domingo, 31 de agosto de 2008

Jesús es el Señor. La oración cristiana.

LA ORACIÓN CRISTIANA.

La oración del Señor: el Padrenuestro.


Padre nuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

La Señal de la Santa Cruz.

Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gloria al Padre.


Gloria al Padre y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.




ORACIONES A NUESTRA SEÑORA.

Avemaría.


Dios te salve, María, llena eres de gracia;
el Señor es contigo. Bendita Tú eres
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Salve Regina.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.
A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva;
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

OTRAS ORACIONES.

Ángel de la Guarda.


Ángel de mi guarda, dulce compañía,
no me desampares ni de noche ni de día,
no me dejes solo, que me perdería.

Al Espíritu Santo.

Ven, Espíritu Santo,
ilumina nuestros corazones
y llénalos con el fuego de tu amor.

Para empezar el día.

Comienza el día, Señor, Dios nuestro;
te suplicamos que tu amor llene nuestros corazones
para que nos ayudemos unos a otros.
Y que todo lo que hoy hagamos sea una ofrenda para Ti.



Para pedir perdón.
Yo confieso, ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa,
por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.

Para dar gracias.
Te damos gracias, Señor, Dios omnipotente,
por tantos beneficios como nos das.
Me gustaría contar a todos las maravillas
que haces con nosotros. Tú nos amas
con un amor sin fin. ¡Gracias, Señor mío!
A ti, que vives y reinas
por los siglos de los siglos.

Bendición de la mesa.
Bendice, Señor, a cuantos hoy comemos este pan.
Bendice a quienes lo hicieron, a quienes no lo tendrán,
y haz que, juntos, lo comamos en la Mesa celestial.

Gracias te damos, Señor, por el pan que nos mantiene,
y enséñanos a compartirlo con los que no lo tienen.

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