jueves, 2 de noviembre de 2023

Domingo 32 T. O. 5 de noviembre de 2023.

 


Primera lectura.

Lectura de la profecía de Malaquías 1, 14b-2, 2b.8-10

Yo soy un gran rey, dice el Señor del universo, y todas las naciones temen mi nombre. Esto es lo que os mando, sacerdotes:

Si no escucháis y no ponéis todo vuestro corazón en glorificar mi nombre, dice el Señor del universo, os enviaré la maldición. Os habéis separado del camino recto y habéis hecho que muchos tropiecen en la ley, invalidando la alianza de Leví, dice el Señor del universo. Pues yo también os voy a hacer despreciables y viles para todo el pueblo, ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto y habéis sido parciales en la aplicación de la ley. ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos creó el mismo Dios? ¿Por qué entonces nos traicionamos unos a otros profanando la alianza de nuestros padres?

 

Textos paralelos.

 ¿No tenemos un mismo padre?

Dt 1, 31: Y en el desierto ya has visto que el Señor, tu Dios, te ha llevado como a un hijo por todo el camino hasta llegar aquí.

Ef 4, 6: Uno Dios, Padre de todos, que está sobre todos, entre todos, en todos.

 

Notas exegéticas.

2 2 “vuestra bendición”, griego, ver el resto del v.; “nuestras bendiciones” hebreo. – Se trata, en sentido concreto, de bienes materiales distribuidos por los levitas.

 

Salmo responsorial

Salmo 130, 1bcde.2.3

 

Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor. R/.

Señor, mí corazón no es ambicioso,

ni mis ojos altaneros;

no pretendo grandezas

que superan mi capacidad.  R/.

 

Sino que acallo y modero mis deseos,

como un niño en brazos de su madre;

como un niño saciado

así está mi alma de mí. R/.

 

Espere Israel en el Señor

ahora y por siempre. R/.

 

Textos paralelos.

 Mi corazón, Yahvé, no es engreído.

Mi 6, 8: Hombre, ya te he explicado lo que está bien, lo que el Señor desea de ti: que defiendas el derecho y ames la lealtad, que seas humilde con tu Dios.

No doy vía libre a la grandeza.

Sal 139, 6: Tanto saber me sobrepasa, es sublime y no lo abarco.

No, me mantengo en paz y silencio.

Is 30, 15: Así decía el Señor, el Santo de Israel. Vuestra salvación está en convertiros y tener calma, vuestro valor consiste en confiar y estar tranquilos. Pero no quisisteis.

Mt 18, 3: Os aseguro que si no os convertís y no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios.

Como niño en regazo materno.

Os 11, 4: Con correas de amor los atraía, con cuerdas de cariño. Fui para ellos como quien alza una criatura a las mejillas; me inclinaba y les daba de comer.

¡Mi deseo no supera al de un niño!

Is 66, 12-13: Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor: Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz; como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Mamaréis, os llevarán en brazos, y sobre las rodillas os acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo.

 

Notas exegéticas.

131 El alma en paz se abandona a Dios, sin inquietud ni ambición. La misma confianza se pide (v. 3) a todo el pueblo de Dios.

 

Segunda lectura.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 2, 7b-9.13

Hermanos:

Nos portamos con delicadeza entre vosotros, como una madre que cuida con cariño a sus hijos. Os queríamos tanto que deseábamos entregaros no solo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias personas, porque os habíais ganado nuestro amor.

Recordad, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no ser gravosos a nadie, proclamamos entre vosotros el Evangelio de Dios.

Por tanto, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, porque, al recibir la palabra de Dios que os predicamos, la acogisteis no como palabra humana, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios que permanece operante en vosotros los creyentes.

 

Textos paralelos.

 Nos mostramos amables con vosotros.

1 Co 3, 2: Leche os di a beber y no alimento sólido, pues aún no podíais con él; ni ahora podéis.

Ga 2, 20: Y ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí. Y mientras vivo en carne mortal, vivo de fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.

Os proclamamos el Evangelio de Dios.

Hch 18, 3: Como eran del mismo oficio, se alojó en su casa para trabajar: eran fabricantes de lonas.

1 Ts 4, 11: Esmeraros en mantener la calma, en atender a vuestros asuntos y trabajar con vuestras manos, como os encomendamos.

2 Ts 3, 6-12: Hermanos, en nombre del Señor nuestro Jesucristo os recomendamos que os apartéis de cualquier hermano de conducta desordenada y en desacuerdo con las instrucciones recibidas de nosotros.

La palabra de Dios que os predicamos.

1 Co 11, 2: Os alabo porque os acordáis siempre de mí y mantenéis mis enseñanzas como yo os la transmití.

Permanece activa en vosotros, los creyentes.

Rm 1, 16: Yo no me avergüenzo de la buena noticia, que es una fuerza divina de salvación para todo el que cree – primero el judío, después el griego –.

Hb 4, 12: Pues nos anunciaron la buena noticia lo mismo que a ellos. Pero el mensaje que oyeron no les valió porque no compenetraron por la fe con los que oyeron.

 

Notas exegéticas.

2 7 (b) “amables”; variante: “pequeños”.

