sábado, 19 de abril de 2008

Escuela de Oración. Semana III. Día 5º


III Semana. Viernes 18 de Abril.
Más abajo encontrarás desde la 1ª Semana hasta el Jueves Semana III.

Adicción:
Comenzamos con este texto de una mujer encantadora para los niños de los años 70, Gloria Fuertes:
“La presencia
es vista y no vista.
Se siente, como si te besan con la luz apagada,
te estremeces, no ves nada.
Sientes eso que se siente,
cuando te liberas de una tenaza.
La presencia invisible
te seca el sudor de una lágrima;
no suelo ser una persona conocida,
no habla,
huele a esencia esencial,
no os la puedo describir,
es muy alta...”
Seguramente, si has llevado a cabo este plan de oración o lo has seguido más de un día, habrás descubierto esta presencia, es la de Dios. Comienza tratando de expresar como es.

Oración preparatoria:
Pídele a Dios que te haga sentir su presencia.


El texto, Su Palabra:
Hijo, actúa con dulzura en todo lo que hagas,
y te querrán más que al hombre generoso.
Cuanto más grande seas, más debes humillarte,
y alcanzarás el favor del Señor.
Porque grande es el poder del Señor,
pero son los humildes quienes le glofifican.
No pretendas lo que te sobrepasa,
ni investigues lo que supera tus fuerzas.
Atiende a lo que se te encomienda,
que las cosas misteriosas no te hacen ninguna falta.
No te preocupes por lo que supera a tus obras,
porque ya te han enseñado más de lo que alcanza
la inteligencia humana.
Pues las especulaciones desviaron a muchos,
y las falsas ilusiones extraviaron sus pensamientos.
Eclesiástico 3, 17-24
Composición de lugar:
Léelo despacio, como si fuese una carta que Dios te ha enviado y se dirige a ti, que eres su hijo. De todas las frases, ¿cuál te ayuda más a estrechar tu relación con Dios?, ¿cuál te ayuda a relacionarte mejor con los demás, especialmente con tu familia, amigos y centro junior?, ¿qué frase te ha llamado más la atención y te ha gustado?, ¿cuál no entiendes? Puedes consultármela o consultarla con tu consiliario bien personalmente o en la reunión de centro.

Coloquio:
Como siempre, habla con él, incluso discute con Dios. Y deja un espacio de silencio para que él te responda.

Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...

III Semana. Lunes 14 de Abril de 2008.

Introducción:
“Vives, pero la vida no se te ha dado a ti mismo/a, sino que te la han regalado. Dios te regala la vida porque te quiere incondicionalmente. Te la regala para que la vivas con un único sentido: alabar, hacer reverencia y servir a Dios y mediante esto salvarte”.
Así lo explica el guión que seguimos, tomando palabras del que constituye para los cristianos el mejor libro sobre los ejercicios espirituales, un pequeño folleto que escribió S. Ignacio de Loyola en la cueva de Manresa y que ha iluminado la vida de miles de personas, a través de los 30 días de ejercicios espirituales. En ellos el cristiano y no sólo jesuitas, sacerdotes, religiosos o religiosas, sino personas seglares, solteros y casados, que se toman un mes para revisar su vida, entregados a la oración y siguiendo los consejos de escribió s. Ignacio de Loyola.
Inspirados en ellos seguimos estas oraciones. Y es él quien nos sitúa en el motivo por el que estamos en este mundo y no es otro de amar a Dios y así salvar nuestras vidas.

Adicción:
Y ahora nos situamos. ¿Dónde está Dios? Le descubrimos en la creación y en el ser humano. Pero también está como afirma Mª Dolores López, madre de familia, “en el baúl de los recuerdos”, es decir, e nuestra vida. Por eso comienza recordando los momentos de tu vida en los que has sentido a Dios muy cerca.

Oración preparatoria:
Y reza: “Señor, que yo me vea como fruto de tu amor. Que yo me vea como tú me ves. Que te sienta cercano como mi padre y mi creador; como aquel que con cariño me va regalando la vida día a día, de manera que todas mis intenciones, acciones y operaciones puedan ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”.

El texto, Su Palabra:
¡Dad gracias a Yahvé, porque es bueno,
porque es eterno su amor!
Dad gracias al Dios de los dioses,
porque es eterno su amor;
dad gracias al Señor de los señores,
porque es eterno su amor.

Al único que ha hecho maravillas,
porque es eterno su amor.
Al que hizo el cielo con sabiduría,
porque es eterno su amor;
Al que asentó la tierra sobre las aguas,
porque es eterno su amor.

Al que hizo las grandes lumbreras,
porque es eterno su amor;
el sol para regir el día,
porque es eterno su amor;
luna y estrellas, que rigen la noche,
porque es eterno su amor.

Al que hirió en sus primogénitos a Egipto,
porque es eterno su amor;
y sacó a Israel de entre ellos,
porque es eterno su amor;
con mano fuerte y tenso brazo,
porque es eterno su amor.

Al que partió en dos el mar de los Juncos,
porque es eterno su amor;
e hizo pasar por medio a Israel,
porque es eterno su amor;
y hundió en él al faraón con sus huestes,
porque es eterno su amor.

Al que guió a su pueblo en el desierto,
porque es eterno su amor.
Al que hirió a grandes reyes,
porque es terno su amor;
y dio muerte a reyes poderosos,
porque es eterno su amor;
a Sijón, rey de los amorreos,
porque es eterno su amor;
y a Og, rey de Basán,
porque es eterno su amor.

Y dio sus tierras en herencia,
porque es terno su amor;
en herencia a su siervo Israel,
porque es eterno su amor.

Al que se acordó de nosotros humillados,
porque es eterno su amor;
y nos libró de nuestros adversarios,
porque es eterno su amor.

Al que da pan a todo viviente,
porque es eterno su amor.
¡Dad gracias al Dios de los cielos,
porque es eterno su amor!

Composición de lugar:
El lenguaje de los salmos puede parecernos lejano, tanto en sus expresiones como en los nombres. Sin embargo ellos forman parte de la oración de los cristianos. Desde siempre, siguiendo a los judíos, los cristianos hemos rezado con ellos y así la oración de la iglesia, al amanecer, durante el día y la noche, al atardecer y antes de acostarse está formada por estas oraciones, que constituyen las mejores que tenemos, las maestras que nos enseñan a rezar, pues son Palabra de Dios.
Por eso comienza situandote. Es el gran Hallel que rezaban los judíos después del pequeño Hallel por Pascua. Es sobre todo una canción en la que Israel da gracias a Dios por la creación, la liberación de Egipto y el camino por el desierto durante el éxodo. Es decir, los dos ejes donde Israel descubre la presencia de Dios, un Dios que crea y un Dios que los libera de la esclavitud y los lleva por el desierto hacia la tierra prometida protegiéndolos de los enemigos, los reyes de los amorreos y de Basán, Sijón y Og.
También es el canto de los que sufren, de tantos hombres y mujeres que viven sometidos a la opresión de las multinacionales, los regímenes totalitarios, sometidos a la esclavitud laboral o sexual (niños de Asia, mujeres maltratadas y esclavizadas en Occidente,...). Los pobres, en la situación de penuria sienten la cercanía de Dios, “Él se acordó de nosotros los humillados”. Por eso no hay ateos en los países pobres, sino en los países ricos.
También es interesante lo que nos indica el guión que seguimos:
“Con la vista imaginativa me sitúo ante la realidad de mi propia ida, y le voy poniendo nombre a ada aspecto significativo. Imaginarme que cada mañana voy a emprender un viaje que alguien ha preparado conmigo. ¿A dónde voy?, ¿qué cosas se me han dado para el viaje?, ¿qué cosas son precisas para el viaje de hoy?, ¿qué cosas me estorbaron ayer?, ¿cómo mantener el rumbo?, ¿cómo disfrutar de la presencia de mi acompañante?...”.
Coloquio:
“Se abre el coloquio el cual se hace propiamente hablando, así como un amigo habla a otro, o un siervo a su Señor; cuándo pidiendo alguna gracia, cuando culpándose por algún mal hecho, cuando comunicando sus cosas, y queriendo consejo en ellas” (Ejercicios Espirituales 54).
Y bien, puedes recordar tu vida, los momentos más felices, en una frase y acabarla así”porque es eterno su amor”. Por ejemplo: Él me dio unos padres maravillosos, porque es eterno su amor; me ha hecho muy feliz este fin de semana, porque es eterno su amor; me ha ofrecido un grupo de educadores y monitores maravillo, porque es eterno su amor,...


Ejercicio de esta semana:
Ante la voluntad de Dios por crearme, aparece nuestra pregunta más radical: ¿para qué estoy aquí?, ¿qué ha pretendido Dios al crearme?, ¿tiene algún sentido mi vida?... Esta semana iremos respondiendo desde las preguntas de al composición de lugar.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
¿Considero al comienzo de la oración en presencia de quien estoy?
Al rezar el espacio donde me encuentro cambia, pasa a ser sagrado. Esta palabra significa separado, lo sagrado es lo separado, lo que se encuentra en otra dimensión, frente a lo profano que es nuestro mundo. La Iglesia es un espacio sagrado, es decir, pertenece al mundo de Dios. Cuando yo rezo Dios está en ese lugar de una manera especial. Por eso caigo en la cuenta de que Dios está conmigo, cerca de mí, dentro de mí... miro que voy a estar con él, y hablar con él.

III Semana. Martes 15 de Abril.

Adicción:
¿Quieres encontrar a Dios? Ya lo has buscado en la naturaleza, en los demás y en el pasado. Ahora vamos a dar un paso, pero este será hacia tu interior. Dios está en tu corazón, susurrando dentro de ti tus mejores deseos. Así que el primer ejercicio está clarísimo. Entra en tu corazón, escucha tu corazón y sentirás la presencia de Dios.

Oración preparatoria:
Comienza la oración, siguiendo el tema de esta semana, alabando a Dios, dándole gracias por tener corazón, sentimientos, valores, sueños,... y pidiéndole que te ayude a rezar. A escuchar a quien desde tu corazón y la Biblia te habla.

Su palabra:
Llamó Dios a lo seco tierra, y al conjunto de las aguas lo llamó mar; y vio Dios que era bueno. La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla según sus especies y árboles que dan fruto con la semilla según sus especies; y vio Dios que era bueno. Hizo Dios dos luceros mayores; el lucero grande para regir la tierra y el lucero pequeño para regir la noche, y las estrellas; y los puso en el firmamento celeste para alumbrar la tierra, para regir el día y la noche y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que era bueno. Creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente que repta y que hacen bullir las aguas según sus especies; y vio Dios que era bueno.
Gn 1,10.12-17-18.21

Composición de lugar:
Puedes leer todo el primer capítulo y el segundo del Génesis e imaginar a Dios creando. Lo importante de este texto no es como lo crea sino la consideración que le da la Biblia. “Era bueno” y el sexto día, cuando crea al hombre y la mujer, “era muy bueno”. Todo lo que Dios ha creado es bueno y por tanto podemos darle gracias, alabarle por ello.
Imagina a Dios creando lo que el texto te indica y también cuanto te rodea.

Coloquio:
Realiza el mismo ejercicio que ayer. Dale gracias por todo lo que te rodea. Porque Dios lo ha creado para ti y es bueno. Y dale gracias por las personas que están cerca, por ti mismo, porque Dios lo ha creado para ti y es muy bueno.

Ejercicio de esta semana:
Ante la voluntad de Dios por crearme, aparece nuestra pregunta más radical: ¿para qué estoy aquí?, ¿qué ha pretendido Dios al crearme?, ¿tiene algún sentido mi vida?... Esta semana iremos respondiendo desde las preguntas de al composición de lugar.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
¿Considero al comienzo de la oración en presencia de quien estoy?
Al rezar el espacio donde me encuentro cambia, pasa a ser sagrado. Esta palabra significa separado, lo sagrado es lo separado, lo que se encuentra en otra dimensión, frente a lo profano que es nuestro mundo. La Iglesia es un espacio sagrado, es decir, pertenece al mundo de Dios. Cuando yo rezo Dios está en ese lugar de una manera especial. Por eso caigo en la cuenta de que Dios está conmigo, cerca de mí, dentro de mí... miro que voy a estar con él, y hablar con él.

III Semana. Miércoles 16 de Abril

Adicción:
Siguiendo el esquema que nos ofrece el libro de la editorial CCS “Cuando vayas a orar”. Después de encontrar a Dios en la naturaleza, los demás, los recuerdos y el interior de cada uno de nosotros, llegamos al que es el centro y cima de la oración: Jesús. A él es a quien buscamos, pues como bien se afirma en la campaña de este año es el Camino, la Verdad y la Vida, el rostro de Dios. Por eso el ser humano que siempre ha buscado a Dios encuentra en él el rostro, el único rostro que puede ver de Dios. Cuando lo imaginamos tenemos que tener presente que la única representación real de Aquél que es invisible, inabarcable, incomprensible, irrepresentable es la de Jesús, pues es el rostro del Dios invisible
Así lo afirma un autor cristiano antiguo, S. Atanasio: “el mismo se ha hecho visible con su cuerpo para que nosotros pudiéramos hacernos una idea del Padre invisible”.
Por eso hoy comienza la oración contemplando una imagen de Jesús.

Oración preparatoria:
Pídele a Jesús que te ayude a escuchar su voz en el texto bíblico, como la fuente que recibe el agua de la lluvia, que la Palabra entre en tu corazón para desde él brotar de nuevo.


El texto, Su Palabra:
Ahora, así dice Yahvé,
el que te ha creado, Jacob,
el que te ha plasmado, Israel.
No temas que yo te he rescatado,
te llamé por tu nombre, y eres mío.
Si cruzas las aguas, yo estoy contigo,
si pasas por los ríos, no te hundirás.
Si andas sobre brasas, no te quemarás,
la llama no te abrasará.
Porque yo soy Yahvé tu Dios,
el santo de Israel, tu salvador.
Entregué a Egipto como rescate por ti,
a Cus y Seba en tu lugar,
dado que eres precioso a mis ojos,
eres estimado, y yo te amo.
Pondrés a la humanidad en tu lugar,
a pueblos en pago de tu vida.
No temas, que yo estoy contigo;
desde Oriente haré volver tu raza,
y desde Poniente te reuniré.
Diré al Norte: “Dámelos”;
y al Sur: “No los retengas”.
Trae a mis hijos de lejos,
a mis hijas del confín de la tierra;
a los que son llamados por mi nombre,
a los que para mi gloria creé,
a los que plasmé y formé.
Is 43, 1-7

Composición de lugar:
El texto se refiere en primer lugar a Israel, a quien promete la liberación de sus enemigos, recordando lo que Dios hizo en Egipto por Él. Por eso imagínate que eres un israelita que escucha este texto, desterrado junto a los canales o acequias de Babilonia. ¿Qué sientes?
Y después subraya o cambia a negrita las frases que más te llamen la atención. Con dos o tres frases hay bastantes. ¿Qué te sugiere?, ¿qué te está diciendo Dios a ti, ahora?

Coloquio:
¿Qué le dices a Dios?
Ejercicio de esta semana:
Ante la voluntad de Dios por crearme, aparece nuestra pregunta más radical: ¿para qué estoy aquí?, ¿qué ha pretendido Dios al crearme?, ¿tiene algún sentido mi vida?... Esta semana iremos respondiendo desde las preguntas de al composición de lugar.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
¿Considero al comienzo de la oración en presencia de quien estoy?
Al rezar el espacio donde me encuentro cambia, pasa a ser sagrado. Esta palabra significa separado, lo sagrado es lo separado, lo que se encuentra en otra dimensión, frente a lo profano que es nuestro mundo. La Iglesia es un espacio sagrado, es decir, pertenece al mundo de Dios. Cuando yo rezo Dios está en ese lugar de una manera especial. Por eso caigo en la cuenta de que Dios está conmigo, cerca de mí, dentro de mí... miro que voy a estar con él, y hablar con él.


III Semana. Jueves 17 de Abril.

Adicción:
“Comienza pensando en estas palabras: “la oración no es el espacio exclusivo en el que Dios habita. Toda la realidad está llena de su presencia. Decir que el Señor está más pendiente del hombre cuando reza es ignorar que su permanente compañía es uno de sus grandes regalos. En la oración no se trata tanto de que Dios se haga presente al hombre, porque siempre está junto a él, sino de que el hombre se haga presente a Dios dedicándole un tiempo y un espacio donde Él sea el único y el primero”.
Mª Dolores López Guzmán. Cuando vayas a orar...
Piénsalo, Dios siempre te lleva dentro, en la oración tú tomas conciencia de esta realidad.

Oración preparatoria:
Pídele a Dios que te ayude a ser consciente de que Él ahora está cerca de ti, junto a ti, dentro de ti.


