domingo, 25 de mayo de 2008

Escuela de Oración. Semana VIII. Día 7º


VIII Semana. Domingo 25 de Mayo de 2008.
Foto: Iglesia situada sobre el Monte de las Bienaventuranzas, donde Jesús dirigió este sermón.

En presencia de... :
Si has ido a misa ya has entrado en presencia de Dios, pues te has acercado al momento más importante del día, la Eucaristía. Sino, inténtalo. Un junior no debiera pasar un domingo sin ir a misa. ¿Cómo sabrás amar a Jesús como Él te ama si no vas a misa? Es imposible vivir la Ley Junior sino sentimos que Jesús nos ama y el momento más intenso, aunque a veces te parezca aburrido, es la Eucaristía, donde Él te alimenta con el Pan de la Palabra y de la Eucaristía.

Oración preparatoria (La Palabra esperada):
“Señor, que mi amor por ti, me ayude a sentir el desorden de mi vida. Dame la gracia de aborrecer el pecado, el desorden y la vanidad del mundo, de forma que aborreciéndolo me enmiende y ordene. Ayúdame a ir afinando mi relación contigo y con los hermanos, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones puedan ser ordenadas en servicio y alabanza tuya”

El texto (la Palabra escuchada):
Cuando Jesús acabó estos discursos, la gente se quedó asombrada de su doctrina, porque les ensañaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.
Mt 7,28-29

Composición de lugar (la Palabra comprendida):
Concluimos el Sermón de la Montaña con estas palabras. Léelas y repítelas en tu interior. ¿Qué sentimientos ha provocado en ti la lectura de todo el Sermón? Puede ser un buen momento para volverlo a leer, tomando la Biblia y concluir dándole un beso al texto, como hace el sacerdote después del Evangelio.

Coloquio (respuesta a la Palabra):
Y ahora háblale. Hoy quiero que seas tú el protagonista. Cuéntale que te ha parecido el texto, lo que más te ha gustado, lo que menos. ¿Por qué no? Escríbele una carta. Imagínate que eres una de las personas que pasando por allí le viste y te quedaste a escucharle. Días después te enteras que Jesús tiene e-mail y le envías un correo electrónico contándole lo que te ha parecido su discurso, como te has sentido, que añadirías y que quitarías. Bueno, al final reconoce que no quitarías nada ni añadirías nada, porque quienes somos tú y yo para corregir a Jesús, a Dios.

Ejercicio de esta semana:
Nos dice el Seminario Menor...
“Para que sienta el desorden...”
El desorden de mis operaciones es un conjunto de actitudes y actividades personales que sin ser malas en sí mismas, no están integradas en la voluntad de Dios: miedo al riesgo, tendencia a manipular, temor a los conflictos, incapacidad de asumir críticas, facilidad para subrayar lo negativo, individualismo, dejarme llevar,... Todo esto no es el pecado, pero es el “humus” (la tierra propicia) que facilita el que surja el pecado.
“conocimiento del mundo...”
El mundo es algo externo a nosotros, es un conjunto de criterios y valoraciones al margen del Evangelio o contrario a él que me afectan y hacen que mis acciones se encaminen hacia una dirección: Todo vale, lo importante es la eficacia de las cosas, cada persona tiene un valor distinto, entender la iglesia desde la sociología o la política, buscar el honor, hacer lo que se lleva...
El pecado no es un comportamiento aislado, sino que tiene un ambiente donde se fragua, por eso no vale la buena voluntad, ni el yo no quería... en nuestro inconsciente se ha metido una forma de pensar, de entender, de situarnos ante la realidad que nos afecta y debe ser, ante todo, descubierta.
Se trata de poner a la luz no los grandes pecados del pasado, ni siquiera nuestra participación en los pecados capitales, sino algo más sutil: descubrir el ambiente de pecado que me envuelve y que me hace situarme ante la realidad con unos presupuestos pecaminosos.

Examen de la oración:
¿Cómo me he sentido? ¿Qué cosas me han ayudado? ¿qué cosas me han estorbado? ¿Qué he visto claro? ¿Qué voy descubriendo que se repite en los distintos momentos?

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