2 9 Pablo recuerda en ocasiones con orgullo que nunca quiso depender materialmente de las comunidades que había fundado. Sin embargo, en el momento de evangelizar Tesalónica, había aceptado una ayuda de los filipenses (Flp 4, 15-16).

2 13 (a) Esta segunda acción de gracias se ha visto como el comienzo de una epístola originalmente independiente que terminaba en 4, 2, porque 3, 11-4, 2 tiene el aspecto de una conclusión, y ésta, si es la misma carta, se repetirá en 5, 23-38. Algunos autores consideran que los vv. 13-16 son una interpolación; las razones no son convincentes.

2 13 (b) Descripción concentrada de la tradición apostólica. La palabra, primero es recibida, es decir, escuchada, luego, penetrando hasta el corazón, es allí acogida, es decir que el oyente reconoce que Dios habla por su enviado.

2, 13 (c) O quizá “se hace activa”, obrando Dios por su palabra en los creyentes.

 

Evangelio.

X Lectura del santo evangelio según san Mateo 23, 1-12

En aquel tiempo, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:

-En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.

Lían fardos pesados y se los cargan a los hombros, pero ellos no estánd ispuestos a mover un dedo para empujar.

Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.

Vosotros, en cambio, no es dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros hermanos.

Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.

No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.

El primero entre vosotros sea vuestro servidor.

El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.

 

Textos paralelos.

¡En la cátedra de Moisés se han sentado!

Ex 17, 12: Y como le pesaban las manos, ellos, cogieron una piedra y se la pusieron debajo para que se sentase; mientras, Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sostuvo los brazos hasta la puesta del sol.

Observad todo lo que os digan.

Dt 17, 10: Lo que ellos te digan en el lugar elegido por el Señor, tú lo harás y cumplirás con decisión.

Atan cargas pesadas.

Rm 2, 17-24: Tú, que te llamas judío, te apoyas en la ley, te glorías de Dios, conoces su voluntad, instruido por la ley aprecias lo que es mejor, estás convencido de ser guía de ciegos, luz de los que están a oscuras, maestro de necios, instructor de ignorantes, y que posees en la ley la suma del conocimiento de la verdad; tú que enseñas a otros ¿no te enseñas a ti? Tú que predicas que no se robe, ¿robas? Tú que prohíbes el adulterio, ¿lo cometes? Tú que aborreces los ídolos ¿saqueas sus templos? Pones tu orgullo en la ley, ¿y deshoras a Dios quebrantando la ley? Pues está escrito: por vuestra culpa blasfeman los paganos el nombre de Dios.

Lc 11, 46: ¡Ay de vosotros también, juristas! que cargáis a los hombres con cargas insoportables mientras vosotros no arrimáis un dedo a las cargas.

Mt 11, 28: Acudid a mí, los que andáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Ensanchan las filacterias.

Mt 6, 1: Guardaos de hacer las obras buenas en público para ser contemplados.

Alargan las orlas del manto.

Am 4, 5: Ofreced ázimos, pronunciad la acción de gracias, anunciad dones voluntarios, que eso es lo que os gusta, israelitas – oráculo del Señor –.

Les gusta ocupar el primer sitio.

Mc 12, 38-39: Guardaos de los letrados. Les gusta pasear con largas túnicas, que los saluden por la calle, los primeros asientos en las sinagogas y los mejores puestos en los banquetes.

Lc 20, 46: Guardaos de los letrados, que gustan de pasear con hábitos amplios, aman los saludos por la calle y los primeros puestos en las sinagogas y banquetes.

Les llame Rabbí.

Jr 31, 34: Ya no tendrán que enseñarse unos a otros, mutuamente, diciendo: “Tienes que conocer al Señor”, porque todos, grandes y pequeños, me conocerán.

No os dejéis llamar Maestro.

Jn 13, 13: Vosotros me llamáis maestro y señor, y decís bien.

Ni llaméis a nadie Padre.

Hch 22, 1: Hermanos y padres, escuchad mi defensa.

Uno solo es vuestro Padre.

1 Jn 2, 14: Os escribo, muchachos, que conocéis al Padre.

Ni tampoco os dejéis llamar Instructores.

Ml 2, 8-10: Pero vosotros os apartasteis del camino, hicisteis tropezar a muchos con vuestra instrucción, invalidasteis la alianza con Leví.

El mayor entre vosotros será vuestro servidor.

Mt 20, 26: No será así entre vosotros; antes bien, quien quiera ser grande entre vosotros que se haga vuestro servidor.

Lc 14, 11: Pues quien se ensalza será humillado, quien se humilla será ensalzado.

Mt 18, 18: Os aseguro que lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo.

El que se enaltece será humillado.

Mt 18, 4: Quien se humille como este niño, es el más grande en el reino de Dios.

Lc 1, 52-53: Desbarata a los soberbios en sus planes, derriba del trono a los potentados y ensalza a los humildes: colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos.

 

Notas exegéticas Biblia de Jerusalén.

