jueves, 4 de marzo de 2010

Nº 33. 7 de Marzo de 2010

PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 3, l-8a. 13-15En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta llegar a Horeb, el monte de Dios.El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse.Moisés se dijo:—«Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.»Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:—«Moisés, Moisés.»Respondió él:—«Aquí estoy.»Dijo Dios:—«No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.»Y añadió:—«Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.»Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. El Señor le dijo:—«He visto la opresión de mi pueblo en Egipto, he oído sus quejas contra los opresores, me he fijado en sus sufrimientos. Voy a bajar a librarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra, para llevarlos a una tierra fértil y espaciosa, tierra que mana leche y miel.»Moisés replicó a Dios:—«Mira, yo iré a los israelitas y les diré:“El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros.” Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?»Dios dijo a Moisés:—«“Soy el que soy”; esto dirás a los israelitas: “‘Yo-soy’ me envía .a vosotros”.»Dios añadió:—«Esto dirás a los israelitas: “Yahvé (Él-es), Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación .»Palabra de Dios.
MEDITACIÓN
Este domingo la primera lectura nos presenta la vocación de Moisés, quien sube al Monte Horeb o Sinaí, contempla la zarza ardiendo, signo con el que Dios le llama, ante él se quita las sandalias y oculta su rostro, pues la Absoluta Trascendencia de Dios impide al hombre poder contemplarle. El Señor se identifica con la historia de Israel y con su presente, es el Dios de los padres del pueblo oprimido, enviando a Moisés para que despuerte la conciencia de este pueblo, se convierta a Dios y se deje guiar por Él a una tierra de libertad y dignidad. Moisés se resiste, pero las limitaciones humanas (tartamudez) no son obstáculo para que Dios haga de él quien libere de la esclavitud al pueblo y lo guíe a la Tierra que mana leche y miel.
Así la lectura ilumina la campaña de este año, centrada en el compromiso con la sociedad y el lema “la ciutat s’omplí d’alegria”: nosotros hemos sido llamados por Dios en el Sinaí, es decir, la experiencia de fe vivida en la Iglesia, a pesar de nuestras limitaciones, para liberarnos, con el poder de Cristo, a nosotros mismos y a nuestra sociedad de las esclavitudes modernas y conducirla a la “civilización del amor”, la “cultura de la vida”, llenando el corazón de todos los que nos rodean de la alegría que brota de la experiencia pascual. Un buen momento, pues, para recordar las experiencias de Dios y para sentirnos llamados a luchar contra las esclavitudes de nuestro tiempo, con el entusiasmo propio de los jóvenes.


SALMO
Salmo responsorial Sal 102, 1-2. 3-4. 6-7. 8 y 11 (R/.: 8a)R/. El Señor es compasivo y misericordioso.Bendice, alma mía, al Señor,y todo mi ser a su santo nombre.Bendice, alma mía, al Señor,y no olvides sus beneficios. R/.Él perdona todas tus culpasy cura todas tus enfermedades;él rescata tu vida de la fosay te colma de gracia y de ternura. R/.El Señor hace justiciay defiende a todos los oprimidos;enseñó sus caminos a Moisésy sus hazañas a los hijos de Israel. R/.El Señor es compasivo y misericordioso,lento a la ira y rico en clemencia;como se levanta el cielo sobre la tierra,se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.

MEDITACIÓN
Con Israel: nos encontramos ante un himno que proclama el amor de Dios, el Dios de la Alianza, que pactó con Moisés y el Pueblo de Israel. En él descubrimos a un pecador que sube al templo para ofrecer un sacrificio de acción de gracias por haber sido perdonado. Así en el texto descubrimos a un Dios muy alejado del que imaginamos presenta el Antiguo Testamento. Pues frecuentemente creemos en el Dios del Antiguo Testamento Juez y Castigador, frente al Dios del Nuevo Testamento, Padre y Misericordioso. Meditando este salmo nos encontramos con la verdad, es el mismo rostro de Dios el que presenta el Antiguo y el Nuevo Testamento. La última estrofa es un retrato luminoso del Dios compasivo y misericordioso que liberó a Israel de la opresión egipcia.
Con Jesús: sustituyamos la palabra “Dios” por el término con que Jesús llama a Yahvé, “Padre” y recémoslo situándonos en los personajes presentados por los evangelio: el hijo pródigo, Mateo, Zaqueo, la adúltera, el buen ladrón, los publícanos y pecadores,... Jesús fue el instrumento del Padre para que ellos descubrieran su rostro. Después de cada experiencia de perdón que ellos vivieron, este fue el salmo que bien podrían haber brotado de sus labios.
Con nuestro tiempo: es la debilidad del hombre el que lejos a traer la cólera divina, como un pararrayos atrae el amor. El hombre de hoy y de siempre necesita sentirse amado por Dios en su fragilidad. Frente una sociedad cada vez más competitiva y exigente, en la que el clima político está marcado por el enfrentamiento y la tensión constante y la vida social está entrando en un proceso cada vez más judicial, donde ante una desgracia se pide la cabeza de los culpables, en este salmo descubrimos a un Dios que ama, perdona, rescata al hombre y a la mujer de la fosa en la que muchas veces caen a consecuencia del pecado. Es el salmo que necesita el ser humano en estos tiempos, la oración de quienes confían en Dios y lo hacen desde su vida hundida por el sentimiento de culpabilidad, el peso del pecado.
Con los juniors: ¿cómo es tu relación con Dios? ¿eres el educador o educadora perfecto que todo lo hace bien? ¿cómo te has sentido cuando no ha sido así? Este salmo constituye una oración para suscitar en nosotros sentimientos de amor hacia Dios. Es el salmo del educador que experimenta la misericordia del Padre tras descubrir que ha fallado a Dios, al Centro Junior, a su grupo. Y también aquí encontramos el retrato del buen educador. Nuestra Ley Junior es “amamos a los hombres del mundo como Jesús nos ama”. ¿Y cómo nos ama Jesús? : perdonándonos nuestras culpas, curando las enfermedades que nos impiden vivir el estilo de vida junior, rescatándonos de la fosa del pecado, colmándnos de gracia y ternura, siendo compasivo y misericordioso con nosotros, lento a la ira y rico en clemencia. Así nos ama Jesús, luego así debemos amar a los demás. Y así debe ser el educador de cada al equipo de educadores y el equipo juniors.
















