Lectura del libro de la Sabiduría 12,
13.16-19
Fuera de ti no hay otro Dios que cuide de todo, a quien tengas que
demostrar que no juzgas injustamente. Porque tu fuerza es el principio de la
justicia y su señorío sobre todo te hace ser indulgente con todos. Despliegas
tu fuerza ante el que no cree en tu poder perfecto y confundes la osadía de los
que lo conocen. Pero tú, dueño del poder, juzgas con moderación y nos gobiernas
con mucha indulgencia, porque haces uso de tu poder cuando quieres. Actuando
así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano y diste a tus hijos una
buena esperanza, pues concedes el arrepentimiento a los pecadores.
Palabra de Dios.
Textos paralelos[2].
Pues fuera de ti no hay Dios que cuide de
todo.
Dt 32, 39: Pero
ahora mirad: yo soy yo / y no hay otro fuera de mí; / yo doy la muerte y la
vida, / yo desgarro y yo curo, / y no hay otro fuera de mí.
Jb 34, 13: ¿Quién le
ha encomendado a él la tierra, quién le ha confiado el universo?
Y nos gobiernas con
gran indulgencia.
Sal 115, 3: Nuestro
Dios está en el cielo / e hizo cuanto quiso.
Sal 135, 6: Todo lo
que quiere el Señor / lo hace en el cielo y la tierra, / en los mares y las
corrientes.
Notas exegéticas[3].
12 16 [Demuestras tu poder ante…]
Porque posee la plenitud de la fuerza y no tiene ninguna razón para abusar de
ella Dios ejerce su justicia con entera imparcialidad y libertad, del mismo
modo su dominio soberano sobre todos los seres le autoriza a usar de clemencia
con todos. En virtud de algunos manuscritos hay quienes traucen los verbos de
este verso en tercera persona del singular. Pero el contexto desaconseja tal lectura.
12 18 O el autor se identifica con
todos los hombres, o bien esboza ya la idea de un trato de favor reservado a
los israelitas.
12 19 O “amigo del ser humano”, a
ejemplo de la sabiduría. Esta actitud corresponde al universalismo radical de
los escritos de sabiduría y encontrará una expresión nueva en el NT, ver Mt 5,
43-48.
Salmo
responsorial
Sal 85, 5-6.9-10.15-16a
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Porque
tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico
en misericordia con los que te invocan.
Señor,
escucha mi oración,
atiende
a la voz de mi súplica. R/.
Todos
los pueblos vendrán
a
postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán
tu nombre:
“Grande
eres tú, y haces maravillas;
tú
eres el único Dios”. R/.
Pero
tú, Señor,
Dios
clemente y misericordioso,
lento
a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame,
ten compasión de mí. R/.
Textos paralelos[4].
Rico en amor con los que te invocan.
Sal 5, 2-3: Escucha mis palabras, Señor, percibe mi susurro, / haz
caso de mis gritos de socorro, / ¡Dios mío y Rey mío! / A ti te suplico, Señor.
Todas las naciones que has hecho.
Jr 10, 6: No hay como tú, Señor; / tú eres grande, / grande es tu
fama y tu poder, / ¿quién no te temerá?
Ap 15, 4: ¿Quién no te respetará, Señor, quién no dará gloria a tu
nombre? Tú solo eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte en tu
presencia, porque se han revelado tus decisiones.
Sal 22, 28: Lo recordarán y se volverán hacia el Señor / todos los
confines de la tierra, / se postrarán en su presencia / las familias de los
pueblos.
Pero tu Señor, Dios clemente y misericordioso.
Ex 34, 6: El Señor pasó ante él proclamando: el Señor, el Señor,
el Dios compasivo y clemente, paciente, misericordioso y fiel.
Sal 103, 8: El Señor es compasivo y clemente, / paciente y
misericordioso.
Sal 145, 8: El Señor es clemente y compasivo, / paciente y
misericordioso.
Sal 25, 16: Vuélvete a mí y ten piedad, / que estoy solo y
afligido.
Notas exegéticas[5].
Sal 85, 5-6.9-10.15-16a
86 Composición del periodo
helenista, sin mucha unidad literaria, que refleja el estado anímico de los
judíos piadosos, precursores de los asideos de la época macabea.
Segunda lectura.
