lunes, 5 de mayo de 2008

Escuela de Oración. Semana V. Día 7º


V Semana. Domingo 4 de Mayo..

En presencia de...:
Es domingo, el día de Dios, dedicado a descansar para estar con Él. Y él quiere estar contigo. Siente su cercanía.

Oración preparatoria:
Después de haber ejercitado nuestra alma con el potro del silencio, nos reencontramos con la realidad del pecado, por eso ora de nuevo con estas palabras:
“Señor, concédeme sentir avergüenza y confusión por mis pecados. Que me duelan mis pecados, que sienta tu misericordia, tu gratuidad y tu perdón... de manera que todas mis intenciones, acciones y operaciones puedan ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”.

El texto, Su Palabra:
Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y toda la gente acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevaron una mujer sorprendida en adulterio; la pusieron en medio y le dijeron:
-Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices? (Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle). Pero Jesús se inclinó y se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, al insistir ellos en su pregunta, se incorporó y les dijo:
-Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que le tire la primera piedra.
E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en la tierra.

Composición de lugar:
La escena es conocida, pero lo importante, además de descubrir la misericordia de Jesús ante esta mujer y su defensa frente a una sociedad que castigaba a la mujer y perdonaba al hombre, ante un pecado es cosa de dos, lo fundamental es preguntarnos en que lugar estamos nosotros.
¿Somos la adúltera o los fariseos? Si somos sinceros en un primer momento diremos que los fariseos. Nosotros no nos consideramos pecadores, somos buenos y todo lo hacemos bien, frente a quienes pecan constantemente, matan, asesinan, roban,...
¿A quiénes condenamos constantemente? ¿Hoy a quién he criticado y le he lanzado una piedra, es decir, un reproche, una mala mirada, un desprecio,...?
Sitúate en la escena. Siguiendo el método de S. Ignacio. Imagina que eres esta mujer, piensa en un pecado que te avergüence, incluso para contarlo al sacerdote en el sacramento del perdón, de los que no quisieras que se enterasen tus padres. De repente te han pillado y lo van a decir públicamente. ¿Qué sientes? Sitúate ante Jesús. A ti te duele ese pecado, estás arrepentido o arrepentida. ¿Cómo actúa él?
Ahora sitúate en los escribas y fariseos. Piensa en alguna persona concreta a la que recientemente has dejado mal entre tus amigos y amigas. Era el momento, lo estabas esperando por todo lo que te había hecho y por fin había llegado el momento, a la creída, al chulo. Y qué bien te ha salido. Pero ahora imagina que delante estaba Jesús, ¿qué te dice él? ¿de parte de quién se coloca?
Y finalmente, repite varias veces esta palabra, “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra” y se sincero. La oración es sobre todo un momento de sinceridad. Puedes engañar a tus padres, a tus amigos, a tu novio o novia, a tu esposo o esposa, incluso a ti mismo. A Dios, nunca. ¿Realmente te sientes libre de pecado?

Coloquio:
Díselo a Jesús. Si es que sí, pídele que a través de la oración y las circunstancias te abra los ojos para sentirte pecador o pecadora y así ser tú y experimentar el amor del Padre que siempre perdona.



Ejercicio de esta semana:
Cuando tratamos el tema del pecado, siempre lo hacemos desde la Voluntad... ¡quiero cambiar!, ¡voy a cambiar....! y esto es un error. El pecado no nace de la voluntad, antes hay mucho que revisar.
-Los sentidos: Son las ventanas por las que entra o no entra la realidad. Son los que hacen que viva, participe, guste, oiga, escuche, sienta una cosa u otra... ¿qué cosas busco sentir? ¿qué cosas son repelidas por mis sentidos?
-La memoria: Todo lo que dejamos que entre de cualquier manera queda recogido en la memoria... ¿qué cosas recuerdo?, ¿qué tiendo a olvidar?
-Entendimiento: aquello que he sentido y que he memorizado me vaya configurando una manera de “entender” la realidad, una lógica...

Examen de la oración:
¿Qué consolaciones espirituales: he vivido?
¿Qué desolaciones: inquietud, zozobra, crisis, desfallecimiento... he sentido?

http://destellosdelmontcabrer.blogspot.com/

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