miércoles, 22 de octubre de 2008

Escuela de Oración. XXI. Meditación 1ª


SEMANA XXI. LOS TRES GRADOS DE HUMILDAD.

DÍA 1º.



Serenarse, ponerse en presencia.

“Al llegar ante el Santísimo, al que se lo debo todo, ante él hago un signo de sumisión, de pobreza, de reconocimiento de su grandeza y de mi pequeñez. Me pongo de rodillas y como aquel que se sabe ante alguien muy importante le agradezco poder estar con él”.

Oración preparatoria.
“Señor concédeme la gracia para querer vivir contigo y como tú, siguiéndote de la forma más generosa, aunque haya que pasar por lo que haya que pasar. Señor, haz que mi corazón se vaya configurando con el tuyo, de manera que la sencillez, la pobreza y la humildad sean también el estilo de mi vida”

Introducción.
Se anota en el guión del Seminario Menor de Valencia:
“Nos gustaría ser más sensibles a la acción del Espíritu que “mueve” y “atrae” nuestra voluntad, mostrándonos lo que Dios quiere de nosotros en las circunstancias concretas de nuestra vida. Queremos entusiasmarnos con la persona de Jesús, hacernos uno con él, y así vivir el seguimiento hasta sus últimas consecuencias, caminando si es preciso por su penoso camino en suma pobreza, hambre, sed, injurias, afrentas, hasta morir en la cruz. Pero esto sólo podremos vivirlo desde el amor que nos impulsará a desear caminar junto a él, en su misión crucificante y crucificada. Por eso más que conocer los valores evangélicos, más que tener una voluntad libre de aficiones desordenadas, es necesario un enamoramiento tal que nos haga “necesitar” vivir con él y como él.

Textos:
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, sintió hambre. El tentador se acercó y le dijo:
-Sí eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.
Mas él respondió:
-Está escrito:
No sólo de pan vive el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Entonces el diablo lo llevó consigo a la Ciudad Santa, lo puso sobre el alero del Templo y le dijo:
-Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito:
A sus ángeles te encomendará,
y en tus manos te llevarán,
para que no tropiece tu pie en piedra alguna.
Jesús le contestó:
-También está escrito:
No tentarás al Señor tu Dios.
De nuevo lo llevó consigo el diablo a un monte alto, le mostró todos los reinos del mundo y su gloria, y le dijo:
-Todo esto te daré si te postras y me adoras.
Dícele entonces Jesús:
-Apártate, Satanás, porque está escrito:
Al Señor tu Dios adorarás
y sólo a él darás culto.
El diablo finalmente lo dejó. Y entonces se acercaron unos ángeles y se pusieron a servirle.
Mateo 4, 1-11

Meditación.
Nos dice el Seminario:
La primera manera de humildad podría llamarse “amor fundamental”. Es cuando en todo obedecemos la ley de Dios. Es cuando ni por nada ni por nadie coemetemos un pecado mortal, ni ponemos en peligro nuestra relación con Dios ya que él es el amor absoluto de nuestra vida. La fidelidad a los mandamientos de Dios es total y estamos dispuestos a dar la vida antes que quebrantarlos. Esto es una gracia de Dios que nos hace aborrecer instintivamente (como ante el olor a podrido), todas las tentaciones graves y nos hace huir de las ocasiones de pecado.

VER: leo el texto e imagino la escena, buscando descubrir lo que en ella se representa y el mensaje que desea mostrar.


JUZGAR: lo comparo en mi vida como junior. Las tentaciones de Jesús son las tentaciones del cristiano y por tanto del junior. También nosotros somos tentados a buscar en el junior el poder, la fama y la propia satisfacción.


ACTUAR: es decir, orar, háblale a Jesús.

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