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 26-27
Hermanos:
El Espíritu acude en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no
sabemos pedir como conviene; pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos inefables. Y el que escruta los corazones sabe cuál es el deseo del
Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios.
Palabra de Dios.
Textos paralelos[6].
De igual manera, el
Espíritu viene también en ayuda.
2 Co 5, 7: Pues procedemos por
fe, no por visión.
Hb 11, 1: Fe es la consistencia
de lo que se espera, la prueba de lo que no se ve.
El Espíritu mismo
intercede por nosotros.
St 4, 3: O, si pedís, no lo
obtenéis porque pedís mal, para gastar en vuestros placeres.
St 4, 5: ¿O pensáis que en vano
dice la Escritura: con envidia ambiciona el espíritu que depositó en nosotros.
Rm 5, 5: Y la esperanza no
defrauda, porque el amor de Dios se infunde en nuestro corazón por el don del
Espíritu Santo.
Rm 8, 15: Y no habéis recibido
un espíritu de esclavos, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos que
nos permite clamar Abba, Padre.
Examina el interior de
las personas.
Jr 11, 20: Tú, Señor, me examinas y me
conoces; / tu sabes cuál es mi actitud contigo; / apártalos como a ovejas de
matanza, / resérvalos para el día del sacrificio.
Notas
exegéticas[7]:
8 26 Siguiendo a Jesús y conforme a
la costumbre de los primeros cristianos Pablo recomienda la oración constante.
Él mismo ruega sin descanso por sus fieles como igualmente les pide que rueguen
por él y los unos por los otros. Además de las gracias de progreso espiritual,
estas oraciones piden la remoción de los obstáculos exteriores e interiores así
como el bien del orden social. Pablo insiste mucho sobre la oración de acción
de gracias que debe seguir a toda acción, especialmente a la comida, con ella
empieza el mismo todas las cartas y quiere que penetre las relaciones de los
cristianos entre sí. La oración de acción de gracias y de alabanza es el alma
de las asambleas litúrgicas en las que los hermanos se edifican mutuamente por
medio de cánticos inspirados. Porque la oración tiene su origen en el Espíritu
Santo, Pablo, más que reiterar los temas sapienciales tradicionales sobre las
condiciones y la eficacia de la oración insiste en la garantía que supone la
presencia del Espíritu de Cristo en el cristiano haciéndole orar con
disposiciones de hijo, mientras el mismo Cristo, a la derecha del Padre, intercede
por nosotros. En consecuencia, el Padre otorga su favor en forma sobre abundante.
Los cristianos son los que invocan el nombre de Jesucristo.
Evangelio.
X Lectura del santo evangelio según
san Mateo 13, 24-43
En aquel tiempo, Jesús propuso
otra parábola a la gente diciendo:
-El reino de los cielos se
parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los
hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó.
Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña.
Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena
semilla en el campo? ¿De dónde sale la cizaña?. Él les dijo: “Un enemigo lo ha
hecho”. Los criados le preguntan: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él
les respondió: “No, que al recoger la cizaña podéis arrancar también el trigo.
Dejadlos crecer juntos hasta la siega y cuando llegue la siega diré a los
segadores: arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla y el trigo
almacenadlo en mi granero”.
Les propuso otra parábola.
-El reino de los cielos se
parece a un grano de mostaza que uno toma y siembra en su campo; aunque es la
más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se
hace un árbol hasta el punto de que vienen los pájaros del cielo a anidar en
sus ramas.
Les dijo otra parábola:
-El reino de los cielos se
parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, hasta que
todo fermenta.
Jesús dijo todo esto a la gente
en parábolas y sin parábolas no les hablaba nada, para que se cumpliera lo
dicho por medio del profeta:
-Abriré mi boca diciendo
parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.
Luego dejó a la gente y se fue
a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:
-Explícanos la parábola de la
cizaña en el campo.
Él les contestó:
-El que siembra la buena
semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los
ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que
la siembra es el diablo; la cosecha es el final de los tiempos y los segadores
los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será el
final de los tiempos: el Hijo del hombre envidará a sus ángeles y arrancarán de
su reino todos los escándalos y a todos los que obran iniquidad, y los
arrojarán al horno del fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga
oídos, que oiga.
Textos paralelos[8].
Dejad que ambos crezcan hasta la siega.
