viernes, 23 de octubre de 2009

Domingo XXX. 25 de Octubre de 2009


PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de Jeremías 31, 7-9Así dice el Señor:«Gritad de alegría por Jacob,regocijaos por el mejor de los pueblos;proclamad, alabad y decid:El Señor ha salvado a su pueblo,al resto de Israel.Mirad que yo os traeré del país del norte,os congregaré de los confines de la tierra.Entre ellos hay ciegos y cojos,preñadas y paridas:una gran multitud retorna.Se marcharon llorando,los guiaré entre consuelos;los llevaré a torrentes de agua,por un camino llano en que no tropezarán.Seré un padre para Israel,Efraín será mi primogénito.»


MEDITACIÓN
El texto se encuentra inserto en el libro de la consolación u oráculos de salvación. En ellos descubrimos a un pueblo marcado por el sufrimiento. En su historia ha experimentado la división del Reino de David y Salomón en dos (Norte y Sur) y la deportación a Babilonia el año 582 a.C.
Ante esta situación marcada por la desolación Dios envía al profeta Jeremías para que dirija una palabra de esperanza.
Si las desgracias que ha sufrido Israel han sido como consecuencia de su infidelidad a Dios, ahora el mismo que castigó a su pueblo va a volcar en él toda su misericordia, como hizo en tiempos de Moisés.
Esto se expresa en la vuelta del destierro y la reunión de todos los que sufren y los que esperan. El camino de retorno será llano y experimentarán el amor paternal de Dios.
También nosotros como juniors muchas veces el pecado nos lleva a sentirnos extraños a nosotros mismos, a pasarlo mal, sin embargo Dios quiere que lloremos, nos arrepintamos, para así llevarnos a beber del torrente de su amor paterna.

SALMO



Sal 125, l-2ab. 2cd-3. 4-5. 6 (R/.: 3)
R/. El Señor ha estado grande con nosotros,y estamos alegres.Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,nos parecía soñar:la boca se nos llenaba de risas,la lengua de cantares. R/.Hasta los gentiles decían:«El Señor ha estado grande con ellos.»El Señor ha estado grande con nosotros,y estamos alegres. R/.Que el Señor cambie nuestra suerte,como los torrentes del Negueb.Los que sembraban con lágrimascosechan entre cantares. R/.Al ir, iba llorando,llevando la semilla;al volver, vuelve cantando,trayendo sus gavillas. R/.


MEDITACIÓN
4 lecturas.
Con Israel: este salmo es un “salmo gradual” o “canto de subida” perteneciente a los cantos que entonaban los judíos cuando subían a la ciudad de Jerusalén. Las expresiones hacen pensar en una inmensa procesión que avanza hacia el Templo, con los brazos cargados de gavillas para la fiesta en que se ofrendaban a Dios las cosechas. Por otra parte el sentido original del salmo fue el regreso de los desterrados en Babilonia el año 538 a.C. Al igual que ocurre con los torrentes del Negueb, secos durante gran parte del año, en inviernose llenan de agua y hacen florecer este desierto situado al sur de Palestina, fertilizando sus tierras. Por otra parte la semilla se transforma en gavilla, la muerte en vida.
Con Jesús: seguramente lo cantó cada vez que subió con sus padres, con sus discípulos o solo al templo. Pero sobre todo este es el salmo de la mañana de pascua, cuando acaba de resucitar y sube a la Jerusalén Celeste, donde el Padre habita. En el Domingo de Resurrección el Padre cambió la suerte del Hijo, mostrando su grandeza. En el desierto de la muerte floreció la vida y como bién había afirmado, Él es la semilla que muere y da fruto. Murió en la cruz, fue enterrado y en la pascua se transformó en la gavilla que alimenta al hombre y la mujer.
Con nuestro tiempo: la falta de esperanza es común a nuestro tiempo: la crisis en la economía, la educación, la sociedad, la Iglesia,… nos llevan a compartir con Israel la experiencia de fracaso del destierro. Sin embargo nuestros ojos se elevan a Dios que quiere cambiar nuestra suerte y llenar de vida los torrentes secos de nuestra persona, de la sociedad y la Iglesia. El sufrimiento y las crisis forman parte de la vida humana, pero no son la meta de la existencia. La semilla que muere está llamada a germinar y dar fruto, si de deja amar por Dios y transformar por quien es capaz de hacer florecer el desierto.

Con los juniors: el pasado fin de semana acogimos al Padre Rafael, misionero salesiano en Togo. ¡Cuántas veces habrá recitado este salmo como si hubiese sido escrito para él! En las dificultades y los momentos de tensión fruto de la guerra y las situaciones de penuria, como bien nos contó, experimentó el poder transformador de Dios, capaz de transformar el miedo ante la muerte y el dolor en serenidad y perdón. También los educadores que marcharon a Togo podrían cantar este salmo: “al ir, iba llorando, llevando la semilla”, partían dejando atrás sus familias, llevando incertidumbres y temores ante un reto difícil, adaptarse a un país completamente distinto en la lengua, cultura, sociedad, condiciones políticas,… “Al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas”, regresaron alegres y llevando en sus labios experiencias entusiasmantes.
Lo mismo nos ocurre a nosotros antes del campamento. Somos juniors, llamados a dar lo que tenemos, confiando totalmente en Dios que hará florecer nuestros centros.
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/30B/marco_30b.htm


CARLOS VALLÉS. BUSCO TU ROSTRO.
«Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares».
La vida es como marea que sube y baja, y yo he visto muchas mareas altas y mareas bajas en ritmo incesante a lo largo de muchos años y cambios y experiencias. Sé que la esterilidad del desierto puede trocarse de la noche a la mañana en fertilidad cuando se desbordan «los torrentes del Negueb». Torrentes secos del sur, a los que una súbita lluvia primaveral llenaba de agua, cubriendo de verde sus riberas en sonrisa espontánea de campos agradecidos. Ese es el poder de la mano de Dios cuando toca una tierra seca... o una vida humana.
Toca mi vida, Señor, suelta las corrientes de la gracia, haz que suba la marea y florezca de nuevo mi vida. Y, entretanto, dame fe y paciencia para aguardar tu venida, con la certeza de que llegará el día y los alegres torrentes volverán a llenarse de agua en la tierra del Negueb.
Es ley de vida: «Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares». Ahora me toca trabajar y penar con la esperanza de que un día cambiará la suerte y volveré a sonreír y a cantar. En esta vida no hay éxito sin trabajo duro, no hay avance sin esfuerzo penoso. Para ir adelante en la vida, en el trabajo, en el espíritu, tengo que esforzarme, buscar recursos, hacer todo lo que honradamente pueda. La tarea del sembrador es lenta y trabajosa, pero se hace posible y hasta alegre con la promesa de la cosecha que viene. Para cosechar hay que sembrar, y para poder cantar hay que llorar.
¿No es mi vida entera un campo que hay que sembrar con lágrimas? No quiero dramatizar mi existencia, pero hay lágrimas de sobra en mi vida para justificar ese pensamiento. Vivir es trabajo duro, y sembrar eternidad es labor de héroes. Sueño con que la certeza de la cosecha traiga ya la sonrisa a mi rostro cansado; y pido permiso para tomar prestado un canto de la fiesta del cielo para irlo ensayando con alegría anticipada mientras siembro aquí abajo.
«Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas».
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/30B/marco_30b.htm


SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta a los Hebreos 5, 1-6 Hermanos:Todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está envuelto en debilidades.A causa de ellas, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.Nadie puede arrogarse este honor: Dios es quien llama, como en el caso de Aarón. Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino aquel que le dijo: «Tú eres mí Hijo: yo te he engendrado hoy», o, como dice otro pasaje de la Escritura: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

MEDITACIÓN
En este texto el autor nos presenta los rasgos del sacerdocio en el Antiguo Testamento para conducir al lector a Cristo. Su legitimidad era difícil demostrar puesto que Jesús no pertenecía a la familia de Aarón, el linage a quien la Biblia, concede el sacerdocio. Pero apoyándose en ella presenta otra moralidad diferente de servicio sacerdotal agradable a Dios, el llevado a cabo por Melquisedec, rey de Salén, y con el fin de fundamentarlo cita el salmo 109 donde el Mesías prometido es declarado por Dios no sólo su hijo, sino también sacerdote para siempre, como lo fue el rey Melquised (“Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec”.
Por otra parte los rasgos del sacerdote son: es un hombre que representa a los hombres ante Dios, ofreciendo el sacrificio de expiación, por el perdón de los pecados propios y del pueblo, llamado por Dios, por tanto el sacerdocio es un don que Él concede.
El texto lo podemos aplicar a nuestros consiliarios. Ellos en cuanto sacerdotes, son personas como nosotros, con sus pecados, pero con una tarea encomendada por Dios: ser instrumentos de reconciliación. Y ellos representan a Cristo, Sumo sacerdote.