CARLOS VALLÉS. BUSCO TU ROSTRO.
CONFÍO EN TU MISERICORDIA
«Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades».
Hoy canto tu misericordia, Señor; tu misericordia, que tanto mi alma como mi cuerpo conocen bien. Tú has perdonado mis culpas y has curado mis enfermedades. Tú has vencido al mal en mí, mal que se mostraba como rebelión en mi alma y corrupción en mi cuerpo. Las dos cosas van juntas. Mi ser es uno e indivisible, y todo cuanto hay en mí, cuerpo y alma, reacciona, ante mis decisiones y mis actos, con dolor o con gozo físico y moral a lo largo del camino de mis días.
Sobre todo ese ser mío se ha extendido ahora tu mano que cura, Señor, con gesto de perdón y de gracia que restaura mi vida y revitaliza mi cuerpo. Hasta mis huesos se alegran cuando siento la presencia de tu bendición en el fondo de mi ser. Gracias, Señor, por tu infinita bondad.
«Como se levanta el cielo sobre la tierra, así se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; como un padre siente ternura por sus hijos, así siente el Señor ternura por sus fieles, porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro».
Tú conoces mis flaquezas, porque tú eres quien me has hecho. He fallado muchas veces, y seguiré fallando. Y mi cuerpo reflejará los fallos de mi alma en las averías de sus funciones. Espero que tu misericordia me visite de nuevo, Señor, y sanes mi cuerpo y mi alma como siempre lo has hecho y lo volverás a hacer, porque nunca fallas a los que te aman.
«Él rescata, alma mía, tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura; él sacia de bienes tus anhelos, y como un águila se renueva tu juventud».
Mi vida es vuelo de águila sobre los horizontes de tu gracia. Firme y decidido, sublime y mayestático. Siento que se renueva mi juventud y se afirma mi fortaleza. El cielo entero es mío, porque es tuyo en primer término, y ahora me lo das a mí en mi vuelo. Mi juventud surge en mis venas mientras oteo el mundo con serena alegría y recatado orgullo. ¡Qué grande eres, Señor, que has creado todo esto y a mí con ello! Te bendigo para siempre con todo el agradecimiento de mi alma.
«Bendice, alma mía, al Señor».



SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 10, 1-6. 10-12No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bautizados en Moisés por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo hicieron aquellos.No protestéis, como protestaron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador.Todo esto les sucedía como un ejemplo y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga.Palabra de Dios
MEDITACIÓN
El fragmento de este domingo es una lectura cristiana de lo que ocurrió en el éxodo. Así recuerda este acontecimiento, indicando a través de la expresión “nuestros padres” la estrecha relación entre el Pueblo de Israel y la Iglesia de Cristo. Y para ello evoca los siguientes elementos, relacionándolos con la situación de los cristianos: la nube simbolizaba a Dios que acompañaba a su pueblo por el desierto, también Dios nos acompaña a nosotros mediante el Espíritu o nube que descendió sobre María (Lc 1, 35) y sobre la Iglesia en la ascensión (Hch 1, 9). El mar Rojo es el símbolo de la salida de la esclavitud, pues habiendo perecido los perseguidores el pueblo entra en el desierto, al igual que en nosotros cuando por el bautismo cruzamos el mar, fueron sepultados los pecados. En el desierto Dios sació el hambre y la sed del pueblo mediante el maná y el agua de la fuente de Meribá. En nuestra vida Dios sacia nuestra hambre y nuestra sed mediante Cristo, de quien brotan los sacramentos y, en la eucaristía es nuestro alimento.
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Lucas 13, 1-9En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó:— «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.»Y les dijo esta parábola:— «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.Dijo entonces al viñador:“Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?”Pero el viñador contestó:“Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas”.»Palabra del Señor.MEDITACIÓN
La Cuaresma tiene tres partes: los Domingos I y II, los Domingos II, IV y V y la Semana Santa. En la primera el evangelio, todos los años nos presenta las tentaciones y la transfiguración y la segunda cambia dependiendo del año o ciclo (A, B y C).
Así en este año o ciclo C la temática de los tres domingos es penitencial, llamándonos a la conversión y presentándonos la paciencia Dios hacia el hombre y la mujer, personificados en la higuera, el hijo pródigo y la adúltera.
De este modo el evangelio de hoy constituye una llamada a la conversión, cuyo acicate es la imprevisibilidad de la muerte, ésta nos puede alcanzar al igual que sobrevino a los galileos condenados a muerte por Pilato y a los dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé.
En la segunda parte del texto nos presenta la parábola de la higuera. Ésta representaba al pueblo de Israel, tras tres intentos por encontrar frutos, sigue sin ofrecerlos. Tres es el número de la desesperanza, si a la tercera no “va la vencida” ya no hay nada que hacer y son los años de vida pública de Jesús. Pero es él, el viñandor, quien pide al Padre una nueva oportunidad. Él es quien cuida de la higuera de nuestra vida, cavando la dureza de nuestro corazón con el arado de la cruz y abonándolo con el Evangelio, la eucaristía y el sacramento del perdón.
Así pues Dios sigue teniendo paciencia, pero aunque decimos que su amor es infinito, esta tiene un límite y caducidad. Jesús nos lo ha dejado muy claro: al final sino damos fruto, sabemos lo que el viñador hará.
EL EVANGELIO COMENTADO POR LOS SANTOS PADRES