Ap 14, 15: Salió otro ángel del
templo y gritó en voz alta al que estaba sentado en la nube: Mete la hoz y siega
porque llegó la hora de la siega, cuando la mies de la tierra está madura.
// Mc 4, 30-32: Decía también: “¿Con
qué compararemos el reinado de Dios? ¿con qué parábola lo explicaremos? Con una
semilla de mostaza: cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de las
semillas; después de sembrada crece y se hace más alta que las demás hortalizas,
y echa ramas tan grandes, que las aves pueden anidar a su sombra.
// Lc 13, 18-19: Les decía: “¿A
quíen se parece el reina de Dios?, ¿a qué lo compararé? Se parece a un grano de
mostaza que un hombre toma y siembra en el huerto; crece, se hace un arbusto y
las aves anidan en sus ramas.
A un grano de mostaza.
Mt 17, 20: Les contestó: “Por
vuestra poca fe. Os aseguro que, si tuvierais fe como un grano de mostaza,
diríais a aquel monte que se trasladara allá, y se trasladaría.
Es mayor que las
hortalizas.
Ez 17, 23: Echará ramas, dará
fruto / y llegará a ser un cedro magnífico, / anidarán en él todos los pájaros,
/ a la sombra de su ramaje / anidarán todas las aves.
Sal 104, 12: Junto a ellos
habitan las aves del cielo. / Desde las frondas envían su canción.
Dn 4, 9: Su follaje era hermoso
/ de sus frutos copiosos / se alimentaban todos, / bajo él se guarecían / las
fieras agrestes / y en su ramaje anidaban / las aves del cielo; / sustentaba a
todos los vivientes.
Dn 4, 18: De hermoso follaje y
frutos copiosos que sustentaban a todos, a cuya sombra habitaban las fieras
agrestes y en cuyo ramaje anidaban las aves del cielo.
Todo esto dijo Jesús en
parábolas.
// Mc 4, 33-34: Con muchas
parábolas les exponía el mensaje, adaptado a su capacidad. Sin parábolas no les
exponía nada; pero en privado, a sus discípulos, les explicaba todo.
Mt 13, 3: Les explicó muchas
cosas con parábolas.
Abriré con parábolas mi
boca.
Sal 78, 2: Que voy a abrir la
boca a una parábola, / haré brotar enigmas del pasado.
Anunciaré lo que estaba
oculto.
1 Co 2, 7: Proponemos la sabiduría
de Dios, misterio oculto, decidido por Dios, desde antiguo para vuestra gloria.
La cizaña son los hijos
del maligno.
1 Jn 3, 10: Quienes son hijos
de Dios y quienes del diablo se demuestra así: quien no practica la justicia ni
ama a su hermano no procede de Dios.
El enemigo que la sembró.
Mt 4, 1: Entonces Jesús, movido
por el Espíritu, se retiró al desierto para ser puesto a prueba por el Diablo.
La siega es el fin del
mundo.
Jl 4, 13: Mano a la hoz, madura
está la mies: / venid y pisad, repleto está el lagar; / rebosan las cubas, /
porque abunda su maldad.
Ap 14, 15-16: Salió otro ángel
del templo y gritó en voz alta al que estaba sentado en la nube: Mete la hoz y
siega porque llegó la hora de la siega, cuando la mies de la tierra está bien
madura.
Todos los escándalos y a los
que actúan inicuamente.
So 1, 3: Acabaré con hombres y
animales, / acabaré con las aves del cielo / y los peces del mar, / (con los
escándalos y los malvados); / extirparé a los hombres / de la superficie de la
tierra / – oráculo del Señor.
Mt 7, 23: Y yo entonces les
declararé: Nunca os conocí: apartaos de mí, malhechores.
Los arrojarán al horno.
Dn 3,6: El que no se postre en
adoración al punto arrojado dentro del horno encendido abrasador.
Mt 8, 12: Mientras que los
ciudadanos del reino serán expulsados a las tinieblas de fuego. Allí será el llanto
y el rechinar de dientes.
Entonces los justos
brillarán.
Ap 21, 8: En cambio, los cobardes
y desconfiados, los depravados y asesinos, los fornicarios y hechiceros, los
idólatras y embusteros de toda clase tendrán su lote en el foso de fuego y
azufre ardiente (que es la muerte segunda).
Jc 5, 31: ¡Perezcan así, Señor,
tus enemigos! / ¡Tus amigos sean fuertes como el sol al salir!
2 S 23, 4: Es como luz del alba
al salir el sol, / mañana sin nubes tras la lluvia, / que hace brillar la
hierba del suelo.
El que tenga oídos que
oiga.
Dn 12, 3: Los justos brillarán
/ como brilla el firmamento, / y los que convierten a los demás, / como
estrellas, perpetuamente.
Notas
exegéticas Biblia de Jerusalén[9].
13 24 Esta parábola habla solo ya de
la tierra buena y prolonga el tiempo hasta la cosecha. Así, y tal vez como
respuesta a los impacientes (como Juan Bautista) pone de relieve la existencia
de un tiempo intermedio e invita a la paciencia en espera del juicio y la
victoria de Dios.
13 25 Sustantivo colectivo (original
en plural) que designa a las plantas nocivas para la agricultura: cardos,
espinas, etc. De referirse a una sola planta (sg. dsidasanion), podría tratarse
del lolium temudentum. Las malas hierbas se dejaban secar y eran después
utilizadas como combustible.
13 30 Imagen bíblica tradicional que
simboliza el juicio final de los tiempos.
13 31 Contraste entre la pequeñez del
comienzo y el esplendor del final (como en la siguiente parábola de la
levadura). El crecimiento solo es mencionado en un inciso. La parábola se
inspira en Ez 17, 23 (el ramo de cedro convertido en cedro magnífico) y en Dn
4, 9-18 (las aves del cielo). Su lección es una visión de fe: reconocer a
través de los modestos comienzos de Jesús, mucho más modestos que los de otros
reformadores de Israel, el esplendor del final.
13 35 Varios testigos omiten “del
mundo” – A diferencia del primer motivo explicativo de las parábolas, este
segundo vincula el género parabólico al modo necesario de la revelación de los
misterios divinos.
13 38 “Los hijos del Reino” y “los
hijos del Maligno”, semitismo con sentido de “adepto”.
13 43 Al Reino del Hijo (reino
mesiánico) del v. 41 sucede el Reino del Padre, a quien el Hijo entrega los
elegidos salvados por él.
Notas exegéticas Nuevo Testamento,
versión crítica[10].
24-30 Pequeño tratado de eclesiología: 1º) El reino
definitivo de Dios tiene un primer estadio en la tierra: es la Iglesia, compuesta
no solamente de justos y predestinados, sino de buenos y malos, de trigo y
cizaña. 2º) El reino de Dios en la Iglesia incluye elementos internos y
espirituales y elementos externos y visibles, como el trigo y la cizaña se ven
externamente y se aprecian sus diferencias. 3º) Perennidad de la Iglesia: la
coexistencia trigo-cizaña será la “economía” que durará hasta la segunda venida
del Señor; esa perennidad exige una continuación de los sucesores de los
apóstoles, no se cumple solo por la mera continuidad de sus escritos.
24 PARÁBOLA: o enigma.
SE PARECE: en griego hay un
aoristo, que puede equivaler a un perfecto semítico empleado para verdades
generales. Propiamente, el reino de los cielos no se parece A UN HOMBRE, sino
que con el reino de los cielos ocurre lo que ocurrió a un hombre que… La
fórmula inicial de muchas parábolas – se parece a; o se parecerá a;
o es parecido a – traduce un le arameo, que abrevia lo que
nosotros diríamos así: “Con el reino de los cielos pasa algo parecido a lo que
aquel hombre que…, a lo que le ocurrió que…”.
27 FUERON A DECIRLE: lit. habiéndose
acercado… dijeron a él.
28-29 El primero DIJO está, lit., en imperfecto (decía); el segundo es
un prsente histórico o narrativo (dice).
QUE VAYAMOS A RECOGER, lit. que
habiendo ido recojamos a ella.
Frente a la buena intención
precipitada de los siervos, está la paciencia respetuosa del dueño del campo,
ejemplo para nosotros: “Si sois buenos, soportad con ecuanimidad a los malos;
porque el que no soporta a los malos, él mismo, por su intolerancia testifica que
no es bueno, pues renuncia a ser Abel quien no es probado por la malicia de
Caín. Así en la era, durante la trilla, el grano se ve oprimido por la paja;
así nacen las flores entre las espinas, y la rosa, que da su aroma, crece con la
espina que hiere” (San Gregorio Magno).
