sábado, 14 de junio de 2008

Escuela de Oración. Semana XI. Día 4º


XI Semana. Jueves 12 de Junio de 2008.

En presencia de... :
Nos cuenta la autora del libro “Cuando vayas a orar” como asociamos al hecho de rezar con palabras como tristeza, apatía, aburrimiento, control, seriedad, impasibilidad... Sin embargo la oración es el encuentro de Dios vidas, la de Dios y la mía. Es acercarse al ser que más vida tiene porque es fuente de la nuestra. Pero la realidad es otra. Recibir un e-mail de oración muchas veces es pinchar en el hotmail el borrar, comenzar en grupo a rezar es o bien hacerlo como un trámite, vamos a rezar la oración junior: en el comienzo.... vale, a continuar, a lo importante que es el juego. Ya hemos batido el record, 5 segundos. Perfecto. O bien, a desconectar mientras el consiliario hablaba de sus cosas, las de los curas y monjas que están tan alejadas de nosotros como el planeta Plutón, que antes pertenecía a nuestro Sistema Solar ahora ya no.
Conscientes de las dificultades que encontramos los sacerdotes para que recéis, para que recemos, hemos de cultivarlo. Es verdad que cuesta, a vosotros y a nosotros, pues siempre tenemos otras cosas “más importantes” que hacer. Pero la oración es necesaria, en cuanto es encuentro con aquel que se ama. Evidentemente cuesta, como cuesta a la mujer que ha tenido un bebé dejarlo unos momentos para estar con el marido a solas, hablando y amándole. Pero si descuida al marido y con la excusa del bebé deja de tener tiempo para él, el amor se apagará y pronto serán dos personas compartiendo un hijo y viviendo en la misma casa, pero sin amar juntos al hijo como fruto y alimento de su amor y viviendo no en un hogar sino en un lugar frío.
Y con la oración lo mismo. Podemos trabajar mucho por Dios en un campamento, dedicar todas las horas del mundo, pero sino tenemos un rato de oración personal e íntima con el Señor, dejaremos de amarle y acabaremos siendo meros monitores, no educadores en la fe, especialistas, voluntarios de una ong, pero no apóstoles que aprovechan el campamento para anunciar a Cristo con la vida y la palabra.

Oración preparatoria (La Palabra esperada):
Esta semana recita:
Señor,
concédeme pasar del pecado a la misericordia,
del voluntarismo a la gratuidad,
del miedo a la confianza,
del rechazo a la pacificación,
del egoísmo a la entrega,
de la mezquindad a la honradez,
de la ruptura a la armonía,
de la dureza del corazón a la ternura,
de la impotencia a la confianza”.

El texto (la Palabra escuchada):
Bienaventurados los pobres de espíritu.
Bienventurados los mansos.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia.
Bienaventurados los misericordiosos.
Bienaventurados los limpios de corazón.
Bienaventurados los que trabajan por la paz.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia.
Bienavernturados seréis cuanto os injurien y os persigan.
Si la sal se desvirtúa.
Vosotros sois la luz del mundo.
El que no dé importancia a uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos.
Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos.
Todo aquel que se encolerice contra su hermano será reo.
El que llame a su hermano imbécil será reo.
Si en el momento de presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano.
El que mira con deseo a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo sácatelo.
No juréis en modo alguno; ni por el cielo ni por la tierra.
Limitaos a decir: sí, sí, no, no, pues o que pasa de aquí proviene del Maligno.
No resistáis al mal.
Al que te abofetee en la mejilla derecha ofrécele también la otra.
Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen.
Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre del Cielo.
Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para que os vean.
Cuando hagas limosna que no lo sepa tu mano derecha.
Cuando vayas a orar entra en tu aposento y después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto.
Cuando oréis no charléis mucho.
Vosotros orad así: Padrenuestro
Si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas.
Cuando ayunes, perfuma tu cabeza y laba tu cara, para que tu ayuno sea visto, no por la gente, sino por tu Padre.
No amontonéis tesoros en la tierra.
Amontonaos más bien tesoros en el cielo.
El ojo es la lámpara del cuerpo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará iluminado.
Nadie puede servir a dos señores.
No podéis servir a Dios y al dinero.
No andéis preocupados por vuestra vida, pensando qué comeréis o qué beberéis.
Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.
Cada día tiene bastante con su propio mal.
No juzguéis, para no ser juzgados.
Saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
Pedid y se os dará.
Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos.
Entrad por la entrada estrecha.
¡Qué estrecha es la entrada y qué angosto el camino que conduce a la Vida!
Un árbol bueno no puede producir frutos malos.
No todo el que me diga Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica se parecerá al hombre prudente que edificó su casa sobre roca.
La gente se quedó asombrada de su doctrina.
Resumen del Sermón de la Montaña (Mt 5-7

Composición de lugar (la Palabra comprendida):
El Sermón de la Montaña ocupó ya una semana de estos ejercicios. Ahora se trata que revivas lo rezado. Por este motivo puedes tomar la Biblia y releerlo entero, todo seguido o deteniéndote en la frase que más te llame la atención y te motive para meditar y rezar. Otro modo es leer el resumen, en el que he escrito las frases que a mí más me llaman la atención, detenerte en una de ellas y repetirla varias veces.
El objetivo de este día es descubrir como los pecados capitales han ido configurando una forma de situarme en el mundo, y de entender la realidad, muy distinta al evangelio.
También podrías escribir el decálogo del buen monitor, una especie de normas de convivencia para este campamento.
Coloquio:
Se abre un coloquio el cual “se hace propiamente hablando, así como un amigo habla a otro...”.

Examen de la oración:
Esta semana el examen de la oración tiene una gran importancia ya que se trata de reconocer lo que la oración ha ido realizando en mí. Pues estas meditaciones no son para tener contento a Dios o al consiliario, son para ti, quieren ayudarte a cambiar tu vida, a ser mejor y para eso es necesaria la vida de oración, como recordó a quienes os confirmasteis ayer D. Esteban Escudero, la importancia de una vida de oración para que el agua del Espíritu Santo llegue a las profundas raíces de vuestro corazón, para cambiar “la chupitera”, esto es palabra mía, el pequeño vasito por un cántaro grande, que pueda recoger toda el agua, todo el poder transformador que tiene el Espíritu Santo, el que recibisteis ayer. Ahora también son mías: ¿por qué conformarse con un chupito del mejor licor, cuando Dios te permite y quiere que llenes y te bebas un tanque tan grande como el que utilizan los hidroaviones para apagar incendios?
Así pues: ¿qué consolaciones espirituales he vivido?, ¿qué desolaciones: inquietud, zozobra, crisis, desfallecimiento... he sentido?

No hay comentarios: