la acusación de la gente: “Pavor-en-torno, delatadlo, vamos a delatarlo”. Mis amigos acechaban mi traspié: “A ver sí, engañado, lo sometemos y podemos vengarnos de él”. Pero el Señor es mi fuerte defensor: me persiguen, pero tropiezan impotentes. Acabarán avergonzados de su fracaso, con sonroso eterno que no se olvidará. Señor del universo, que examinas al honrado y sondeas las entrañas y el corazón, ¡qué yo vea tu venganza sobre ellos, pues te he encomendado mi causa! Cantad al Señor, alabad al Señor, que libere la vida del pobre de las manos más perversas.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[1].
 Escuchaba las calumnias de la turba.
Sal 31 14: Oigo un cuchicheo de la gente, / y todo me da miedo; / se conjuran contra mí / y traman quitarme la vida.
Yahvé Sebaot, juez de lo justo.
Jr 11, 20: Señor del universo, / que juzgas rectamente, / que examinas las entrañas y el corazón, / deja que yo pueda ver, / cómo te vengas de ellos, / pues a ti he confiado mi causa.

Notas exegéticas[2].
20 7 Estas señales de seducción y de lucha señalan la influencia de Yahvé sobre el profeta. Este parece que aquí se rebela contra un Dios al que considera responsable de su desdicha. Resulta rara en la Biblia la expresión de tamaña desesperación (ver sin embargo Job 3, 1s; Sal 88). Pero Jeremías mantiene la certeza de que Yahvé es el Dios de la Gracia, y en lo más hondo de su angustia lanza un grito de esperanza (vv. 11-13).
20 10 Expresión predilecta de Jeremías, que sus adversarios parodiarían, ver 6, 25; 20, 3; 46, 5; 49, 29)
20 12 (a) O bien: “con justicia”, si seguimos a dos manuscritos, hebreo, siriaco árabe. Ver 11, 20.
20 12 (b) Jeremías no piensa en vengarse personalmente; lo deja en manos del Señor (ver Dt 32, 35; Rm 12, 19). Jesús y después Esteban admitirán implícitamente este principio, pero intercederán por sus verdugos (Lc 23, 34; Hch 7, 60, cf. 17, 16).
20 13 El pobrecillo (‘ebyón), o el cuitado (‘ánaw), ver 22, 16, aquí un sentido religioso: probado en medio de los hombres, confiado en Dios. Los “pobres de Yahvé”, ver So 2, 3, serán la posteridad espiritual de Jeremías.

Salmo responsorial
Sal 69 (68), 8-17.33-35

R/. Señor, que me escuche tu gran bondad.

Por ti he aguantado afrentas,
la vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un extraño para mis hermanos,
un extranjero para los hijos de mi madre.
Porque me devora el celo de tu templo,
y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.

Pero mi oración se dirige a ti,
Señor, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. R/.

Miradlo, los humildes, y alegraos;
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos.
Alábenlo el cielo y la tierra,
las aguas y cuanto bulle en ellas. R/.


Textos paralelos[3].
La vergüenza cubre mi semblante.
Jr 15, 15: Tú ya lo sabes, Señor: / acuérdate de mí, protégeme; / véngame de mis perseguidores. / No por dar largas a tu ira / vayan a acabar conmigo, / pues soporto ultrajes por tu causa.
A mis hermanos resulto extraño.
Jb 19, 13-15: Ha alejado de mí a mis parientes, / mis conocidos me tienen por extraño; / me abandonan vecinos e íntimos, / me olvidan los huéspedes de mi casa. / Las siervas me tratan como a intruso, / me consideran igual que a un extraño.
Pues el celo por tu Casa me devora.
Sal 119, 139: Me consume el celo, / porque mis enemigos olvidan tus palabras.
Jn 2, 17: Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: “El celo de tu casa me devora”.
Y si te insultan sufro el insulto.
Rm 15, 3: Tampoco Cristo buscó su propio agrado, sino que, como está escrito: Los ultrajes de los que te ultrajaban cayeron sobre mí.
Lo han visto los humildes y se alegran.
Sal 22, 27: Los desvalidos comerán hasta saciarse, / alabarán al Señor los que lo buscan. / ¡Viva su corazón por siempre!
Sal 70, 5: Alégrense y gocen contigo / todos los que te buscan; / y digan siempre: “Dios es grande”, / los que desean tu salvación.
Sal 119, 144: La justicia de tus preceptos es eterna; / dame inteligencia, y tendré vida.

 Notas exegéticas[4].
69 Este salmo reúne dos lamentaciones de ritmo distinto, compuesta cada una de ellas de una queja seguida de una oración. La primera, vv. 2-7 y 14-16 desarrolla el tema de las aguas infernales y el de los enemigos. La segunda, vv. 8-13 y 17s es el grito de angustia del fiel, víctima de su celo. El conjunto concluye con un himno, vv. 31 s. de perspectivas nacionales. El carácter mesiánico del salmo se deduce de las citas que de él hace el Nuevo Testamento.
69 7 El hebreo añade “Señor”, delante de “Yahvé”.
69 11 “Mortifico” griego, siriaco: “lloro” hebreo.

Segunda lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 12-15
Hermanos:
Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte se propagó a todos los hombres, porque todos pecaron… Pues, hasta que llegó la ley había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputaba porque no había ley. Pese a todo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que tenía que venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por el delito de uno solo murieron todos, con mayor razón la gracia de Dios y el don otorgado en virtud de un hombre, Jesucristo, se ha desbordado sobre todos.
Palabra de Dios.

Textos paralelos[5].
Por una persona entró el pecado en el mundo.
1 Co 15, 21-22: Si por un hombre vino la muerte, por un hombre vino la resurrección. Pues lo mismo que en Adán mueren todos, así en Cristo todos serán vivificados.
Sb 2, 24: Mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo, / y la experimentan los de su bando.
Gn 3, 6: Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido que también comió.
Rm 6, 23: Ahora, en cambio, liberados del pecado y hechos esclavos de Dios, dais frutos para la santidad que conducen a la vida eterna.
Rm 3, 23: Ya que todos pecaron y están privados de la gloria de Dios.
Pero el pecado no puede imputarse.
Rm 4, 15: Pues la ley provoca ira; ya que donde no hay ley tampoco hay transgresión.
Rm 7, 7: Entonces, ¿qué diremos?, ¿Qué la ley es pecado? ¡En absoluto! Pero ocurre que yo no he conocido el pecado sino a través de la ley. Pues yo no habría conocido el deseo, si la ley no dijera: No desearás.

Notas exegéticas[6]:
5 12 (a) El pecado habita en el hombre, más como la muerte, castigo del pecado, ha entrado en el mundo a consecuencia del pecado de Adán, Pablo deduce que el mismo pecado ha entrado en la humanidad por medio de esta falta inicial: es la doctrina del pecado original que interesa aquí al Apóstol por el paralelismo que le ofrece entre la obra nefasta del primer Adán y la reparación sobreabundante del “último Adán”. Cristo salva a la humanidad, lo hace como “nuevo Adán”, imagen según la cual restaura Dios su creación-
5 12 (b) El pecado separa al hombre de Dios. Esta separación es la “muerte”, muerte espiritual y “eterna”, cuya señal es la muerte física.
5 12 (c) La proposición del v. 12 d se puede interpretar como oración de relativo (“por lo cual”, o como una circunstancia causal (“por cuanto”). La traducción propuesta aquí expresa el interés de Pablo en subrayar el hecho universal del pecado, desde el principio: 1º pecado de uno solo, 2º que tiene como consecuencia la muerte de todos, 3º seguidamente, la situación del pecado, 41 y finalmente, la venida de la ley mosaica y su función.
5 14 “Figura”, semejante pero imperfecta. Por lo mismo, la comparación esbozada en el v. 12 e interrumpida por el largo paréntesis de los vv. 13-14 se transforma en el v. 15 en un contraste.
5 15 Este “todos” incluye a todos los hombres.

Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 26-33
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehena”. ¿No se venden un par de gorriones por un céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sino que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo: valéis más vosotros que muchos gorriones. A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en el cielo.

El Documento Q. Los Dichos de Jesús[7].
Q 12, 2. No hay nada escondido que no vaya a ser revelado, ni nada oculto que no vaya a ser conocido.
Q 12, 3. Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a plena luz; y lo que escucháis al oído, proclamadlo sobre los tejados.
Q 12, 4. Y no temáis a quienes matan el cuerpo pero no pueden matar el alma.
Q 12, 5. Temed, más bien, … al que puede hacer perecer el alma y el cuerpo en la Gehenna.
Q 12, 6. ¿Acaso no se venden [cinco} gorriones por [dos] ases? Y ni uno de ellos cae sobre la tierra sin que lo permita [vuestro Padre].
Q 12, 7. Pues también todos los cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, vosotros valéis más que muchos gorriones.
Q 12, 8. Todo aquel que dé testimonio delante de mí de los hombres, también [el Hijo del hombre] dará testimonio de él delante de los ángeles.
Q 12, 9. Pero el que me niegue delante de los hombres, [será negado] delante de los ángeles.

