miércoles, 12 de noviembre de 2008

Taller de Oración. I - Día 3º. Te atraía con lazos de amor.


I Dios de la Ternura.
Día 3º.



Preparo el corazón.
Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.
No estoy solo, Dios eres quien me miras y escuchas.

Escucho a Dios.
Cuando Israel era niño, lo amé,
y de Egipto llamé a mi hijo.
Y cuando más los llamaba,
más se alejaban de mí:
ofrecían sacrificios a los Baales
e incienso a los ídolos.
Yo enseñé a caminar a Efraín,
tomándole por los brazos,
pero no sabían que yo los cuidaba.
Los atraía con cuerdas humanas,
con lazos de amor;
yo era para ellos como las personas
que alzan a un niño contra su mejilla;
me inclinaba y le daba de comer.
Oseas 11, 1-4

Sigo escuchando.
VER: el texto hace referencia a la historia de Israel: cuando se encontraba esclavo en Egipto (niño) fue llamado por Dios, Él le enseñó durante cuarenta años a caminar, tomándole de los brazos, por el desierto del Sinaí, pero allí ya fabricaron un ídolo al que adoraron, el becerro de oro. Llegados a Palestina les entregó la tierra y ellos, lejos de reconocerle, se apartaron. Es la historia de amor entre un Dios que llama, enseña a caminar, toma en brazos, atrae con cuerdas de amor, alza contra su mejilla, se inclina y le da de comer a su pueblo, mientras éste prefiere los dioses y los ídolos al amor de Yahvé, el Dios de Israel.
JUZGAR: también a mí Dios me ha llamado del no ser, de la no existencia a la vida y sigue llamándome en la realidad de pecado y esclavitud. Como Israel puedo yo encontrarme apartado de Dios, esclavo del afán de consumir, del disfrute con el alcohol, el sexo o el tabaco y de ser el que más en todo, aunque sea pisando a los que están cerca de mí. Es ahí, en mi indiferencia ante Dios y mis esclavitudes donde Dios me llama. Pero posiblemente nuestra vida, como juniors es más la de Israel en Canaán, la Tierra Prometida. Hemos seguido la llamada de Dios y caminamos con él en el Centro Junior. Aquí experimentamos en momentos determinados como una oración, un campamento, una convivencia o una celebración, a Dios atrayéndonos con lazos de amor. Sin embargo nos alejamos de Él.
ACTUAR: mira tu vida, pídele perdón a Dios porque en este texto está tu historia y tú también a pesar de todo lo que Él hace por ti, te alejas. Siente que Dios te ama con esta ternura.

Y le hablo.

Réspondele con este salmo:

Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo:
mi garganta tiene sed de ti,
mi carne desfallece por ti,
en un páramo reseco, sin agua.

Así te contemplé en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria.
Pues vale más tu lealtad que la vida,
te elogiarán mis labios;
así te bendeciré mientras viva,
alzando las manos en tu nombre.
Como de enjundia y de manteca
se saciará mi garganta,
y con labios jubilosos
te alabará mi boca.

Si en el lecho me acuerdo de ti,
velando medito en ti:
que fuiste mi auxilio
y exulto a la sombra de tus alas.
Mi aliento se pega a ti
y tu diestra me sostiene.

Los que buscan mi perdición
entrarán en lo profundo de la tierra,
serán entregados a la espada
y echados como pasto a las raposas.
Pero el rey celebrará a Dios,
se gloriarán los que juran por él,
cuando tapen la boca a los mentirosos.

Y después...
Considera que cada cosa agradable que ves, sientes, oyes y gustas es un regalo especial, un mensaje de amor que el Padre Dios te envía expresamente a ti.

Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

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