30 Cf. Hermas. El Pastor (Similitudes)
III, 2-3: “El siglo presente, para los justos, es invierno: no se manifiestan,
viviendo como viven entre pecadores; pues, como los árboles en el invierno se
parecen [entre sí] cuando han perdido las hojas, y no se ve cuáles están secos
y cuáles tienen vida, así tampoco se ve en este siglo quienes son justos y
quienes pecadores”. Esta afirmación no dice todo, pues sigue siendo verdad que “por
sus frutos los reconoceréis” (Mt 7, 16.20).
31-32 Dos breves parábolas de
contraste entre los modestos comienzos del reino de Dios al venir su Hijo a la
tierra, y el desarrollo de la Iglesia al final de la historia.
31 Lit.: …de mostaza, al cual
habiendo cogido un hombre sembró en el campo de él; esta estructura se
repite en el v. 33.
33 COGE… PARA HACERLA DESAPARECER: lit.
habiendo cogido… ocultó.
TRES MEDIDAS: lit. tres satos
(unos 13 x 3 libros).
HASTA QUE FERMENTA TODO: la
frase (lit. hasta que fue fermentado todo) es elíptica (habría que
completar: … y está allí actuando oculta hasta que fermenta todo) y se
fija solo en la acción inicial y el resultado final. Pero quizás hay que tener
en cuenta que HASTA QUE (en griego heôs hoû) parece traducir el arameo ‘ad
dî, que puede equivaler a nuestra conjunción “y” (cf. Mt 1, 25): “Para
hacerla desaparecer entres medidas de harina, y fermenta todo.
24 AQUEL GENTÍO: lit. las
muchedumbres.
35 LO ANUNCIADO, se sobreentiende, por
Dios.
ENIGMAS: PARÁBOLAS.
36 FUE A LA CASA: ¿a su casa?
37 EL RESPONDIÓ ASÍ: lit. y él
habiendo respondido dijo.
38 LOS HIJOS DEL REINO, los
relacionados íntimamente con el reino de Dios son, en este caso, los
discípulos.
LOS HIJOS DEL MALVADO: los
relacionados íntimamente con el diablo, “los malos”.
41 LOS [QUE SON] PIEDRA DE
ESCÁNDALO, ocaión de tropiezo para los demás, es decir, los escandalosos.
Aplicado a personas, el vocablo griego skándalon es raro (no se
encuentra en el griego profano, en Salmos de Salomón 4, 2 tenemos un caso: el Señor
“nos guardará de todo escándalo malhechor”, es decir, de toda persona
escandalosa; por metonimia se aplica a quien hace caer a otros: así también
Simón fue escándalo para Jesús.
LOS QUE HACEN EL MAL: los obradores
de iniquidad; esa maldad es, lit., transgresión de la ley (en griego
anomía). En nuestra lengua, el término directo para calificar a esas
personas sería delincuente.
42 HORNO DE FUEGO es lo mismo que “horno
encendido”, “horno ardiendo”.
Notas
exegéticas desde la Biblia Didajé[11].
13, 24-30 La cizaña en esta parábola está
relacionada con los malhechores impertinentes que se niegan a arrepentirse.
Pero la cizaña también puede referirse también a nuestras imperfecciones. La
Iglesia está compuesta de pecadores que pasan apuros, algunos de los cuales se
esfuerzan por llevar una vida virtuosa. En esta parábola, la cizaña del pecado
y el trigo de la santidad coexisten en cada uno de nosotros hasta el final de
los tiempos. Nuestra propia fecundidad dependerá en último término del deseo y
anhelo de una estrecha amistad con Cristo en fidelidad a sus enseñanzas. Cat
827.
13, 33 Se compara a los cristianos con
la levadura por el efecto transformador que tienen en el mundo. Cat. 897, 903,
928-930.
San
Jerónimo[12].
24. 25 A esta segunda parábola no le
sigue inmediatamente una explicación, sino que se la comenta después de las
otras parábolas. Aquí es propuesta y luego, una vez despedida la multitud,
entran a la casa y los discípulos se le acercan y le piden: Explícanos la
parábola de la cizaña del campo, etc. Por tanto no debemos, por un deseo
prematuro de comprender buscar su sentido antes de que el Señor la comente.
