miércoles, 28 de mayo de 2008

Escuela de Oración. Semana IX. Día 3º


IX Semana. Miércoles 28 de Mayo de 2008.

En presencia de... :
Comienza escogiendo un sentido (el tacto, el oído,...) y llévalo a la oración, recuerda ese perfume o hierba aromática, la capilla del campamento bellísimamente ambientada en Navalón, o la imagen de nuestros patronos. También puedes recordar una celebración, la que más te ha impactado en el tiempo que llevas en los juniors o la canción de las que cantas en el coro que más te gusta y te hace sentir especial y algo especial.
Durante unos momentos piensa en ello, teniendo presente que ahora estás delante de Dios que contempla tu persona desde lo más profundo de tu corazón.


Oración preparatoria (La Palabra esperada):
Esta semana recita despacio este poema:

No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor.
Muéveme el verte clavado,
en una cruz y encarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido.

Muéveme tus afrentas y tu muerte,
muéveme en fin tu amor
de tal manera que aunque no hubiera infierno
yo te amar
y aunque no hubiera infierno
te temiera.

No me tienes que dar
porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
¡lo mismo que te quiero te quisiera!

El texto (la Palabra escuchada):
Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado, y el otro dejado; habrá dos mujeres molienod en el molino: una será tomada, y la otra dejada.
Velad, pues, porque no sabéis que día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le abriesen un boquete en su casa. Por eso, también vosotros estad preparados, porque, cuando menos lo penséis, vendrá el Hijo del hombre.


Composición de lugar (la Palabra comprendida):
De nuevo nos encontramos en un texto difícil, situado en el discurso sobre el fin del mundo que el evangelista sitúa antes de la pasión. Jesús se va y nos cuenta lo que ocurrirá cuando todo se termine, Él volverá de nuevo, tal como recitamos en el Credo, a juzgar a vivos y muertos. Es un hecho el que un día seremos juzgados. Toda nuestra vida pasará ante nuestra mirada y la de Dios. Será el juicio más justo de la historia, pues a Él no se le puede engañar y Él nunca se equivoca.
Pero vamos al presente. De nuevo, no es por amargarte, pero la muerte es una posibilidad real en nuestra vida. Decían los antiguos que es “la hora más cierta y el día más incierto”. Pero esto no es para asustarnos ni vivir aterrorizados, sino para advertirnos de esta realidad y así poder cambiar nuestra vida, que muchas veces se desarrolla sin pensar que en un instante acabará todo.
Lo sabemos muy bien, las asignaturas que más estudiamos son las que el profesor puede examinarnos en cualquier momento, el temido examen sorpresa. Es en esa asignatura, la que en cualquier momento nos puede preguntar la que todos los días repasamos. Lo mismo ocurre a nivel laboral. El trabajador se relaja cuando sabe que el jefe está de vacaciones o de reunión y ese día no va a pasarse por el tajo. Sin embargo cuando el jefe va visitando por sorpresa a los trabajadores, paseándose por donde se encuentran o por la fábrica. Entonces no se le verá a nadie almorzando hasta las doce ni charlando ni haciendo el gandul. Los inspectores lo saben muy bien y no os digo los agentes de tráfico.
Gracias a eso todos trabajamos y no nos dormimos, pues sabemos que en cualquier momento llega el jefe o el policía y multa al canto, despido, sanción, pérdida de puntos,...
Si lo aplicamos al campamento ocurre lo mismo. Si el consiliario cumple con su deber, lo mismo que el jefe de campamento, tiene que cumplir con sus obligaciones. Perdonad si creéis que no lo hago. Por eso estará al tanto que los monitores se encuentren en su lugar y cumplan, a fin de que el campamento vaya bien y los niños estén adecuadamente atendidos.
Por desgracia somos así, tendemos a la ley del mínimo esfuerzo y “tu hacienda tu amo te vea y sino que te venda”. Nosotros somos la hacienda de Dios. Y Él que nos ha dado una responsabilidad quiere que la cumplamos y seamos responsables.
De eso se trata. En esta semana el Jefe nos lo advierte. Mira que puedo pasar y pedirte cuentas.
Y ¿no es verdad que si esto lo tenemos claro vamos a ser mejores juniors, mejores cristianos y mejores personas?
Procura aunque sea “sólo por este momento” intentar hacer lo que tu conciencia y Dios te piden. Porque lo que no hagas hoy puede que mañana no lo puedas hacer, por eso haz ahora lo que te corresponde y no lo dejes para mañana que puede ser demasiado tarde. Piénsalo. Llegará mañana, y pasado y el próximo año y envejecerás, pero como siempre habrás estado atento tu vida habrá sido mucho mejor que si hubieses vivido sin pensar en que hoy puede ser el último, porque habrás sido responsable.
Por eso lee el texto y piénsalo por un momento: Dios no te va a exigir nada que no puedas realizar.

Coloquio (respuesta a la Palabra):
Y ya sabes, háblale como a un amigo.

Ejercicio de esta semana:
Seguimos con este ejercicio sólo para mayores de 18 años: ante Dios, sus ángeles y sus santos. Volverme a contemplar ante Dios, sus ángeles y sus santos. Toda mi vida estará patente ante ellos, sin que nada se pueda negar. Escucha su veredicto.

Examen de la oración:
¿Cómo me he sentido? ¿Qué cosas me han ayudado? ¿qué cosas me han estorbado? ¿Qué he visto claro? ¿Qué voy descubriendo que se repite en los distintos momentos?

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