lunes, 9 de junio de 2008

Comentarios a las lecturas del domingo: XI T.O.


Las lecturas.


Lectura del libro del Éxodo 19, 2-6a

En aquellos días, los israelitas llegaron al desierto del Sinaí y acamparon allí, frente al monte.Moisés subió hacia Dios. El Señor lo llamó desde el monte, diciendo:

- «Así dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas: "Ya habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mi un reino de sacerdotes y una nación santa."»

Palabra de Dios

Salmo responsorial

Sal 99, 2. 3. 5R.

Nosotros somos su pueblo y ovejas de su rebaño.


Aclama al Señor, tierra entera,

servid al Señor con alegría,

entrad en su presencia con vítores.


Sabed que el Señor es Dios:

que él nos hizo y somos suyos,

su pueblo y ovejas de su rebaño.


El Señor es bueno,

su misericordia es eterna,

su fidelidad por todas las edades.


Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5, 6 11

Hermanos:Cuando nosotros todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre de bien tal vez se atrevería uno a morir; mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo!Si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, estando ya reconciliados, seremos salvos por su vida!Y no sólo eso, sino que también nos gloriamos en Dios, por nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.

Palabra de Dios

Aleluya

Mc 1,15Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 36-10, 8

En aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos:- «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia.Estos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones:- «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel.Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

Palabra del Señor
COMENTARIOS.
Misa Dominical (resumen).
Orientaciones para la celebración.
Jesús se compadece porque andan como "ovejas sinpastor", una imagen expresiva sobre el pueblo de Israel que rompió la Alianza y decidió ir a su aire, sobre la relidad de tanta gente que vive perdida y alejada de los caminos de Dios.
Como estamos descubriendo en los últimos domingos, frente a la infidelidad de Israel se encuentra la fidelidad de Dios, prometida por Moisés y realizada en Jesús, el Buen Pastor, que nos convierte a nosotros enun pueblo de sacerdotes, una nación santa.
Por tanto:
Ante las personas que viven como ovejas perdidas, sin pastor, con problemas y tristezas, sin sentido ni orientación en la vida...
... Jesús se compadeció de ellas y también nosotros debemos llevar el consuelo y la luz de Dios a la gente que lo pasa mal.
Nosotros somos el pueblo de Dios
Por otra parte San Pablo sigue insistiendo en la primacía del amor de Dios manifestado en Jesucristo, quien murió por nosotros.
La estructura del evangelio es muy clara:
1. Compasión de Jesús: andan desorientadas.
2. Llamada de los 12: el número es simbólico, representa a las 12 tribus de Israel.
3. Misión de los 12: anuncio del Reino y curación, todo ello desinteresadamente.
Notas exegéticas.
PRIMERA LECTURA:
Han pasado tres meses desde que el pueblo salió de Egipto. Llegados al desierto del Sinaí los israelitas acampan frente al monte, comienza, según la Biblia de Jerusalén, la tercera y última parte del libro del Éxodo, titulada La Alianza en el Sinaí y subdividida en:
-La Alianza y el Decálogo.
-El Código de la Alianza.
-Ratificación de la Alianza.
-Normas referentes a la construcción del Santuario y a sus ministros.
-El becerro de oro y la renovación de la Alianza.
-Construcción y erección del Santuario.
El texto presente es el comienzo de este gran bloque, previo a la manifestación de Dios o Teofanía y entrega del Decálogo.
Dios, después de recordar como ha cuidado de ellos, liberándolos de la esclavitud, marca las dos líneas que han de seguir: escuchar y guardar la alianza.
A cambio se compromete a tomarlos como propiedad personal y esto se concreta en dos expresiones: reino de sacerdotes y nación santa. Es decir, el sacerdote es aquel que está en unión íntima con Dios, el hombre puente entre Dios y los demás, capaz de hacerle presente en medio de la comunidad y a la vez de llevar las peticiones del pueblo a Dios. Israel si escucha y guarda lo que Dios le pide será un pueblo sacerdotal, vivirá en intimidad con Dios.
Nación santa significa separada. Santo, sacro, sacerdos, son sinónimos, son lo que está aparte, lo que pertenece al mundo de Dios. Un monte santo, es entre todas las montañas, diferente, espacio de encuentro con lo otro, el Misterio, Dios. El pueblo es santo, no tanto moralmente sino teológicamente, en cuanto pertenece a lo sagrado, el mundo de Dios.
SEGUNDA LECTURA.
¿Cómo ama Dios?
Pablo nos lo explica: su amor es tan grande que se extiende también a los que van en su contra. Así lo demuestra en la cruz.
EVANGELIO.
Muchas veces escuchamos dentro de la Iglesia expresiones de desprecio ante los que no van a misa o sólamente entran en ella para los bautismos, comuniones, bodas, entierros y fiestas patronales.
Jesús sin embargo no desprecia a las multitudes, sino que siente compasión por ellas y considera la causa no en los pecadores sino en los sacerdotes, los dirigentes del pueblo, que viven más preocupados por su bienestar y posición social que por el pueblo.
Seguidamente cuida de estas gentes, les ofrece lo espiritual y lo material, palabras que den sentido a sus vidas y curación de sus enfermedades.
Y en tercer lugar, consciente que su vida es breve, escoge a los apóstoles y les envía para que repitan sus acciones: anunciar el Reino y curar, desde la compasión y gratuidad.
LOS SANTOS PADRES COMENTAN EL EVANGELIO (Tomado de La Biblia comentada por los Padres de la Iglesia,1 a. Ciudad Nueva)
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas
Y no sólo no castigó a aquellos estúpidos, mas ni siquiera los reprendió, primero para dar una prueba más de mansedumbre (s. Juan Crisóstomo)
Cristo, para enseñarnos que Él hacía sus beneficios por sola bondad suya, no espero a que los hombres acudieran a Él, sino que Él mismo se apresuraba a ir a ellos, llevándoles a la vez dos bienes máximos: uno, el evangelio del reino de los cielos; otro, la curación de todas sus enfermedades. (S. Juan Crisóstomo)
Como ovejas que no tienen pastor
Aparentemente el Señor se compadece de una multitud atormentada por la violencia imperante del espíritu impuro y humillada por el peso de la Ley, porque todavía carecía del pastor que les devolviera la protección del Espíritu Santo (S. Hilario de Poitiers)
La mies es mucha, pero los obreros pocos:
Y para expresarlo con mayor claridad: la mies abundante es toda la multitud de los creyentes; los pocos obreros, los apóstoles y sus seguidores enviados a la mies. (S. Jerónimo)
Rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros.
Porque si ahora mandaba segar a sus discípulos, claro está que no los mandaba a campo ajeno, sino a lo que Él mismo había sembrado por medio de los profetas. (S. Juan Crisóstomo)
Habiendo llamado a sus doce discípulos.
El Señor y Maestro bondadoso y clemente no rehúsa celosamente sus poderes milagrosos a sus servidores y discípulos (S. Jerónimo).

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