31.32 El Reino de los cielos es la
predicación del Evangelio y el conocimiento de las Escrituras que conduce a la
vida. Este Reino, pues, s semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre
y lo sembró en su campo. En este hombre que siembra en su campo muchos ven
al Salvador porque siembra en las almas de los fieles. Otros piensan que es el
hombre mismo que siembra en su campo, es decir, en sí mismo, en su corazón.
¿Quién es el que siembra sino nuestra inteligencia, nuestra alma que al recibir
el grano de la predicación y fecundarlo la siembra por la humedad de la fe la
hace multiplicarse en el campo de su corazón. La predicación del Evangelio es
la menor de todas las doctrinas. A primera vista no parece verosímil esta
doctrina que predica a un Dios hombre, un Cristo muerto y el escándalo de la
cruz. Compara esta doctrina con los principios de los filósofos, con sus
libros, con el esplendor de su elocuencia y su estilo armonioso y verás cuán
inferior a las otras es la semilla del sembrador del Evangelio. Pero aquellos
cuantos crecen no muestran ningún vigor, ninguna vida, ninguna vitalidad.
Totalmente flácidos, marchitos, producen legumbres y hierbas que pronto se
secan y caen por tierra. En cambio esta predicación que al principio parecía
insignificante, una vez sembrada en el alma del creyente en todo el mundo, no
crece como legumbre sino que se desarrolla hasta hacerse árbol de modo que las
aves del cielo – por las que debemos entender las almas de los creyentes o bien
las potencias sometidas al servicio de Dios –, vienen a habitar en sus ramas.
33. El Reino de los cielos es
semejante a la levadura que tomó una mujer. Esta mujer que tomó levadura y la metió en
tres medidas de harina hasta que fermentara todo, me parece que es la
predicación apostólica, o bien la Iglesia que ha sido congregada a partir de
muchos pueblos. Esta toma la levadura, a saber el conocimiento y la comprensión
de las Escrituras y lo mete en tres medidas de harina para que unificados el
espíritu, el alma y el cuerpo no estén en desacuerdos, sino que unidos dos o
tres, obtengan del Padre todo lo que le han pedido.
Según este filósofo [Platón]
nuestra razón tiene su sede en el cerebro, la ira en la hiel y el deseo en el
hígado. Por tanto si hemos recibido la levadura evangélica de las santas
Escrituras de las que hablamos más arriba, las tres pasiones del alma humana
van en una misma dirección para que por la razón tengamos prudencia, por la
ira, odio a los vicios, por la concupiscencia, el deseo ardiente de las
virtudes; y esto sucede gracias a la doctrina evangélica que nos proporcionó
nuestra madre la Iglesia.
Aun mencionaré una tercera interpretación
de algunos, para que el lector atento tenga más posibilidad de elegir la que le
agrada. En esta mujer ellos ven también a la Iglesia que mezcló la fe del
hombre con tres medidas de harina: la creencia en el Padre, en el Hijo y en el
Espíritu Santo. Cuando todo está fomentado formando una unidad nos conduce al
conocimiento no de un triple Dios sino de una única divinidad.
35 Para que se cumpliese el oráculo
del profeta, he
leído en varios ejemplares y un lector atento tal vez podría encontrarle, el
siguiente texto: “Lo que dice el profeta Isaías” [Códice Sinaitico descubierto
en 1884 en el monasterio de santa Catalina del monte Sinaí]. Como esto no se
encuentra en modo alguno en Isaías, pienso que mkás tarde fue suprimido por
personas entendidas. Me parece que el texto primitivo era: “Como dice el
profeta Asaf”. El primer copista no comprendió el nombre de Asaf, pensó que se
trataba de un error de copista y corrigió con el nombre de Isaías que le era
más familiar. Hemos de saber que en los salmos, himnos y cánticos de Dios,
deben ser llamados profetas no solo David, sino también los otros cuyos nombres
aparecen en los títulos, a saber, Asaf, Iditún, Héman el Ezraíta, Etán, los
hijos de Coré y los otros que menciona la Escritura.