El texto, Su Palabra:
Me dirigió Yahvé las palabras en estos términos:
Antes de haberte formado yo en el vientre, te conocía;
antes que nacieses, te había consagrado yo profeta;
te tenía destinado a las naciones.
Yo respondí:
-¡Ah, Señor Yahvé! Mira que no sé expresarme, que soy un muchacho.
Pero Yahvé me dijo:
No digas que eres un muchacho,
pues irás donde yo te envíe
y dirás todo lo que te mande.
No les tengas miedo,
que contigo estoy para salvarte
-oráculo de Yahvé-
Jeremías 1, 4-8

Composición de lugar:
El libro de este controvertido profeta, llamado a denunciar, a arrasar y construir, arrancar y plantar, comienza con esta llamada por parte de Yahvé. Por eso al comenzar este punto, sitúate. Imagina a Jeremías. Es un hombre frágil, que no quiere meterse en líos ni tener problemas. Él vive bien y sin embargo Dios se cruza en su camino para complicarle la vida. Él se resiste pero Dios insiste. La única razón para escuchar la llamada de Dios es que él está con el profeta para salvarle. Siente que tú eres Jeremías, con el miedo, los temores e incluso las pocas ganas por escucharle.
Y ahora aplícalo a tu vida. Eres monitor o monitora. Lee el texto cambiando las palabras: antes de nacer Dios ya te escogió como monitor junior, llamado a anunciar el Evangelio, a denunciar todo lo que atenta contra Dios y el ser humano, a dar testimonio de Jesús en medio de los niños y los jóvenes. Lo que digas, en la medida sea fruto de la lectura de la Palabra de Dios, la formación y la oración, será de Dios. Tú tienes autoridad por el hecho de ser monitor, pues no estás en un grupo de amigos ni en una ong. Lo eres porque hay un consiliario, un sacerdote nombrado por el Obispo, que te ha destinado a ser monitor o monitora. Detrás de ti, como educador en la fe que eres, al igual que las catequistas y los catequistas, está la Iglesia, a través del párroco, obispo, Papa y Jesús.
Y tú dices que eres un muchacho, que eso no va contigo, que no tienes capacidades o prefieres vivir tranquilamente, yendo de fiesta y sin preocuparte de cambiar el mundo y hacerlo mejor, que pasas de eso. Y Dios te responde: ¿qué es lo que Él te dice?
Coloquio:
Dile que eres un muchacho o una muchacha, que no tienes cualidades. Y escucha.


Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...

II Semana. Lunes 7 de Abril de 2008.

Introducción:
Nos cuenta el guión del Seminario Menor: “el mayor problema de la vida espiritual es no tener problemas, vivir vacío, distraído, sin nada que llevar, que considerar, que reflexionar.... tal vez por nuestra tibieza, mediocridad, ceguera, o por nuestro miedo a ver la incapacidad”.

Adicción:
“Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira” (Ejercicios Espirituales de S. Ignacio, EE 75)
Pues sí, Dios está ahí aunque no podamos verlo ni tocarlo. Él nos lo ha prometido: yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt 28,20). Tan sólo tienes que cerrar los ojos, pues Jesús no miente y lo dejó muy claro y esa fue la experiencia de los primeros discípulos después de la resurrección. Ellos eran conscientes que cada vez que se reunían Jesús se hacía presente, pero es más, lo eran también que tenían el Espíritu Santo, es decir, que toda su actividad era impulsada desde el interior de su persona por el mismo Dios, en la tercera persona. El Espíritu es el que guía a los apóstoles y misioneros y el Espíritu es el que guía a la Iglesia en su caminar por la historia. No sólo al Papa y los Obispos sino a todos los cristianos que buscan con sinceridad a Dios. Por eso, cuando el cristiano pasa cinco días o más de ejercicios espirituales, lo primero que afirma el director de los ejercicios, quien los imparte es que el protagonista es el Espíritu Santo. Él es quien lleva al ejercitante por donde quiere, mientras las charlas sencillamente orientan, indican el camino, pero el protagonista es el Espíritu. En la oración ocurre lo mismo. Este guión es como el arco, te lanza a la oración, pero después el viento llevará la flecha de tu oración por donde quiera, el Espíritu es quien te está conduciendo.

Oración preparatoria:
Ante el vacío reza: “Señor, que me conozca profundamente a mí mismo, que sepa descubrir lo que me ocurre, que ponga nombre con sinceridad, transparencia y honradez a lo que me pasa. Que no me deje llevar por el miedo o la justificación fácil, de manera que todas mis intenciones, acciones y operaciones puedan ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”.

El texto, Su Palabra:
“Os rociaré con agua pura
y quedaréis purificados;
os purificaré de todas vuestras inmundicias
y de todas vuestras basuras.
Os daré un corazón nuevo,
infundiré en vosotros un espíritu nuevo,
quitaré de vuestra carne
el corazón de piedra
y os daré un corazón de carne.
Infundiré mi espíritu entre vosotros
y haré que os conduzcáis según mis preceptos
y observéis y practiquéis mis normas.
Habitaréis la tierra
que yo di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios”.


Composición de lugar:
Con la vista imaginativa me sitúo ante la realidad de mi propia vida, y le voy poniendo nombre a cada aspecto significativo. En el Génesis el ser humano pone nombre a la realidad que le rodea (Gn 2,20). Ahora me toca poner nombre a mi propia realidad, a lo que siento, a lo que palpita en mi corazón, a lo que deseo, temo, a lo que me produce alegría, tristeza, gozo o sufrimiento, a lo que me ilusiona o desilusiona...
Y al poner nombre leo el texto. Ezequiel anuncia un nuevo tiempo a un pueblo que ha abandonado a Dios y a perdido toda la esperanza. ¿No te ves retratado en estas palabras?
También a ti como monitor o monitora junior te sientes en pecado, pues te cuesta ir a misa, la mayor parte de las veces no vas, pasas de los demás, criticas, a tus padres a veces no los entiendes, en el estudio te resulta una montaña sacar buenas notas o siempre vas al mínimo esfuerzo o quizás trabajando mucho y sacando buenas notas consideras que aún podrías hacer más. En ti hay basura, en ti, en mí y en todos los que nos rodean. La luz y la sombra forma parte de nuestra vida. Junto a lo maravillosos que somos también es verdad que hay oscuridades en nuestro interior, sentimientos o pensamientos que nos avergüenzan e incluso no nos atrevemos a confesar. Esa es nuestra vida, como lo fue la vida del pueblo de Israel, tan cuidada y mimada por Dios.
Entra en ti y no tengas miedo, lo peor que nos puede pasar es no aceptar nuestro pecado, es decir, nuestros defectos y errores. Dios nos conoce y ante esta realidad, por supuesto, quiere que seamos mejores, pero Él quiere sobre todo ser el protagonista. Su palabra es verdadera, nunca miente y mira, escucha lo que te ha dicho. Él te promete que te limpiará de tus inmundicias y basuras, ¿cuáles? piensa en ellas, en esa basura que guardas en tu corazón. Él va a cambiártelo, va a cambiar tu corazón de piedra, frío y muchas veces insensible ante los demás por un corazón de carne. Es decir, la carne no es mala, pues Dios promete un corazón de carne, humano, frágil, capaz de amar de modo humano, no angelical, frente al corazón de piedra que no ama. Sólo así serás capaz de cumplir los mandamientos, cuando Dios cambie tu corazón.
No me dirás que no es bello. Pues muchas veces nos desanimamos porque pasan los años y seguimos igual. Déjalo en manos de Dios y ora, reza para que Él a través de la oración vaya cambiando ese corazón. Deja tu persona en manos del cirujano, despójate de las distracciones, acuéstate en la cama de la oración y descansa en ella mientras el buen Dios, con maestría va cambiando tu corazón. Eso es rezar, dejar que Dios actúe en tu vida.

Coloquio:
Como siempre ahora eres tú. Puedes comenzar reconociendo los contenedores de basura que hay en tu interior y pidiéndole que sea el basurero que los quite. Mejor, comienza hablándole desde el corazón, lo que ahora brote de él.

Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...

II Semana. Martes 8 de Abril.