EVANGELIO

Al igual que la primera parte que concluía con la curación del ciego de Betsaida y la profesión de fe de Pedro (Mc 8,22-30), ésta concluye con otro milagro, el ciego Bartimeo.
En ésta curación responde a las dos preguntas que transversalizan todo el evangelio de Marcos: ¿Quién es Jesús? y en consecuencia, ¿quién es el discípulo?
Jesús es el que ilumina, la luz y el discípulo es el hombre que vive al margen del camino, que busca la luz capaz de iluminar su vida y, a pesar de los obstáculos que se interponen entre él y Jesús la encuentra, siendo curado y entrando a formar parte de los discípulos, cuya escuela no se desarrolla en un lugar estático sino en el camino. Y en todo ello hay un proceso, pues para pasar de la marginalidad al camino hay que desearlo, reconociendo en Jesús la única respuesta válida para mi vida, superando las dificultades, propias de todo proceso vital.


MEDITACIÓN
Estamos llegando al final de este viaje hacia Jerusalén que hemos recorrido con Jesús. El domingo pasado nos invitaba a desprendernos de las riquezas para poder entrar en Jerusalén y compartir su destino.
Entre el fragmento del pasado domingo y éste se encuentra el tercer anuncio de la pasión (Mc 10, 32-34), en él describe con dramatismo los acontecimientos que se avecinan: “entregado a los sumos sacerdotes y escribas, condenarán a muerte, entregarán a los paganos, se burlarán de él, le escupirán, le azotarán y lo matarán” vividos desde la total confianza en la resurrección: “a los tres días resucitará”.
Pero los discípulos siguen en sus esquemas y ambiciones. Tan sólo queda el pasaje del ciego de Jericó para entrar en la Ciudad Santa y en este momento, se acercan Santiago y Juan. A pesar del largo camino en el que ha sembrado la enseñanza del Reino de Dios entendido como total confianza en Dios y pequeñez ante el mundo, ellos han sido incapaces de despojarse de las expectativas y las ambiciones de gloria, exclusivamente humanas. Creen que su Maestro es el Mesías esperado como triunfador y, atestiguàndole su confianza, le piden tener una parte digna de consideración en el Reino que va a restrablecer. Jesús examina a sus aspirantes y les pregunta sobre su disponibilidad para pasar por el camino del sufrimiento, el del Siervo de Yahvé de la Primera Lectura y el del Jesús Sumo y Eterno Sacerdote de la carta a los Hebreos. Éste consiste en beber el cáliz y ser bautizado, es decir, beber la copa de la Pasión y Cruz y sumergirse en las profundas aguas de la muerte y del descenso a los infiernos.
Ellos con ingenioso atrevimiento aceptan. Pero Jesús les recuerda que es un don que sólo Dios puede otorgar gratuítamente.
¿Y quién se hace digno de recibirlo? Se lo explica a los Doce, a quienes el deseo de ser los primeros pone en conflicto y nos lo explica a nosotros: el humilde servicio recíproco, la entrega incondicionada de uno mismo para el bien de los hermanos es lo que nos hace grandes.
Toda una enseñanza de cara al comienzo de curso que nos cura de la ambición de querer ser los primeros en influencia en el barrio o pueblo, de ser apreciados y queridos por los demás. Lo fundamental es vivir la actitud de Cristo, asumiendo la experiencia dura de beber el cáliz y recibir el bautismo.

REVISIÓN DE HECHOS DE VIDA
VER:
Nuestra vida de fe se encuentra muchas veces al margen del camino, bien por cansancio, bien por dudas o crisis de fe, lo cierto es que si hoy nos planteamos en la Iglesia dónde nos situamos, posiblemente nos coloquemos en el margen. Dentro del movimiento junior, pero sin sentirnos en nuestra forma de pensar y vivir cristianos coherentes con lo que enseña, celebra y vive la Iglesia. Por otra parte nuestra misión como movimiento que está por tanto en acción es en busca de aquellos que viven al margen, los niños y adolescentes que, después de haber recibido la Primera Comunión han dejado de participar en la misa dominical, han abandonado la parroquia. Son muchos los que se hallan por tanto al margen, sufriendo las consecuencias del alejamiento de Jesús: la oscuridad, manifestada en ausencia de valores, egoísmo,...
JUZGAR:
La Palabra de Dios sale este domingo a nuestro encuentro. Ella no se vive en un aula, aprendiendo unos conceptos, sino en el caminar de cada día. Dios es persona, no es un libro y por tanto en cuanto es persona es relación que lleva a caminar juntos, avanzando, permaneciendo quietos o avanzando. Al meditar la primera lectura descubrimos a este Dios que sale a nuestro encuentro para llenar nuestra vida, situada al margen, marcada por el desánimo y la desilusión, ciega e incapaz de ver a Dios actuando. Es en ese lugar donde Él se encuentra con nosotros. Sólo nos pide nos levantemos y estemos dispuestos a acercarnos a Él. Ver no es una acción humana, es el poder de Dios. Pensemos en la experiencia de los misioneros. A veces las circunstancias les llevan al margen, a lado no sólo de palabra sino totalmente, de los que sufren el hambre, el miedo a ser torturados, la malaria, la muerte,… Ellos, como bien nos ha contado el Padre Rafael, misionero salesiano en Togo, en esos momentos de oscuridad rezan y es en la oración donde experimentan el poder transformador y sanador de Jesucristo y su madre, María.
ACTUAR.
¿Dónde me encuentro dentro de la Iglesia? ¿deseo ser de los que viven al margen o de los que caminan con Jesús? Como el ciego, mis cegueras (dudas, egoísmo, deseo de vivir bien y con todos los caprichos) me impiden caminar con él, pero, ¿le pido con la misma insistencia que Bartimeo cure mi ceguera?



ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN
AMBIENTACIÓN:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María, Biblia, cartel y vela encendida.

Signo de esta semana: la vela encendida la cubrimos con un tiesto vacío.

Preparación: esta vez nos colocamos alejados del “altar” y comenzamos preguntándonos: ¿cómo me siento dentro de la Iglesia? ¿dónde coloco a Jesús en mi vida (muy cerca de mi corazón, con los que trato ocasionalmente, al margen de mi vida)? ¿qué es lo que no entiendo del mensaje de Jesús?

Proclamación del Evangelio: leemos el Evangelio del domingo.

Interiorización: repetimos interiormente la expresión de Bartimeo: “Hijo de David, Jesús ten compasión de mí”. Se trata durante dos minutos de sentirme ese ciego al que le cuesta ver a Dios en su vida, entender el mensaje de Jesús, el que las dificultades de la vida le están llevando a vivir sólo, al margen del camino, aislándose, pero no se conforma con estar así y busca a Jesús para que lo cure, sentir la necesidad de Cristo.

Puesta en común: ¿qué he sentido en la oración?

Gesto: quitamos el tiesto, tomamos la vela, nos la pasamos unos a otros, tomándola en las manos, contemplando la luz y haciendo bien en silencio o en voz baja una oración (p.ej.: cúrame, ayúdame, ten compasión de mí,…) o la exclamación del ciego de Jericó.


Oración final: Terminamos rezando el Padrenuestro, fijándonos en la frase “perdona nuestras ofensas”.



GUIÓN CELEBRACIÓN
Monición de entrada.
Queridos hermanos y hermanas:
(Si se celebra la misa del envío)
El domingo pasado celebrábamos la misa de la inscripción. En ella los niños de comunión comenzábamos la catequesis, siendo acogidos por la comunidad parroquial presente en la misa. Hoy es la misma comunidad la que va a enviar a las catequistas a enseñarnos el mensaje de Jesús. Ellas como el Maestro nos curaran de la ceguera que nos impide ser amigos de Jesús y buenos niños, y nosotros como el ciego Bartimeo le pediremos a Jesús que sea como la linterna que nos ilumina cuando se va la luz.
(Si no se celebra la misa del envío),.
Nos reunimos en el nombre del Señor porque, el domingo es el día de su Resurrección, en el que Él nos ilumina con la luz que da vida y calor. Hoy, como Bartimeo, también queremos ver al Señor, queremos que nos abra los ojos para verle en su Palabra, la Eucaristía y los hermanos.
Iniciamos esta celebración con la esperanza de que, el Señor, siempre sale a nuestro encuentro para curarnos de aquello que nos impide caminar con paso firme.

Acto penitencial.
Tú, que eres nuestra luz. Señor, ten piedad.
Tú, que eres nuestra paz. Cristo, ten piedad.
Tú, que eres nuestra alegría. Señor, ten piedad.

Monición a las lecturas.
La Palabra del Señor, siempre que la escuchamos, debe de producir en nosotros consuelo, alivio y esperanza. Hoy, las tres lecturas que se van a proclamar nos hablan de eso: Dios es consuelo. Jesús es un sacerdote que asume toda la debilidad humana y, el Señor, siempre sale al encuentro de todas nuestras necesidades. Escuchemos con la misma fe que el ciego de Jericó.

Homilía : los niños han de buscar unas gafas oscuras y a partir de ahí comentar el Evangelio, tomando una ilustración del milagro.


Preces:
Para que el Papa, los obispos y sacerdotes sean personas que nos abran los ojos a Dios y nos iluminen. Roguemos al Señor.
Para que las catequistas permanezcan unidas a Jesús, a quien deben anunciar. Roguemos al Señor.
Para que se sientan arropadas por la comunidad parroquial: párroco, padres y madres y cuantos formamos la familia de Jesús en N. Roguemos al Señor.
Para que, cada día busquemos a Jesús con la fe del ciego. Roguemos al Señor.


Rito del envío

Llamada.
Sacerdote:
Antes de comenzar vuestro ministerio catequético en esta comunidad parroquial de N., es necesario que manifestéis ante el Pueblo de Dios reunido en el día del Señor, vuestra disponibilidad y vuestra fe Así pues, ¿estáis dispuestas a servir a la nuestra comunidad cristiana de N. en el ministerio catequético que se os confía?

Catequista:
Sí, estoy dispuesta.

Sacerdote:
¿Estáis dispuestas a realizar vuestra tarea en el seno de la Parroquia con responsabilidad y celo, siguiendo las indicaciones catequéticas adoptadas por nuestro Obispo?

Catequista:
Sí, estoy dispuesta.

Sacerdote:
¿Estáis dispuestas a ser catquistas no sólo con la transmisión de fe en el grupo, sino con el ejemplo de vuestra propia vida?
Sí, estoy dispuesta.

Sacerdote:
¿Creéis en Dios, creador del Cielo y de la tierra, Padre de los niños a los que vais a catequizar?

Catequista:
Sí, creo.

Sacerdote:
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, murió y fue sepultado, resucitó de entre los muertos, está sentado a la diestra de Dios padre y a través de la Iglesia os confía este ministerio?

Catequista:
Sí, creo.
Sacerdote:
¿Creéis en el Espíritu Santo, el principal catequista de estos niños, en la Santa Iglesia Católica, quien os confía estos niños, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna?

Catequista:
Sí, creo.

Acogida.

Sacerdote:
En nombre de Iglesia os acepto a N., N.,… como catequistas de la comunidad parroquial de N.

Todos:
Demos gracias a Dios.

Entrega de la Palabra de Dios (o cruz, vela, libro de catequesis, evangelio,….).
Recibe la Palabra para que puedas realizar tu ministerio confiando sobre todo en Dios.

Bendición:
Padre,
quien sigues actuando
hoy entre nosotros
te pedimos
abras sus oídos, mente y corazón
para que puedan acoger
el Espíritu de Jesús
con humildad y disponiblidad,
a fin de sembrar
la semilla del Evangelio
en la tierra
confiada a ellas por la
comunidad parroquial.
María, Madre y Maestra,
se su principal modelo
e intercesora,
en este ministerio
confiado hoy a ellas.


ORACION
Señor, al comienzo de este curso haz de mí…

Sal del mundo, añadiendo a la vida de cada día el único ingrediente que conserva en su totalidad todas sus propiedades: Dios.

Luz de las gentes, que nadie pase por mi vida sin contemplar el enorme voltaje de paz, amistad y amor que Tú has encendido en mí.

Cimiento sólido, que las inclemencias y las adversidades de cada día no permitan echar abajo la gran obra que Tú estás construyendo en mi vida.

Semilla que cae en tierra buena, que tu palabra cale profundamente en mi corazón y pueda dar fruto y fruto abundante.

Trigo en medio de la cizaña, que combata el mal a base de bien, sin violencia, sin críticas destructivas, sin uñetazos encima de la mesa, dejando que el Sembrador se encarge de la cosecha.

Grano de mostaza, que, desde el anonimato y los últimos puestos, pueda contribuir a acercar tu reino entre mi gente, creciendo en sabiduría, prudencia y amor de Dios.

Levadura en medio de la masa: que mi vida sea un fermento de buenas obras en medio de mis hermanos.

Tesoro a la vista de todos: que sean muchos los que encuentren y puedan adquirir a precio de hermano agradecido las maravillas que Tú depositas en mí.

Talento productivo que jamás entierre los dones que Tú me entregas casa día y tenga la valentía y la generosidad suficientes para compartirlos con mis hermanos.

Misión Joven Octubre 09


COMENTARIOS AL EVANGELIO
Luces y sombras. Así es la vida. Y el pueblo de Israel, en su larga historia de amor y desamor hacia Dios, vive momentos de luz y de sombra. Coinciden con la cercanía y unión con Dios o con la separación y lejanía de la casa del Padre. Pero, siempre, el amor misericordioso de Dios se impone: la tiniebla es vencida y la luz nos muestra el rostro amable de Dios. Es la experiencia del pueblo que vuelve del destierro, donde marchó llorando, y ahora es guiado de nuevo, entre consuelos, a la tierra prometida.
La experiencia de salir de las tinieblas a la luz, hace gritar al salmista: “¡El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres!” Es un cántico de alabanza al Dios de Israel, que vence la tiniebla, el pecado del mundo. La tiniebla es una condición externa al hombre: la falta de luz exterior hace que todos seamos ciegos, aunque tengamos la capacidad de ver. Hoy, nuestro mundo vive una especie de tiniebla ambiental, como una niebla baja que impide ver lo bueno, resaltar los valores que dignifican a las personas. A su vez, se esconde el Evangelio queriéndolo presentar como una bruma del pasado. Ya Jesús previno que “los hijos de las tinieblas son más sagaces que los hijos de la luz”.
Pero esta tiniebla ambiental, en el fondo no es sino la suma de muchas tinieblas personales: existen hoy muchos ciegos voluntarios. Y ya sabemos el refrán: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. El Evangelio de hoy personaliza las tinieblas en un ciego de nacimiento, ciego involuntario.
El pasaje lo hemos oído muchas veces: en la ciudad de Jericó, un ciego se acerca a Jesús, no es un ciego reclinado en su fatalismo, sino un ciego que quiere ver: “¡Señor, que vea!” Y Jesús, ante el grito de aquel hombre, abre su poder y le brinda el milagro: “¡Anda, tu fe te ha curado!”
De la tiniebla a la luz. Éste es el milagro de la conversión, que es el motivo central de la evangelización. La Buena Noticia es decirles a los hombres que el Dios de la luz quiere iluminar su inteligencia; que el Dios del amor quiere llenar su corazón. Dice el Evangelio que “aquel ciego, que recobró la vista, le seguía”. Aquel hombre no sólo vio sino que se le abrieron, también, los ojos del corazón y descubrió al Mesías Salvador. Y le seguía.
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=evangelio