37. En los hombres que duermen has
de entender a los maestros de las iglesias. En los siervos del padre de familia
no entiendas sino a los ángeles que ven cada día el rostro del Padre. El diablo
es llamado hombre enemigo porque cesó de ser dios. En el salmo nueve se dice
acerca de él: Levántate, Señor, que el hombre no triunfe. Por tanto no
duerma el que ha sido puesto a la cabeza de una iglesia, no sea que por su
negligencia el hombre enemigo venga después a sembrar cizaña, es decir,
doctrinas heréticas.
Dejad que ambos crezcan juntos. Por eso el Señor nos advierte
que cuando se trata de algo ambiguo no hay que pronunciar de inmediato una
condenación sino reservar la decisión a Dios que es Juez.
San Agustín[13].
Él les explicó [a los siervos] de donde procedía
[la cizaña]. Sin embargo, no permitió que la arrancasen antes de tiempo. Aunque
los siervos mismos estaban airados contra la cizaña, con todo pidieron el
consejo y la orden del dueño. Les disgustaba el ver la cizaña entre el trigo;
pero veían que si hacían algo por su propia cuenta aun en el arrancar la
cizaña, ellos mismos iban a ser contados entre la cizaña.
El Señor exige ahora de nosotros, la
paciencia que presenta en sí mismo, al decirte: “Sí yo quisiera juzgar ahora,
¿podría equivocarme, acaso? Si, pues, yo que siempre juzgo rectamente y no
puedo equivocarme retardo mi juicio, ¿te atreves a juzgar antes de tiempo, tú
que ignoras cómo serás juzgado?”. Ved, hermanos, como el dueño no permitió a
aquellos siervos que querían arrancar la cizaña antes de tiempo que lo hicieran
ni siquiera en la siega.
Tú, hombre limitado por la carne, que llevas
la carne, o que, tal vez, no eres más que carne, es decir, carne en el cuerpo y
carne en el espíritu, ¿te atreves a usurpar antes de tiempo un oficio, que ni
siquiera en la siega será tuyo?
Ahora, pues, no es el tiempo de la
separación, sino el de la tolerancia. Y no decimos esto, hermanos, para que
dormite el afán de corregir. Al contrario, para no llegar como incautos a aquel
juicio, o como ciegos que descuidaron su ceguera; para que no nos encontremos
repentinamente a la izquierda: con esta finalidad, impóngase la disciplina,
pero no se anticipe el juicio.
San Juan de la Cruz[14]
Todo lo cual le viene porque al principio no
fue negando el gusto de aquellas cosas sobrenaturales; del cual, como al
principio es poco o no es tan malo, no se recata tanto el alma, y déjale estar
y crece, como el grano de mostaza en árbol grande (Mt 13, 32). Porque pequeño yerro,
como dicen, en el principio, grande es en el fin.
3 Subida al Monte Carmelo 10, 3.
Y lo cual aquí goza el alma no hay más que
decir, sino que allí siente cuán bien comparado está en el evangelio el reino
de los cielos al grano de mostaza, que por su gran calor, aunque pequeño, crece
en árbol grande (Mt 13, 31); pues
que el alma se ve hecha como un inmenso fuego de amor que nace de aquel punto
encendido del corazón del espíritu.
Llama de amor viva 2, 11.
[1] Los textos bíblicos han
sido tomados de la Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española), la Biblia
de Jerusalén (DDB) y la Biblia del Peregrino (Luis Alonso Shökel,
Mensajero-EGA).
[2] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[3] Ib.
[4] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[5] Ib.
[6] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[7] Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019.
[8] Indicaciones Biblia de Jerusalén.
DDB. Bilbao. 2019. Texto Sagrada Biblia,
versión oficial de la Conferencia Episcopal Española.
[9] Biblia de Jerusalén. DDB.
Bilbao. 2019.
[10] Iglesias González, M. Nuevo
Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego. BAC. Madrid. 2017.
[11] Biblia Didaje con comentarios
del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016. Textos copiados de
www.vatican.va
[12] Jerónimo. Comentario
al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999. Pgs. 135-140.
[13] Agustín. Comentarios
a las lecturas litúrgicas (N.T.). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.
Pgs. 1066-1068.
[14] San Juan de la Cruz.
Obras Completas. Sígueme. Salamanca. 1991. Edición de Maximiliano Herráiz, ocd.
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