Textos paralelos[8].
 // Lc 12, 5-9: Os voy a enseñar a quien tenéis que temer: temed al que, después de la muerte, tiene poder para arrojar a la gehenna. A ese tenéis que temer, os lo digo yo. ¿No se venden cinco pájaros por dos céntimos? Pues ni de uno solo de ellos se olvida Dios. Más aún, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No tengáis mido: valéis más que muchos pájaros. Os digo, pues: todo aquel que se declare por mí ante los hombres, también el Hijo del hombre se declarará por él ante los ángeles de Dios, pero si uno me niega ante los hombres, será negado ante los ángeles de Dios.
// Mc 4, 22: No hay nada escondido, sino para que sea descubierto; no hay nada oculto, sino para que salga a la luz.
No hay nada cubierto.
Lc 8, 17: Pues nada hay oculto que no llegue a descubrirse ni nada secreto que no llegue a saberse ni hacerse público.
No temáis a los que matan el cuerpo.
Si 9, 13: Aléjate de quien tiene poder para matar, / y no tendrás que temer la muerte. / Si te acercas a él, no te descuides, / no sea que te quite la vida. / Mira que caminas entre emboscadas, / y paseas sobre la muralla de la ciudad.
1 Pe 3, 14: Pero si además, tuvierais que sufrir por causa de la justicia, bienaventurados vosotros. Ahora bien, no les tengáis miedo, ni os amedrentéis.
Ap 2, 10: No tengas miedo de lo que vas a padecer. Mira, el Diablo va a meter a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis tentados durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.
Sin el consentimiento del Padre.
2 S 14, 11: Ella respondió: “Juré el rey por el Señor, tu Dios, el vengador de la sangre no aumentará el desastre y no exterminará a mi hijo”. Él dijo: “Vive el Señor, que no ha de caer a tierra ni un cabello de tu hijo”.
Lc 21, 18: Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
Hch 27, 34: Por eso os aconsejo que toméis alimento; es conveniente para conseguir salvaros, pues ninguno de vosotros perderá un cabello de su cabeza.
Si alguien se declara a mi favor.
Ap 3, 5: El vencedor será vestido de blancas vestiduras, no borraré su nombre del libro de la vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
// Mc 8, 38: Quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre entre sus santos ángeles.
// Lc 9, 26: Pues si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del hombres se avergonzará de él cuando venga en su gloria, en la del Padre y en la de los ángeles santos.
2 Tm 2, 12: Si perseveramos, también reinaremos con él; / si lo negamos, también él nos negará.
1 S 2, 30: Por ello – oráculo del Señor, Dios de Israel –, aunque había prometido que tu casa y la casa de tu padre caminarían en mi presencia para siempre, ahora lejos de mí tal cosa – oráculo del Señor – , pues honro a los que me honran, pero los que se burlan de mí son despreciados.

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén[9].
10 27 Jesús tuvo que transmitir su mensaje en forma velada, porque sus oyentes no podían comprenderlo, y él mismo no había consumado su obra muriendo y resucitando. Más tarde sus discípulos podrán y deberán proclamarlo todo sin temor alguno. El sentido de las mismas palabras en Lc es totalmente distinto, que los discípulos no imiten la hipocresía de los fariseos: todo lo que intentaran ocultar acabaría por saberse; que hablen, pues, abiertamente.
10 28 Mt distingue entre cuerpo (soma) y alma (psyjé), pero no se trata de un dualismo metafísico, ni “alma” responde aquí a lo que la teología cristiana entiende por alma inmortal. Dicho término equivale con frecuencia a “vida”. Cuerpo es aquello mediante lo cual la persona se expresa, y el alma es el principio que la mantiene en relación con el Dios de la vida.
10 29 En este contexto, la expresión “por un as” significa que Dios no estará ausente de la muerte de sus discípulos (cuya causa o autor no se precisa), o bien que los discípulos no morirán por el Evangelio sin que Dios lo quiera. Su muerte no será un accidente: tendrá un significado.
10 32 En el Juicio final, cuando el Hijo devuelve los elegidos a su Padre.