SIEMPRE EN EL CORAZÓN DE CRISTO
Aburrida la autoridad competente porque ya no hay muertos en carretera, la gente conduce con responsabilidad, tanto que de multas ni se habla, y peligran los puestos de trabajo de los adictos al control del tráfico rodado, se decide subir la adrenalina al personal y animar el trabajo de los agentes, con un proyecto de ley, por el que, en los tres primeros kilómetros de cualquier recorrido o viaje, algunas personas tendrán derecho a disparar sobre cualquier conductor al volante de un vehículo.
Los agentes velarán para que las personas con derecho a disparar puedan ejercerlo en las mejores condiciones posibles de visibilidad, de seguridad y de higiene, y se preocuparán asimismo con celo y diligencia de que el conductor lleve correctamente abrochado el cinturón de seguridad, los papeles del vehículo estén al día, la rueda de repuesto a punto para el uso, el triángulo reglamentario en su lugar, el chaleco reflectante al alcance de la mano, y el segundo par de gafas en la guantera, si el conductor hubiere de llevarlas por indicación del psicotécnico.
El viejo despertador me arrancó de aquella pesadilla. Respiré: Por ley nadie tiene todavía el derecho de matar a un conductor.
¿O tal vez sí?
La criatura indefensa que acaba de estrenar el día, y que, sin cordón umbilical, se dispone a recorrer el camino que la llevará hasta el final de su viaje, no es distinta de la criatura indefensa que, en el seno materno, recorrió durante nueve lunas el camino que la llevó hasta el trance sorprendente de nacer. Desde hace demasiado tiempo, por ley, había para ese conductor una muy arriesgada milla roja, que ahora alguien se dispone a transformar en tres interminables lunas de sangre.
Éste ya no es un mal sueño. Es una pésima realidad.
Fr. Santiago Agrelo Martínez. Arzobispo de Tánger
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2009/10/19/milla-roja-y-lunas-de-sangre

CURARNOS DE LA CEGUERA

¿Qué podemos hacer cuando la fe se va apagando en nuestro corazón? ¿Es posible reaccionar? ¿Podemos salir de la indiferencia? Marcos narra la curación del ciego Bartimeo para animar a sus lectores a vivir un proceso que pueda cambiar sus vidas.
No es difícil reconocernos en la figura de Bartimeo. Vivimos a veces como «ciegos», sin ojos para mirar la vida como la miraba Jesús. «Sentados», instalados en una religión convencional, sin fuerza para seguir sus pasos. Descaminados, «al borde del camino» que lleva Jesús, sin tenerle como guía de nuestras comunidades cristianas.
¿Qué podemos hacer? A pesar de su ceguera, Bartimeo «se entera» de que, por su vida, está pasando Jesús. No puede dejar escapar la ocasión y comienza a gritar una y otra vez: «ten compasión de mí». Esto es siempre lo primero: abrirse a cualquier llamada o experiencia que nos invita a curar nuestra vida.
El ciego no sabe recitar oraciones hechas por otros. Sólo sabe gritar y pedir compasión porque se siente mal. Este grito humilde y sincero, repetido desde el fondo del corazón, puede ser para nosotros el comienzo de una vida nueva. Jesús no pasará de largo.
El ciego sigue en el suelo, lejos de Jesús, pero escucha atentamente lo que le dicen sus enviados: «¡Ánimo! Levántate. Te está llamando». Primero, se deja animar abriendo un pequeño resquicio a la esperanza. Luego, escucha la llamada a levantarse y reaccionar. Por último, ya no se siente solo: Jesús lo está llamando. Esto lo cambia todo.
Bartimeo da tres pasos que van a cambiar su vida. «Arroja el manto» porque le estorba para encontrarse con Jesús. Luego, aunque todavía se mueve entre tinieblas, «da un salto» decidido. De esta manera «se acerca» a Jesús. Es lo que necesitamos muchos de nosotros: liberarnos de ataduras que ahogan nuestra fe; tomar, por fin, una decisión sin dejarla para más tarde; y ponernos ante Jesús con confianza sencilla y nueva.
Cuando Jesús le pregunta qué quiere de él, el ciego no duda. Sabe muy bien lo que necesita: «Maestro, que pueda ver ». Es lo más importante. Cuando uno comienza a ver las cosas de manera nueva, su vida se transforma. Cuando una comunidad recibe luz de Jesús, se convierte.


José Antonio Pagola

http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=cat_view&Itemid=&gid=38&orderby=dmdate_published&ascdesc=DESC

SANTOS NIÑOS. SANTA BERNARDETTE
Queridos niños y niñas:
Si bien la santa de hoy murió siendo mayor fue una niña, entrando en la adolescencia, con catorce primaveras, cuando se le apareció la Virgen María.
Lourdes era por aquel entonces un pueblo pequeño e insignificante, de callejas enpinadas en el interior de un valle regado por el alegre río Gave.
Y allí nació Bernadette el 7 de Enero de 1844. Dos días después fue bautizada la primera de las hijas de Francisco y Luisa. Su padre era un hombre honesto, recto pero poco dotado para los negocios y su madre una joven de 17 años, que se había casado el año anterior. Pronto la familia, de la que nacerían nueve retoños, comenzó a sufrir la ruina, pasando un calvario que les llevará de una casa muy buena a una pequeña habitación en lo que fue la cárcel de Lourdes, cerrada por las malas condiciones del lugar.
Será viviendo allí, en el Cachot, donde a los catorce años aquella muchacha que no sabía leer ni escribir, pobre de solemnidad y enferma de asma, un 11 de Febrero de 1858 se le apareció la Virgen María.
Era un día lluvioso y frío que no aconsejaba a Bernardette salir de casa, pero hacía falta leña para el hogar y se fue con su hermana y una amiga.
Llegaron hasta la isla formada por un río. De repente, antes de cruzar el canal, miró a la gruta y vio un resplandor en torno a una Señora joven, de rostro angelical, cubierta con un velo, vestida de blanco, ceñida con una banda azul y un bello rosario entre las manos.
Podéis imaginaros lo que aquello representó para la muchacha. ¿Y qué hizo? Pues sacó el rosario y lo rezó ante esta Señora.
Después regresó a su casa, volviendo al lugar tres días después. En la tercera aparición, un 18 de febrero la Señor ale invitó a ir allí durante quince días. El 25 de febrero, ante más de trescientas personas que le acompañaban, escarba con la mano el suelo, aparece agua con fango que ella bebe y come las hierbas silvestres. El 28 de febrero ocurrió el primer milagro.
Las apariciones continuaron, unos lo creían y otros dudaban. La Virgen le pidió que organizara una procesión a la gruta y que edificasen allí una capilla. También le dijo su nombre: “la Inmaculada Concepción”.
Tras unos años ingresó como monja entregada a la oración en el convento de Nevers, era 1866. El 16 de abril de 1879 murió.
Para todos nosotros Bernardette fue ante todo una niña con un gran amor a la Virgen María, esa fue su gran enseñanza, el tenerla siempre en nuestro corazón.
Y por otra parte nuestra Madre escogió a esta niña para mostrarle su rostro y hablarle. Quién siglos atrás, siendo también una joven, pobre y humilde, había recibido la visita del ángel que le anunció la presencia de Jesús en sus entrañas, ahora se acercaba a otra muchacha pobre, convirtiendo Lourdes en un “trozo de Cielo”, un lugar bello, donde las personas nos encontramos con la Virgen María, aunque no la vemos, sentimos en aquella pobre gruta la presencia de nuestra Madre que se hace presente sobre todo en lo pequeño e insignificante, como es la gruta de Massabielle o fue la persona de Bernardette.
Ah y pensad en esos niños y niñas que a veces en la escuela son despreciados y rechazados porque no sacan buenas notas o no corren como vosotros.