[Tres años] esto se dice respecto a las tres cautividades que pasaron los judíos como castigo, pero no se enmendaron. La higuera es figura de la sinagoga. El Señor buscó en ella frutos de fe, pero ella no tenía nada que dar... Pasó tres años entre ellos para hacerles ver que era el Salvador. Y cuando quiso arrancar la higuera, sucedió lo mismo que anterioriormente entre el Padre y Moisés: “déjame que destruya a este pueblo” (Ex 32,10). El Padre dio una oportunidad a Moisés para que intercediera mediante la oración. Lo mismo sucede aquí. Dijo el viñador que Él quería arrancar la higuera; el viñador intercedió y el que es misericordioso mostró su mansedumbre; si al año siguiente no daba frutos, la arrancaría. El viñador no se atrincheró en la venganza, como Moisés que, después de haber intercedido y haber sido escuchado dijo: “Porque está cerca el día de su ruina y su destino se precipita” (Ex 32,34)
Efrén de Nisibi.
Este árbol es el género humano. El Señor lo visita en la época de los patriarcas: el primer año, por así decir. Lo visitó en la época de la ley y los profetas: el segundo año. He aquí que amanece el tercer año; casi debió ser cortado ya, pero el misericordioso intercede ante el misericordioso. Quien quería mostrarse misericordioso, él mismo se presentó como intercesor. Dejémoslo, dijo, todavía este año. Cavemos a su alrededor –la fosa es signo de humildad-, y echemos un cesto de estiércol, por si da fruto.
Agustín.
Nosotros afirmamos lo siguiente: los israelitas, después de la crucifixión de nuestro Salvador, fueron condenados a caer en las miserias que merecían, Jerusalén sería capturada y sus habitantes muertos por la espada enemiga; sus casas serían quemadas con fuego, e incluso el Templo de Dios destruido. Es probable que Jesús esté comparando la sinagoga de los judíos con la higuera. La sagrada Escritura también los compara con variadas plantas: la vid, el olivo e incluso con un bosque.
Cirilo de Alejandría
Si alguien dijese que el viñador es el Hijo, su punto de vista tendría una razón a su favor. Él es nuestro abogado ante el Padre, nuestro defensor y el jardinero de nuestras almas. Poda constantemente todo aquello que es dañino y nos colma de semillas racionales y santas, para que podamos ofrecerle los frutos.
Beda.


La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia. Nuevo Testamento. 3. Evangelio según san Lucas. Ciudad Nueva
ORACIÓN DESDE LA METODOLOGÍA JUNIOR.-
Experiencia:
A lo largo del día, especialmente cuando nos levantamos o mientras comemos y cenamos, al conectar el televisor, la radio o el ordenador, descubrimos situaciones dramáticas a las que son sometidos cientos de personas: desastres naturales en los países más pobres, guerras, secuestros, matanzas, violaciones, maltrato, racismo,... Mientras nosotros permanecemos impasibles. Y si nos adentramos en nuestra vida, también podríamos llenar de contenido el informativo. Es verdad que no matamos, ni robamos, pero, ¿cuántas veces pasa el día sin haber hecho nada por los demás? ¿en cuantos momentos vegetamos en vez de vivir? ¿cuándo fue la última vez que nos miramos a fondo y tratamos de cambiar aspectos concretos de nuestra vida?
Reflexión:
¿Qué hace Dios para combatir el dolor humano, la insolidaridad, el clamor de los pobres? En la primera lectura y en el evangelio encontramos la respuesta. Dios escucha el llanto del pueblo oprimido, llama a Moisés, está con Él y le envía a realizar una misión humanamente imposible: liberar al pueblo de la esclavitud y conducirlo por el desierto a la tierra que mana leche y miel. En este curso 2009-10 la campaña junior versa sobre el compromiso con la sociedad, es decir, también a nosotros Dios nos llama a transformar el mundo, a combatir la pasividad ante la misieria de los países del sur, a defender a los que no cuentan en la sociedad, a ser apóstoles de la cultura de la vida y luchar contra el aborto, la eutanasia y la muerte de quienes sufren la exclusión. Como Moisés nos sentimos incapaces, también tartamudeamos, es decir, nuestras palabras son vacilantes y carentes de convicción. ¿Dónde encontró Moisés la fuerza? ¿En qué nos parecemos a Él? Por otra parte el problema no se encuentra fuera de nosotros, pues somos esa higuera estéril a la que Jesús ha cuidado desde el bautismo, regándola con el agua de la catequesis de comunión y confirmación y del movimiento junior. Sin embargo, ¿en qué nos asemejamos a esta higuera? ¿realmente estamos dando frutos? Escuchemos lo que le dice el jardinero al dueño del árbol, sintámonos ser nosotros esa higuera que está allí, a punto de ser arrancada, temblemos pensando en nuestro destino y respiremos al dueño aceptar la propuesta del jardinero.
Compromiso.
Trazarnos un plan de vida en el que tengamos presente la formación, la participación activa en las actividades del centro junior y la zona, la asistencia a la misa y frecuencia del sacramento del perdón, la vida de oración, el testimonio cristiano y la responsabilidad de cada a nosotros mismos y los demás. Procurando estar vigilantes.
Celebración:
Reza la oración que hay más abajo.