Adicción:
Al principio de la oración hemos de situarnos, hacer presencia de Dios. Pero “esto de la presencia no es tan evidente como puede parecer a primera vista. Porque no se trata simplemente de reconcer con los ojos que una persona está frente a mí o a mi lado. Demasiadas veces sucede el tener a alguien delante que asiente con la cabeza a nuestras palabras mientras que su cabeza está navegando por otros mundos”. Y a nosotros nos pasa lo mismo. Para estar presente no basta estar en el lugar, hay que estarlo con el corazón, es decir, prestando atención.
Y con Dios ocurre lo mismo. Podemos entrar en una Iglesia pero no estar presentes de modo religioso, detenernos ante las pinturas e imágenes, admirar la arquitectura, pero no sentir lo que el edificio y el arte irradia, que es la presencia de Dios. En la oración no se trata de situarme delante de una estampa o cerrar los ojos y comenzar a rezar oraciones sabidas de memoria, se trata de ser consciente que Dios está ahí e ir a su encuentro con el corazón.
Por eso, sitúate. Sirviéndonos de lenguaje del amor, como si la persona amada hubiese llegado y estuviese delante de ti. Todo tu corazón late de un modo distinto. Pues Dios, que no excluye el amor humano sino que lo bendice, está ahí, es el ser que más amas, porque es tu Creador y Padre, tu Redentor y Salvador, tu Defensor y Amor.

Oración preparatoria:
Comienza pidiéndole que envíe su Espíritu para que haga sentir tu presencia. Puedes repetir varias veces (5, 10, 50,...): “Espíritu Santo, ven”.

Su palabra:
Levántate y baja a la alfarería, que allí mismo te haré oír mis palabras. Bajé a la alfarería, y resulta que el alfarero estaba haciendo un trabajo al torno. El cacharro que estaba haciendo se estropeo como barro en manos del alfarero, y éste volvió a empezar, transformándolo en otro cacharro diferente, como mejor le pareció al alfarero. Entonces me dirigió Yahvé la palabra en estos términos:
-¿No puedo hacer yo con vosotros, Casa de Israel, lo mismo que este alfarero? – oráculo de Yahvé – lo mismo que el barro en las manos del alfarero, así sois vosotros en mi mano, Casa de Israel. Alguna vez puedo hablar contra una nación o reino, de extirpar, arrasar y destruir, pero si la gente contra la que hablé se retracta de su mal, yo también me retracto del mal que pensaba hacer.
Jeremías 18,2-6
Composición de lugar:
La historia del pueblo de Israel es la historia de una gran fidelidad y amor, el de Yahvé, Dios, y la infidelidad de un pueblo, Israel. Por eso Dios envía al profeta Jeremías, para que el pueblo vuelva a Él. Nunca pierde las esperanzas en construir un pueblo fiel. Y esto se cumplirá con Jesús.
Ahora sitúate. Imagina a Jeremías, el lugar donde se encuentra, su casa. Escucha la voz,... sigue a Jeremías y mira al alfarero.
A continuación piensa que esa es tu vida. En esta semana estamos contemplando nuestro pecado. Y es importante, porque quienes tenemos la bella tarea de ser ministros del sacramento del perdón descubrimos que las personas no tienen conciencia de pecado y no estoy hablando de gente joven, sino adulta. Lo hacemos todo bien y por tanto, ¿por qué confesarnos? Y eso es un peligro, sobre todo si lo que decimos al confesor es la verdad y no la forma de evitar decir aquello que nos avergüenza. El justo peca siete veces al día, dicen. ¿Y tú? Tendríamos que decir que unas cuantas más.
Por eso, mírate en la vasija de barro, Dios quiere hacer de ti un buen junior donde puedan beber los niños del agua cristalina de la Palabra de Dios, pero ¿qué está saliendo? No somos dóciles a las manos de Dios. Y el problema, lo dice Él mismo, es que al final, si después de muchos intentos, no hay manera, puede echarnos al montón de escombros. Piénsalo y haz oración. Sobre todo mírate, mira si eres buen monitor o monitora, si cumples los principios de vida junior, si realmente te dejas querer y trabajar por Dios.

Coloquio:
Háblale, pídele perdón porque eres ese cacharro y pídele ayuda.

Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...


II Semana. Miércoles 9 de Abril

Adicción:
Comenzamos la oración haciendo presencia de Dios. “Uno de los síntomas que confirman que uno se ha enamorado es que rápidamente aparece la sensación de que la otra persona, objeto de sus desvelos, le ha robado el corazón. Eso significa que se esté donde se esté, el corazón está lleno de la presencia del otro: se piensa en el otro, se sueña con él o ella, cualquier excusa es buena para tenerlo en la memoria”. Así nos lo cuenta la autora del libro que seguimos. Y así ocurre con Dios. Pero no, no es que el hombre y la mujer se hayan primero enamorado de Dios. El flechazo ha ocurrido al revés. El ser humano le ha robado el corazón al mismísimo Creador. Tú, con tus nombres y apellidos, le “chiflas” a Dios, está loquito por ti, lleva tu nombre grabado en sus manos, en su corazón y en su mente. Y a partir de ahí. Pues como en toda relación de amor. Tú tienes la palabra. Puedes decirle sí o no. Ese es el drama y a la vez grandeza de la fe, de Dios. A diferencia de una ley científica no se impone, se acerca, se ofrece, te muestra razones, pero la última palabra siempre la tendrás tú. Podrás decirle sí y cogerle la mano o podrás decirle no creo que existas ni que me ames y darte media vuelta.
Si has optado por la primera, pues... siente que él te está mirando con amor, un amor grande y apasionado.

Oración preparatoria:
Dile que le amas, pero que te gustaría sentir más cerca su presencia. O dile lo que tu corazón te inspira.

El texto, Su Palabra:
Por eso voy a seducirla:
voy a llevarla al desierto
y le hablaré al corazón.
Allí le daré sus viñas,
convertiré el valle de Acor
en puerta de esperanza;
y ella me responderá allí
como en los días de su juventud,
como cuando subió del país de Egipto.
Aquel día – oráculo de Yahvé –
ella me llamará: “Marido mío”
Retiraré de su boca
los hombres de los Baales,
que nunca más volverá a invocar.
Aquel día
sellaré un pacto en su favor
con las bestias del campo,
las aves del cielo y los reptiles del suelo;
quebraré y alejaré de esta tierra
el arco, la espada y la guerra,
y los haré reposar en seguro.
Te haré mi esposa para siempre,
te desposaré en justicia y en derecho,
en amor y en compasión;
te desposaré en fidelidad,
y tú conocerás a Yahvé.
Os 2, 16-22

Composición de lugar:
Nos encontramos ante un profeta, mensajero de Dios, que se sirve del amor humano para expresar la relación entre Dios y su pueblo Israel. Ésta se resumen así: Dios se enamoró de Israel, a la que encontró esclava de Egipto, la liberó, durante cuarenta años mantuvieron una relación de amor, si bien, hubo también tozudez por parte de Israel, Dios sólo recuerda lo bueno del noviazgo, como buen amante. El amor por la novia fue tan grande que le dió la tierra prometida, pero al llegar allí comenzó a adorar a otros dioses, los dioses cananeos y claro, esto le sentó muy mal a Dios, castigando a Israel y haciendo que después del reinado de David y Salomón, cada vez Israel fuese perdiendo poder e independencia hasta desaparecer con la destrucción de Babilonia el s.VI a.C. Pero a pesar de ello, Dios sueña con que Israel volverá a él. Esto tuvo lugar con Jesús y los cristianos, por eso, como todas las profecías, se cumplen en la venida de Jesús.
Leyendo el texto te darás cuenta que los problemas de hoy no son tan novedosos. Que la gente pase de Dios y prefiera otros dioses, eso ya ocurrió en tiempos de Israel (s. IX a.C.). A pesar del amor que Dios tiene por el ser humano, éste siempre ha sido práctico y ha preferido otros dioses como el poder, el prestigio, el dinero, el placer,... ¿Y tú? ¿cuáles son tus dioses?
Después de esta introducción imagina a Dios acercándote a ti, llevándote al desierto, éste no es un lugar inhóspito, el significado desde el lenguaje íntimo sería, “te llevaré a ese rincón solitario y apartado” y ahí quiere hablarte, quiere susurrarte al oído y decirte que te ama. Y tú, que eres práctico o práctica, que prefieres otros amores que aparentemente dan más, piensa en ellos, le dirás que le amas, le dirás Dios mío. Y eso no significa que vayas a ser sacerdote o religioso/a. No, quien ha escrito este texto nos ha dicho en el capítulo anterior que por mandato divino se había casado con una prostituta y había tenido hijos con ella, símbolo de lo que se había convertido Israel. Eres junior y ahí es donde amas a Dios. Y él en el junior también busca ese desierto: la vigilia de la Inmaculada, la Hora Santa, las oraciones de las convivencias, todo el campamento,...
Pero deja que sea Él quien hable, escucha sus palabras, repítelas varias veces, deja que provoquen en ti sentimientos, pasa tu vida por esas palabras, ¿cuáles han sido tus baales? ¿cuándo sentiste que Dios realmente existía y te amaba?, ¿dónde le sentiste más cerca?


