viernes, 2 de mayo de 2008

Escuela de Oración. Semana V. Día 4º


V Semana. Jueves 1 de Mayo.

En presencia de...
Seguimos creando un espacio para el silencio. Para ello es necesario la soledad y el apagar las voces exteriores e interiores que nos rodean. De esta forma nos encontramos con nosotros mismos, con nuestros sentimientos, con lo más oculto y escondido que hay en nosotros mismos. Nos encontramos con Dios que está en lo más profundo de uno mismo. Esta noche, escribo esto a las 0.28 de la noche del 1 al 2, he vuelto a mirar las estrellas, desde el lugar donde me encontraba. Y he vuelto a pensar en algo que hacía tiempo no pensaba. Más allá de las estrellas está Dios. Él está donde no hay nada sólo Él. Y Él está en lo más profundo de nuestro interior y en él todos los que amamos. Por eso el silencio no nos lleva al individualismo, a mirarnos a nosotros, sino a mirar a Dios y al acercarnos a Dios nos acercamos a todos los hombres y mujeres que se encuentran en su corazón. Y para eso, mucho silencio. El amor pide silencio.

Oración preparatoria:
Después de haber ejercitado nuestra alma con el potro del silencio, nos reencontramos con la realidad del pecado, por eso ora de nuevo con estas palabras:
“Señor, concédeme sentir avergüenza y confusión por mis pecados. Que me duelan mis pecados, que sienta tu misericordia, tu gratuidad y tu perdón... de manera que todas mis intenciones, acciones y operaciones puedan ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”.


El texto, Su Palabra:
Voy a cantar a mi amigo
la canción de su amor por su viña.
Mi amigo tenía una viña
en un fértil otero.
La cavó y despedregó,
y la plantó de cepa exquisita.
Edificó en medio una torre,
y excavo en ella un lagar.
Y espero que diese uvas,
pero sólo dio agraces.
Ahora, pues, habitantes de Jerusalén
y hombres de Judá,
venid a juzgar entre mi viña y yo.
¿Qué más puede hacerse por mi viña,
que no se lo haya hecho yo?
Yo esperaba que diese uvas.
¿Por qué ha dado agraces?
Pues ahora os haré saber
lo que pienso hacer con mi viña:
derribar su seto y que sirva de pasto;
romper su cerca y que sea pisoteada.
Haré de ella un erial
donde nadie pode ni escarde;
crecerá la zarza y el espino;
y además prohibiré a las nubes
que derramen lluvia sobre ella.
¡Pues la viña de Yahvé Sebaot
es la Casa de Israel,
y los hombres de Judá
son su plantío exquisito!
Esperaba de ellos justicia,
pero brotó iniquidad;
esperaba de ellos honradez,
pero se oyeron alaridos.
¡Ay de los que juntáis casa con casa,
y campo a campo anexionáis,
hasta ocupar todo el espacio
y quedaros solos en el país!
Is 5, 1-8


Composición de lugar:
Los profetas fueron hombres que denunciaron la infidelidad a Dios. Mas que adivinar el futuro, recordaban el pasado al pueblo de Israel, el pacto que había realizado con Dios y que había incumplido. Es lo que realiza en este fragmento Isaías. Dios cuidó de Israel, su viña. Pero el pueblo no dio buenos y sabrosos racimos, sino que se corrompió adorando otros dioses y explotando al pobre. Por eso Dios les va a destruir la viña, a Israel, como ocurrió con la caída de Samaría (722 a.C.) y Jerusalén (4587 a.C.).
Pero este texto está dirigido a ti y a mí. ¿Qué nos dice? Pues comienza leyendo y personalizando. Aunque te parezca muy fuerte, como si Dios te dirigiese este escrito. Y se sincero, ¿realmente mereces que te lo diga?, ¿va dirigido a ti? Es fácil de saber: ¿das fruto o agraces? Piénsalo sinceramente e incluso, perdona que te condicione, ¿cuáles son tus agraces? Y escucha la voz. Dios te está llamando la atención. Recuerda que estamos en la semana de los ejercicios espirituales dedicada a la contemplación del propio pecado para así descubrir el gran amor que Dios nos tiene, capaz de perdonarnos.

Coloquio:
Y ahora, te corresponde a ti, ¿háblale al corazón?

Ejercicio de esta semana:
Cuando tratamos el tema del pecado, siempre lo hacemos desde la Voluntad... ¡quiero cambiar!, ¡voy a cambiar....! y esto es un error. El pecado no nace de la voluntad, antes hay mucho que revisar.
-Los sentidos: Son las ventanas por las que entra o no entra la realidad. Son los que hacen que viva, participe, guste, oiga, escuche, sienta una cosa u otra... ¿qué cosas busco sentir? ¿qué cosas son repelidas por mis sentidos?
-La memoria: Todo lo que dejamos que entre de cualquier manera queda recogido en la memoria... ¿qué cosas recuerdo?, ¿qué tiendo a olvidar?
-Entendimiento: aquello que he sentido y que he memorizado me vaya configurando una manera de “entender” la realidad, una lógica...

Examen de la oración:
¿Qué consolaciones espirituales: he vivido?
¿Qué desolaciones: inquietud, zozobra, crisis, desfallecimiento... he sentido?

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