CATEQUESIS DEL PAPA
San Pedro el Venerable
Queridos hermanos y hermanas:
La figura de Pedro el Venerable, que quiero presentar en la catequesis de hoy, nos lleva otra vez a la célebre abadía de Cluny, a su "decoro" (decor) y a su "esplendor" (nitor) —por utilizar términos recurrentes en los textos cluniacenses—, decoro y esplendor que se admiran sobre todo en la belleza de la liturgia, camino privilegiado para llegar a Dios. Sin embargo, más que estos aspectos, la personalidad de Pedro recuerda la santidad de los grandes abades cluniacenses: en Cluny "no hubo un solo abad que no fuera santo", afirmaba en 1080 el Papa Gregorio VII. Entre estos se sitúa Pedro el Venerable, que recoge en sí un poco todas las virtudes de sus predecesores, aunque ya con él Cluny, frente a las nuevas Órdenes como la del Císter, comienza a mostrar algún síntoma de crisis. Pedro es un ejemplo admirable de asceta riguroso consigo mismo y comprensivo con los demás.
Nacido alrededor del año 1094 en la región francesa de Alvernia, entró de niño en el monasterio de Sauxillanges, donde llegó a ser monje profeso y después prior. En 1122 fue elegido abad de Cluny y conservó este cargo hasta su muerte, que ocurrió en el día de Navidad de 1156, como él había deseado. "Amante de la paz —escribe su biógrafo Rodolfo— obtuvo la paz en la gloria de Dios el día de la paz" (Vita, i, 17:PL 189, 28).
Cuantos lo conocieron destacan su señorial mansedumbre, su sereno equilibrio, su dominio de sí, su rectitud, su lealtad, su lucidez y su especial aptitud para la meditación. "Mi propia naturaleza —escribía— me lleva a ser indulgente; a ello me incita mi costumbre de perdonar. Estoy acostumbrado a soportar y a perdonar" (Ep. 192, en: The Letters of Peter the Venerable, Harvard University Press, 1967, p. 446). Decía también:"Con aquellos que odian la paz quisiéramos, en lo posible, ser siempre pacíficos" (Ep. 100: l.c., p. 261). Y escribía de sí mismo:"No soy de aquellos que no están contentos con su suerte..., cuyo espíritu está siempre en ansia o en duda, y que se lamentan porque todos los demás descansan y ellos son los únicos que trabajan" (Ep. 182: l.c., p. 425). De índole sensible y afectuosa, sabía conjugar el amor al Señor con la ternura hacia sus familiares, especialmente hacia su madre y hacia sus amigos. Cultivó la amistad, de modo especial hacia sus monjes, que habitualmente confiaban en él, seguros de ser acogidos y comprendidos. Según el testimonio de su biógrafo, "no despreciaba y no rechazaba a nadie" (Vita, i, 3: PL 189, 19); "se mostraba amable con todos; en su bondad innata estaba abierto a todos" (ib., i, 1: PL, 189, 17).
Podríamos decir que este santo abad constituye un ejemplo también para los monjes y los cristianos de nuestro tiempo, marcado por un ritmo de vida frenético, donde no son raros los episodios de intolerancia y de incomunicación, las divisiones y los conflictos. Su testimonio nos invita a saber unir el amor a Dios con el amor al prójimo, y a no cansarnos de reanudar relaciones de fraternidad y de reconciliación. Así actuaba Pedro el Venerable, que tuvo que dirigir el monasterio de Cluny en años no muy tranquilos por razones externas e internas a la abadía, consiguiendo ser al mismo tiempo severo y dotado de profunda humanidad. Solía decir: "De un hombre se podrá obtener más tolerándolo que irritándolo con quejas" (Ep. 172: l.c., p. 409). Por razón de su cargo tuvo que afrontar frecuentes viajes a Italia, Inglaterra, Alemania y España. El abandono forzoso de la quietud contemplativa le costaba. Confesaba: "Voy de un lugar a otro, me afano, me inquieto, me atormento, arrastrado de un lado a otro; tengo la mente dirigida a veces a mis asuntos y a veces a los de los demás, no sin gran agitación de mi alma" (Ep. 91: l.c., p. 233). Aunque tuvo que actuar con astucia entre los poderes y señoríos del entorno de Cluny, gracias a su sentido de la medida, a su magnanimidad y a su realismo logró conservar una tranquilidad habitual. Una de las personalidades con las que entró en relación fue san Bernardo de Claraval, con el que mantuvo una relación de creciente amistad, a pesar de la diversidad de temperamentos y perspectivas. San Bernardo lo definía "hombre importante, ocupado en asuntos importantes" y lo tenía en gran estima (cf. Ep. 147, ed. Scriptorium Claravallense, Milán 1986, vi/1, pp. 658-660), mientras que Pedro el Venerable definía a san Bernardo "faro de la Iglesia" (Ep. 164: l.c., p. 396), "columna fuerte y espléndida de la Orden monástica y de toda la Iglesia" (Ep. 175: l.c., p. 418).
Con gran sentido eclesial, Pedro el Venerable afirmaba que los acontecimientos del pueblo cristiano deben sentirlos "en lo íntimo del corazón" quienes se cuentan entre "los miembros del Cuerpo de Cristo" (Ep. 164:l.c., p. 397). Y añadía:"No está alimentado por el espíritu de Cristo quien no siente las heridas del Cuerpo de Cristo", dondequiera que se produzcan (ib.). También mostraba atención y solicitud por quienes estaban fuera de la Iglesia, en particular por los judíos y musulmanes: para favorecer el conocimiento de estos últimos hizo traducir el Corán. Al respecto, observa un historiador reciente:"En medio de la intransigencia de los hombres medievales —incluso de los más notables— admiramos aquí un ejemplo sublime de la delicadeza a la que conduce la caridad cristiana" (J. Leclercq, Pietro il Venerabile, Jaca Book, 1991, p. 189).
Otros aspectos de la vida cristiana que le interesaban eran el amor a la Eucaristía y la devoción a la Virgen María. Sobre el Santísimo Sacramento nos dejó páginas que constituyen "una de las obras maestras de la literatura eucarística de todos los tiempos" (ib., p. 267), y sobre la Madre de Dios escribió reflexiones iluminadoras, contemplándola siempre en estrecha relación con Jesús Redentor y con su obra de salvación. Baste citar estas inspiradas palabras suyas:"Salve, Virgen bendita, que has puesto en fuga la maldición. Salve, madre del Altísimo, esposa del Cordero mansísimo. Tú has vencido a la serpiente, le has aplastado la cabeza, cuando el Dios engendrado por ti la aniquiló... Estrella resplandeciente de oriente, que pones en fuga las sombras de occidente. Aurora que precede al sol, día que ignora la noche... Reza al Dios que nació de ti, para que perdone nuestro pecado y, después del perdón, nos conceda la gracia y la gloria" (Carmina: PL 189, 1018-1019).
Pedro el Venerable sentía también predilección por la actividad literaria y tenía talento para ella. Anotaba sus reflexiones, persuadido de la importancia de usar la pluma casi como un arado para "esparcir en el papel la semilla del Verbo" (Ep. 20: l.c., p. 38). Aunque no fue un teólogo sistemático, fue un gran investigador del misterio de Dios. Su teología hunde sus raíces en la oración, especialmente en la litúrgica; y entre los misterios de Cristo prefería el de la Transfiguración, en el que ya se prefigura la Resurrección. Fue precisamente él quien introdujo en Cluny esta fiesta, componiendo un oficio especial, en el que se refleja la característica piedad teológica de Pedro y de la Orden cluniacense, dirigida totalmente a la contemplación del rostro glorioso (gloriosa facies) de Cristo, encontrando en él las razones de la ardiente alegría que caracterizaba su espíritu y que se irradiaba en la liturgia del monasterio.
Queridos hermanos y hermanos, este santo monje es ciertamente un gran ejemplo de santidad monástica, alimentada en las fuentes de la tradición benedictina. Para él el ideal del monje consiste en "adherirse tenazmente a Cristo" (Ep. 53: l.c., p. 161), en una vida claustral caracterizada por la "humildad monástica" (ib.) y por la laboriosidad (Ep. 77: l.c., p. 211), así como por un clima de contemplación silenciosa y de alabanza constante a Dios. La primera y más importante ocupación del monje, según Pedro de Cluny, es la celebración solemne del Oficio divino —"obra celestial y la más útil de todas" (Statuta, I, 1026)— acompañada con la lectura, la meditación, la oración personal y la penitencia observada con discreción (cf. Ep. 20: l.c., p. 40). De esta forma toda la vida queda penetrada de amor profundo a Dios y de amor a los demás, un amor que se manifiesta en la apertura sincera al prójimo, en el perdón y en la búsqueda de la paz. Para concluir, podríamos decir que aunque este estilo de vida, unido al trabajo cotidiano, constituye para san Benito el ideal del monje, también nos concierne a todos nosotros; puede ser, en gran medida, el estilo de vida del cristiano que quiere ser auténtico discípulo de Cristo, caracterizado precisamente por la adhesión tenaz a él, la humildad, la laboriosidad y la capacidad de perdón y de paz
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2009/documents/hf_ben-xvi_aud_20091014_sp.html