ORACIÓN AL COMIENZO DE LA REUNIÓN

EXPERIENCIA:
Elementos presentes siempre en las oraciones: cruz de San Damián (Togo), icono de la Virgen María y cartel.

Signo de esta semana: el cartel del día del seminario, una estampa del Santo Cura de Ars, un dibujo con la silueta de un sacerdote.

Preparación: introducimos la oración presentándoles el Día del Seminario, la intención de este tiemp (pedir para que el Señor llame a jóvenes dispuestos a ser personas-para-los-demás-en-las-parroquias y rezar por los sacerdotes).

Proclamación del Evangelio: leemos el Evangelio del domingo. Podemos proyectar el powerpoint de las benedictinas de Montserrat.

REFLEXIÓN:
Interiorización : en el evangelio hemos escuchado como el viñador intercede ante el dueño de la viña, evitando así la arranque. Descubrimos en él a los consiliarios, ellos son los que se desviven por el Centro Junior, lo riegan con la predicación, los sacramentos, la formación, los consejos que nos dan. Nuestro Centro Junior es la higuera que él cuida aunque no de los frutos que desearía (seamos sinceros, quizás la lectura fuerce la realidad, pero cuantas veces al consiliario le gustaría fuésemos de otro modo), porque la ama, pensemos en los momentos en los que así nos lo ha manifestado, nos ha defendido ante quienes en la parroquia nos criticaban, ha creído en nosotros, ha peleado para que viniesen muchos niños a la convivencia y al campamento.
COMPROMISO:
Gesto: en el dibujo escribimos lo que el consiliario hace por nosotros con las manos (nos ofrece la eucaristía, nos perdona los pecados, nos ayuda a montar las mesas en la convivencia, a servir la comida,...), con los pies (camina con nosotros en la marcha, nos acompaña en los encuentros de zona, juega con los niños, visita a los juniors que están enfermos,...), con la cabeza (lee y se prepara las sesiones de formación, nos ayuda a organizar la convivencia, el campamento, los juegos,..., nos comprende, nos escucha, nos mira con amor, se rie con nosotros, nos aconseja, después de la reunión en el campamento se queda con nosotros un rato a charlar,...) y con el corazón. Aquí escribimos nuestros nombres, porque en el corazón del consiliario siempre estamos nosotros, por quienes ha renunciado a formar un hogar, somos su hogar, las personas que Cristo le ha ofrecido para que ame con un amor total.

Oración final: pedimos por nuestro consiliario, de forma espontánea lo que deseamos (p.ej.: pueda estar más tiempo con nosotros,...) o rezamos la oración.
GUIÓN CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA.
Monición de entrada.-
Estamos ya en el tercer domingo de cuaresma, casi a mitad de estos días que dedicamos a intentar cambiar. Pero, ¿lo estamos haciendo? Porque a veces nos pasa que sólo pensamos en nuestros problemas y nos olvidamos de los demás, como le pasó a Moisés antes de encontrarse con Dios en el Monte Horeb.
Sin embargo hay personas que sí les preocupan los demás, son jóvenes como todos los jóvenes, que les gusta divertirse y pasárselo bien, pero que además quieren ser sacerdotes y ayudar a las personas, especialmente a las que están tristes. Ellos estudian en el seminario, por eso vamos a tenerlos muy presentes y a rezar por quienes un día, pueden estar aquí, como está N., nuestro sacerdote, amándonos con todo su corazón.
[Si hay seminarista]:
Y de manera especial rezamos por N. , seminarista que ha venido a acompañarnos en esta misa de los niños y a decirnos unas palabras. Esperamos que te encuentres muy bien entre nosotros y que un día seas sacerdote y vengas a celebrarnos una misa.

Acto penitencial.-
Por que no cuidamos la belleza del corazón. Señor, ten piedad.
Un niño presenta una pastilla de jabón.
Porque a veces nos complicamos la vida. Cristo, ten piedad.
Un niño presenta una cuerda con muchos nudos..
Porque muchas veces sólo pensamos en nosotros. Señor, ten piedad.
Un niño presenta una caja de cartón totalmente cerrada con un rotulo: YO, YO.

