lunes, 5 de mayo de 2008

Escuela de Oración. Semana VI. Día 1º


VI Semana. Lunes 5 de Mayo de 2008.

Introducción:
La vida se encarga de ir rompiendo mi visión del mundo y de l realidad. Al reflexionar sobre el pecado y reconocerlo, nuestro “yo ideal” se defiende y desde nuestra devota concepción de las cosas nace como mucho la culpabilidad. Esto me produce un dolor que me encierra en mí y me llena de argumentos para justificar y no cambiar. Es momento entonces de pedir la gracia del verdadero “dolor de los pecados”. Es la vergüenza y la confusión por el daño que otros han sufrido por mí y así podré aborrecer el pecado, no porque deteriore mi imagen sino por el sufrimiento acusado a los demás.


En presencia de...
Nos introducimos en el capítulo del libro cuando vayas a orar, “cuando la oración se hace gesto”. Para rezar es importante los gestos, pues con ellos expresamos nuestra interioridad y a la vez nos ayudan a cultivarla. Y comenzamos con este relato:
Un joven monje, cansado de los combates interiores, le preguntó a su maestro:
-Maestro, vivo atormentado por pensamientos y deseos que me perturban. No logro purificarlos para poder ponerme a servir a los demás. ¿Cuándo encontraré el amor?
El maestro le miró con cariño y se quedó en silencio. Al cabo de un rato depositó sus ancianas manos entre las suyas. Pero el joven seguía sin comprender. Entonces el maestro sabio le dijo:
-Cierra los ojos y dime: ¿Qué sientes al tocarlas?
El discípulo, al contacto de su piel, áspera y frágil, musitó:
-El paso del tiempo, la dureza de la vida, la entrega... y el amor.
Permanecieron un tiempo en silencio, con las manos apretadas, antes de que el joven se marchara. Después, sin mediar palabra, se despidió agradecido y, al momento, se puso a servir a la comunidad.


Oración preparatoria:
Reza esta oración, que vamos a repetir todos los días:
“Señor, concédeme sentir crecido e intenso dolor y lágrimas de mis pecados al descubrir el daño que a lo largo de mi vida han causado en los demás... para que aborreciendo el pecado pueda gozar de tu misericordia y todas mis intenciones, acciones y operaciones ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”

El texto, Su Palabra:
Sabemos en efecto, que la ley es espiritual, mas yo soy de carne, vendido al poder del pecado. Realmente, no comprendo mi proceder, pues no hago lo que quiero sino lo que aborrezco. Y si hago lo que no quiero, debo reconocer que la ley es buena, pero en realidad no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí. Pues bien sé yo que nada bueno hay en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien actúa, sino el pecado que habita en mí.
Descubro, pues esta ley: que, aunque quiera hacer el bien, es el mal el que me sale al encuentro. Por una parte, me complazco en la ley de Dios, como es propio del hombre interior; pero, a la vez, advierto otra ley en mi cuerpo que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mi cuerpo.
¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?
¡Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor!
Así pues, soy yo mismo quien, con la razón, sirvo a la ley de Dios, y, con la carne, a la ley del pecado!
Rm 7, 14-25

Composición de lugar:
Nos indica el guión del seminario:
Con la vista imaginativa verme sumergido como en el relato del “fantasma de las Navidades pasadas y presentes” en el mundo concreto que mi pecado ha producido y produce a mi alrededor”.
La semana pasada descubríamos el pecado en sí, a través de personas concretas como Adán y Eva, Caín y David y a través del pueblo de Israel. Esta semana vamos a adentrarnos en las consecuencias del pecado, a seguir profundizando en él pues es importantísimo tener conciencia de que somos pecadores. De lo contrario, sino somos pecadores no necesitamos a Cristo para que nos perdone los pecados y nos salve, Él está de sobra y quizás por la falta de conciencia de pecado esté de sobra en la vida de muchas personas.
El texto de hoy es de S. Pablo. En él nos ofrece una definición muy clara del pecado: hacer el mal que no queremos hacer y no hacer el bien que queremos hacer. Dicho de otro modo, en nuestro interior, la conciencia nos indica lo que debemos hacer y lo que no debemos, pero la carne, nuestro egoísmo, nos lleva a lo contrario. Es ésta la lucha que tenemos todos los días, entre el deber y el apetecer: debo estudiar para el examen, pero me apetece navegar por internet o ver la serie de TV; debo levantarme pronto, pero me apetece dormir más rato; debo defender a esa amiga a la que están criticando, pero me apetece criticarla también; debo evitar pegarle una patada al delantero, pero me apetece pegársela, aunque le duela horrores y le lesione, y así quitarle el balón,...
Sitúate en el texto, personalízalo. Te darás cuenta que cometes más pecados de los que creías y pregúntate: ¿cuándo sirve a la ley de Dios y cuándo a la ley del pecado?

Coloquio:
No es fácil enfrentarse con las lecturas y los ejercicios de esta semana, pues es complejo y doloroso, por eso es necesario que el coloquio se realice desde un diálogo íntimo y de amor con María, con Jesús o con la Trinidad (el Padre, el Hijo, el Espíritu Santo). No se trata de caer en un narcicismo orgulloso, del tipo “que malo soy” sino de descubrir junto a María como las huellas de mi pecado se han abierto paso en el corazón de los demás, y a partir de aquí sentirme tremendamente amado por Dios con TOTAL gratuidad.

Ejercicio de esta semana:
Esta semana se trata que desde la composición de lugar descubramos el dolor que distintas personas han sufrido por nuestro pecado. Es importante reconocer el sufrimiento concreto que mi vida ha supuesto para los demás... y descubrir también como ellos tuvieron paciencia conmigo y me amaron y perdonaron.
Hoy piensa en tu infancia.

Examen de la oración:
¿Cómo me he sentido?
¿Qué cosas me han ayudado? ¿qué cosas me han estorbado?
¿Qué he visto claro?
¿Qué voy descubriendo que se repite en los distintos momentos?


http://destellosdelmontcabrer.blogspot.com/

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