Coloquio:
Y ahora respóndele, si lo que te sale del corazón son esos ídolos, díselo. Dile que no, que no crees, que prefieres esos ídolos y al final pídele ayuda, que su amor te haga apartarte de ellos.

Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...


II Semana. Jueves 10 de Abril.

Adicción:
Comenzamos de nuevo la oración, sintiendo la cercanía de Dios. en la Creación. Así orar muchas veces es acercarse al Creador desde la admiración y la gratitud, contemplando la belleza y grandeza de la naturaleza. Detente y piensa. Dios creó el lugar donde vives, todo el planeta tierra, pensando en ti y para ti. Míralo y como el que al contemplar un bello cuadro imagina al pintor, imagina a Dios pintando nuestro mundo, utilizando todos los colores, los fríos y cálidos, los oscuros y los luminosos. Trata de mirar alrededor, fija tu mirada en todo lo que te rodea y piensa-siente que todo esto Dios te lo ha ofrecido a ti, detrás del ordenador está la sabiduría humana y detrás de la sabiduría humana la sabiduría divina. La belleza de la creación es un destello de la belleza de Dios. Piénsalo por unos momentos.

Oración preparatoria:
Pídele a Dios que te abra los ojos para descubrirle en todo cuanto contemplas y vives y de manera especial en este rato de oración.

El texto, Su Palabra:
Entró en Jericó e iba cruzando la ciudad. Había allí un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publícanos y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero como era bajo de estatura, no podía, pues la gente se lo impedía. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para ver, pues iba a pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzó la vista y le dijo:
-Zaqueo, baja pronto; conviene que hoy me quede yo en tu casa.
Se apresuró a bajar y lo recibió con alegría. Alverlo todos murmuraban:
-Ha ido a hospedarse a casa de un pecador.
Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor:
-Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré cuatro veces más.
Jesús le dijo:
-Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.
Lc 19, 1-10

Composición de lugar:
La escena es fácil de imaginar: un hombre pequeño, Jericó (una ciudad situada en un oásis, toda ella rebosante de palmeras, rodeada por el desierto), un sicómoro, una casa, gente murmurando.
Después de situarte en ella, sentirte que eres Zaqueo buscando a Jesús y realizando las mismas acciones y también sentirte que eres la gente murmurando, vamos a reflexionar un momento.
Zaqueo era bajo de estatura: ¿cuáles son mis limitaciones (defectos, fallos, lo que me gustaría hacer y por pereza, cansancio,... no hago, pecados,...)? Tal como estamos descubriendo esta semana es importante tener una visión real de nosotros mismos. Se trata de mirarnos al espejo, no para amargarnos sino para conocernos realmente.
Se subió a un sicómoro para verle: a veces no es fácil ver a Jesús, incluso los que le rodeamos podemos ser obstáculo, como ocurre con la gente, que lo es a nivel físico y espiritual, pues le impide ver a Jesús y sus prejuicios impiden que él se acerque. Ante los obstáculos en nuestro camino Dios también planta árboles. Estos son los sacramentos, especialmente la misa y comunión, la Biblia, los juniors, los sacerdotes, los monitores, la formación cristiana, los padres. Pensar en ellos, ¿de qué me sirvo para ver a Jesús?, ¿qué es lo que más me ayuda?
Conviene que me quede yo en tu casa: Jesús a través de la oración y los sacramentos quiere quedarse en nuestra casa. No le importa nuestra estatura. Después de descubrir nuestros pecados, nuestras limitaciones, él que tiene una visión, la más real de todas, de nuestra persona, que nos conoce más incluso que nosotros mismos, quiere estar dentro de nosotros, vivir con nosotros.
Lo recibió con alegría: ¿siento la alegría de Zaqueo cuando oro, ahora, o cuando voy a misa y comulgo, recibiéndolo en mi interior?
Todos murmuraban: la lengua, que mala que ha sido, es y será. También yo a veces murmuro. ¿Cuántas veces he despreciado a un monitor porque considero que no merece serlo, pues va cuando quiere a los juniors, apenas va a misa, no tiene las ideas claras,...? ¿soy persona que acoge o persona que desprecia? ¿en el fondo cómo quiero los juniors, abierto o de pocos pero buenos?
Señor, voy a dar la mitad a los pobres: la meta del discipulado es el compartir, el darse a los demás. Esto en Zaqueo no nace de un razonamiento moral sino de una experiencia de amor. Se siente amado por Cristo, ha descubierto en él la auténtica riqueza y esto le lleva a compartir.
Ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido: siente que eso te lo dice a ti, que muchas veces, andas perdido o perdida, sin saber que hacer.



Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...
II Semana. Viernes 11 de Abril.

Adicción:
Ayer, antes de comenzar la oración miramos a nuestro alrededor y contemplamos a Dios en la naturaleza. Por cierto, ¡cómo enseña una fuente! Me vino ayer al pensamiento. En nuestra mente todo tiene un comienzo y un final, ese es muy limitado. Así algo que se vacía consideraos que empezó hace unas horas, como máximo y terminará dentro de unas horas. Sin embargo la fuente está ahí. No descansa. Durante miles de años, al igual que el río, no ha cesado de manar agua. Unas veces con mayor caudal, otras con menos, horas y horas, sin descansar un sólo día. Y el río, lo mismo. Sus aguas descienden por nuestro valle y no han cesado. Cientos de años antes de nacer nosotros ya discurrían y cuando nos marchemos, seguirán discurriendo por este cauce. Hoy vamos a contemplarlo en esa maravilla que es el ser humano. Realmente, si te detienes, descubrirás la maravilla de tu persona. Detente. Comenzamos escuchando el corazón. Ocurre lo mismo que con el río. Nunca ha dejado de latir. Comenzó en los primeros meses de nuestra existencia y ahí sigue, latiendo, sin vacaciones, sin dormir ni descansar, siempre al mismo ritmo, solamente unas veces más acelerado, otras menos, pero dentro de un intervalo. Escúchalo. Esta maravilla de musculito que se mueve y te da vida, tiene un autor: Dios.

Oración preparatoria:
Pídele que a través del latido de tu corazón sientas la presencia de un Dios que hace posible que él lata y que abra el corazón para escuchar su voz.


El texto, Su Palabra:
Salmo 143
Escucha, Yahvé, mi oración,
y presta oído a mi súplica;
respóndeme leal, por tu justicia.
No entres en pleito con tu siervo,
pues no hay ser vivo justo ante ti.

Me persigue a muerte el enemigo,
aplasta mi vida contra el suelo;
me obliga a vivir entre tinieblas,
como los que han muerto para siempre.
Ya se apaga el aliento en mí,
mi corazón por dentro enmudece.

Recuerdo los días de antaño,
medito todas tus acciones,
pondero las obras de tus manos;
hacia ti tiendo mis manos,
como tierra sedienta de ti.

¡Respóndeme pronto, Yahvé,
que ya me falta el aliento;
no escondas tu rostro lejos de mí,
pues sería como los que bajan a la fosa!

Hazme sentir tu amor por la mañana,
pues yo cuento contigo;
muéstrame el camino que he de seguir,
pues estoy pendiente de ti.

Líbrame de mis enemigos, Yahvé,
pues busco refugio en ti;
enséñame a cumplir tu voluntad,
tú, que eres mi Dios;
tu espíritu, que es bueno, me guíe
por una tierra llana.