Monición Primera lectura.-
En la primera lectura escucharemos como Dios se fijó en un pueblo que era esclavo de los egipcios y como se apareció a Moisés y le mandó que los liberase.

Monición Segunda lectura.-
En la segunda lectura san Pablo nos dirá que tenemos que ser obedientes a lo que Dios nos pide.

Monición evangelio.-
Hola amigos y amigas. Hoy Jesús nos va a contar una parábola, es decir, un cuento que tiene una enseñanza. En ella nos hablará de una higuera que no había manera de que diese higos y como él, a pesar de eso, lo intentó de nuevo, esperando que diese fruto.

Homilía.-
En la homilía si seguimos el material de CCS, esta semana colocamos la rama con la frase: Éste es mi hijo amado. ¡Escuchadle!
Colocamos un panel con el dibujo de un sacerdote y en él pegado un gran corazón y les preguntamos a los niños que hace el sacerdote con las manos, los pies y la cabeza. A continuación les preguntamos que es lo que hay en su corazón y quienes se encuentran en él. Les pedimos escriban el nombre de Jesús y al lado los suyos.
Si hay seminarista bien él les habla, bien le preguntan.

Peticiones.-
Por los que formamos la Iglesia, para que nos esforcemos en mostrar a Dios bueno. Roguemos al Señor.
Por nuestro Seminario Diocesano, para que los seminaristas y formadores sean una auténtica familia donde vivan las enseñanzas de Jesús. Roguemos al Señor.
Por las vocaciones, para que más niños, adolescentes y jóvenes escuchen la llamada de Dios y quieran ser sacerdotes. Roguemos al Señor.
Por las familias cristianas, para que en ellas surjan vocaciones. Roguemos al Señor.
Por los sacerdotes para que sean buenos pastores, que amen mucho a Dios y a las parroquias donde el obispo les envía. Roguemos al Señor.
Por nuestro párroco N. [y vicario N.] para que Dios les ayude a ser buenos sacerdotes. Roguemos al Señor.
[Si hay seminarista] Por N. , para que sea un buen seminarista y Dios le ayude a descubrir el camino que él desea. Roguemos al Señor.
Por nosotros, para que nos esforcemos en vivir las enseñanzas de Jesús. Roguemos al Señor.


Ofrendas.-
Jesús te ofrecemos este libro [diurnal], con el que rezan todos días los seminaristas y sacerdotes.
Jesús te ofrecemos este agua, desde nuestro deseo de dejar que tú riegues y cuides nuestro corazón.
Jesús te ofrecemos el pan y el vino, ellos son el alimento con que tú nos cuidas.

Oración final.-
Jesús, Buen Pastor,
que has querido guiarnos
mediante los sacerdotes.
¡Gracias por este regalo!
Te pedimos por ellos,
cuídalos y ayúdales a ser fieles.
Te pedimos también
por los seminaristas,
que sean disponibles y generosos
para dejarse moldear por tí.





EL EVANGELIO REPRESENTADO CON NIÑOS
* PERSONAJES: JESÚS. Ocho JUDÍOS o judías. Viñador. Amo de la viña.
* MATERIALES NECESARIOS: Música suave. Banqueta.
* ESCENIFICACIÓN: (Música suave. En un extremo del presbiterio o escenario está JESÚS, sentado en un banqueta y rodeado de los ocho JUDÍOS o judías, que pueden permanecer de pie o sentados, pero siempre formando un grupo que actúa con naturalidad. Al hablar, cesa la música.)

JESÚS: (Lento y expresivo.) Amigos, no debéis juzgar nunca a nadie. El que juzga, suele equivocarse casi siempre.
JUDÍO 1: Yo no olvido tus palabras, JESÚS: "No hay que ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro".
JESÚS: Me alegra que lo recuerdes. El que juzga a los demás, no les ama...
JUDÍO 3: (Interrumpe contento.) Y lo más importante es el amor. ¡Me lo sé de carretilla!
JUDÍO 4: Pues si lo sabes y no lo practicas, ¡vaya una gracia! (El JUDÍO 3 le saca la lengua o hace cualquier otro gesto para manifestar su enfado al JUDÍO 4.)
JUDÍO 5: Es que eso de querer a todo el mundo, ¡tiene tela marinera! (Por el pasillo central y los laterales, entran corriendo tres JUDÍOS más. Antes de llegar al lado de JESÚS, comienzan a hablar aceleradamente.)
JUDÍO 6: ¡Maestro, Maestro, Pilato ha mandado degollar a un grupo de galileos!
JUDÍO 7: Es verdad, JESÚS, estaban ofreciendo el sacrificio de la tarde, y llegó un grupo de soldados ... ¡y les cortó el cuello a todos!
JUDÍO 8: (Radical.) ¡Dios los ha castigado por sus pecados!
JUDÍO 1: (Disiente.) ¡No puede ser, estaban ofreciendo un sacrificio!
JUDÍO 2: (Encontrando el motivo.) Pues estarán pagando la culpa de sus padres.
JESÚS: ¿Pensáis que esos galileos son más malos porque acabaron así?
TODOS: ¡Claro!
JESÚS: (Tajante.) Pues estáis muy equivocados.
TODOS:(Sorprendidos.) ¿Sííí? ¿De verdad?
JUDÍO 3: Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé... )Tampoco habían hecho nada malo?
JESÚS: (Categórico.) No eran peores que los demás. Todos tenéis que convertiros y mejorar en algo. (Se pone en pie.) Os lo explicaré con una parábola. Sentaos y escuchad.
JUDÍO 4: (Contento.) ¡Qué bien, a mí me gustan mucho las parábolas! (Cuando todos se han sentado, JESÚS comienza la narración.)
JESÚS: Érase una vez un hombre que tenía una higuera plantada en su viña y fue a ver si ya habían nacido los higos... (Música suave. Por el extremo opuesto al grupo de JESÚS, aparecen el amo y el viñador. Música de fondo.)
AMO: Amigo, te encargué cuidaras mi viña y también la higuera.
VIÑADOR: Eso hago, Señor.
AMO: Ya lo sé. Pero llevo tres años viniendo a buscar higos y nunca encuentro. Así que creo debes cortar la higuera, no sirve para nada.
VIÑADOR: Señor, déjala todavía este año. Yo cavaré alrededor, la abonaré, a ver si da fruto. Si no, el año que viene la cortarás.
JESÚS: (Va hacia el PÚBLICO. Fuerte y lento.) Esforzaos por dar frutos de buenas obras, ahora que todavía estáis a tiempo.

