martes, 10 de junio de 2008

Escuela de Oración. Semana XI. Día 2º


XI Semana. Martes 10 de Junio de 2008.

En presencia de... :
Lo primero que hacemos en la oración es tener conciencia de dónde estamos, con Quién estamos y para qué estamos. Desde el guión que seguimos, el libro de Mª Dolores López, vamos descubriendo que estamos en un lugar de oración, nuestro corazón, nuestra habitación, con Dios que nos habla a través de su Palabra y para escuchar-hablar con aquel que, si existe, bueno, estoy convencidísimo de que existe, hasta dar la vida si hiciese falta por Él, como años atrás hicieron tantos sacerdotes, religiosos y religiosas, hombres y mujeres que iban a misa y pertenecían a los movimientos apostólicos y de oración (Acción Católica, Adoración Nocturna,...).
Y Dios no nos habla en el aire, sino a través de la palabra. Lo sabemos muy bien, a nivel humano. La persona muere, pero su palabra sigue viva. Recurriendo al tópico de D. Quijote, su autor, D. Miguel de Cervantes, sigue vivo en nuestro país y actuando a través del Ingenioso Hidalgo. D. Miguel murió, pero su obra sigue ahí y ¿cuántas personas tienen o tenemos algo de Quijotes, soñadores que vivimos el espíritu del Caballero Andante? La palabra no muere. Para la esposa, cuyo marido muere, las cartas que le escribió de novios, cuando se encontraba en el servicio militar, son vivas.
Y Dios también nos habla a través de las palabras. Su palabra es creadora, resucitadora de los muertos; llamadora, pues llama a los apóstoles por su nombre; sanadora, capaz de curar a los enfermos, leprosos, ciegos, paralíticos; perdonadora, con la fuerza de levantar a la adúltera humillada por los hombres; y liberadora que invita a no tener miedo y lanzarse al mar de la vida.
Por eso es tan importante el encuentro diario del educador con la Palabra. Sólo así realmente se entra en la profundidad del ser junior.


Oración preparatoria (La Palabra esperada):
Esta semana recita:
Señor,
concédeme pasar del pecado a la misericordia,
del voluntarismo a la gratuidad,
del miedo a la confianza,
del rechazo a la pacificación,
del egoísmo a la entrega,
de la mezquindad a la honradez,
de la ruptura a la armonía,
de la dureza del corazón a la ternura,
de la impotencia a la confianza”.

El texto (la Palabra escuchada):
Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
purifícame de mi pecado.
Pues yo reconozco mi delito,
mi pecado está siempre ante mí;
contra ti, contra ti solo pequé,
lo malo a tus ojos cometí.

Por que seas justo cuando hablas
e irreprochable cuando juzgas.
Mira que nací culpable,
pecador me concibió mi madre.

Y tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con hisopo hasta quedar limpio,
lávame hasta blanquear más que la nieve.

Devuélveme el son de l gozo y la alegría,
se alegren los huesos que tú machacaste.
Aparta tu vista de mis yerros
y borra todas mis culpas.

Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme el gozo de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso;
enseñaré a los rebeldes tus caminos
y los pecadores volverán a ti.

Líbrame de la sangre, oh Dios,
Dios salvador mío,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.

Pues no te complaces en sacrificios,
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas.
Dios quiere el sacrificio de un espíritu contrito,
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.

¡Sé benévolo y favorece a Sión,
reconstruye los muros de Jerusalén.
Entonces aceptarás los sacrificios legítimos
-holocausto y oblación entera-
entonces se ofrecerán novillos en tu altar.

Composición de lugar (la Palabra comprendida):
El pecado, más allá de una ruptura de mi imagen, provoca una historia en mi vida que hace sufrir a muchos.
Lee el texto y piensa en tu vida, los momentos en los que te has sentido mal a causa del pecado (unas malas notas por no haber estudiado, un disgusto con tus padres, una discusión fuerte con tus amigos o amigas, o con la persona que más amas,...), reza este salmo, ya meditado en otra ocasión, encuentra en él la luz que ilumina tu experiencia de pecado.

Coloquio:
Se abre un coloquio el cual “se hace propiamente hablando, así como un amigo habla a otro...”.

Examen de la oración:
Esta semana el examen de la oración tiene una gran importancia ya que se trata de reconocer lo que la oración ha ido realizando en mí. Pues estas meditaciones no son para tener contento a Dios o al consiliario, son para ti, quieren ayudarte a cambiar tu vida, a ser mejor y para eso es necesaria la vida de oración, como recordó a quienes os confirmasteis ayer D. Esteban Escudero, la importancia de una vida de oración para que el agua del Espíritu Santo llegue a las profundas raíces de vuestro corazón, para cambiar “la chupitera”, esto es palabra mía, el pequeño vasito por un cántaro grande, que pueda recoger toda el agua, todo el poder transformador que tiene el Espíritu Santo, el que recibisteis ayer. Ahora también son mías: ¿por qué conformarse con un chupito del mejor licor, cuando Dios te permite y quiere que llenes y te bebas un tanque tan grande como el que utilizan los hidroaviones para apagar incendios?
Así pues: ¿qué consolaciones espirituales he vivido?, ¿qué desolaciones: inquietud, zozobra, crisis, desfallecimiento... he sentido?

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