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica[10].
26-27. La razón para no tener miedo es que Dios os envía para dar a conocer el Evangelio a todos mediante vuestro testimonio público. “Toda nuestra vida, por muda que sea, la vida de Nazaret, la vida del desierto, lo mismo que la vida pública, debe ser una predicación del Evangelio por el ejemplo de nuestra existencia, todo nuestro ser, debe gritar el Evangelio sobre los tejados; toda nuestra persona debe respirar a Jesús, todos nuestros actos deben gritar que somos de Jesús, deben presentar la imagen de la vida evangélica: todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de Jesús, algo que grita a Jesús, que hacer ver a Jesús, que brilla como una imagen de Jesús (Ch. de Foucauld).
Las azoteas: típico lugar de conversación en las casas de Palestina.
28-29 Dejad de tener miedo: o no sigáis teniendo miedo.
Los que matan el cuerpo es, casi: “los que solamente pueden matar el cuerpo”. Habrá persecución y martirio, pues la suerte del discípulo será la misma del Maestro; pero el poder de los perseguidores es ridículo: todo lo que pueden hacer, lo que hace también un simple microbio.
Temed, más bien, con el “santo temor” o respoeto que debemos a Dios. Lo importante es la fidelidad a Dios, que es quien puede destruir (no en el sentido de aniquilar, sino de arruinar, echyar a perder, St 4, 12).
El alma: no se trata aquí de un semitismo (alma=vida), sino de lo más íntimo y valioso en el ser humano, el principio espiritual del hombre (Cat 363), distinto del cuerpo; es el elemento consciente que perdura después de la muerte corporal. En el NT la palabra alma (en griego psychê) se usa a veces para indicar la vida, el hálito vital, o para referirse a la persona humana (compuesta de alma-cuerpo); pero no son términos sinónimos. El componente no corporal, no material, del ser humano, se expresa también con los siguientes términos: kardía (corazón), pneûma  (espíritu), noûs (mente), diánoia (pensamiento), pherénes (mente), syneídesis (conciencia).
Alma y cuerpo en [la] gehena: supone que los cuerpos resucitarán, puesto que sufren también los cuerpos de los “condenados”.
Un cuarto es, lit, un as (latinismo, equivale a la 16ª parte de un denario).
30 Están… contados, se entiende, por Dios, voz pasiva “teológica”.
32-33 El texto griego no dice directamente: “El que dé la cara por mí”, “el que se declare a mi favor”, “el que me confiese ante los hombres”, sino “El que declare en mí” (aramaísmo), es decir, el que declare que me pertenece, que es solidario conmigo, que tiene comunión de vida y destino conmigo. En ese Yo declararé …, hay una nueva formulación implícita de la divinidad de Jesús; si decir que le pertenecemos, o negarlo, es firmar nuestra salvación o condenación eternas, quien habla así es más que el simple “Jesús, un judío de Nazaret”. El comienzo del v. 33 equivale a: “Pero, el que diga que no tiene nada que ver conmigo”; el triste ejemplo de las “negaciones” de Pedro en la Pasión de Jesús.
Ante los hombres: ante los tribunales humanos.

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé[11].
10, 28 Gehenna: en otros lugares denominado infierno o “fuego inextinguible”, constituye el lugar de condenación eterna para aquellos que rechazan el amor de Dios. Cat. 363-365, 1034, 1056-1057.
10, 29 Como en Mt 6, 31-33, Cristo instó a una confianza filial en que Dios Padre proveería siempre a nuestras necesidades. Cat 305.
10, 33 Los fieles, cuando sean llamados a hacerlo, deben dar testimonio de su fe en Cristo sin temor, si quieren ser verdaderos discípulos. Cat 13-14, 1816, 2145.