ORACIÓN
Jesús, Buen Pastor,
que has querido guiar el movimiento junior
mediante el ministerio de los sacerdotes,
consiliarios de nuestros centros:
¡gracias por el regalo de nuestro consiliario N.
Te pedimos por él,
por los consiliarios de Juniors moviment diocesà,
y por todos los sacerdotes:
cuídalos y concédeles ser fieles.
Que sepan participar activamente en el centro
y contribuyan a alimentar nuestra vida espiritual
y nuestra misión evangelizadora,
mediante la celebración de los sacramentos,
especialmente la Eucaristía y el Perdón,
valorando los carismas de cada uno de nosotros,
los niños y educadores que formamos el movimiento
y potenciando nuestras cualidades.
Ayúdale a ser educador en la fe,
mediante la relación personal y continua
con cada uno de nosotros,
y el acompañamiento
en el crecimiento humano y espiritual,
ayudándonos a discernir nuestra vocación.
Que él sea para nosotros un auténtico y fiel:
maestro de oración,
maestro de fe,
animador de la liturgia,
vínculo y promotor de comunión eclesial,
animador y educador de las vocaciones cristianas,
animador de la misión,
acompañante espiritual
y amigo cercano.
Te lo pedimos por medio de tu Hijo Jesucristo
y de Santa María de los Juniors,
Madre y Educadora nuestra.
Oración inspirada en el libro Rasgos de Identidad, pg. 33-34

VIA CRUCIS JUNIOR: COMPROMETIDOS CON LAS VOCACIONES

Primera estación: Jesús condenado a muerte
Del evangelio de S. Mateo:
“En aquel tiempo dijeron los sumos sacerdotes y el Sanedrín: ¿qué os parece? Es reo de muerte (Mt 26,66).
Jesús asume su condición de profeta. Ha sido llamado a dar testimonio de la verdad y como los profetas es condenado a no ser escuchado, a la exclusión.
La vocación es decir sí a Cristo, aceptar correr la suerte de Jesús, actuando como él, sin miedo a ser rechazado.¿Estoy dispuesto a ello?
Ser junior es acoger la llamada de Cristo que invita a trabajar en la tarea de anunciarle y proclamar el Evangelio, en toda sus consecuencias.

Segunda estación: Jesús con la cruz a cuestas
Del evangelio de S. Juan:
“Al entregarlo Pilato, se hicieron cargo de Jesús, que llevando a hombros su propia cruz, salió de la ciudad hacia un lugar llamado la Calavera, en hebreo Gólgota” (Jn 19, 17).
Decir sí siempre es asumir la cruz que conlleva y Cristo cargó con la propia, porque la obediencia al Padre es siempre asumir el peso de muchos “noes”, no a si mismo, no al poder, no al tener libertad, paz, bienestar.
Es más rentable vivir para uno mismo, dejar a los otros con sus problemas, por eso, son muchos los llamados y pocos los que escuchan la voz de un Dios que invita a seguirle en la entrega a los demás.
“Por el camino que tú me marques”, rezamos en la oración junior y ese camino es con la cruz, la que conlleva el estilo de vida que responde al evangelio.