Por tu nombre, Yahvé, dame la vida,
por tu justicia, líbrame de la angustia;
por tu amor, aniquila a mis enemigos.
Pierde a todos mis opresores,
porque yo soy tu servidor.
Composición de lugar:
Sitúate en este personaje y trata de descubrir en él sus sentimientos de cara a sí mismo, a los demás y a Dios. ¿Qué le ocurre?, ¿qué espera de Dios?
Ante la realidad de pecado que hemos descubierto durante esta semana, pues tenemos un corazón de piedra (Ezequiel), que no se deja modelar por las manos de Dios (Jeremías), prefiriendo amar otros dioses antes que a quien realmente llena el corazón (Oseas), pero como Zaqueo, conscientes de que somos pequeños buscamos a Jesús y experimentamos el gozo de saber que Él nos ama y quiere entrar en nuestra vida. Es el único que ya puede nuestra casar ser como esas casas del terror, llena de telarañas, trastos, oscura, ruidos extraños, suciedad y mugre, que no le importa entrar y sin darnos cuenta empieza a limpiar y, hoy quito esta telaraña, mañana quito el polvo, el otro abro una ventana y cuando nos damos cuenta, la casa parece un chaletazo frente al mar. Ahora vamos a tener los sentimientos de este orante.
Pídele que te haga sentir su amor cada mañana. Personalmente con meditar esta frase ya habrías hecho una buena oración. También puedes leerlo varias veces. Al principio, como en las buenas canciones, no te dice nada, pero cuanto más lo lees más va diciéndote hasta llegar a hacerte sentir algo especial, como ocurre con las canciones. Lee verso a verso, detente en aquel que te dice algo, te hace sentir, te hace preguntarte sobre tu vida, llega a lo que ahora estás viviendo. Vuelve a leerlo. Deja que pase lo que ahora estás viviendo por ese verso. Por ejemplo: hazme sentir tu amor por la mañana. Me cuesta levantarme, cansado, con lo bien que se está durmiendo, y ahora a clase, a tener que hacer ese examen, a aguantar a este profesor. Señor que sea capaz de levantarme con otra actitud, con ganas, sintiendo que estoy rodeado de amor, el de mis padres, el de mis amigos o amigas que me esperan en la esquina para ir al autobús, el de esos compañeros, Señor, pues sí, cuanto amor hay, no están malo. Me quieres tanto, que me ofreces este sol espléndido y el frío viento de la buena mañana que me hace sentir vivo, Señor, sí, me haces sentir tu amor cada día.
Y así en uno o dos versos. Orar no es más, es dejar que la Palabra de Dios vaya calando dentro de tu corazón y de tu vida, que ella oriente tus sentimientos.

Coloquio:
Está claro, en el anterior apartado tienes una muestra. También puedes rezar el salmo pero con tus palabras, o alargar ese verso que te ha llamado la atención. Sencillamente háblale o mírale, Él te está mirando.

Ejercicio de esta semana:
Nos indican desde el Seminario:
El punto de partida de toda vida espiritual es tu propia vida. La vida debe aparecer continuamente en tu libreta de oración. Pero la vida al cual es, con sus desordenes, posibilidades, miedos.... se trata de objetivizar al máximo tu momento: ¿qué mueve mi vida”, ¿qué me produce verdaderamente alegría?
Si estás cara el ordenador, abre un documento nuevo y anota las alegrías o tristezas, gustos o disgustos, resistencias o generosidades del día anterior. Descubre cuales han sido las razones reales de esas mociones, pon nombre a tu realidad concreta.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”:
.He ido con ganas a la oración...
.El sitio y la postura me han ayudado...
.He seguido los pasos que se me han propuesto...
.He centrado la materia que se me ha propuesto...
I Semana. Lunes 31 de marzo.

Adicción:
“Un paso o dos antes del lugar donde tengo que hacer la meditación, me pondré en pie, alzando el entendimiento hacia arriba, considerando como el Señor nuestro Dios me mira” (Ejercicios Espirituales de S. Ignacio, EE 75)
Estas cara el ordenador, has leído este punto. Pues bien, sitúate. Toma una estampa, igual la llevas en el bolsillo, o la tienes colgada en la habitación, puede que la tengas cerca, en la mesa donde estudias. Puede ser una cruz, una estampa. ¿No la tienes? Pues, bueno, que para eso también está internet, escribe en el google-imagenes Jesús, enseguida te saldrán un montón.
http://deguatepalmundo.files.wordpress.com/2007/08/jesus_meditando.jpg
Esta a mí me gusta. Pero hay muchas más.
Fija la mirada en él. Dios a través de la imagen te esta mirando. Cierra los ojos. Ponte de pie, o sentado, no importa. Déjate llevar por la imaginación. Él te mira, ¿cómo te está mirando? ¿cómo te sonríe?, “por fin se ha puesto a rezar”, “si es tan majo/a, miralo, mira como me mira”, se dice Dios a sí mismo, o mejor dicho, le dice el Padre al Hijo mientras el Espíritu Santo dentro de ti aletea.

Oración preparatoria:
“Señor, que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza tuya” (EE 46)
Pídele a Dios que te ayude a rezar. No es fácil, por eso no rezas nunca o rezas las cuatro oraciones que te sabes. Aquí no vas a rezar oraciones, vas a orar, es decir, a hablar a Dios y sobre todo a escucharle, a dejar que sea Él quien te hable. Por eso, porque te aburres, porque te parece absurdo, porque no te dice nada la oración, pídeselo a Él, díselo con tus propias palabras.

Introducción:
Esta primera semana, se trata de que pongas a tono tu corazón. Disponerlo para la escucha, para el silencio, para la sorpresa... Así como el labrador nunca echa la semilla en una tierra no trabajada, así la primera experiencia de oración requiere “disponer el alma” para hacerte sensible al encuentro con Dios, a lo que te pueda decir, a la escucha, al silencio...

El texto, Su Palabra:
“Se le apareció Yahvé en la encina de Mambré estando él sentado a la puerta de su tienda en lo más caluroso del día. Alzó la mirada y vio que había tres individuos parados a su vera. Inmediatamente adució desde la puerta de la tienda a recibirlos, se postró en tierra y dijo:
Señor mío, si te he caído en gracia, no pases de largo cerca de tu servidor. Que traigan un poco de agua, os laváis los pies y os recostáis bajo este árbol. Yo iré a traer un bocado de pan; así repondréis las fuerzas. Luego ya seguiréis vuestro caino, que para eso habéis acertado a pasar a la vera de este servidor vuestro.
Respondieron ellos:
Hazlo como has dicho.
Gn18, 1-5

Breve explicación.
Abraham como buen beduino, nómada del desierto, se encuentra tomando el fresco un día de calor. Allí se encuentra con tres personajes a los que también como buen beduino acoge y ofrece su hospitalidad. Estos tres personajes son ángeles de Dios y recuerdan la Santísima Trinidad.

Composición de lugar:
Me sitúo dentro de la escena. Con la imaginación recreo el lugar: la tienda, las llanuras ocres y pedregosas del desierto de Palestina, la encina, al bueno de Abraham, ancianito, allí, intentando soportar el bochorno. Imagino los personajes acercándose.
Me siento Abraham, es Dios quien viene a mí. Yo que he salido de mis quehaceres, en mi cuarto, que es mi tienda, también se acerca. Miro a los ángeles, les hablo con las palabras de Abraham, les invito a pasar a mi corazón, a mi interior y trato de agasajarlos, de apartar todos los trastos que hay en él, las distracciones, los malos pensamientos,... Dios quiere entrar en mi corazón como quería entrar en la tienda de Abraham y Dios coloca en mí, pues el texto leído es Palabra de Dios, los sentimientos de Abraham de cara a Él.

Coloquio:
Se abre un coloquio en el cual nos dice S. Ignacio de Loyola “se hace propiamente hablando, así como un amigo habla a otro, o un siervo a su Señor; cuando pidiendo alguna gracia, cuando culpándose por algún mal hecho, cuando comunicando sus cosas, y queriendo consejo en ellas” (EE 54).
Es muy fácil, háblale a Dios, simplemente. Ya te has imaginado la escena, te has sentido como Abraham, le has hablado sirviéndote las palabras de Abraham. Ahora lo que importa son tus palabras. ¿Qué le dices?, ¿qué sale de tu corazón? Que te aburres... pues díselo. Orar no es sólo empezar a repetir oraciones de memoria, es lo que Teresa de Jesús decía, “tratar de amistad con aquel que sabemos que nos ama”.
Ejercicio de esta seman:
Es cierto que con el Señor nos podemos encontrar en cualquier circunstancia de la vida, pero la Biblia nos conduce hasta el silencio interior y exterior como clima donde poder dialogar con Dios con especial intensidad y familiaridad. Por otra parte, la necesaria atención a la propia intimidad exige soledad con uno mismo y con los demás.
El ejercicio de esta semana será buscar momentos de silencio, de intimidad con el Señor.

Examen de la oración:
“Miraré cómo me ha ido en la meditación”; y si mal, miraré la causa de donde procede, y así mirada, arrepentirme, para enmendar adelante; y si bien, daré gracias a Dios y haré otra vez de la misma manera”.