CARTA DE D. CARLOS, ARZ. DE VALENCIA

Queridos hermanos y hermanas:
Todos los cristianos y todos los hombres de buena voluntad saben perfectamente lo que hace la Iglesia en medio de esta historia y al lado de todos los hombres, sin discriminar absolutamente a nadie. Quienes llaman a la “puerta de la Iglesia” saben que no se les pregunta cómo viven, qué es lo que hacen, cómo piensan o a qué grupo pertenecen.
Si "llaman a la puerta" para pedir ayuda, se abren las puertas sin más. Si se les "llama", es verdad que se les hace la propuesta que debe efectuar la Iglesia que es la persona de Jesucristo, y por consiguiente las consecuencias que trae aceptar e interiorizar en la vida y en el corazón a esta Persona. Pero siempre, para ayudar a los demás.
Son muchos los que últimamente están llamando a la "puerta de la Iglesia". La Iglesia que quiere vivir muy cerca de todos los hombres y ser sembradora de esperanza, hoy se acerca a todos para pedir ayuda económica y así poder sostener todo lo que hace a favor de las personas y su dignidad.
El anuncio del Evangelio, la atención espiritual y humana que realiza la Iglesia, manifiestan y hacen creíble el infinito amor de Jesucristo a los hombres. La Iglesia nos ayuda a vislumbrar el pleno sentido de nuestra vida y nos permite descubrir el Evangelio como Buena Noticia para todos los hombres. La Iglesia que camina en Valencia tiene que hacer posible esto cuando acompaña a los hombres en todos los momentos de nuestra existencia, sean alegres o tristes. ¡Qué belleza tiene la Iglesia cuando se la descubre como lo que es, como una Madre! Los cristianos sabemos que hemos nacido en su seno y que seguimos viviendo de Cristo por lo que a través de ella, Él nos regala.
En estos momentos de profunda crisis económica, el que la Iglesia se proponga acompañar y ayudar como lo hizo desde que fue fundada por Jesucristo, pero con una especial intensidad con aquellos que están más afectados por esta crisis, supone una gran esperanza para una sociedad que está dolorida. Estemos dispuestos los cristianos a escuchar, acompañar y ayudar. Me permito proponer a todos lo valencianos y valencianas algunas vías para actuar, que son invitaciones compartidas:
1. Invitemos a vivir en la Belleza: dejemos limpio lo que estamos encontrando sucio y nunca a la inversa.
2. Invitemos al civismo: evitemos el peligro a los demás como si del nuestro propio se tratara.
3. Invitemos a la generosidad: demos "nuestra sangre", renunciemos a nuestros intereses y pongamos por encima los intereses de los que más necesitan, quienes están sufriendo más.
4. Invitemos al esfuerzo: cultivemos nuestros talentos, sean muchos o pocos, si es que no queremos robar a los demás.
5. Invitemos a la verdad: que tiene un nombre y unas medidas, Jesucristo, esta Verdad nos hace libres.
6. Invitemos a tener una mirada universalizadora: todos los demás y muy especialmente los que más están sufriendo son hijos de Dios y por ello mis hermanos.
Cuando miramos la Iglesia Diocesana en su conjunto, o cuando vemos cada una de las parroquias que la componen, experimentamos y celebramos algo único: cómo el Amor de Dios lo hemos de transmitir a todos los hombres. Y una manera clara de vivir este Amor, es en el compromiso de ayudar a que la Iglesia pueda ofrecer una respuesta adecuada a todo lo que puede y debe realizar en medio de los hombres, que disponga de los medios necesarios para ello.
Por eso os invito a todos los cristianos y a todos los hombres de buena voluntad, que reconocéis y creéis en el bien que hace la Iglesia con el prójimo, sea quien sea, a que participéis activamente en la Iglesia y colaboréis económicamente en su sostenimiento. Nadie debe quedar excluido de la posibilidad de participar en la expansión del amor a las personas que sufren en estos momentos de dificultades. Todos somos necesarios para hacer el bien. Todos somos necesarios para que sigan abiertas las puertas de la Iglesia a la llamada de los necesitados.
Con gran afecto y mi bendición.
+ Carlos, Arzobispo de Valencia
http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=3&pad=81&modulo=91&id=1544&v=41&id_autor=6