23 En este capítulo, el evangelista ha recogido palabras de Jesús útiles para la polémica de la Iglesia contra la Sinagoga de su tiempo, que era una confesión farisea. Se puede distinguir: una descripción de los escribas y fariseos (1-12), lamentaciones sobre ellos (13-31), algunas invectivas y un terrible anuncio del juicio a los interlocutores de Jesús (32-36).

23 3 En cuanto que transmiten la doctrina tradicional recibida de Moisés. Esto no impone sus interpretaciones personales, de la que ya ha indicado Jesús en otras ocasiones lo que se debe pensar.

23 4 Expresión judía que designaba al conjunto de prescripciones legales, cuyos guardianes eran los escribas.

23 5 Filacterias: pequeños estuches que contenían las palabras esenciales de la Ley y que los judíos fijan en sus brazos o en su frente, practicando materialmente Ex 13, 9. Orlas: borlas cosidas a las puntas del manto.

23 7 Término hebreo que significa “mi grande”, modelado sobre el arameo ribboni, rabbuni”, título respetuoso como “mi señor”, y más tarde, después del 70, título habitual de los doctores judíos, como aquí.

23 8 Los vv. 8-12, dirigidos solo a los discípulos propiamente, no pertenecían sin duda al mismo discurso. – Estos vv. no prohíben a los discípulos ejercer el ministerio del maestro o catequesis, sino de usurpar una autoridad que solo es propia de Cristo y de Dios.

23 9 En arameo Abbá, otro título honorífico.

23 10 Jesús alude quizá al jefe religioso de la comunidad de Qumram, el “Director justo”, llamado comúnmente “Maestro de justicia”.

 

Notas exegéticas Nuevo Testamento, versión crítica.

23 2 LA CATEDRA DE MOISÉS. asiento de piedra colocado en lugar preferente de la sinagoga, de cara al pueblo. ESTÁN SENTADOS: lit. se sentaron; aquí el aoristo griego es, probablemente, un semitismo; equivale a un perfecto (se sentaron y siguen sentados). // LOS ESCRIBAS Y LOS FARISEOS. En los vs. siguientes Jesús no condena la enseñanza transmitida por los escribas y los fariseos, sino la vida de estos, que no corresponde a la doctrina que predican.

4 PESADOS: algunos manuscritos añaden e insoportables.

5 El fariseísmo más puro pensaba de modo parecido al Evangelio acerca de la pureza de intención: “Todo lo que hagáis, hacedlo todo por amor (Sifré Deuteronómico, 11, 13). Abot 6, 4, aunque este capítulo puede ser glosa tardía (algunos lo datan en el s. XI) dice: “No busques para ti grandezas, ni ambiciones, ni honores. Que tus obras sobrepasen tu estudio. No desees la mesa de los reyes… Fiel es tu Amo, que te dará el pago de tu trabajo”. // FILACTERIAS: “fragmentos de piel o pergamino, en los que estaban escritos textos del pentateuco. Se guardaban en cajitas que, a su vez, se ataban con cintas a la frente y al brazo izquierdo. // FRANJAS: o borlas.

8-9 NO OS DEJÉIS LLAMAR: lit. no seáis llamados. // HERMANOS: condiscípulos. // “Padre”: título honorífico de personas de respeto; en concreto, los “maestros de la Ley”. Sobre la relación maestro-discípulo, entendida como relación de paternidad-filiación, cf. Hch 3, 6 (“hijo de fariseo”). Los evangelistas usan con toda normalidad la palabra padre o padres (terrenos) en su sentido propio más de cuarenta veces; Jesús mismo cita el 4º Mandamiento y exige su cumplimiento; san Pablo se considera “padre” de sus cristianos; san Juan los llama “hijitos”; históricamente las primeras generaciones cristianas no tuvieron escrúpulo en aplicar ese apelativo a los superiores jerárquicos en la Iglesia, sabiendo que no desobedecían una orden del Señor. La prohibición de Jesús formula – a la manera de Mc 10, 18 (“nadie es bueno sino solo Dios”) – una cualidad típicamente divina, la paternidad, que no es propiedad de ninguna criatura (favorece esta interpretación el semitismo “llamar” = ser; nadie es padre, sino por la gracia de Dios). Por tanto, lo que Jesús prohíbe a los suyos es suplantar a Dios, Padre (Maestro, Director); si alguien puede ser llamado con ese nombre, será porque es, y en cuanto es, imagen del único verdadero padre.

10 Un guía: un “director” espiritual, un orientador, preceptor en la vida moral o espiritual. El vocablo original procede del lenguaje filosófico griego, y puede considerarse equivalente de maestro (todo este versículo parece un duplicado del v. 8); por el paralelismo en el contexto, parece sinónimo de Rabí y de Padre, es decir, “Padre espiritual”. // CRISTO: lit. el Mesías.

11 SEA: lit. será.

12 SERÁ HUMILLADO… ELEVADO…: por Dios (sujeto agente de esa voz pasiva teológica).

 

Notas exegéticas desde la Biblia Didajé.

23, 2 Los fariseos y escribas enseñan con la autoridad de Moisés (desde su cátedra), y por eso se debe hacer lo que dicen; pero falsifican esa misma enseñanza con su propio comportamiento. Cat. 85.