Pues ánimo, que orar vale la pena y un junior sólo llega a serlo el día que descubre que el junior es sencillamente sentirse amado por Jesús y amarle. Y para eso no hace falta ser sacerdote, religioso o religiosa.
Abraham amaba a Sara, Isaac a Rebeca, Jacob a Raquel y son modelos de creyentes para nosotros. Y como ellos muchos hombres y mujeres casados. Si los sacerdotes no hubiésemos tenido un padre o una madre creyentes, no lo seríamos. Y posiblemente si nos pidiesen a quien canonizar a los primeros sería a ellos, por el ejemplo que nos dieron.
El paraíso fue un lugar donde un hombre y una mujer se amaban profundamente, el Edén, Adán y Eva y todas las tardes Dios paseaba con ellos.
Y eso no significa que lo de ser sacerdote no tenga valor. Es una vocación a la que Dios llama a unos cuantos y quienes nos sentimos llamados respondemos. No por otro motivo, sino sencillamente por eso, porque vemos que ahí nos quiere Dios. Puede que a ti también o puede que no. Si haces oración lo descubrirás y serás feliz allí donde Dios te llama. Porque al final la vocación es eso: el lugar al que Dios me llama es el lugar donde más feliz voy a ser y puede ser como sacerdote, religioso o religiosa, como monitor, como padre o madre de familia, como novio o novia comprometidos con la parroquia.



I Semana. Martes 1 de Abril.

Adicción:
Recuerda, se trata de situarte, puedes tomar la imagen de ayer, u otra, o cerrar los ojos y pensar que Dios te está mirando. Él está ahí, lo tienes en tu corazón.
Cuentan que una vez la superiora vio en el jardín a una monja joven, mirando una misteriosa caja que llevaba en sus manos. Le preguntó que hacía y ella le contestó: es un regalo que me ha enviado mi madre. Con cuidado comenzó a abrirlo y a quitar cada una de las pajitas que envol´vian y protegían el contenido. De nuevo le preguntó la superiora y de nuevo respondió: cada una de estas pajitas han sido tocadas por las manos de mi madre. El regalo comenzó en el momento en que mi madre empezó a pensar en mí.
Así es la oración, es un regalo que Dios quiere hacerte, míralo, en cada momento Él estará presente.

Oración preparatoria:
Dile lo que sientes y pídele que te ayude a rezar, pues no sabes y te gustaría aprender de él.
Jesús, al comenzar por segunda vez a rezar, ayúdame, que sienta lo mismo que ayer, cuando disfrute más, que no me pase como ayer que me aburrí como una ostra.

Su palabra:
Lo ideal sería que tomases la Biblia y la abrieses por el libro primero de Samuel, capítulo 3, versículo del 1 al 10. El libro ayuda. Cuando abrimos la Biblia es como si abriésemos el corazón de Dios y comenzásemos a leer en él. Es un libro sagrado que contiene su Palabra, por eso la Iglesia lo guarda con tanta reverencia, es el más importante para nosotros, la guía, el camino, su voz. Abrir un libro siempre tiene su encanto, es abrir una ventana donde contemplar un bello paisaje. Leer en un libro siempre es más cálido que leer en la fría pantalla del ordenador.

El niño Samuel servía a Yahvé a las órdenes de Elí. Por aquel tiempo era rara la palabra de Yahvé, y no eran corrientes las visiones. Cierto día, estaba Elí acostado en su habitación. Sus ojos iban debilitándose y ya no veía. No estaba aún apagada la lámpara de Dios. Samuel estaba acostado en el Santuario de Yahvé, donde se encontraba el arca de Dios. Llamó Yahvé a Samuel. Él respondió:
-¡Sí, ya voy!
Y corrió donde Elí:
-Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?
Le dijo. Elí le contestó:
-Yo no te he llamado. Vuelve a acostarte.
El chico se fue y se acostó. Volvió a llamar Yahvé a Samuel. Él se levantó y fue donde Elí:
Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?
Le dijó. Elí le respondió:
Yo no te he llamdo, hijo mío. Vuelve a acostarte.
Samuel aún no conocía a Yahvé, pues no le había sido revelada su palabra. Por tercera vez llamó Yahvé a Samuel, que se levantó y fue donde Elí diciendo:
-Aquí estoy. Me has llamado, ¿no?
Elí comprendió que era Yahvé quien llamaba al niño. Entonces dijo a Samuel:
-Ve y acuéstate, y si te llama di: Habla, Yahvé, que tu siervo escucha.
Samuel se fue y se acostó en su sitio.
Vino Yahvé, se paró y llamó como las veces anteriores:
-¿Samuel, Samuel!
Respondió Samuel:
¡Habla, que tu siervo escucha!

Composición de lugar:
Imagina el lugar: dos habitaciones.
Los personajes: un joven y un anciano.
La situación de los dos: acostados y durmiendo.
Imagina a Dios hablando y como Samuel recorre el lugar.
Sitúate en la persona de Samuel. Al igual que Abraham es escogido para ser jefe de Israel. A él le corresponderá nombrar los primeros reyes, Saúl y posteriormente el gran rey de Israel, David. Es uno de los personajes más importantes del Antiguo Testamento al que se dedican dos libros.
Siente que Dios te llama. Esa palabra hoy va dirigida a ti.
Cambia el nombre y lee el texto cambiando Samuel por el tuyo.
Respóndele a Dios varias veces, repite esa respuesta, aunque no te diga nada, “¡Habla, que tu siervo/a escucha!”.

Coloquio:
Ahora te corresponde a ti, ¿qué le dices? vuelca tu corazón en quien más te ama, Dios. Coméntale como te sientes, pídele lo que quieras, es tu amigo, discúlpate si ayer pasaste del e-mail con el ejercicio, si hacía años que no rezabas, si no sientes nada por él, o a revés, dale gracias por lo que sientes por él. Es bueno. Toda la belleza y toda la bondad que hay en las personas es un destello de una belleza y bondad más grande. Las personas somos como esos rayos que al amanecer, al alba, cuando aún el sol no ha aparecido en el horizonte, se reflejan en el mar. Dios es el sol. Háblale, deja que sea tu corazón y sino tienes palabras o no te salen, no te preocupes. En el amor una mirada expresa un bello poema dirigido a la persona amada. El silencio rebosante de amor es la palabra más hermosa y sentida. Y en Dios ocurre lo mismo.

Ejercicio de esta semana:
Busca algún momento de silencio a lo largo del día, puede ser mientras vas al Instituto o al trabajo.

Examen de la oración:
Concluye la oración revisando como te ha ido y proponiéndote mejorarla.
I Semana. Miércoles 2 de Abril

Adicción:
El primer gesto con el que indicamos que hemos iniciado la oración es cuando decimos aquello de vamos a ponernos en presencia de Dios pero, ¿es la presencia de Dios como el Guadiana, que aparece y desaparece? Está Dios más presente en la oración que en otros momentos de la vida.
El no poder agarrar al Señor, el no tener posibilidad física de tocarle, suele ser la primera dificultad para creer que, de verdad, está a nuestro lado y nos escucha.
Por eso la relación con Dios es un acto de fe, a lo que invita el primer ejercicio. Si no creo que está conmigo y puedo hablarle y escucharle es imposible rezar.
(Tomado del libro de Mª Dolores López Guzmán. Cuando vayas a orar... Guía y ayuda para adentrarse en la oración, muy buen libro, del que me serví ayer y seguiré utilizándolo en este punto durante los días sucesivos).

Oración preparatoria:
Si no sientes nada y crees que estás haciendo el tonto o la tonta, hablando contigo mismo, pidéselo. Es el momento de pedirle la gracia de la oración, pues orar como toda relación de amistad es un regalo del otro a ti, que está dispuesto a darte su tiempo para hablarte y escucharte. Pídeselo con las palabras que creas.


El texto, Su Palabra:
“Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces les dijo:
-Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco.
Y es que los que iban y venían eran tantos que no les quedaba tiempo ni para comer. Así que fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario”.
Mc 6, 30-32 (los textos han sido tomados de la Nueva Biblia de Jerusalén).

Composición de lugar:
De nuevo me sitúo en la escena:
Personajes: los apóstoles y Jesús.
Lugar: un lugar solitario (la otra orilla del lago, un descampado, una colina, un huerto,...)
Tiempo: después de enviarles a anunciar la conversión.
Veo con los ojos la escena. Me sitúo en ella. Yo también me acerco a Jesús y le cuento como me va en los juniors, las cosas que hago, lo bien que me lo paso y a la vez lo que cuesta que vengan. Cuéntaselo todo.
Escucha lo que te dice, es a ti a quien habla. Siente que descansas junto a Él de tus preocupaciones, problemas,...


Coloquio:
Háblale, dile lo que sientes.
Ejercicio de esta seman:
Recuerda de dedicar un rato de silencio durante este día.

Examen de la oración:
Ya sabes, revisa durante un momento como te ha ido la oración.


I Semana. Jueves 3 de Abril.