San Jerónimo[12].
26. No hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. ¿Y cómo? En el siglo presente se ignoran los vicios de muchos; pero aquí se trata del tiempo futuro cuando Dios juzgará las cosas ocultas de los hombres, iluminará los repliegues de las tinieblas y manifestará los designios de los corazones. El sentido es éste. No temáis la crueldad de los perseguidores y la rabia de los que blasfeman, porque vendrá el día del Juicio en que se demostrará vuestra virtud y su maldad.
27. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo en la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. Lo que habéis oído en el misterio, predicadlo abiertamente, lo que habéis aprendido en secreto decidlo en público, lo que os enseñé en un pequeño rincón de Judea, decidlo audazmente en todas las ciudades y en el mundo entero.
28. No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Los que matan el cuerpo no pueden matar el alma, luego el alma es invisible e incorpórea en comparación, quiero decir, con nuestra sustancia corporal que es más densa. Pero ciertamente será castigada y sentirá los suplicios cuando ella vuelva a unirse con su cuerpo, para que habiendo pecado con él, sea también con él castigada.
Temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición el alma y el cuerpo en la gehenna. El término gehenna no se encuentra en los libros antiguos; es empleado por primera vez por el Salvador. Busquemos, pues, el origen de este término. Hemos leído más de una vez que había un ídolo de Baal cerca de Jerusalén al pie del monte Moria, donde corre la fuete de Siloé. Este valle, esta pequeña llanura, estaba regada, era sombreada y llena de delicias y en ella había un bosque consagrado a este ídolo. El pueblo de Israel había caído en tal grado de demencia que había desertado la cercanía del templo para inmolar víctimas en ese lugar. Los placeres habían vencido el rigor de la religión y allí quemaban a sus hijos en honor del demonio o los iniciaban. Llamaban a este lugar Gehennon, es decir valle de los hijos de Ennón. Acerca de esto escriben ampliamente el libro de los Reyes, los Paralipómenos [Crónicas] y Jeremías. Dios anuncia con amenazas que llenará este lugar de cadáveres para que ya no se llame Tofet y Baal, sino Polyandron, es decir, túmulo de muertos. Por tanto el nombre de este lugar designa los suplicios futuros y penas eternas con que serán atormentados los pecadores. En Job leemos muy a menudo que hay dos gehenas: la del fuego y la de los excesivo.
29, 30.31. ¿No se venden dos pajarillos por una moneda= Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos. La palabra del Señor es coherente y lo que sigue se relaciona con lo anterior. Lector prudente, debes precaverte de una interpretación demasiada escrupulosa del texto, de modo que no acomodes las Escrituras a tu sentido sino que adaptes tu sentido a las Escrituras y entiendas lo que sigue. Arriba había dicho: No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma. Ahora dice consiguientemente: ¿No se venden dos pajarillos por una moneda? Pues bien, ni uno de ellos caerá sin el consentimiento de vuestro Padre. El sentido es este: Si los animales pequeños que no valen nada no mueren sin la voluntad de Dios, si su Providencia alcanza a todos, si entre los seres destinados a desaparecer no mueren sin la voluntad de Dios, vosotros que sois eternos no debéis temer pensando que vivís abandonados de la providencia de Dios. […] Algunos forzando la interpretación ven en los dos pajarillos el alma y el cuerpo; también refieren los cinco pajarillos que se venden por dos monedas, según Lucas, a nuestros sentidos. Pero ¿cómo conciliar esta interpretación con el conjunto de este discurso evangélico? La dificultad no es pequeña: Hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues, vosotros valéis más que muchos pajarillos. He aquí expresado más claramente el sentido de lo que hemos puesto arriba: no deben temer a los que pueden matar el cuerpo pero no el alma; porque ni siquiera los animalitos mueren sin que Dios lo sepa, cuánto más el hombre sostenido por su dignidad de apóstol. Lo que dice: Los cabellos de vuestra cabeza están todos contados muestran la inmensa providencia de Dios para con los hombres y pone de relieve su amor inefable, ya que nada de lo que nos concierne está oculto para Dios y ni siquiera las menores palabras ociosas escapan a su conocimiento. Los que niegan la resurrección de la carne desprecian la interpretación de la Iglesia en este pasaje, como si nosotros dijéramos que vamos a resucitar con todos los cabellos que han sido contados y que el barbero ha cortado. Pero el salvador no dijo: Se conservarán todos vuestros cabellos sino: están contados. Cuando se habla de número se trata del conocimiento, no de la conservación de ese mismo número.

