domingo, 25 de mayo de 2008

Escuela de Oración. Semana VIII. Día 6º


VIII Semana. Sábado 24 de Mayo de 2008.


En presencia de... :
María es mujer y como mujer siente y ama con su cuerpo. Nadie mejor que ella para hablarnos de lo que es sentir a Dios con los sentidos. Ella tuvo en sus entrañas al mismo Dios. Ella experimentó lo que ninguno de nosotros podremos nunca experimentar, la relación más íntima y profunda con Dios y lo hizo como mujer y madre. Amó como mujer y como niña enamorada cantó a Dios en el Magníficat (Lucas 1, 46-56), a quien días atrás ante la propuesta de Gabriel, el arcángel, se entregó en el Fiat, el hágase tu voluntad (Lucas 1, 38). Y ella sintió a Dios en sus entrañas durante nueve meses. Como madre amamantó al Hijo de Dios, lo tuvo en esa cercanía que tiene la madre que da vida al hijo con su leche, lo abrazó y dio calor en la fría noche de la navidad. Y a la vez, en la fría tarde del viernes santo, tuvo en sus brazos el cuerpo sin vida del Hijo de Dios, sintió la frialdad del Dios que por amor y pasión había dado su vida por todos nosotros. Nadie mejor que María para que a ti y a mí nos enseñe a rezar con los seis sentidos.

Oración preparatoria (La Palabra esperada):
“Señor, que mi amor por ti, me ayude a sentir el desorden de mi vida. Dame la gracia de aborrecer el pecado, el desorden y la vanidad del mundo, de forma que aborreciéndolo me enmiende y ordene. Ayúdame a ir afinando mi relación contigo y con los hermanos, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones puedan ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”

El texto (la Palabra escuchada):
No juzguéis, para no ser juzgados. Porque seréis juzgadoscon el juicio con que juzguéis, y seréis medidos con la medida con que midáis. ¿Cómo eres capaz de mirar la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo? ¿O cómo vas a decir a tu hermano: Deja que te saque la brizna del ojo, teniendo la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.
¿No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.
Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis, llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y el que llama se le abrirá. ¿Acaso alguno de vosotros le da una piera a su hijo cuando le pide pan?; ¿o le da una culebra cuando le pide un pez? Pues si vosotros que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se le las pidan!
Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos. En esto consisten la Ley y los Profetas.
Entrad por la entrada estrecha, porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición; y son muchos los que entran por ella. En cambio, ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos son los que lo encuentran.
Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producirlos buenos. Todo árbol que no da buen fruto es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis.
No todo el que me diga: Señor, Señor entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán aquel Día:
-Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Pero entonces les declararé:
-¡Jamás os conocí; apartaos de mi, malhechores!
Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica se parecerá al hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y embistieron contra aquella casa, pero no se derrumbó, porque estaba cimentada sobre roca. Pero todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica se parecerá al hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos e irrumpieron contra aquella casa, que se derrumbó y su ruina fue estrepitosa
Mt 7, 1-27

Composición de lugar (la Palabra comprendida):
Concluyendo esta semana en la que hemos visto como no somos tan buenos como nos creemos y que estamos muy lejos de ser unos buenos juniors, porque no vivimos la Ley Junior, Jesús nos ofrece este largo texto.
Aquí tienes un buen examen de conciencia y es lo que te invito a realizar. Con la ayuda de María, nuestra Madre, ve leyendo este texto y intentando descubrir lo que no cumples. Muchas son las enseñanzas que hay en este texto por eso te recomiendo que lo leas pausadamente, siendo sincero contigo mismo. Piensa que aquí está el modelo de buen junior, del junior que realmente se lo cree, no se fija en los fallos de los demás, como bien indican los principios de vida. Es exigente con los demás y comprensivo consigo mismo, confía en la oración, trata a los niños como quisiera que lo hubiesen tratado a él los monitores, busca la puerta estrecha que significa el ir los jueves a la reunión, los sábados a la actividad y los domingos a la misa, no viviendo a su capricho, dominando el consumo de alcohol, la velocidad en la moto o el coche, teniendo unos valores que no son sólo ideas, sino pautas que marcan su conducta y desde las que renuncia a todo lo que va en contra de estos valores.
Así pues, lee, medita y reza, viendo como tu vida está en algunos aspectos muy lejos de lo que Jesús te pide.


Coloquio (respuesta a la Palabra):
¡Qué esto es muy difícil! Ya, no es fácil ser junior, pues la puerta estrecha es estrecha y es más cómodo ir por la vida entrando por las puertas anchas del “hago lo que me da la gana”, pero es el único camino para realmente ser felices, no felices ahora un rato y mañana “la depre”.
Aún así lo importante es que lo reconozcas y le pidas a Jesús perdón y ayuda para ser buen junior.

Ejercicio de esta semana:
Nos dice el Seminario Menor...
“Para que sienta el desorden...”
El desorden de mis operaciones es un conjunto de actitudes y actividades personales que sin ser malas en sí mismas, no están integradas en la voluntad de Dios: miedo al riesgo, tendencia a manipular, temor a los conflictos, incapacidad de asumir críticas, facilidad para subrayar lo negativo, individualismo, dejarme llevar,... Todo esto no es el pecado, pero es el “humus” (la tierra propicia) que facilita el que surja el pecado.
“conocimiento del mundo...”
El mundo es algo externo a nosotros, es un conjunto de criterios y valoraciones al margen del Evangelio o contrario a él que me afectan y hacen que mis acciones se encaminen hacia una dirección: Todo vale, lo importante es la eficacia de las cosas, cada persona tiene un valor distinto, entender la iglesia desde la sociología o la política, buscar el honor, hacer lo que se lleva...
El pecado no es un comportamiento aislado, sino que tiene un ambiente donde se fragua, por eso no vale la buena voluntad, ni el yo no quería... en nuestro inconsciente se ha metido una forma de pensar, de entender, de situarnos ante la realidad que nos afecta y debe ser, ante todo, descubierta.
Se trata de poner a la luz no los grandes pecados del pasado, ni siquiera nuestra participación en los pecados capitales, sino algo más sutil: descubrir el ambiente de pecado que me envuelve y que me hace situarme ante la realidad con unos presupuestos pecaminosos.

Examen de la oración:
¿Cómo me he sentido? ¿Qué cosas me han ayudado? ¿qué cosas me han estorbado? ¿Qué he visto claro? ¿Qué voy descubriendo que se repite en los distintos momentos?

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