Tercera estación: Jesús cae por primera vez bajo la cruz
Del Evangelio de S. Mateo:
“Mi alma está triste hasta la muerte... y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra y oraba” (Mt 26,37).
Jesús cae. Al entusiasmo del primer momento, abrazándose a la cruz, feliz porque el “hágase tu voluntad” es una realidad, sucede el cansancio, la caída.
También en la vida del seminarista, el sacerdote, el consagrado y el cristiano comprometido hay una primera caída que abre el camino a otra segunda y a otras muchas caídas: el primer desánimo, el primer desengaño, la primera irresponsabilidad,... nos abre los ojos a la dura realidad de una vida-para-los-demás.
El primer desánimo, el primer fracaso, forma parte de la vida del educador.
Cuarta estación: Jesús encuentra a su santísima Madre
Del Evangelio de S. Lucas:
“Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: Y a ti misma, una espada te atravesará el alma, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones” (Lc 2, 34-35)
Esta sólo, completamente sola. Bueno, completamente solo, no; está María, su Madre. Ella le sigue de cerca y las miradas se cruzan. Hay alguien que cree en su proyecto de vida.
No estamos solos en el seguimiento de Jesús. Ella siempre está ahí. En los momentos en los que seguirle es una pesada cuesta arriba, cerremos los ojos y sintamos su presencia, la mirada de María.
María forma parte del movimiento junior, el educador descubre en ella el modelo de seguimiento de Cristo.

Quinta estación: Jesús es ayudado por el Cireneo a llevar la cruz
Del Evangelista San Lucas.
“Cuando le llevaban, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que regresaba del campo, y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús” (Lc 23,26).
En el camino un hombre sale al encuentro de Cristo y le ayuda a llevar la cruz y Jesús acepta, se deja ayudar y acompañar en la llamada a cumplir la voluntad del Padre.
También en nuestra vocación siempre encontramos personas dispuestas a escucharnos, a cargar con nuestras preocupaciones, dudas, titubeos, sacerdotes que nos acompañan.
En nuestra vida como educadores el consiliario forma parte de ella, es el sacerdote que nos acompaña en el camino del seguimiento de Cristo y quien nos ayuda a discernir la propia vocación.

Sexta estación: La Verónica enjuga el rostro a Jesús
Del salmista:
“Mi alma tiene sed del Dios vivo... ¿Cuándo llegaré a ver el rostro de Dios?” (Sal 63,2).
Una mujer surge en el camino, ella no sólo enjuga el rostro de Jesús, en su propio rostro se refleja Cristo, es discípula del Maestro, la que da testimonio de Él, sin miedo a contaminarse con su sangre, sin miedo al qué dirán.
Nosotros muchas veces hacemos lo contrario, no da vergüenza decir que somos cristianos, que vivimos nuestra vocación, nuestra opción por Cristo.
¿Cuántas veces hemos sido cobardes? ¿Cuántas veces no hemos defendido a Cristo cuando se burlaban de él o de la Iglesia?

Séptima estación: Jesús cae por segunda vez
Del profeta Isaías:
Aunque nosotros lo creíamos castigado, herido por Dios y humillado. Eran nuestros dolores los que lo traspasaban y nuestras culpas las que lo trituraban (Is 53, 4).
Su vocación fue probada, era el Hijo amado del Padre, pero aprendió sufriendo a obedecer. Cayendo una y otra vez aprendió a ser Hijo amado, apoyándose solo en el Padre.
Pecar, confesar, pecar, confesar,... y nos desanimamos. Esto no es para nosotros. Cuando caemos descubrimos que estamos a la misma altura que quienes han ignorado la llamada de Dios, pero no es así. Nosotros caemos como todos, pero miramos a lo Alto, nos levantamos sabiendo que Dios nos tiende la mano y volveremos a caer y Él volverá a levantarnos.
¿Cuál es la diferencia entre un joven junior y uno que no lo es? Ambos caen, pero uno siente la presencia de Dios y se levanta, el otro es feliz sumergido en el cieno del pecado.

Octava estación: Jesús amonesta a las mujeres de Jerusalén
Del Evangelio de S. Lucas:
“Lo seguía una gran multitud de pueblo y de mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por él” (Lc 23,27).
Lloraban porque le veían cargando con la cruz, asumiendo hasta las últimas consecuencias el Reino de Dios, lloraban por Él y Él les responde: llorad por vosotras y vuestros hijos, por quienes preferís vivir al margen de Dios, sin optar por quienes ha optado el Padre, los últimos, los marginados.
Muchos a nuestro alrededor lloran al ver las dificultades con las que nos encontramos en el seguimiento de Cristo, lloran la muerte de los misioneros, de quienes han hecho de su vida una existencia para Dios y para los demás. Y deberían llorar por ellos mismos, pues viven para sí, vida condenada a la nada.
Y se lamentan de los problemas que tenemos, ¿para qué sigues a Jesús en el Junior? Ya te lo decíamos, eso te iba a traer preocupaciones y momentos amargos. Son como esas mujeres, al margen de todo, sin implicar su vida en acciones en favor de la sociedad.

Novena estación: Jesús cae por tercera vez bajo la cruz
Del evangelio de S. Mateo:
“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11, 28).
Para cargar con el cansancio de los demás, hay que haber experimentado ese mismo cansancio. Él comprende nuestras caídas y desalientos, porque Él también lo experimentó, en el peso de su cruz están nuestras cruces.
No somos héroes, somos personas como los demás, que se cansan, se agobian y se desaniman. Precisamente porque caemos somos capaces de escuchar y tender la mano a quienes en el camino de nuestra vida caen y necesitan ayuda.
A veces creemos que la vocación es para personas fabricadas con una carne especial, fuertes, incapaces de caer y desfallecer. No es así, el buen educador no es el junior perfecto, sino el humilde que cae, se levanta y comprende a los educadores, juniors y hasta al consiliario cuando pasa un mal momento y desea abandonar el camino, dejar la cruz en los hombros de otros.