RESSÓ DE LA PARAULA.
Ens hem deixat il·luminar per l’encíclica La Caritat en la Veritat, i a la seva llum hem mirat d’entendre la tasca dels missioners, el seu servei a l’evangelització. Això ens ha obert la porta a la reflexió sobre l’objectiu que ens proposem enguanya la diòcesi: aprofundir en el repte de la transmissió de la fe. L’encíclica de Benet XVI, tot i referir-se fonamentalment a la doctrina social de l’Església, ens pot seguir ajudant. En efecte, ja hom pot albirar que, tant creure, com trametre la fe, tenen molt a veure amb l’amor i amb la veritat, que l’encíclica considera totalment vinculades, com cares d’una mateixa realitat.
La primera qüestió que se’ns planteja és ben elemental: perquè hem de trametre la fe? Perquè hem de esforçar-nos per a que altres creguin el que nosaltres creiem? No seria millor que cadascú pensi el que cregui convenient, sempre que sigui bona persona i respecti als altres? Al capdavall, creure o no creure, no és quelcom personal i lliure?
Aquestes preguntes se les plantegen els pares de família, quan comproven que els fills no tenen fe, o els agents de pastoral, quan experimenten la dificultat de l’anunci, o els cristians i preveres que es limiten a fer serveis humans en l’àmbit de l’ensenyament, l’educació, o de l’ajuda social, com a única activitat «possible» de la comunitat cristiana. El cas és que la resposta a aquestes preguntes, en el sentit que no cal o no és rellevant trametre la fe, és molt temptadora, perquè ens allibera d’una preocupació i una càrrega gens fàcil, que pesa sobre les nostres consciències.
Tanmaateix, si aquesta és la resposta, no trobaríem explicació a un fet decisiu: Jesucrist mateix i l’expansió del cristianisme per tot el món a partir d’un grup reduït de persones al llarg de més de dos mil anys. Quin sentit tindria Jesucrist i la seva obra? Com entendríem la seva crida a creure en Ell per «salvar-se»? Perquè tantes vides lliurades a l’evangelització per tot arreu del món?…
Diu l’encíclica Caritat en la Veritat: «Cadascú troba el seu bé assumint el projecte que Déu té sobre ell, per a realitzar-lo plenament: en efecte, troba en aquest projecte la seva veritat i, acceptant aquesta veritat, es fa lliure (cf. Jn 8,32). Per tant, defensar la veritat, proposar-la amb humilitat i convicció i testimoniar-la en la vida són formes exigents i insubstituïbles de caritat, la qual “troba el goig en la veritat”» (1Co 13,6) (n. 1).
Així doncs, hi ha una primera resposta ben senzilla, que podria resumir totes les altres possibles respostes o raons, per les quals trametem la fe: l’amor. Uns pares han de dir al seu fill, que no accepta que li proposin la fe: «Ho fem perquè t’estimem de debò; no t’estimaríem bé si no volguéssim la teva lliber tat i, per tant, si no miréssim que visquis la teva veritat (el projecte que Déu té sobre tu)… No podem deixar que el nostre amor no gaudeixi en la veritat i que tu mateix no siguis plenament feliç vivint la».
Paraules semblants han de dir tots el evangelitzadors. Ben entès que compleixen una condició lògica i prèvia: que vertaderament estimen i que estimen la Veritat en la qual creuen.
† Agustí Cortés Soriano
Bisbe de Sant Feliu de Llobregat
http://www.bisbatsantfeliu.org/mcs/FullDominical/2009/091025_6_43.pdf



SANTOS SACERDOTES: Santo Tomás de Villanueva
El sábado 10 de Octubre se celebra la festividad de un santo arzobispo de Valencia, Santo Tomás de Villanueva.
Nuestro pastor nació en Fuenllana (Ciudad Real) el año 1485. Sus padres Tomás y Lucía, le inculcaron lo que serían dos rasgos de su persona: una fuerte vida interior y un vivo sentido de solidaridad. Así se cuenta como de pequeño regresaba a casa sin la merienda y sin el vestido que había entregado a los necesitados.
A los 15 años fue enviado a Alcalà de Henares, recibiendo una sólida formación filosófica y teológica, alimentada por la Sagrada Escritura y los Santos Padres (primeros escritores cristianos). Por otra parte se familiarizó con las tendencias espirituales de su tiempo, centradas en una vivencia más pura de la fe y se entregó a la predicación.
En 1516 tomó los hábitos de los frailes agustinos y en 1519 fue ordenado sacerdote, llevando una vida de oración continua, recogimiento, silencio, austeridad y caridad con los enfermos. Con tan sólo 33 años fue nombrado prior del Convento de Salamanca.
Después de haber rechazado el Obispado de Granada y en contra de su propia voluntad el emperador Carlos I le promovió a la Sede Valenciana. El 1 de Enero de 1545 tomó posesión de una Archidiócesis cuya situación, tras haber sufrido el absentismo de los Borgia, era como ovejas sin pastor, caótica. Un clero abundante, ignorante, mísero y dado al vicio y un pueblo que era un vivo retrato de las ovejas sin pastor.
El santo comenzó convocando el Sínodo Diocesano de 1548, obligando a los párrocos a residir en las parroquias e impulsando la catequesis. A fin de solucionar el problema del clero combatió la avaricia y les ayudó con limosnas, además fundó el Colegio de la Presentación, acogiendo allí a 10 estudiantes pobres a los que preparó para el sacerdocio.
Consideró a los necesitados los propietarios de las rentas del Arzobispado, repartiendo los bienes, creando un cuerpo de médicos y acogiéndoles siempre, aunque estuviese en oración, pues “siendo obispo, no soy mío, sino de mis ovejas”. El 8 de Septiembre de 1555 murió en Valencia.
En tiempos difíciles hacen falta no sólo sermones, sino santos que vivan lo que predican y amen a su pueblo.




APUNTES VOCACIONALES

Día 26 – En la humildad, la obediencia y la entrega es necesaria la confianza
“Confianza en el amor de Dios, que me ha perdonado. Que yo crea sin más en que me perdona porque, poniendo lo que está de mi parte, el acto mío de confianza de en que por la suya no ha de fallar, tanto le agrada que, aunque no estuviera dispuesto a perdonar, le arrancaría el perdón. Ante un gesto de tal confianza, fe, descanso en su amor, Él tendrá, forzosamente, que perdonar al alma que adopte esta postura de arrepentimiento, con humildad y sinceridad.”
Palabra: Pr 3, 3-8



Día 27 – Confianza
“Las almas tienen que tener una gran confianza en Dios. La bondad del Señor, su misericordia son infinitas en sí mismas. Pero tiene una limitación que la pone, no Él, porque es incapaz, porque su propio Ser es infinito e ilimitado. Pone límite a esa bondad y misericordia, la confianza del alma: si el hombre confía como cuarenta ¡que tacaño! El Señor no puede pasar de ahí. Pero si confía, diríamos, casi infinitamente, casi ilimitadamente, su confianza está a la altura de la bondad del Señor, que es ilimitada e infinita.”
Palabra: Is 26, 1-6

Día 28 – Confianza
“Nada permite Dios que no sea para nuestro bien: dolor y desgracia, penas y amarguras, llanto y lágrimas, orfandad y la misma muerte, todo es para nuestro bien. Entonces, cuando algo de esto que nos hace sufrir atenace nuestro ser, y la cruz pese, pensemos, para nuestro consuelo, que, con absoluta certeza, lo que nos está ocurriendo es lo mismo que nosotros habríamos dispuesto y elegiríamos, si supiéramos los motivos que tiene el Señor, para que las cosas sucedan así.”
Palabra: Job 31, 24

Día 29 – Confianza
“He de abundar, en medio de las pruebas, en un gozo interior inmenso, porque he de sentir que es él quien sufre en mí. Cantar siempre el Magnificat, o si hace falta, el O felix culpa. Pero siempre cantando. Cantando, aun por nuestros pecados, porque, habiendo, por la gracia de Dios, reaccionado bien, han servido para desprenderme de todo, para que no esté prendido más que de Dios, que es la santidad por esencia; para no estar lleno más que de Él.”
Palabra: Sal 33, 20-22

Día 30 – Porque del amor nace la confianza y de ahí la esperanza
“La esperanza pura tiene que tener un ambiente como para poder respirar. La confianza plena está anclada en el amor que el Señor nos tiene. Esperamos porque sabemos que Dios nos ama, y por consiguiente, todo va a ser para nuestro bien. La esperanza viene a ser el anillo de las tres grandes virtudes teologales. La fe, el apoyo. Y el amor, el ambiente que respire siempre nuestra alma.”
Palabra: Sal 62, 6-9


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CENTENARIO DE TERESA DE CALCUTA
4 ª semana(25 – 31 Octubre)