San Juan de Ávila[13].
¡Qué lindo consuelo para el hipócrita! No hay ninguna cosa, por escondida que sea, que no se descubra en aquel día (cf. Mt 10, 26), y por eso mirad como vivís en lo secreto, que, si otra amenaza no hubiera para aquel día, esta bastaba para que un hombre no hiciera cosa que no deba. Tal vergüenza he yo de pasar que se manifiestan allí cuantos pensamientos pasan por mí, cuantas livianidades, cuantas traiciones me han pasado por el pensamiento, cosa gravísima y afrentosísima y, como que lo tiene Dios amenazado por el profeta Nahum en el capítulo 3. Descubriré en la plaza tus pecados (cf. Nah 3, 5); porque en la justicia de Dios no hay castigo al hombre como éste: ni fuego ni tormento, ni hambre ni sed, ni cansancio ni cárcel, ni mil cuentos de males que le vengan, ninguno es tan propio para el hombre como descubrirle lo malo, porque darle a un hombre hambre, también se la pueden dar a una bestia, y ansí de esotras penas corporales. ¿Pues cuál castigo será propio del hombre? Vergüenza y deshonra. ¡Oh desventurado de ti! ¿En qué has de pagar lo malo que has hecho? En gran vergüenza que pasarás allí delante de todo el mundo. Decime: ¿En qué canchillería os han pedido cuenta si hablaste alguna palabra demasiada o ociosa o un pensamiento sin provecho? No hay tal chancillería, que no entra conocer de eso en la jurisdicción humana. Pero allá os acusarán el pensamiento que pasastes allá en lo más profundo de vuestro corazón, y de lo que consentistes, y de lo que hicistes, y qué no deseaste y no pensastes, porque no solo se pide el mal que hicistes, sino el  bien que dejaste de hacer[14].
Razón que tengan los hombres los pensamientos y corazones tan limpios que vivan tan bien, que aunque tuviesen agujeros hechos por sus celdas y los mirasen, no les viesen hacer cosa sino que fuesen dignas de hacer en la plaza. ¿No es razón que nos ponga espanto para que miremos lo que hacemos, que diga Dios: Lo que hicistes en vuestra cama y en vuestro rincón, en los tejados y en las palzas será predicado? ¡Oh qué bien dice San Pablo: Nadie ante tempus indicare! No juzguéis a nadie antes de tiempo (1 Cor 4, 5), que, si juicio deseáis, un día verná en que todo el bien y el mal que hiciéredes, todo el mundo lo ha de saber. ¿Qué harán los vergozosos en aquel día, las casadas que aman a otros que no son sus maridos, las que parecen doncellas, que, si les dijesen los pecados que han hecho delante de toda Zafra, dirán: Yo no quiero antes ayunar a pan y agua y sufrir cada díamil azotes, antes que tal sea? Pues, ¿qué harán cuando pareciere delante de Dios y de cuantas criaturas ha criado y criará? [15]
¿Quién hizo a los mártires padecer tan graves y bravos martirios sino esta palabra: Quien me confesare delante de los hombres, confesarle he yo delante de mi Padre que está en los cielos? (Mt 10, 32). ¿Quién les hizo no temer los sayones, perder las promesas que les prometían y no tener todas laspersecuciones en nada, sino su palabra: no queráis temer a los que matan los cuerpos; el ánimo no pueden matar. Temed aquel que puede el alma y cuerpo echar en las penas del infierno? Mt 10, 28). Con esta palabra se osaban meter por mil lanzas[16].


[1] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[2] Ib. 
[3] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[4] Ib. 
[5] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. 
[6] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.  
[7] Santiago Guijarro. Los Dichos de Jesús. Introducción al Documento Q. Ediciones Sígueme. Salamanca. 2014. Pgs. 168-169. “A pesar de su carácter hipotético y de no ser un texto canónico, el Documento Q es de un gran valor para la investigación bíblica, pues no solo ayuda a conocer con mayor detalle el proceso de formación de los evangelios, sino que permite acceder a la vivencia de uno de los primeros grupos de discípulos de Jesús que se esforzó por continuar su proyecto.
[8] Indicaciones Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019. Texto Sagrada Biblia, versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.  
[9] Biblia de Jerusalén. DDB. Bilbao. 2019.
[10] Iglesias González, M. Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[11] Biblia Didaje con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de www.vatican.va 
[12] Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999. Pgs. 105-106.
[13] San Juan de Ávila. Obras Completas 3, Sermones. BAC. Madrid. 2015.  
[14] O.c. Domingo primero de Adviento. I, 9. Pgs. 24-25.
[15] Ib. , I, 13. Pgs. 12-13.
[16] Lecciones sobre 1 San Juan. 6, 175-184. San Juan de Ávila. OC II. BAC. Madrid. 2013. Pg. 147.

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