Décima estación: Desnudan a Jesús, y le dan de beber hiel.
Del Evangelio de S. Juan.
“Se repartieron sus vestiduras, echándolas a suerte” (Jn 19, 24)
Despojado de todo poder, pasa a ser uno de tantos, un condenado a muerte, sin más vestido que su cruz, sin más pertenencia que sus tres clavos, sin mayor gloria que la corona de espinas.
Es lo más difícil en la vocación, despojarse del éxito, dejar que los otros se repartan el vestido que hemos tejido durante años con mucho trabajo y esfuerzo y abrazarse al fracaso, a no ser valorado, con las manos vacías.
Es la hiel más amarga. Después de muchas horas restadas a la familia o el ocio y sin embargo sale mal el juego, el campamento o la convivencia. Jesús no es un empresario que exija resultados, paradójicamente a veces sólo nos pide que estemos en su lugar y con su misma actitud.

Undécima estación: Jesús clavado en la cruz
Del evangelista S. Lucas:
“Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 24)
Y Él extiende sus brazos, quiere abrazarnos a todos. Mientras ellos le insultan y clavan su cuerpo al madero, Él, Él los perdona, la mayor muestra de amor, es misericordioso con quienes no lo son con Él.
Este es nuestro reto en la sociedad: mostrar el rostro misericordioso de Dios a quienes no comprenden nuestra vocación y nos crucifican con sus palabras. Ante ellos la mejor defensa es abrir los brazos, abrazarles y perdonarles, como Cristo.
Amar como Jesús nos ama, esa es nuestra vocación como educadores juniors. Frente a la sociedad que responde con violencia, nosotros amamos y perdonamos.
Duodécima estación: Jesús muere en la cruz
Del evangelio de S. Juan:
“Todo está cumplido” (Jn 19,30).
Vino a cumplir la voluntad del Padre y así lo hizo, esa fue su vocación llevada al extremo de la muerte, del darse totalmente al Padre abrazando al mundo.
¿Y nosotros? Ante la cruz ¿cómo actuamos? ¿Podemos decir que estamos cumpliendo su voluntad, viviendo el Evangelio? ¿Caminamos con quienes caminó Cristo? ¿nuestro corazón tiene sus mismos sentimientos? ¿nuestras aspiraciones son las mismas que las de Cristo?
Los juniors cambiaremos el mundo, cantamos. Sí y lo cambiaremos viviendo el estilo de vida junior, resumidos en la Ley, el Lema y los Principios de Vida. Es decir, muriendo a nosotros mismos para que Cristo viva en nosotros. Pero, ¿son palabras o son realidades que están creciendo en nosotros?

Decimotercera estación: Jesús es bajado de la cruz y puesto en los brazos de su santísima Madre
Del Evangelio de San Mateo:
José tomó el cuerpo y lo envolvió en una sábana (Mt 27,57).
María acoge a un crucificado, es capaz de descubrir en este condenado a muerte por Procurador y el Sumo Sacerdote al Hijo de Dios.
Seguir a Cristo nos ha de llevar a acoger al otro, al excluido. La llamada al sacerdocio, la vida religiosa, a ser un cristiano comprometido no es para quedarse en la Iglesia, la meta está en el ser humano, en acoger a aquellos con los que Cristo se identificó, hacerse uno con ellos, como la Madre se hizo uno en el abrazo con el Hijo muerto, excluido.
En el corazón del educador hay unos niños que han de ocupar un lugar especial, con los que se ha de identificar, son los niños enfermos, inmigrantes, marginados, procedentes de familias desestructuradas. Así su vocación será auténtica.

Decimocuarta estación:Jesús es puesto en el sepulcro
Del Evangelio de San Juan.
“En el lugar donde Jesús había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que aún no había sido depositado nadie. Pusieron allí a Jesús” (Jn 19,41).
Sepultado en la tierra, en espera de la gran noche de la Pascua, confiando totalmente en el Padre. Su entrega por los demás, su SI total al Padre no ha quedado frustrado, pero antes tiene que pasar el silencio del sábado y esperar con esperanza.
A veces no vemos frutos, ni en nosotros ni en los demás. Tantos años siguiendo a Cristo, tantas misas, tantas horas de oración, tantas lecturas, tanto escuchar y meditar la Biblia y seguimos igual. Sepultémoslo en Cristo y esperemos, no queramos vivir el Domingo de Pascua sin el Sábado Santo, el Aleluya sin el silencio del descenso a la profundidad.
¡Cuántas veces desearíamos ver recompensados nuestros esfuerzos con el equipo juniors y sin embargo están igual o peor que cuando comenzaron en estilo de vida! Dejemos que la semilla germine, a su tiempo, tengamos paciencia. Nuestra vocación muchas veces es probada con el tiempo aparentemente infructífero del sábado santo. Hemos de aprender tanto de este día.

Te adoramos Oh Cristo y te bendecimos Que por tu santa cruz nos redimiste.

Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu hijo, muerto en la cruz, concédenos, te rogamos, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio alcanzar en el cielo los premios de la redención. Por Jesucristo. CUARESMA CON LOS CUARENTA ÚLTIMOS.

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