23, 5 Filacterias: Tefilín en arameo, consiste en pequeñas cajas que contienen versículos de la Escritura escritos en rollos; se llevaban en la frente y en el brazo izquierdo durante la oración (Dt 6, 4). Orlas: esto se refiere a los flecos que debían llevar los judíos en sus mantos (Nm 15, 38-29; d 22, 12). Se utilizaban para hacer presentes los mandamientos de Dios entre el pueblo judío. Cat. 2057-2061.

23, 9 El versículo no prohíbe dirigirse a los padres o a los sacerdotes ordenados con el título de “padre”. De hecho, los apóstoles se designaban a sí mismos como padres espirituales, y los cristianos, en las comunidades por ellos fundadas, se reconocía hijos suyos (1 Co 4, 14-15; 1 Pe 5, 13; Ga 4, 19). Cat. 2367.

23, 12 Esta llamada a la humildad es similar a la exhortación anterior de Cristo a “hacerse niños” para entrar en el cielo (Mt 18, 3-4). Cat. 526.

 

Catecismo de la Iglesia Católica.

85 “El oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios oral o escrita, ha sido encomendado solo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo” (C. Vaticano II, Dei Verbum, 10), es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.

2057 El Decálogo se comprende ante todo cuando se lee en el contexto del Éxodo, que es el gran acontecimiento liberador de Dios en el centro de la antigua Alianza.

2058 Las “diez palabras” resumen y proclaman la ley de Dios.

526 “Hacerse niño” con relación a Dios es la condición para entrar en el Reino; para eso es necesario “nacer de lo alto” (Jn 3, 7), “nacer de Dios” para hacerse hijos de Dios” (Jn 1, 13).

 

Concilio Vaticano II

No se equivocan menos quienes, por el contrario, piensan que pueden sumergirse en los negocios terrestres, como si estos fuesen totalmente ajenos a la vida religiosa, porque piensan que esta consiste solo en actos de culto y en el cumplimiento de algunos deberes morales. La separación entre la fe que profesan y la vida cotidiana de muchos debe ser considerada como uno de los errores más graves de nuestro tiempo. Ya en el Antiguo Testamento los profetas condenaban vehementemente este escándalo (cf. Is 58, 1-12), y mucho más en el Nuevo Testamento, donde el mismo Jesucristo amenazaba con grandes castigos (cf. Mt 23, 3-13; Mc 7, 10-13). Por consiguiente, no deben oponerse falsamente entre sí las actividades profesionales y sociales, por una parte, y la vida religiosa por otra. El cristiano que descuida sus deberes temporales, descuida sus deberes con el prójimo, e incluso al mismo Dios y pone en peligro su su salvación eterna.

Gaudium et spes, 43.

 

Los Santos Padres.

Antes de la venida de Cristo se sentaban dignamente “en la cátedra de Moisés” quienes interpretaban digna y fielmente las palabras de Moisés. Después de la venida de Cristo “se sienta sobre la cátedra” la Iglesia, que es la cátedra y el trono de Cristo.

Orígenes, Serie de comentarios sobre el Ev. de Mateo, 9. 1b, pgs. 208-209.

Hay quienes se sientan en la cátedra de la Iglesia, enseñando lo que hay que “hacer” a los demás, mientras ellos no lo hacen.

Orígenes. O.c.

Doble maldad señala aquí el Señor: primero, exigir inexorablemente de sus súbditos la suma perfección de vida, y luego, permitirse ellos la más absoluta libertad. Todo lo contrario de lo que debe hacer el óptimo gobernante: ser para sí mismo juez inflexible y severo, y benigno y blando para con sus súbditos. Escribas y fariseos hacían lo contrario. Tales son todos los que filosofan de palabra, inflexibles y severos, con quienes no saben lo que es poner por obra la enseñanza. No es poca maldad esta ni agrava en poco la anterior acusación.

Juan Crisóstomo, Homilías sobre el Ev. de Mateo 72. 1b, pg. 209.

El Señor los acusa de vanagloria, que fue los perdió. Su culpa anterior era de crueldad y tibieza; ahora se trata de su loca ambición de gloria, que fue la que los apartó de Dios. (…) Y mirad también la gravedad de su culpa. Porque no es que hagan unas cosas así y otras de otro modo. No. “Todas sus obras - dice el Señor – las hacen por vanagloria”. Todas en absoluto. Ya que el Señor ha acusado a escribas y fariseos de vanagloria, les hace ver seguidamente que su vanagloria no tiene siquiera por objeto grandes y necesarias (ninguna, en efecto tenían, yermos como estaban de buenas obras), sino frías y sin importancia, aquellas justamente que eran prueba de su maldad. “Ensanchan – dice – sus filacterias y alargan las franjas de sus vestidos”.

Juan Crisóstomo. O. c.

En la Iglesia de Cristo también hay quienes andan a la caza de banquetes y de las mesas de quienes las organizan; también hay gente amante de las primeras cátedras y que hacen otras muchas cosas, para conseguir ser diáconos (no como de los que habla la Escritura, sino como aquellos que “devoran las haciendas de las viudas y fingen largas oraciones. Estos recibirán una condena más severa”, Mc 12, 40). Estos tales que quieren ser diáconos, además ambicionan a las claras arrebatar las “primeras cátedras” de los presbíteros. No contentos con esto, algunos se dan mucha maña para ser llamados obispos “por los hombres” (o lo que es lo mismo, “rabí”), cuando deberían saber que el obispo debe ser “irreprensible” y lo que sigue, para que si no es llamado obispo “por los hombres”, lo sea ante Dios.

Orígenes. O. c.

¿Y dónde hallaremos esa humildad? Vayamos, si os place, nuevamente a la ciudad de la virtud, a las tiendas de los santos, a los montes, digo, y a los valles poblados de monjes. Allí, allí veremos la cumbre misma de esta humildad.

Juan Crisóstomo, o.c.

 

San Jerónimo.

4, 23 Es tentado por los fariseos, sus trampas se rompen y según el salmista: “Sus golpes han sido como las flechas de los niños” (Sal 63), y sin embargo, por respeto al sacerdocio, por la dignidad de su nombre, exhorta al pueblo a sometérseles en consideración no de sus obras sino de su doctrina. En cuanto a la frase: “Los escribas y fariseos se sentaron sobre la cátedra de Moisés”, por cátedra designa la doctrina de la Ley. También se debe entender en el sentido de doctrina lo que se dice en el salmo: “No se sentó en la cátedra pestilente” (Sal 1) y: “Derribó las cátedras de los vendedores de palomas” (Mt 21, 12).

A estas cédulas del decálogo las llamaban filacterias porque cualquiera que las llevase era como si gozara de su custodia y protección. Los fariseos no comprendían que es en el corazón donde hay que llevarlas, no en el cuerpo. Por lo demás, los armarios y los cofres tienen libros sin tener el conocimiento de Dios. Del mismo modo, a menudo, aun en nuestros días, proceden las pobres mujeres supersticiosas con pequeños evangelios, con madera de la cruz y otros objetos semejantes; ellas tienen, ciertamente, el celo de Dios pero no según la ciencia; cuelan el mosquito y se tragan el camello.

 

San Agustín.

Si enseño el bien y obro el bien, imítame; si por el contrario, no cumplo que enseño, tienes el consejo del Señor: haz lo que enseño, mas no lo que yo hago; en todo caso, nunca abandones la cátedra católica. (…) Esto he aprendido ante todo en la Iglesia católica: a no poner mi esperanza en hombre alguno.  

Comentario al salmo 36. II, pg. 1492.

 

San Juan de Ávila.

Y pues así es, no deben luego despreciar a los sabios, pues que la sabiduría de sí misma, no les es impedimento para ser humildes y santos, antes a muchos ha sido y es grande ocasión para serlo. Y juzgar que no lo son es una grande soberbia e injurioso juicio. Y, ya que no lo fuesen, acuérdense que está escrito: Sobre la cátedra de Moisés se asentaron los letrados y fariseos; haced lo que os dicen y no hagáis lo que hacen (Mt 23, 2-3). Y estos son al reves, porque no toman la buena doctrina que los sabios dan, y hacen lo malo que ellos dicen que hacen, que es de ser soberbios, despreciándolos, y no curando del orden natural y divino, que es que los menos sabios sean regidos por los más sabios.

Audi, filia (II), 54. I, pg. 652.

Nos mandó que os llamásemos Padre (cf. Mt 6, 9) por la grandeza del amor que nos tenías; y, sobre todo esto, nos dijo que no llamásemos a otro padre sobre la tierra, porque tú solo eres nuestro Padre (Mt 23, 9). Porque ansí como tú solo eres bueno por la eminencia de tu soberana bondad, así tú solo eres Padre; y de tal manera lo eres y tales obras haces, que, en comparación de tus entrañas paternales, no hay alguno que pueda ansí llamarse.

Tratado del amor de Dios. I, pg. 951.

Así lo dice Cristo: Sper cathedram,… (Mt 23, 2-3). No estaba el defecto en la doctrina, sino en la vida y en el ejemplo que daban; y por esto son castigados o reprehendidos, porque esto era loq ue provocaba a no guardar la Ley.

Lecciones sobre la Epístola a los Gálatas. II, pg. 50.

Los que de verdad celan el bien de la Iglesia, siempre deben temer este resbaladero y tenerlo prevenido con buenas leyes; porque como por la mayor parte seamos carnales, estimamos en mucho lo que es carne, como son letras, y habilidad, y cosas semejantes, y en poco lo que es espíritu, como es la virtud, y así, preferimos aquello a esto; lo cual es camino para destruirse la Iglesia y venir a tener tales sacerdotes y maestros de los cuales el Salvador dice: Quaecumque dicunt vovis, facite: secundum autem opera eorum, nolite facere (Mt 23, 3).

Reformación del estado eclesiástico. II, pg. 496.

-¿Quién es mi hermano? – No son los de una carne y una sangre. Mateo 23: Omnes vos fratres estis (Mt 23, 8).

Lecciones sobre 1 San Juan (I), pg. 296.

