domingo, 31 de agosto de 2008

Jesús es el Señor. Las fiestas cristianas.

LAS FIESTAS CRISTIANAS.

Los cristianos a lo largo del año, celebramos los grandes acontecimientos de la vida de Jesús: Navidad, Pascua, Pentecostés... También celebramos las fiestas de la Virgen María y de los Santos. La mejor forma de celebrar las fiestas es participar en la Eucaristía, que es el corazón de las fiestas cristianas.
Es muy importante conocer y celebrar las grandes fiestas de la Iglesia y, para vivirlas bien, las preparamos con un tiempo especial: Cuaresma, Adviento.
Cada domingo, recordamos la Pascua de Jesús. Es el día del Señor. Nos reunimos con todos los cristianos para celebrar la Eucaristía. ¡El Señor vive y está con nosotros!
El calendario litúrgico recoge todas las celebraciones de la Iglesia.

¿Cómo celebrar las fiestas litúrgicas?

Para celebrar las fiestas litúrgicas es necesario:
*Saber qué vamos a celebrar y disponer nuestro corazón.
*Acudir al Sacramento de la Reconciliación, si lo necesitamos.
*Participar en la celebración de la Santa Misa con la comunidad.

La fiesta de la Navidad.
El día 25 de diciembre es Navidad, celebramos la fiesta del Nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Es una fiesta muy alegre. El Hijo de Dios se ha hecho niño, se ha hecho hombre y nos trae la Buena Noticia de que Dios nos quiere.

Jesús nació en Belén: José, que vivía en Nazaret, tuvo que viajar a Belén. Iba con él María su esposa, que esperaba un hijo.
“Mientras estaban allí le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada”
(Leer Lucas 2, 4-7).
Cuando nace un niño todos se alegran en la casa. El día en que Jesús nació, los ángeles alababan a Dios. Nosotros, llenos de alegría, cantamos a Dios Padre con el mismo canto de los ángeles:
Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz
a los hombres que ama el Señor.

Tiempo de Navidad.

El tiempo litúrgico de Navidad comprende desde el 25 de diciembre hasta la fiesta de la Epifanía o de los Reyes Magos, en la cual recordamos la manifestación de Jesús a todos los pueblos de la tierra, y el Bautismo de Jesús en el río Jordán.
En este período de tiempo se celebra también la fiesta de Santa María Madre de Dios y de la Sagrada Familia. La Iglesia celebra el Nacimiento de Jesús. Él es la luz del mundo. Él es “Dios-con-nosotros”, ayer, hoy y siempre.

Tiempo de Adviento

El tiempo de Adviento es tiempo de preparación para la fiesta de Navidad. Cuatro semanas que nos invitan a recordar la primera venida al mundo de Jesús, el Hijo de Dios, y a avivar nuestra esperanza en la segunda venida de Cristo, al final de los tiempos.
La liturgia de la Iglesia, especialmente en la proclamación de la Palabra, nos ayuda a preparar nuestros corazones y a vivir en la esperanza de esta venida definitiva: el profeta Isaías, Juan Bautista y la Virgen María son nuestros modelos en este tiempo de espera.



La Solemnidad de Pascua.


El Domingo de Resurrección es la gran fiesta de los cristianos. Jesús, el Crucificado, vive con Dios Padre para siempre. Un ángel, sentado a la puerta del sepulcro anunció a las mujeres:
“Jesús, el que murió en la cruz, no está en el sepulcro:
¡ha resucitado! (Mateo 28,6)
Miramos la Cruz y llenos de gozo decimos: “¡Aleluya, el Señor resucitó!”
Cantamos juntos:
“¡Este es el día en que actuó el Señor.
Sea nuestra alegría y nuestro gozo!
¡Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia!
¡Aleluya!” (Salmo 118, 24-29)

Tiempo de Pascua.

Los cincuenta días que van desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés hemos de celebrarlos con alegría y gozo, como si se tratara de un solo y único día festivo, como “un gran domingo”. Jesucristo, muriendo, destruyó nuestra muerte y resucitando nos ha devuelto la vida. Esto es lo que celebramos durante el tiempo de Pascua.

Tiempo de Cuaresma.
Durante cuarenta días, antes de la fiesta de Pascua, nos preparamos para celebrarla bien. A lo largo de estas semanas Dios nos llama a escuchar su Palabra, a cambiar nuestro corazón y a vivir como verdaderos discípulos de Jesús. Todo culmina con la Semana Santa.

La Semana Santa.

Todos los años, los cristianos celebramos la Semana Santa para recordar la Muerte y Resurrección de Jesús: la Pascua. Y así renovar nuestra vida. En esta semana, que comienza el Domingo de Ramos, acompañamos a Jesús y contemplamos, unidos, sus misterios.

Domingo de Ramos.
-Cuando Jesús iba a Jerusalén para entregar su vida, la gente salió a su encuentro con palmas en las manos. Muchos hombres, mujeres y niños lo bendecían, llenos de gozo, diciendo:

“Bendito el que viene en el nombre del Señor.
¡Hosanna en el cielo!” (Lucas 19,38)

También nosotros, que queremos ser amigos de Jesús, le decimos:

Bendito eres, Señor, ahora y por siempre.

Al escuchar, en la Misa de este domingo, el relato de la Pasión del Señor, toda la asamblea reunida se prepara a participar en la celebración para vivir los acontecimientos de la Muerte y Resurrección de Jesús, su entrega al Padre para salvarnos.

Jueves Santo.

Antes de morir, Jesús cenó con sus amigos, se despidió de ellos y les hizo un gran regalo. Les dijo:

“Un Mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros
como yo os he amado” (Juan 13, 34)

Jesús tomó pan y vino, se lo dio diciendo:
Tomad y comed, esto es mi Cuerpo.
Tomad y bebed, esta es mi Sangre.
Jesús, hemos escuchado lo que Tú has hecho y dicho en la Última Cena.
Te damos gracias porque has querido quedarte con nosotros. ¡Gracias, Jesús,
deseamos sentarnos a tu mesa y celebrar, unidos, la Eucaristía!

Viernes Santo:

Jesús dijo:
“Nadie tiene amor más grande
que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15,13).

Jesús murió en la Cruz para salvar a todos los hombres y darles una Vida nueva.

“Al ver la Cruz, sé que Jesús me ama y le digo:
Jesús, te veo sobre la Cruz, con la cabeza inclinada.
Has querido dar la vida por nosotros para decirnos
que tu amor por todos los hombres es muy grande.
Tu amor no tiene fin. ¡Gracias, Jesús!

Adorando la Cruz de Jesús, la asamblea canta:

¡Te adoramos, Cristo y te bendecimos,
porque por tu Santa Cruz has salvado al mundo!

Ahora sabemos que Jesús ha muerto para salvarnos. Con María esperamos su resurrección.

Vigilia pascual.
Toda la Semana Santa tiene su centro en la Vigilia Pascual. Celebramos la gran noche de la resurrección del Señor: la Luz, la Palabra, el Agua y el Banquete, son signos de esta gran fiesta. ¡Jesús resucita y nos trae la Vida nueva!

Celebramos con gran alegría la Resurrección del Señor, la luz alumbra nuestra noche. Es Pascua, la fiesta de las fiestas. Renovamos nuestro Bautismo. ¡Gracias, Jesús, porque unidos a Ti pasamos de la muerte a la Vida!

Reunidos en torno a l Cirio Pascual cantamos: ¡Luz de Cristo! ¡Demos gracias a Dios! Y la Iglesia proclama:
“¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento
en el que Cristo resucitó de entre los muertos”
(Pregón Pascual)

No hay comentarios: