martes, 18 de noviembre de 2008

Taller de Oración. II. Día 2º: no te dejaré


Día 2º.



Preparo el corazón.

Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira.

Escucho a Dios.
Después de la muerte de Moisés, siervo de Yahvé, habló Yahvé a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés. Le dijo:
-Moisés, mi siervo, ha murto. Prepárate para pasar ese Jordán, junto con toda esta gente, hacia la tierra que yo voy a darles a los israelitas. Voy a entregaros todo lugar que sea hollado por la planta de vuestros pies, según declaré a Moisés. Vuestro territorio se extenderá desde el desierto y el Líbano hasta el Río Grande, o sea, el Éufrates (toda la tierra de los hititas), y hasta el mar Grande de poniente. Nadie podrá resistirte en todos los días de tu vida: lo mismo que estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. Se fuerte y valiente, porque tú eres quien va a dar a este pueblo la posesión del país que juré dar a sus padres. Basta que seas muy fuerte y valiente, teniendo cuidado de cumplir toda la Ley que te dio mi siervo Moisés. No te apartes de ella ni un ápice, para que tengas éxito adondequiera que vayas. Que el libro de esta Ley no se aparte de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y tendrás suerte y éxito en tus empresas. ¿No te he mandado que seas fuerte y valiente? Pues no tengas miedo ni te acobardes, porque Yahvé tu Dios estará contigo adondequiera que vayas.
Josué 1, 1-9

Sigo escuchando.

VER: con estas palabras comienza el libro de Josue, en el que se narra la conquista de la Tierra Prometida. Dios promete a su pueblo darle una gran extensión, la que abarca desde el Mediterráneo hasta el Eufrates (actual Irak), desde el Líbano hasta el Sinaí. En él es importante destacar tres acentos: promesa de la tierra, confianza en la protección y presencia de Dios y cumplimiento de la Ley. Así pues comienza viendo la escena, dibujando en tu imaginación a Josué escuchando la voz de Dios quien le pinta en un cuadro el mapa de cuanto va a entregarle y le señala la ley. Te puede servir los gestos, ¿cómo se lo diría Dios a Josué mediante mímica? Lo importante es que te sumerjas en la escena, ésta es Palabra de Dios, actual, dirigida a ti.


JUZGAR: analiza el texto, quédate con las palabras que más te llamen la atención, repítelas, hazlas propias. A ti también te promete la tierra, ésta ya no es un territorio físico, sino el mismo Dios. Para el cristiano la tierra prometida es Dios que se deja conquistar. Él quiere que lo conquistes, que entres en el apasionante mundo de su Palabra, donde te sumergirás en su corazón. Quiere que entres en el Reino de Dios. Para ello, este Dios que se te da totalmente te pide dos mandatos: confíes en él y cumplas la Ley, es decir, le ames y ames al prójimo. ¿Vives así tu ser junior?, ¿para ti ser monitor o educador significa sobretodo amar a Dios?, ¿lees, escuchas y meditas la Ley de Dios expresada de forma única e insuperable en el Evangelio, en textos como el Sermón de la Montaña?


ACTUAR: no me lo digas a mí, díselo a Dios. Reza, sencillamente. Escribe una oración como respuesta a su palabra.


Y después...
Mira a los demás, a todos los demás desde la mirada de Dios: al peridoista de la TV, al ministroq eu acaba de hablar, a este actor/actriz que aparece en la serie que te gusta, al empleado de la tienda, al profesor, al amigo, a tus padres,... al mirarlos dile a Dios: “Padre, también yo los amo”.


Texto base tomado de http://www.seminariomenorvalencia.com/

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