Y que se tuerza la regla con lo torcido, que se ha de reglar, no es bueno; sino que lo torcido se enderece con la regla. Que ansí lo dijo Él: No queráis a nadie llamar sobre la tierra maestro que uno es vuestro, que es Jesucristo (Mt 23, 8), y no hay más de Él.

Lecciones sobre 1 San Juan (II). II, pg. 387.

Por San Mateo nos dice: Nolite vocare vobis patrem super terram; unius est enim pater vester, qui in coelis est (Mt 23, 9). Este es nuestro verdadero Padre. Plega a Él que de tal manera sepamos ser sus hijos que le gocemos en la gloria, la cual nos dé por su bondad infinita. Amén.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 266.

¿Y quién es mi hermano? Todos los cristianos se llaman hermanos, según aquello de Jesucristo: Patrem noli vocare super terram (Mt 23, 9).

Lecciones sobre 1 San Juan (II). II, pg. 432.

Y así lo dijo Él: No queráis llamar a nadie sobre la tierra maestro, que uno solo es vuestro maestro, que es Cristo (Mt 23, 10), y no hay más de Él. Que los maestros de por acá son debajo de él para enseñar lo que este maestro enseñó.

Lecciones sobre 1 San Juan (I). II, pg. 218.

Y también sabrían por experiencia los mayores las cargas de los menores, y no se diría de ellos aquella afrentosa palabra: Ponen cargas pesadas… (cf. Mt 23, 4). Veces hay que los sacerdotes con el peso de las andas o de la custodia van tan cargados y reventados, que van forzados como Simón Cireneo, y huyen otro año cuando pueden de tomar sobre sí aquel trabajo. No es razón que, pues Dios nuestro Señor halló modo de como, yendo allí verdaderamente su cuerpo, no haya más peso que los accidentes de pan que lo llevan encubierto, que, siendo su carga liviana, la hagan pesada y odiosa por cosas que son fuera de Él.

Sermón víspera del Corpus. III, pg. 440.

¿Quién contará las grandes misericordias, Señor, que están en aquellas palabras dulcísimas que  por tu meliflua boca dejiste: No queráis padre (Mt 23, 9). No porque tú, Señor, viedas que llamemos y honremos por padres a los que sigun el cuerpo nos engendraron, antes lo has mandado en tu cuarto mandamiento, y es cosa más agradable en tus ojos, como dice San Pablo (cf. Col 3, 20). Mas quieres descubrir el secreto de tu Padre, que nosotros no sabíamos, y tanto más importaba saber y es que el paternal amor que nos tiene excede tanto al que nos tienen nuestros padres.

Sermón Asunción de María. III, pg. 944.

No quiere hacienda ni quiere alteza; porque el cuidado de la hacienda no lleve el amor, y por la cédula que tiene de Dios: Quien se abajare será ensalzado. (Mt 23, 12).

Sermón de Santa María Magdalena. III, pg. 1035.

Y lo que más es de maravillar, que no solo les deja padecer persecuciones levantadas por el demonio y otras personas, mas el mesmo Padre de las misericordias (2 Co 1, 3) y verdadero amador de sus hijos sobre cuantos padres hay, el cual solo sabe ser Padre, en cuya comparación los padres no saben amar ni amparar – y por eso nos mandó que no llamásemos padres sobre la tierra sino a Él (cf. Mt 23, 9) – único amparo nuestro.

A una doncella atribulada por el desamparo espiritual que sentía. IV, pg. 216.

Esforzaos a servir a Dios, que alcanzarlo heis. Tanto alcanzaréis de Él, cuanto perdiéredes de vos; tanto os consolará, cuanto por Él trabajaredes; y tanto seréis ensalzados, cuanto acá humillados (cf. Mt 23, 12).

 

San Oscar Romero. Homilía.  

Hermanos, Dios es infinitamente bueno, pero también infinitamente justo y toda esta sangre, todos estos crímenes, todas estas hipocresías -y aquí ya desde el principio les dije, no me estoy refiriendo a denunciar solamente hacia afuera de la Iglesia, estamos en una denuncia íntima de nosotros mismos. También toda nuestra iniquidad de pastores; también toda nuestras hipocresía de sacerdotes; también toda nuestra falta de santidad, de vida consagrada; también toda la falta de fidelidad de tantos matrimonios cristianos, pero adúlteros; de tantos jóvenes que no viven la pureza propia que Dios les pide; de tanta sociedad donde se abren burdeles, donde hay todos los centros de vicio, de tantas apariencias- todo esto no puede quedar así, sería un Dios alcahuete e injusto y todo eso que quedara sin un día de la ira del Señor. Ya llega, dice Cristo.

Y llegó, en una forma histórica, para ejemplo y escarmiento de los pueblos el año 70 de Jerusalén. Dice el historiador Flavio Josefo, que escribió esas tremendas situaciones, que no alcanzaban los palos que se cortaban en los alrededores de Jerusalén para crucificar a tanto judío y que adentro de Jerusalén las madres se comían a sus propios hijos y que no había ni agua ni comida, y que se morían de hambre y parecían esqueletos ambulantes.

Es que todo eso que está pasando también entre nosotros, hermanos, Dios nos libre. Ojalá escucháramos a tiempo esta llamada de misericordia con que termina el capítulo 23. "Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados, cuántas veces quise reunir a tus hijos a la manera que la gallina reúne a sus pollos bajo las alas y no quisiste. Vuestra casa quedará desierta, porque en verdad os digo que no me veréis más, hasta que digáis bendito el que viene en el nombre del Señor".

Homilía 5 de noviembre de 1978.

 

Papa Francisco. Ángelus. 5 de noviembre de 2017

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy (cf Mateo 23, 1-12) está ambientado en los últimos días de la vida de Jesús, en Jerusalén; días cargados de expectativas y también de tensiones. Por un lado Jesús dirige críticas severas a los escribas y a los fariseos, por otra deja importantes mandatos a los cristianos de todos los tiempos, por tanto también a nosotros.

Él dice a la multitud: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan». Esto significa que ellos tienen la autoridad de enseñar lo que es conforme a la Ley de Dios. Sin embargo, justo después, Jesús añade: «pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen» (v. 2-3). Hermanos y hermanas, un defecto frecuente en los que tienen una autoridad, tanto autoridad civil como eclesiástica, es el de exigir de los otros cosas, también justas, pero que ellos no ponen en práctica en primera persona. Tienen una doble vida. Dice Jesús: «Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas» (v. 4). Esta actitud es un mal ejercicio de la autoridad, que sin embargo debería tener su primera fuerza precisamente en el buen ejemplo.

La autoridad nace del buen ejemplo, para ayudar a los otros a practicar lo que es justo y necesario, sosteniéndoles en las pruebas que se encuentran en el camino del bien. La autoridad es una ayuda, pero si está mal ejercida, se convierte en opresiva, no deja crecer a las personas y crea un clima de desconfianza y de hostilidad, y lleva también a la corrupción.

Jesús denuncia abiertamente algunos comportamientos negativos de los escribas y de algunos fariseos: «quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas» (v. 6-7).

Esta es la tentación que corresponde a la soberbia humana y que no siempre es fácil de vencer. Es la actitud de vivir solo por la apariencia.

Después Jesús les da mandatos a sus discípulos: «no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro, y vosotros sois todos hermanos. […] Ni tampoco os dejéis llamar “Directores”, porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor» (vv. 8-11).

Nosotros discípulos de Jesús no debemos buscar título de honor, de autoridad o de supremacía. Yo os digo que a mí personalmente me duele ver a personas que psicológicamente viven corriendo detrás de la vanidad de las condecoraciones. Nosotros, discípulos de Jesús, no debemos hacer esto, ya que entre nosotros debe haber una actitud sencilla y fraterna.

Todos somos hermanos y no debemos de ninguna manera dominar a los otros y mirarlos desde arriba. No. Todos somos hermanos. Si hemos recibido cualidades del Padre celeste, debemos ponerlas al servicio de los hermanos, y no aprovecharnos para nuestra satisfacción e interés personal. No debemos considerarnos superiores a los otros; la modestia es esencial para una existencia que quiere ser conforme a la enseñanza de Jesús, que es manso y humilde de corazón y ha venido no para ser servido sino para servir.

Que la Virgen María, «humilde y alta más que otra criatura» (Dante, Paraíso, XXXIII, 2), nos ayude, con su materna intercesión, a rehuir del orgullo y de la vanidad, y a ser mansos y dóciles al amor que viene de Dios, para el servicio de nuestros hermanos y para su alegría, que será también la nuestra.

 

Francisco. Catequesis.   La pasión por la evangelización: el celo apostólico del creyente. 24. Los Santos Cirilo y Metodio, apóstoles de los eslavos. 25 de octubre de 2023.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy os hablaré de dos hermanos muy famosos en Oriente, hasta el punto de que se les llame “los apóstoles de los eslavos”: los santos Cirilo y Metodio. Nacidos en Grecia en el siglo IX en una familia aristocrática, renuncian a la carrera política para dedicarse a la vida monástica. Pero su sueño de una existencia retirada dura poco. Son enviados como misioneros en la Gran Moravia, que en la época comprendía varios pueblos, ya en parte evangelizados, pero en los cuales sobrevivían muchas costumbres y tradiciones paganas. Su príncipe pedía un maestro que explicara la fe cristiana en su lengua.

La primera tarea de Cirilo y Metodio es por tanto estudiar a fondo la cultura de esos pueblos. Siempre este estribillo: la fe debe ser inculturada y la cultura debe ser evangelizada. Inculturación de la fe, evangelización de la cultura, siempre. Cirilo pregunta si tenían un alfabeto; le responden que no. Y él replica: ¿quién puede escribir un discurso sobre el agua?”. De hecho, para anunciar el Evangelio y para rezar hacía falta un instrumento propio, adecuado, específico. Inventa así el alfabeto glagolítico. Traduce la Biblia y los textos litúrgicos. La gente siente que esa fe cristiana ya no es “extranjera”, sino que se convierte en su fe, hablada en la lengua materna. Pensad: dos monjes griegos que dan un alfabeto a los eslavos. Esta es la apertura del corazón que arraigó el Evangelio entre ellos. No tenían miedo estos dos, eran valientes.