Adicción:
Siguiendo con el libro de referencia de ayer, encontramos el siguiente texto:
“Un joven buscador e inquieto, cansado de no encontrar respuesta a sus preguntas, decidió un buen día acercarse al sabio del lugar:
-Dime, tú que vives retirado del mundo y que pasas el día rezando, ¿crees que es posible ver a Dios?
Después de un intenso silencio el anciano contestó:
-¿Crees que es posible amarle?
El silencio volvió a adueñarse de la situación y, al cabo de unos minutos, el hombre de oración continuó:
-La vida está llena de encuentros y despedidas. Tú has venido a mí en busca de una respuesta pero pronto te marcharás. Sin embargo, siempre podrás recordar este encuentro que ya forma parte de tu vida. Lo mismo me ocurrirá a mí. Ya nunca podré olvidar tu rostro ni tu deseo de encontrar a Dios y, aunque te marches, siempre rezaré por ti. Al amor le basta con amar porque se nutre de las presencias con las que ha llenado su corazón.
El joven, lleno de alegría, se marchó”.

Luego puedes comenzar recordando esas presencias de Dios. Todos las hemos tenido alguna vez. Y no me digas que no, que no me lo creo. Voy a ver si te ayudo: en la primera comunión, en una oración del campamento o de los juniors, en una vigilia, o puede ser fuera del templo. Aquella vez que paseando descubriste un bello paisaje. O quien sabe si fue un día hablando con tu abuelo o abuela y escuchando como te hablaban de Dios, de una forma llena de entusiasmo. Puede ser también un monitor o una monitora, o el sacerdote predicando. Haz el esfuerza y llévalo a la memoria. Pues las personas nos nutrimos de esas experiencias que son básicas para creer en Dios en los momentos de silencio y oscuridad por parte de Él.


Oración preparatoria:
Durante un momento pídele a Dios que te ayude. Los sacerdotes, religiosos y laicos (vosotros) excepto en la primera de las oraciones, al comenzar a rezar la Liturgia de las Horas, es decir, los Laudes, Hora Intermedia, Vísperas, Oficio de Lecturas y Completas, momentos en los que dejamos el trabajo para rezar unos salmos y lecturas, casi todas bíblicas, comenzamos, mientras nos signamos, “Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme”. Es un modo de decirle a Dios que no sabemos rezar y que sin su ayuda es imposible hacer oración. Puedes repetir esta exclamación.


El texto, Su Palabra:
Salmo 23.
Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace repostar.

Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas.
Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.

Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa.

Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días.

Composición de lugar:
Este salmo es muy personal, fruto de una sociedad agraria y nómada. Sitúate en el texto, mira cada palabra, analiza su significado. Reúnelas por grupos: cualidades de la persona, lugares, acciones,... Y sobre todo siente que tú eres la oveja que va con Dios. En tu vida, ¿cuáles han sido los verdes prados, es decir, los buenos momentos que has vivido?, ¿quiénes han sido las fuentes tranquilas que han reparado tus fuerzas, las personas que te han ofrecido su amistad, su palabra, su ternura en los momentos de dificultad y cansancio? Piensa en tus miedos, las cañadas oscuras, ¿has sentido la presencia de Dios en ellos? ¿A qué temes ahora, qué te asusta y aterroriza? Pues coloca allí a Dios y piensa que pase lo que pase Él estará contigo y su vara y callado te darán paz.
Recuerda, la composición de lugar, consiste en situarte dentro de la escena. Tú eres el salmista que reza.


Coloquio:
Reza esta oración en primera persona, cambiando la palabra Yahvé por Jesús. Por ejemplo: Jesús, tú eres mi pastor, nada me falta.
Cambia las palabras por situaciones concretas tuyas, hablándole desde el corazón.

Ejercicio de esta seman:
Recuerda de dedicar un rato de silencio durante este día.

Examen de la oración:
Ya sabes, revisa durante un momento como te ha ido la oración.

I Semana. Viernes 4 de Abril.

Adicción:
El primer punto es el más difícil, pues consiste en un acto de fe. Me paro y dejo de hacer lo que estaba realizando para dedicar un rato a quien no veo ni puedo tocar, a Dios. Por eso nos viene la tentación: es fruto de mi imaginación, si igual ni existe o no me escucha, quizás sea fruto de la educación que he recibido o de los curas que se empeñan en hacerme creer lo que algún que otro profesor o profesora me dice que no existe.
Sin embargo, como bien afirma Mª Dolores López Guzman, teóloga, esposa y madre de familia, autora del libro que seguimos en este punto, “la relación con Dios es real porque es Él quien se acerca a mí. Si dependiera de mí entonces no sería posible. El hombre no tiene la capacidad de coger a Dios de la oreja para llevarle a donde él quiera. Es el Señor quien ha escogido ponerse delante de su criatura, hacerse asequible y establecer así un diálogo con él”.
Pues adelante, Dios está aquí. Comienza escuchando el latido de tu corazón. Si se mueve es porque él quiere.
Sigamos con el guión que nos ofrece el Seminario Menor.

Oración preparatoria:
Pídele a Dios que aparte de ti la tentación de creer que estás hablando contigo mismo, haciéndote sentir su presencia.


El texto, Su Palabra:
Salmo 42
Como anhela la cierva los arroyos,
así te anhela mi ser, Dios mío.

Mi ser tiene sed de Dios,
del Dios vivo;
¿cuándo podré ir a ver
el rostro de Dios?

Son mis lágrimas mi pan
de día y de noche,
cuando me dicen todo el día:
¿Dónde está tu Dios?

El recuerdo me llena de nostalgia:
cuando entraba en la Tienda admirable
y llegaba hasta la casa de Dios,
entre gritos de acción de gracias
y el júbilo de los grupos de romeros.

¿Por qué desfallezco ahora
y me siento tan azorado?
Espero en Dios, aún lo alabaré:
¡Salvación de mi rostro, Dios mío!

Me siento desfallecer
por eso te recuerdo
desde el Jordán y el Hermón
a ti, montaña humilde.

Una abismo llama a otro abismo
en medio del fragor de tus cascadas,
todas tus olas y tus crestas
han pasado sobre mí.

De día enviará Yahvé su amor,
y el canto que me inspire por la noche
será oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía,
¡por qué me olvidas?
¿por qué he de andar sombrío
por la opresión del enemigo?

Me rompen todos los huesos
los insultos de mis adversarios,
todo el día repitiéndome:
¿Dónde está tu Dios?

¿Por qué desfallezco ahora
y me siento tan azorado?
Espero en Dios, aún lo alabaré:
¡Salvación de mi rostro, Dios mío!

Composición de lugar:
El salmo nos ofrece una bellísima oración de un creyente que sufre la indiferencia y el desprecio de quienes le rodean. Ante el abatimiento el salmista fija su mirada en Dios y en él confía. Las imágenes son bellísimas: la cierva, símbolo del amor, buscando las fuentes, los montes, los abismos,... La naturaleza ofrece al orante las palabras y los simbolismos que enriquecen su oración.
Por eso en primer lugar imagina al salmista, pinta en tu interior estos elementos, la cierva buscando agua, el río Jordán, el monte Hermón,...
Pero ahora te corresponde situarte dentro de ella. Como habrás observado ser fiel a Dios no es nada fácil, es ir contracorriente, ahora y en tiempos del salmista, es decir, durante el destierro en Babilonia (s.V a.C.). ¿Quienes son para ti los que te insultan diciéndote “¿dónde está tu Dios, Jesucristo?”. Ser junior no es fácil, vivimos también en el destierro, en una sociedad en la que Dios no tiene cabida y en la que los cristianos muchas veces somos considerados ilusos, tentados a abandonar la Iglesia. Por eso debemos fijar nuestra mirada en Jesús, a pesar de las dificultades, las incomprensiones y el que a veces parezca que se esconde. Debemos ser como esa cierva, buscar las aguas que se encuentran en la Palabra de Dios y en la Eucaristía, ellos son los manantiales que sacian nuestra sed.

Coloquio:
Y ahora háblale, dile lo que te ha parecido este salmo.

Ejercicio de esta semana:
Recuerda de dedicar un rato de silencio durante este día.

Examen de la oración:
Concluimos esta semana en la cual si recuerdas fijamos nuestra mirada en dos personajes del Antiguo Testamento (Abraham y Samuel) para seguidamente sentirnos discípulos de Jesús y desde esta experiencia de descansar con Él hablarle con las palabras del salmista, como oveja que siente la cercanía del pastor y como cierva que busca las fuentes para saciar la sed.
Revisa como te ha ido y la próxima semana... más.

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