Escrituras:
"Pues tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en Él no muera, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)

Jesús decía, "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen. Y se repartieron sus vestidos echando suertes. (Lucas 23:34)
Por quien tenemos la redención, gracias a su sangre, el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia. (Efesios 1:7)

Reflexiones de la Madre:
“¡Qué distintos somos a Él. Tenemos tan poco amor, tan poca compasión, tan poco perdón, tan poca bondad que no merecemos estar tan cercanos a Él, ni entrar en Su corazón. Su Corazón sigue abierto para abrazarnos. Aún hoy, Su cabeza tiene aún la corona de espinas, Sus manos tienen los clavos de la Cruz. Averigüemos, “¿Son míos los clavos? ¿Es mío ese esputo en Su cara? ¿Qué parte de Su cuerpo, de Su mente ha sufrido por mi culpa?” Sin ansiedad ni miedo, pero con un corazón humilde y manso, intentemos averiguar que parte de Su cuerpo [ha sufrido], [cuáles son] las heridas que infligió mi pecado. No lo hagamos solos, pongamos nuestra mano sobre la Suya. Está aquí para perdonar setenta veces siete; mientras mi Padre me ame, me llame de una manera especial dándome un nombre; pertenezco a Él con todas mis miserias, mis pecados, mis debilidades, mi bondad… Soy Suya . . .”

“La confesión es necesaria para nosotros. Se trata de humildad en acción. Le llamamos penitencia, pero en realidad es el sacramento del amor, del perdón. Por ello no debería tratarse del lugar donde hablar durante horas de nuestras dificultades. Debe ser el lugar donde permita que Jesús retire de mi todo lo que divide, lo que destruye. Cuando hay una brecha entre Cristo y yo, y mi amor está dividido, cualquier cosa puede rellenar el hueco. Si realmente quieres entender el amor de Cristo por los hombres, acude a confesión. Se sencillo como un niño durante la confesión. “Aquí estoy, como un hijo dirigiéndose a su Padre.” Si el niño no está mimado y no ha aprendido a mentir, lo dirá todo. A eso me refiero cuando digo que en la confesión debemos ser “como niños”.

“Permítenos corresponder a la gran sed de Dios a través de nuestra confianza en Su amor por nosotros y de nuestra total y alegre entrega a Su Voluntad. Permite que nos dirijamos a Dios con profunda fe y amor, arrepentidos por nuestros pecados y suplicando Su clemencia. Permite que nos dirijamos los unos a los otros pidiendo perdón por todo el daño que nos hayamos causado y perdonando el daño recibido.”

“Jesús quiere que nosotros seamos Su misericordia, Su compasión. Eso es una Misionera de la Caridad; alguien que porta Su amor y Su paz.”

http://www.motherteresa.org/Centenary/Spanish/October_sp.html


Bibliografía y webs de referencia.
NOTICIAS
NOS VISITÓ EL PADRE RAFAEL, MISIONERO SALESIANO EN TOGO
Todos recordamos la experiencia vivida en Togo. Los más afortunados allí, con los misioneros salesianos y los miembros del movimiento Coeurs Vaillants-AV, la mayoría unidos en la oración y acogiendo las experiencias que nos llegaban de allí.
Pero aquello no fue un punto y aparte en la historia de nuestro movimiento, sino el comienzo de una, esperamos larga amistad.
Pasados los meses, el padre Rafael, ha querido dedicar unos días de su estancia en España a nosotros.
Así el viernes llegó a nuestras tierras y por la tarde celebró la misa en la Parroquia de San Jerónimo de Alfarrasí y asistió a un encuentro en el Centro Parroquial Dr. Esplugues de Montaverner. En él participaron Fran, Carlos, Nacho, Dolo, Juan, Cecilio, Neus, educadores de los centros juniors de la Zona Montcabrer, adolescentes del grupo de confirmación con su catequista y feligreses de la parroquia.
Al día siguiente celebró la eucaristía en la ermita de N.Sra. de Loreto de Colata (Montaverner), dirigiéndose a Bocairent donde tuvo un encuentro con el Centro Junior, monjas del Convento y miembros de la Parroquia. Por la tarde conoció la experiencia del Centro Junior de Santa Catalina de Alzira, reuniéndose con los coordinadores del Proyecto Togo.
Finalmente el domingo ofreció su testimonio en la misa de las 9 de la Parroquia San Juan y Santiago de Montaverner.
Para todos los que hemos tenido la fortuna de compartir con él unas horas ha sido un tiempo de gracia.
He aquí algunas de las palabras que nos dirigió:
Piden ayuda los que pierden y están en peligro de muerte. Ser misionero es ser cristiano, amando como Cristo ama, es decir, dando la vida , el marido por la esposa e hijos. En África están enfermos y no se quejan,

REUNIÓN DE CONSILIARIOS DE LA ZONA MONTCABRER El pasado jueves en la Ermita de S. Vicente Ferrer se reunieron los consiliarios con Fran y el Vicario Episcopal, D. José Antonio Varela.
En ella el Consiliario Diocesano presentó el CD de la Campaña, destacando además de ésta, el material entorno a Compromesos a ser Llum, destinado no sólo a los juniors sino a todos los grupos de las parroquias y el Proyecto Familia.
Por otra parte informó sobre el nuevo trienio, centrado en María, el Fiat y la Jornada Mundial de la Juventud.
A continuación el Subdelegado de la Zona, Luis Vañó presentó las actividades del curso.
Así a lo largo de la reunión tanto el vicario episcopal como los consiliarios pudieron


Comentarios a las lecturas.
Nueva Biblia de Jerusalén. DDB.
Bibilia de la Iniciación Cristiana. Edice.
La Biblia Católica para jóvenes. Verbo Divino.
Lectio Divina para cada dia del año. 14. Verbo Divino.

Comentario al salmo
Carlos G. Vallés. Busco tu rostro.
http://www.mercaba.org/DIESDOMINI/T-O/24B/marco_24b.htm : comentario a los salmos (Noel Quesson y Carlos G. Vallés).

Orando con las lecturas de la misa.
http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=1182&Itemid=26

Hoja para la celebración
Diálogos semanales con Jesús. Libro 4. Verbo Divino.
Misa Dominical. CPL.
http://www.mercaba.org/pagina_javier_leoz.htm

Oraciones.
Santa Teresa de Jesús. Obras Completas. Editorial de Espiritualidad.

Comentarios al Evangelio.
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=evangelio
http://blogs.periodistadigital.com/religiondigital.php/2009/09/10/la-experiencia-de-la-cruz-experiencia-de : comentario de Santiago Agrelo, Arzobispo de Tanger.
http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=doc_view&gid=1180&Itemid=26: José Antonio Pagola.
http://www.bisbatsantfeliu.org/mcs/FullDominical/2009/091011_6_41.pdf: Agustín Cortés

Santos Niños.
Nuevo Año Cristiano. Edibesa.
Carta de D. Carlos Osoro
http://www.archivalencia.org/contenido.php?a=3&pad=81&modulo=91&id=1532&v=41&id_autor=6

Catequesis de Benedicto XVI.
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/audiences/2009/documents/hf_ben-xvi_aud_20090805_sp.html

Caritas in veritate
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate_sp.html

Apuntes vocacionales
http://www.seminariomenorvalencia.com/

Centenario del nacimiento de la madre Teresa de Calcuta
http://www.motherteresa.org/Centenary/Spanish/August_sp.html


Dibujos.
http://cruzblanca.org/hermanoleon/sem/b/to/24/sem24.htm: ofrece más dibujos sobre el evangelio del domingo.
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=imagenes&id=93 : para cada domingo.

POWERS POINTS PARA MEDITAR LAS LECTURAS DEL DOMINGO.

En http://www.acga.es/index.php?option=com_docman&task=cat_view&gid=39&Itemid=26

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