Pero pronto comenzaron los conflictos por parte de algunos latinos, que ven arrebatado el monopolio de la predicación entre los eslavos, esa lucha dentro de la Iglesia, siempre así. Su objeción es religiosa, pero solo en apariencia: Dios puede ser alabado – dicen – solo en las tres lenguas escritas en la cruz, el hebreo, el griego y el latín.  Estos tenían la mentalidad cerrada para defender la propia autonomía. Pero Cirilo responde con fuerza: Dios quiere que todo pueblo lo alabe en la propia lengua. Junto al hermano Metodio apela al Papa y este aprueba sus textos litúrgicos en lengua eslava, los hace colocar en el altar de la iglesia de Santa María Mayor y canta con ellos las alabanzas del Señor según esos libros. Cirilo muere pocos días después, sus reliquias son todavía veneradas aquí en Roma, en la basílica de San Clemente. Metodio, sin embargo, es ordenado obispo y enviado de nuevo a los territorios de los eslavos. Aquí tendrá que sufrir mucho, incluso será encarcelado, pero, hermanos y hermanas, nosotros sabemos que la Palabra de Dios no es encadenada y se difunde entre esos pueblos.

Mirando el testimonio de estos dos evangelizadores, que san Juan Pablo II quiso copatrones de Europa y sobre los cuales escribió la encíclica Slavorum Apostoli, vemos tres aspectos importantes.

En primer lugar, la unidad: los griegos, el Papa, los eslavos. En esa época había en Europa una cristiandad no dividida, que colaboraba para evangelizar.

Un segundo aspecto importante es la inculturación, de la cual he dicho algo antes: evangelizar la cultura y la inculturación hace ver que la evangelización y cultura están estrechamente conectadas. No se puede predicar un Evangelio en abstracto, destilado, no: el Evangelio debe ser inculturado y es también expresión de la cultura.

Un último aspecto, la libertad. En la predicación hace falta libertad, pero la libertad siempre necesita de la valentía, una persona es libre cuanto más valiente es y no se deja encadenar por tantas cosas que le quitan la libertad.

Hermanos y hermanas, pidamos a los santos Cirilo y Metodio, apóstoles de los eslavos, ser instrumentos de “libertad en la caridad” para los otros.  Ser creativos, ser constantes y ser humildes, con la oración y con el servicio.

 

DOMINGO XXXII T. O. 12 de Noviembre de 2023.

Monición de entrada.-

El día en el que nos bautizaron el sacerdote dio una vela con luz al padrino.

La vela quería decir la fe.

Que tiene que estar encendida, es decir:

Tenemos que ser siempre amigos de Jesús.

También en el altar hay velas encendidas.

Y así queremos decirle a Jesús que somos amigos de Él.

 

Señor, ten piedad.-

Llévanos a ti. Señor, ten piedad.

Ilumínanos.  Cristo, ten piedad.

Ábrenos tu puerta. Señor, ten piedad.

 

 Peticiones.-

Por el Papa Francisco, para que siendo la luz de Jesús. Te lo pedimos, Señor.

Por la Iglesia para que sepa enseñarnos las palabras de Jesús.  Te lo pedimos, Señor.

Por los que mandan en la Iglesia, para que hagan cosas buenas para los pueblos. Te lo pedimos, Señor.

Por los que mandan, para que acepten que les digan lo que hacen mal. Te lo pedimos, Señor.

Por los que no se portan bien en su casa, para que cambien. Te lo pedimos, Señor.

Por nosotros, para que seamos siempre amigos de Jesús. Te lo pedimos, Señor.

Acción de gracias.-

María, gracias por ayudarnos a ser buenos amigos de Jesús y llevar la luz a los demás.

 

BIBLIOGRAFÍA.

Sagrada Biblia. Versión oficial de la Conferencia Episcopal Española. BAC. Madrid. 2016.

Biblia de Jerusalén. 5ª edición – 2018. Desclée De Brouwer. Bilbao. 2019.

Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego de M. Iglesias González. BAC. Madrid. 2017.

Biblia Didajé con comentarios del Catecismo de la Iglesia Católica. BAC. Madrid. 2016.

Catecismo de la Iglesia Católica. Nueva Edición. Asociación de Editores del Catecismo. Barcelona 2020.

La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Ciudad Nueva. Madrid. 2006.

Pío de Luis, OSA, dr. Comentarios de San Agustín a las lecturas litúrgicas (NT). II. Estudio Agustiniano. Valladolid. 1986.

Jerónimo. Comentario al evangelio de Mateo. Editorial Ciudad Nueva. Madrid. 1999. Pgs. 105-106.

San Juan de Ávila. Obras Completas I. Audi, filia – Pláticas – Tratados. BAC. Madrid. 2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas II. Comentarios bíblicos – Tratados de reforma – Tratados y escritos menores. BAC. Madrid. 2013.

San Juan de Ávila. Obras Completas III. Sermones. BAC. Madrid.   2015.

San Juan de Ávila. Obras Completas IV. Epistolario. BAC. Madrid. 2003.

https://www.servicioskoinonia.org/romero/homilias/B/#IRA

www.vatican.va

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