lunes, 8 de diciembre de 2008

Tiempo de Adviento: Lunes II


II SEMANA DE ADVIENTO.

LUNES.

Oración:

Tomo conciencia de hallarme en presencia de Dios, fijando la mirada en una estampa o cerrando los ojos. Me signo mientras rezo la siguiente oración, consciente de mi incapacidad para orar:
Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme.

Texto bíblico
Que se alegren desierto y sequedal,
que se regocije y florezca la estepa.
Que estalle en flores y se regocije,
que lance gritos de júbilo.
Le va a ser dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Podrá verse la gloria de Yahvé,
el esplendor de nuestro Dios.

Fortaleced las manos débiles,
afianzad las rodillas vacilantes.
Decid a los de corazón inquieto:
¡Sed fuertes, no temáis!
Mirad que llega vuestro Dios vengador,
Dios que os trae la recompensa;
él vendrá y os salvará.

Entonces se abrirán los ojos del ciego,
las orejas de los sordos se destaparán.
Entonces saltará el cojo como ciervo,
la lengua del mudo gritará de júbilo.
Pues manarán aguas en el desierto
y correrán torrentes por la estepa;
la paramera se trocará en estanque,
y el país árido en manantial de aguas.
En la guarida de los chacales
verdeará la caña y el papiro.
Habrá allí una senda purificada,
que la llamarán Vía Sacra;
no pasará el impuro por ella,
ni los necios por ella vagarán.
No habrá leones en ella,
ni por ella subirá bestia salvaje;
los rescatados la recorrerán.
Los redimidos de Yahvé volverán,
entrarán en Sión entre aclamaciones:
precedidos por alegría eterna,
seguidos de regocijo y alegría.
¡Adiós, penas y suspiros!
Isaías 2, 1-5

Lectio (¿qué dice el texto?)
La primera parte del Adviento es la invitación a vivir desde la esperanza en la actuación de Dios. De forma poética el autor describe el gozo por su presencia. Dios va a venir para transformar el desierto físico en un monte frondoso. Su poder abarca la naturaleza y las personas. Así ocurrirá con la llegada de Cristo. En él Dios transforma el desierto de nuestra vida, lo hace florecer y lo llena de torrentes, fortaleciendo nuestra persona vacilante.

Meditatio (¿qué me dice el texto?)
En este texto puedes descubrir tu vida: piensa en los momentos de “bajón”, cuando parece que todo va mal, que en ti sólo hay sequedad, soledad, vacío interior, cansancio, desánimo,... Y léelo, Dios no te deja sólo. Por eso comienza preguntándote por tus desiertos y a continuación lee este texto. Ante tu pecado, la única palabra que Dios tiene es de aliento. Él viene a fortalecer tus manos débiles, incapaces muchas veces de compartir y ayudar, tus rodillas vacilantes en el camino hacia Jesús, en tu caminar siguiendo el Evangelio, tu corazón inquieto que busca la felicidad fuera de la Iglesia, de Jesús, de Dios. ¿Qué te dice Dios?

Oratio:

Estas cara a cara con Quien habita en tu corazón. ¿Qué le dices después de haber leído y meditado su Palabra?

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